Volviendo a creer por Kiira

Su camisa de uniforme pegada a su cuerpo a causa de la fuerte lluvia que caía, el blanco de su ropa se convertía poco a poco casi en transparente haciendo resaltar sus músculos juveniles, su cabello rubio pegado a su frente y su sonrisa sin alegría, simplemente puesta hay, porque no tenia caso la tristeza. Simplemente no tenia sentido.

Continuo caminando mientras que el viento frió provocaba espasmos en su cuerpo, pero ni se inmuto, continuaba caminando y sonriéndole al mal tiempo.

Porque el era un ganador, siempre lo había sido, siempre lo había demostrado.

Su sonrisa se ensancho un poco mas, al pensar en ello, llevo una de sus manos a sus cabellos sacudiéndolos un poco mientras que con la otra llevaba sus útiles detrás de su espalda dándole un aire rebelde y sumamente atrayente.

Con andar calmado y constante por fin llego a aquella casa de fachada tradicional, se veía algo desgastada pero nada que una pequeña remodelación no pudiera arreglar, la lluvia continuaba cayendo fuertemente mientras que el se refugiaba en la privacidad de su casa.

- ¡Ya llegue! –Dijo anunciado su presencia-

Encendió las luces hasta que una criatura peluda hizo acto de presencia.

- ¡Inu-chan! –Dijo feliz de ver al pequeño cachorro- ¿Cómo has estado? ¿Fuiste un buen perro?

El cachorro respondió con ladridos

- Claro que si, claro que si, Inu-chan es un buen cachorro –dijo acariciando su espalda- ¡Si lo es! ¡Si lo es!

Su sonrisa que hasta hace minutos era sin sentido se volvió una de sinceridad por el simple hecho de que aquel pequeño cachorro de color negro le hubiera dado la bienvenida a su casa, se deshizo de su camisa y pantalones dejándolos en el piso, quedando en ropa interior, reviso su nevera casi vacía a no ser por una copa de ramen instantáneo que sobresalía.

Preparo su comida y se sentó en el mueble de la sala mientras que el cachorro saltaba a sentarse a su lado mirándolo con interrogante, algo no andaba bien en su amo.

- ¿Sabes que me paso hoy Inu-chan? –Dijo mirando al cachorro, sonriendo ampliamente hacían destacar las marcas en sus mejillas- ¿Te acuerdas de Sai? – el cachorrito empezó a mover la cola al escuchar ese nombre, feliz- Pues ya no lo veremos mas…

El cachorrito detuvo el dulce movimiento de su cola.

- Rompí con el, hoy –dijo el rubio como si nada, dándole un sorbo a su plato-

Giro su cara, encontrándose con la expresión triste del cachorro, sabia que le entendía todo, a aquel cachorro solo le faltaba hablar.

- Oye –dijo colocando su mano en la cabeza del cachorro- Estaremos bien, no es el fin del mundo.

Continuo tratando de animar a la dulce criatura mientras que empezaba a recordar lo sucedido hoy, lo que puso haber sido otro simple día de escuela, se convirtió en una humillación pública… para Sai.

Todos los alumnos de los diferentes salones se habían reunido en esa hora de descanso alrededor de aquella pareja, Naruto con su cara de inocencia y sonrisa feliz sin entender porque aquella multitud se había reunido solo por ellos dos.

- Naruto... –dijo la calculadora voz de Sai-

- Ya, dime que sucede Sai –dijo algo ansioso, tanta interrogante no le gustaba-

- Entonces seré  directo contigo Naruto –dijo mirando directamente a sus ojos- yo te mentí, te engañe…

Los ojos de Naruto se abrieron de par en par y los cuchicheos se empezaron a escuchar.

” Al fin se lo dijo…”

”Vaya no puedo creer que sea tan tonto…”

”Todo el mundo lo sabia menos el…”

- Lamento tener que decírtelo así… -Sai mantenía su característica calma aunque sus ojos demostraron algo de tristeza- No fue… no fue algo que yo planeara simplemente paso.

