”…No, no debo, enamorarme de ti,
aunque, tu ya sabes,
que estoy hecho para tí,
no puedo herir, a quien me ha amado,
a pesar de mi pasado,
quien ha cuidado de mi,
por tanto tiempo,
con tanto amor…”
“Abrázame Fuerte”
Narusasu/ Itanaru
Le sonrió ampliamente mientras le regalaba un beso en aquellos labios. Su mirada estaba brillante, tan hermosa, tan esplendorosa, estaba enamorado.
Irremediable e inevitablemente amando a ese pelinegro.
Aunque su corazón y las personas que le apreciaban dijeran que le convenía en absoluto a aquel tipo de persona, aunque había dejando ir una oportunidad de estar con alguien que realmente le merecería.
Y lo peor es que estaba con el hermano de dicha persona. El tenía cabellos negros, esa mirada orgullosa, unos ojos que podían retarte a la mayor de las locuras o dejarte perder en las profundidades de la pasión.
Comenzaron a besarse intensamente en la calma de un departamento modesto; el delineaba aquellas caderas que le enloquecían, murmuraba “te amo” entrecortados.
Pero cuando empujo a Sasuke, quien le miraba con esos ojos negros divertidos, le traicionaba los celos. Tener que compartir a quien amaba en aquel espectáculo exótico nocturno le carcomía el alma.
Aunque su corazón le amaba con pasión; todos sabían de aquel trabajo, pero nadie le decía nada. Y el se sentía lo peor.
Unas manos le trajeron de la realidad para que continuara besándolo.
Era un estudiante promedio. Tenía amigos que le querían, era explosivo, soñador, amable, entregado a su trabajo como trabajador social.
Naruto Uzumaki era un ejemplo digno de un muchacho jovial. Vivía con su abuelo Jiraiya en una pequeña casa cómoda en el centro de la ciudad.
Era feliz. No podía negarlo. Su abuelo cuido de él como un verdadero hijo. Hasta que un día conoció a un par de hermanos en el centro comercial.
Los hermanos Uchiha entablaron una amistad de inmediato. Pero el mayor de ellos. Llamado Itachi, parecía que quedo prendado de él.
Pero en cambio, Naruto se fijó en el que tenía su misma edad. ¿Amor a primera vista? No lo sabía con exactitud.
Ahora, estaba arriba de aquel cuerpo, empujándose en aquel cálido interior, ambos jadearon por aquella presión en sus cuerpos.
-Naruto-
Jadeo Sasuke incitándole a moverse y el otro obedeció.
Había pasado unos meses pero el mayor no se rendía. Le aconsejaba, acompañaba a la escuela, en fin, optó por un papel de mejor amigo.
Naruto sabía que lo hirió profundamente cuando les descubrió en pleno beso en el parque. Pero en cambio a lo esperado, sonrío.
Y a él se le partió el alma.
Pero no podía hacer nada, aquella sonrisa, esa mirada le enloquecía fuertemente. Los orgasmos eran mágicos, terminar en aquel cuerpo hacía perder la poca cordura que le quedaba.
Se dejo caer sobre aquel cuerpo, quien le acariciaba su espalda, ambos respirando entrecortadamente, disfrutando de aquel contacto.
Lo único que opacaría aquel momento, es que el mismo Uchiha había dicho que no eran nada. El tenia un trabajo, para muchos no era adecuado, pero su cuerpo y su manera de hacerlo, le hacía ganas bien.
Compartirlo con muchos en la noche le revolvía el estomago.
-Nos vemos Naruto-
No lo corría de su departamento, el rubio podía quedarse el tiempo que quisiera, el se marchaba a lo que antes era llamado “burdel” y llegaba hasta el otro día.
Los ojos azules le dejaron de seguir cuando cerró la puerta detrás de sí. El se dejó caer en la cama, dejando libres las lagrimas de rabia, coraje y odio.
No, ya no podía con esto. Se levantó, se duchó rápidamente, se coloco su ropa y se marchó. Camino y camino perdiéndose hasta volver a casa.
Estaba oscuro, solo las luces mercuriales estaban alumbrando las aceras.
-¡Naruto!-
Se giró observando a Itachi llegar a su lado con una sonrisa. El correspondió y ambos caminaron juntos.
-Itachi…hubiera sido diferente…si me hubiera enamorado de ti-
Aquella frase dislocó un poco al mayor; ambos estaban consientes de todo, no eran niños.
