-sabes que?, me canse de decirtelo...-le recrimino cansado- Te amo...y tu no haces mas que ignorarme, jamas de tus labios he escuchado una sola palabra de afecto hacia mi...-continuaba diciendo, entre cansado, dolido y astiado.
El rubio, que estaba frente a su laptop escribiendo su ultima novela, estaba sorpendido, jamas creyo que su pelirosa le recriminaria algo así, de acuerdo no era el hombre mas romantico de la tierra, pero estab seguro que su niño tenia mas que claro todo lo que le amaba. . .
-...es que acaso soy un juguete para ti? -seguia recriminandole mas y mas con ojos annegados en lagrimas -No soy mas que uno mas en tu lista?, es eso lo que soy? -Termino en un sollozo.
El pelirosa suspiro aun llorando, se dio la vuelta y comenzo a caminar hacia la puerta, el escritos se levantos de su silla y camino tras su niño, lo alcanzo en el pasillo y lo abrazo por la espalda, poso su mano derecha en su semi abultado vientre y su otra mano tomo su barbilla y le hizo voltear su cara hacia el.
-Shu...llevas contigo mi felicidad completa -Le dijo con suavidad y voz dulce
-No me mientas! -le casi grito apartando la mirda
-Amor... -volvio a tomar su barbilla y girarla con suavidad -No digas eso, sabes que te amo, eres todo para mi -le beso con suavidad, para luego pasar a uno mas apasionado
Termino el beso por falta de aire, Shuichi se giro y lo abrazo con fuerza, apoyando su cabeza en el pecho del rubio, respirando con profundidad.
-Yuki..... -susurro sobre su pecho
-Las hormonas te tienen mal, Baka -le dijo con una sonrisa de lado
El cantanto solo asintio con tranquilidad. El embarazo de 4 meses tenia al pequeño realmente alterado, mareos, nauseas, cambios de humor y antojos de todo tipo. El rubio lo sobrellevaba bien, puesto que realmente lo amaba, de acuerdo no era del todo facil, pero por su niño, que llevaba en su vientre el fruto de su amor le complacia cada capricho y de ves en cuando al pelirosa le daban sus ataques de “yuki no me amas” donde el rubio le daba su pequeña confesion, no era muy grande pero en esas pocas palabras le expresaba todo su amor.
-Yuki...quiero escargott... -Le susurro sin romper el abrazo
El rubio le miro primero extrañado, luego suspiro y le sonrio.
-Saldremos a comer, Baka...vistete
Shuichi le sonrio con alegria, le dio un sonoro beso en la mejilla y salio con rapides a la habitacion para elegir su atuendo y comer escargott.
-Yuki me llevara a cenaaar -cantaba mientras buscaba su ropa, mientras lo hacia, Yuki le observaba con una sonrisa de lado apoyado en el marco de la puerta. Relamente amaba a ese niño ruidoso y meloso, era su felicidad y dentro de unos meses daria a luz a su hijo...Si, aguantaria todos sus cambios de humor por tenerlo con el para siempre, para mantenerlo a su lado, para que le entregara el calor que el mas joven expulsaba. La soledad era algo que ahora que tenia a su niño, le asustaba de sobremanera.
Y asi ambos salieron de la casa, se subieron al auto, directo al restaurant para comer escargott.
-Yuki... -Dijo el pelirosa con algo de vergüenza, el rubio alzo una ceja y le miro de reojo. -Ya no quiero escargott...quiero Hamburgesas con papas!!! -el escritos lo miro con dureza mientras su niño le miraba con ojos brillantes, el mayor suspiro y cambio de direccion el auto.
-Vamos por hamburgesas y papas...
FIN!