El rubio continuaba en silencio con los ojos cerrados, su expresión feliz ya no estaba, no enojo o tristeza, había nada allí.

- Pero, quiero decirte, que me arrepiento de todo. Y quiero que delante de toda esta gente, me des otra oportunidad, porque… yo…

Los ojos de Naruto se abrieron con rabia, provocando que esa mirada detuviera a Sai.

- ¿Qué vas a decirme, Sai? – Comenzó a hablar con fastidio el rubio- ¿Que me amas? ¿Qué no puedes vivir sin mí? ¿Qué soy el mundo para ti? ¿¡QUE!? Honestamente nada que salga de tu boca tiene importancia…

- Pero… Naru…

- ¿¡Acaso crees que soy un idiota!? –Dijo calmándose un poco tomándolo con burla- ¿Pero sabes que? Supongo que debí esperarlo

- ¿Cómo…? ¿A… a que te refieres? –Su voz temblorosa se hizo aparecer y el silencio abordo el lugar-

- Nunca te ame Sai, fuiste un juego para mi ¿Nunca te diste cuenta? El verdadero idiota siempre fuiste tú…

El moreno abrió sus ojos de par en par ¿Nunca lo había amado? ¿Todo fue un juego? El que pensaba que jugaba con Naruto como su juguete, cuando en realidad lo estaba controlando como un titiritero.

Como un cruel titiritero.

- ¿Otra oportunidad? –la voz de Naruto hablaba de nuevo- ¿Quién me crees? –El rubio se acerco peligrosamente al moreno el cual no se movió ni un centímetro, acerco lentamente su boca a su oreja- ¿En verdad crees que te daría otra oportunidad? ¿Crees que soy tan bueno?

Tu no me conoces… 

Esas palabras retumbaron en su oído, lastimándolo, porque a pesar de su infidelidad, a pesar del mal que el le había hecho, el si lo amaba, y el creí tener algo especial con ese dulce rubio, con ese bello zorro, que ahora le demostraba lo cruel que podría llegar a ser…

- Eres un estupido Sai, ¿Crees que me humillas haciendo esto? ¿Qué me sentiré mal? Vete al diablo… -El rubio acerco su mano a su propio cuello arrancando algo de el- Y quédate con tu estupido pendiente.

El sonido del pendiente cayendo al suelo fue como una puñalada en el corazón de Sai, Naruto dio un paso atrás queriendo verlo a los ojos, que viera, que no había nada en el, además de la rabia por querer humillarlo, no había dolor, no había tristeza, lo que el había dicho era cierto

Nunca sintió nada por el.

El sonido de la campana, disperso a los alumnos que se retiraron a clases y junto con ellos, Naruto, dejando a un indignado y herido Sai en aquel lugar, dejando que aquellos momentos juntos se fueran destruyendo pieza por pieza dentro de el.

Naruto dio el último sorbo a su plato de ramen con satisfacción.

- Quizás fui muy duro con el… - Pensó el Uzumaki – No…

- ¿Quería sinceridad? –dijo hablando para si mismo- Pues la verdad duele –dijo recostándose en aquel sofá- El muy maldito quería humillarme…

Respiro profundamente mientras que veía a su cachorro dormido en cerca de el. Sonrió, el si que nunca lo traicionaría, acaricio la cabeza de aquel animal sin despertarlo.

- Y yo que pensé…que lograría llegar a amar por primera vez –cerro sus ojos mientras se llevaba una mano a la frente, resignado-

Suspiro profundamente sin importarle demasiado su condición ¿Qué importaba? Nunca había sentido lo que era el amor y cuando por fin creyó que lo lograría, planearon humillarlo de aquella manera, sintió rabia al recordarlo pero eso ya no era más que un recuerdo.

- No es necesario amar a alguien para ser feliz  –comenzó a hablar a si mismo nuevamente- No tienes que tener a alguien a tu lado para ser feliz…

Miro nuevamente al cachorro que despertaba de su siesta y lo miraba con interrogante.

¿Ó estaré equivocado?