-No lo sé, ¿tu lo crees así?-
Se detuvieron cerca de un parque. Naruto se colocó delante del pelinegro; ahora que observaba, unas ojeras marcaban aquel rostro haciéndole ver mas varonil.
-Eres su hermano, pero no puedo ya con esto…no puedo compartir-
Su flequillo cubrió sus ojos, el silencio reinó unos segundos, pero un dedo levantó su barbilla, acercándolo a un rostro serio.
Unos labios se colocaron en los suyos, un beso suave, lento, una calidez embriagaba su ser.
¿Estaba engañando a Sasuke?
¿No era el otro quien estaba en otros brazos ahora?
-Quédate conmigo…esta noche-
Una propuesta que hizo que su corazón se hinchara de dicha pero de temor. Sus ojos parecían tener miedo, unos ojos ébano con seguridad.
-Si-
Murmuro un poco inseguro, siendo conducido al departamento del Uchiha. Que extraño era todo, ahora, en la noche, estaría con su hermano.
¿Sasuke, que pensarías de mí al saberlo?
Unos rayos molestaron sus ojos; sentía un calor detrás de mi espalda, y pertenecía a un pecho que estaba sobre él.
Un brazo rodeaba su cintura, se sentía tan bien, despertar y que una persona estuviera a tu lado. No habría un frío crudo, si no un calor agradable.
Le dolía muchísimo la parte baja de su cuerpo; nunca había pensado perder su virginidad ni su porte de “activo” en una noche, y dolía.
Se movió un poco para quedar frente a frente, pero sonrió al ver al otro despertar también.
Unos labios reclamaban los suyos, y no pudo negarse. Y se entregó de nuevo, a una nueva ilusión.
¿Sasuke, que harías?
Había pasado dos días y citó a Sasuke en un parque. En una banca lejana. Él jamás anduvo con rodeos, y se lo dijo.
No quería ya nada con él, no iba a cambiar su vida, y no podría lastimar ya a Itachi, porque, lo quería, lo llegaría amar un día.
El otro solamente miraba el suelo como si fuera lo más importante del mundo. Torció un poco su boca.
-¿Este es el adiós?-
-….-
-¡Dímelo maldita sea!-
El otro perdió la calma; se levantó intentando respirar, perdió la postura fría y calmada que siempre tenía, por que parecía que su pecho sangraba.
-¡Sasuke!-
Naruto le abrazó tan fuerte; sentía también como si su corazón quisiera salirse e irse con el otro. Ambos se hacían daño, ya no podían estar juntos.
-Naruto yo…-
-No lo digas…no ahora-
Porque si lo hacía, mandaría todo al diablo, y seguiría como siempre. Ciego, enamorado, esperando las migajas que Sasuke le daría.
-Duele… ¿Cuándo dejará de doler?-
-No lo sé-
-Abrázame, Naruto, abrázame fuerte-
Se abrazaron con fuerza; ahora rumbos diferentes tomarían, ya no estarían juntos.
-Ojala, mi hermano te pueda hacer feliz-
Solamente asintió mientras levantó aquel rostro, dejando un suave beso en aquella frente. Porque jamás besaría esos labios de nuevo, comenzando desde ahora.
Se tomaron las manos hasta que un “Adiós” en sus miradas, les hizo irse de aquel lugar.
Estaba destrozado.
Llegó al departamento que le pertenecía a Itachi. Siendo hermanos, no podían tolerar la presencia del otro, se querían pero nunca quisieron vivir juntos.
Por lo menos no lo vería muy seguido.
Fue hasta la ventana observando como el ojinegro estaba ayudando a unos amigos arreglando el motor de un auto.
Tenía una suave sonrisa en sus labios, un gran corazón. A pesar de su pasado le amaba, le dio la oportunidad de comenzar de cero.
Sabía que se enamoraría de él.
Sus ojos se conectaron y se saludaron. Itachi les dijo algo y cruzó la calle para llegar hasta su departamento.
Abrazó su cuello enfundándose en un beso apasionado. No le haría daño, no más del que había pasado por dos años.
Rezaba por que Sasuke le olvidará como comenzaría a hacerlo.
Un “te amo” se escuchó, pronto se lo diría, se prometió a si mismo que se lo pronunciaría, el otro sería feliz y el también.
Pero por alguna razón, cuando fijó sus ojos en aquel rostro, en su mente, se cruzó la imagen del otro.
Un abrazo fue lo mejor.
Porque ahora sus labios eran de Itachi.
-Abrázame, Itachi, abrázame fuerte-
FIN