Manos
Por Yui Shirogane (:
Fetichismo. Había escuchado el termino un sin numero de veces, pero, ciertamente no sabia el significado de la palabra por entero.
La semana pasada, en una hora en la que su profesor de literatura no llego a dar clases, Shikamaru había preguntado a casi toda la clase, si tenían algún tipo de fetiche. El, simplemente, no supo que contestar, y se quedo ahí, callado...
Miraba con asombro a sus compañeros y amigos hablar de sus dichosos "fetiches", vaya que no se acostumbraba a la palabrita, y entonces el pensamiento de que el era un "salido" le quedo pequeño observando como todos los demás prodigaban sus fetiches al aire.
Que si a Neji le gustaban las tazas, que si Choji moría por las patatas fritas, que si Sakura por los lápices labiales, y Sai, el más salido de todos, moría por comerse a los pelirrojos. Gaara, que se encontraba a un costado de el, casi sufre un ataque, solo quedo catalogado como pre infarto.
Llegando a casa se había puesto a buscar en diccionarios el significa de aquel termino, no muy convencido encendió su laptop y comenzó una búsqueda. Tecleo "fetichismo" en el google o como comúnmente lo llamaba Gaara, el "buscador que todo lo puede y si no lo inventa", y ahí estaba, lo que tanto deseaba encontrar y mas que nada conocer, decía algo mas o menos así:
Fetichismo es la devoción hacia los objetos materiales, por lo general se les denomina "calé", a los que se ha denominado fetiches. El fetichismo es una forma de creencia o práctica religiosa en la cual se considera que ciertos objetos poseen poderes mágicos o sobrenaturales y que protegen al portador o a las personas de las fuerzas naturales. Los amuletos también son considerados fetiches.*
Le parecía un poco loco, pensaba que se podían atribuir a más cosas, no generalmente objetos, pensando en las idioteces de Sai, siguió leyendo y ahí encontró su salvación.
Muchas veces odio a Sigmund Freud en sus clases de psicología, pero aquella tarde de mayo, dio gracias al gran y todopoderoso Kami por darle por lo menos una señal de que no estada del todo "salido" de órbita (¿?), o por lo menos no tanto como Sai o Kiba, cuyo fetiche eran los perros.
Freud usó el término para describir una parafilia, donde el sujeto de afecto es del todo, o representado, por un objeto o una parte del cuerpo humano.
Bendito Freud, ahora tenia mas que claro cual era ese fetiche que tantos preguntaron y ni siquiera el estaba del todo enterado de cual era.
Tenía 17 años, Naruto Uzumaki su nombre. Su fetiche, bueno, no estaba del todo seguro en ese año, pero si no fuera por Shikamaru, y por Freud, nunca hubiera sabido, en aquella tarde de mayo, que el disfrutaba de unas buenas manos...
Manos, el mismo cuidaba de las propias, su padre lo calificaba de tonto afeminado, no le importaba, después de todo ¿que mas podía perder? Ya había confesado, un año atrás que era gay, y que su padre le dijera "tonto afeminado" no era mas que un pequeño insulto a su moral, pero sabia que no lo hacia de mala manera, sino que era una pequeña broma, por su situación, y mas que nada una muestra de cariño, si una muestra de que seguía poniendo su confianza en el.
Le gustaban las manos de su padre, emocionado fue corriendo hasta donde se encontraba y le conto lo de su fetiche y con todo y todo le alabó las manos. Minato, con tal asombro no puedo soltar mas que un "Gracias, hijo".
La sonrisa de Naruto bastó para que su padre se olvidara de cualquier problema o duda que tuviera en cuanto a esa extraña atracción, por decirlo así.
Naruto Uzumaki, rubio con piel canelita y exquisita [como decía su madre], de ojos increíblemente hermosos, de un azul inigualable y tres marquitas en cada mejilla; dejaría de ser inocente para llevar un escalón mas arriba su debilidad, su fetiche, la forma que para el era la mas atractiva, las manos...
Le gustaban las manos de Sai, paliduchas y delicadas; las de Gaara, lechosas y las palmas junto con las yemas de sus dedos rosaditas; las del flojo de Shikamaru, con unas uñas casi perfectas; las de Sakura, bueno, no estaban del todo mal, pero tampoco del todo bien para ser las de una chica; las de Ino con tantas pulseras que adornaban su muñeca, destacaban aun mas; las de Hinata, con ese anillo de enorme pedrería, si que merecían llamarse manos de una chica; Choji, bueno, Choji se mordía las uñas por falta de algún bocadillo y, Kiba, pues simplemente las tenia demasiado largas, sus uñas parecían de gato, ironía sabiendo que a el le quedaría mejor perro.
Neji casi, casi, tenía las manos de un dios, y su prima, Hinata, lo sabia mejor que nadie.
Pero para el, ninguna mano, ninguna uña, ningún dedo, ni ninguna garra, era mejor que las de su adonis, que las de su dios griego, Sasuke...
