Ahora mismo… mi mejor amigo se me acaba de confesar….
- ¿Qué dijiste?
- Dije que me gustas…estoy enamorado de ti.
- Esto es…una broma ¿verdad?
- Nunca creí que amar a alguien se considere una broma.
Se acercó a mí mientras yo seguía en estado de shock por lo que acababa de escuchar.
- Te amo… esto no es ninguna broma- dijo antes de besarme
Mientras todo mi cuerpo estaba paralizado de la impresión sentía sus labios sobre los míos en un suave rose. Cuando se separó de mis labios susurro en mi oído:
- Piensa en lo que te acabo de decir.
Y se fue de mi habitación, dejándome sentado en medio de mi cama incapaz de moverme y con una profunda impresión por su repentina confesión.
¿Cómo pudo suceder esto?...
Hace 3 años que lo conozco. Desde que comenzamos la secundaría. Había sido trasladado a su instituto a mitad de año por el repentino cambio de trabajo de mi padre.
Nuestro primer encuentro fue en el segundo día de clases. Corriendo por los pasillos para llegar a la sala de clases, pensando que llegaba atrasado y sentándose a su lado.
Cuando llegue a la clase que me correspondía todos los alumnos estaban conversando entre sus grupos de amigos. Excepto uno que estaba leyendo, muy concentrado en su libro. Ocupaba el asiento que estaba a mi lado y que ayer había estado vacío.
Era una persona muy guapa y con ese aire de genialidad. Me llamó la atención al instante y quise acercarme a él, como llamado por un imán.
- Disculpa. ¿El profesor todavía no llega?- dije sentándose en mi nuevo puesto que estaba al lado de él.
- Ya llegó, pero al minuto salió fuera de la sala para atender una llamada de su celular. Dijo que regresaba en un 1 minuto y han pasado 10- me respondió sin ánimo, concentrado en el libro que estaba leyendo.
- Bueno, supongo que tengo suerte- dije aliviado, con tono de broma.
Cuando quitó su mirada del libro para mirarme le dedique una sonrisa y le dije:
- Soy Uzumaki Naruto. Encantado.
Volvió la mirada a su libro de nuevo y después de unos segundos me respondió:
- Uchiha Sasuke.
En eso el profesor llegó diciendo:
- Disculpen la demora, pero cuando volvía a la sala de clases se me atravesó un gato y…
- ¡Que mentiroso profesor!- gritaron todos los alumnos de la sala. Era un profesor conocido por las historias que inventaba, ya que siempre llegaba tarde a las clases y decía excusas absurdas.
Nos hizo una clase muy extensa y para finalizar nos dijo:
- Van a hacer un trabajo en parejas. Quiero que hagan la investigación centrados en uno de los temas que acabamos de ver siguiendo los pasos que acabo de darles. Bueno chicos, hasta la próxima clase.
Cuando mi nuevo compañero recogía sus cosas le dije un poco tímido:
- Uchiha…te gustaría hacer el trabajo con…
No alcancé a terminar la frase cuando una niña pelirosa se le tiro al cuello diciéndole.
- Sasuke…hagamos el trabajo juntos. Y así te quedas en mi casa esta noche- con tono insinuante.
Entendiendo que estaba sobrando tomé mi bolso para marcharme, pero en ese momento escuché que le respondía:
- Lo siento Sakura…Hare el trabajo con Naruto- señalándome con el pulgar de su mano izquierda- Vamos- añadió tomando su bolso y tomándome del brazo, saliendo rápidamente de la sala.
Sakura le dedicó una mirada molesta antes de dar media vuelta e irse por donde había llegado.
Cuando salimos juntos de la sala me dijo:
- Vamos a la cafetería tengo hambre. Te compraré el almuerzo por haberme salvado de esa bruja- añadió con una media sonrisa.
Solté una carcajada por sus palabras y le dije:
- No fue nada, pero acepto la invitación. Yo también tengo hambre- añadí con una sonrisa.
Desde entonces nos hicimos amigos. Congeniábamos a la perfección porque teníamos gustos y opiniones muy parecidas, aunque nuestro carácter era totalmente distinto.
Sasuke era una persona muy atractiva y genial, aunque extremadamente reservado, hablaba con pocas personas, la mayoría eran profesores. Era un gran antisocial, y aunque la mayor parte de las chicas de la universidad estaban interesadas en él, no les prestaba la más minima atención. Era la persona más cercana a él y eso me hacía feliz, era como tener un hermano.
Entonces…“¿Por qué yo cuando podría tener a la persona que quisiera?”
Me tiré de espalda a la cama, mirando a la nada. Sintiéndome completamente desorientado y confuso. Me llevé el dedo índice a mis labios, y lo deslice sobre ellos. Era como si su beso lo hubiera marcado con fuego, sentía como si todavía me lo estuviera dando. Cerré los ojos y de nuevo me asaltaban una y otra vez sus dos palabras: “me gustas”.
En toda la noche no pude pensar en otra cosa. Sin dormir me encontró un nuevo día en donde tenía que ir a clases y enfrentarme a él.