Estaba seguro que Kami quiso que pecara en su estadía en la tierra, mandándole semejante modelo de hombre hasta las puertas de su... ¿escuela? Si, porque Sasuke únicamente era un compañero de clase, que no lo notaria ni aunque se colocara sobre la cabeza un enorme letrero que dijera:
"mírame Sasuke, me gustas mucho, me haces enloquecer, tus manos son perfectas, propias de un Dios, que si me tocaran o tan solo por accidente rozaran mi cuerpo yo..."
No, ni aun así, ni aunque le dijera que se convertiría en su esclavo eterno, ni aunque le ofreciera su cuerpo solo por sentir el tacto de esas ¿gemas?, no, gemas tal vez no, porque son duras, en cambio se imaginaba el tacto de esas manos "suavecito", así como hot cakes, esponjositos quizás; no, ni aun así lograría llamar su atención.
Y es que el deliraba por causa de esas manos, sus amigos por lo menos le dejaban tocar, pero cuando se pasaba si que lo golpeaban; pero aun así nada se comparaba con las manos de ese bastardo [así lo llamaba Sai, ve a saber tu por qué].
Cada noche soñaba con que esas esculturales manos recorrían cada parte de su escueto y delicado cuerpo de adolescente y cada mañana se despertada con un blanquecino problema. Y entonces ahí se daba cuenta que le saldría caro, tanto pañitos desechables de papel tirados a la basura, por causa de otra basura.
-Oh! Ironías de la vida- siempre que despertaba, recitaba palabras y frases extrañas, su madre al escucharlo [secretamente] solo podía cubrirse la boca, para no dejar escapar una sonrisa [o carcajada] delatadora.
Mayo, mayo se le escapaba, se le iba la poca primavera que quedaba y entonces si, no vería lo duro, si no lo durísimo; entraría el verano, y verano significaba mas calor, y mas calor significaban mas feromonas y mas feromonas significaban, significaban, ¿Qué significaban?, si, significaban mas problemas blanquecinos al amanecer, mas toallitas desechables a la basura, mas miradas hostigadoras de mama [porque se había dado cuenta hace como una semana] y mas que nada, mas miraditas indecentes hacia Sasuke, hacia sus manos...
Y ¿por que no decirlo? Las manos de Sasuke eran, eran, ¿ya les explico Naruto como son las manos el bastado de Sasuke? ¿No? Pues verán, las manos de Sasuke son, mmmm, son, Naruto es el indicado para explicar eso...
-Es que hombre, las manos de ese mal nacido-usualmente, cada que se refería a Sasuke, gustaba de usar insultos-son así, bien, *isd*, aaaaaah-normalmente de eso no pasaba, de descarados sonidos raros y estremecimientos que llevaban a suspiros y mas suspiros.
-Santo Kami, lo hemos perdido, de nuevo...-Sai, era uno de los pocos que aguantaban sus cantaletas de cada mañana, y es que Naruto a diario se empeñaba en recordarle a sus amigos, lo tan inigualables que eran las manos de Sasuke-no se de que tanto hablas Naruto, para mi las manos de ese bastardo son taaaaaaaaaan iguales a las de los demás, incluso las mías son tan monas, expertas en analizar cada rincón de la anatomía humana de ga...-un golpe era lo que recibía por parte de Gaara, y este, con un bonito sonrojo adornando su rostro, no podía mas que callarle la boca antes de que soltara mas improperios.
-Mira, bastardito, incluso las manos de Gaa-chan son más bonitas que las tuyas-y una nueva pelea comenzaba, Naruto tratando de defender el orgullo de Sasuke contra Sai, a sabiendas que terminaría perdiendo contra ese gran pervertido.
-Pero bueno Naruto, cada mañana es lo mismo, te empeñas en decirnos como son las manos de Sasuke, cuando ni siquiera las has sentido, y no pasas de suspiros-Gaara, el mas consiente de todos, trataba de disuadir a Naruto de tantas locuras que cruzaban por su mente, y es que el chico se inventaba cada cosa, con tal de poder rozar las manos de Sasuke con una parte libre de su cuerpo.
-Si Gaa-chan creo que buscare un nuevo pasatiempo-con la cabeza y gacha y dramáticas lagrimillas recorriéndole el rostro, normalmente decía lo mismo cuando Gaara trataba de desaconsejarle, pero como un adicto, recaía en su tentación y volvía a las andadas.
Pero que se le podía hacer, ese era Naruto, loco, infantil, risueño, bastante feliz, pero obsesionado con las manos del Uchiha.
Y como decía Naruto, las manos de Sasuke eran bastante "bonitas", una cualidad poco usual para referirse a un hombre. Eran varoniles, blancas, no tanto como las de Sai, las del Uchiha tenían un poco más de color, así como duraznito, o vainillozas, que le daban ganas de cubrirlas con ramen y comerlo directa de ellas; sus dedos eran largos y delicados, y las uñas se le veían rosaditas, que parecía que cargaba esmalte, pero no, eran naturalitas, naturalitas, las yemas de sus dedos parecían haber sido levemente pellizcadas por el creador, con tanta sutileza.
El verdaderamente tenía manos perfectas.
Una nueva mañana, un nuevo día, una nueva sesión de cantaletas gratis por parte del rubio, o que mágico y afortunado día seria hoy, haciendo énfasis en el afortunado.
-Voy tarde, voy tarde-aaaa Naruto, una de sus peculiares cualidades, es que a donde fuera, tenia la "mala" costumbre de llegar extremadamente tarde y esa mañana no seria la excepción. Seguramente Kurenai, la primera de sus profesoras del día, lo reportaría y de nueva cuenta lo mandaría a la oficina del director. Que suerte que tenía ese chico.
-Ouch- un golpe sordo. Lo que le faltaba chocar a medio camino con algún idiota que no veía lo cuan apurado que se encontraba, seguro que seria como la ultima vez, una viejecita, se vería obligado a acompañarla a casa y llegaría aun mas tarde al instituto, y esa excusa no le serviría de nueva cuenta.
-Fíjate por donde caminas niño-una voz de chico, que para colmo, lo llamaba niño.
-Tu... que sepas que ya se cruzar la calle sin necesidad de que mi mami me tome de la mano-bruta respuesta.
-Bien por ti pequeño-y bruta burla.
-Tú... vas a ver...-wop sorpresa que se llevó al levantar al fin la vista del suelo y fijarse en que el chico que tenía enfrente era nada más y nada menos que su adonis.
-Pero miren nada mas a quien tenemos aquí-ese tonito hacia sospechar al rubio-es el rubiecito que va en mi grupo-así que el Uchiha sabia de su presencia ¿eh?- el de miradas acosadoras y suspiros desconcertantes-y lo había cachado infraganti espiándolo-no puedo negarlo, causo ese impacto en la gente-y aparte muy arrogante y ególatra.
-Vaya, no sabia que el Uchiha resultaría ser un gran vanidoso-Naruto no piques a un Uchiha, lo aprendería mas tarde.
-Si hasta mi nombre sabes-este Uchiha, algo quería-¿tan interesado en mi estas?-se acercó un poco mas al cuerpo del rubio.
-¡JA!-una gran y sarcástica carcajada-no te creas tanto Uchiha, el que me sepa tu nombre es algo sin importancia. Por si lo olvidaste estudiamos juntos, y escucho al sangrón que contesta "aquí"-mal imitación de voz del Uchiha- todos los días al pasar la lista los maestros.
Naruto se encontraba jugando con fuego, el Uchiha ya hasta había fruncido el entrecejo y acercado a el unos centímetros mas.
-Dime florecita-se le acerco demasiado al rostro-yo se que tu algo quieres-y con sus manos lo tomo levemente del mentón para acercar mas sus caras-¿Qué es lo que quieres de mi?
Lo había tocado, con sus manos, el mentón, y estaban tan cerca. En sueños imagino como seria el tacto de aquellas manos, pero esto no se comparaba con cualquiera de esos sueños locos que una vez tuvo, ahora lo sentía, de verdad, de lleno contra su barbilla, sus dedos, sus yemas, tan suaves, que parecía que al igual que el usaba crema humectante.
-Na...na...nada en particular- un pequeño toque y ya tenia la respiración agitada, sentía sus piernas flaquear y sus mejillas arder.
-Pero si mira como te has puesto con solo medio tocarte-el bastardo también que sabia como provocarlo, lo tenia acorralado contra una pared de quien sabe donde, porque hasta del lugar se había olvidado.
-Basta Sasuke, déjame ir, tenemos que ir a la escuela- bendita escuela, por una vez en su vida podía usarla de excusa, y es que si seguía así un minuto mas, con el Uchiha frente a el, seguro que sus lagrimas brotarían.
-Mmmmm no pienso ir a la escuela hoy-quien lo diría.
-No bromees, estamos en plena calle, suéltame-intentaría todo con tal de ser liberado.
-Pero mira quien lo dice-sarcásticamente hablaba ese chico-el que indiscretamente me mira y mira en clase, el que me sigue con la mirada hasta después de alejarme en el camino hacia mi casa, el que seguramente sueña conmigo y lo mas probable es que se moje, el que hasta a lo mejor y se masturba pensando en mi y en mis manos...
Lo sabia, sabia que moría por el y por sus manos, pero ¿cómo?, ni Kami lo sabe. A Naruto le había llegado su hora, si moría [había pensado en una ocasión] que muriera en los brazos de ese majestuoso ser no le disgustaría demasiado.
"adiós madre, padre, hermano, abuela, abuelo, fue en placer convivir con ustedes en esta vida, espero verlos en la próxima, recuérdenme con alegría y no con tristeza. Mi dotación preciada de ramen se la cedo a Kyuubi, mi compañero mas fiel, adiós mundo cruel"
Pensamientos irracionales y tontos ondeaban en la mente del rubio, a saber de donde sacaba tanto drama, seguramente seria el legado de su abuelo, pero una pregunta que si tenía un tanto más de sentido.
¿Cómo rayos se había enterado Sasuke Uchiha de su fetiche? ¿De que gustaba de el? ¿De que le gustaban sus manos? Y ¿Cómo rayos haría para salirse de esa embarazosa situación?
Gaara, que había pasado por ahí de camino a la escuela, los había mirado de reojo, y en lugar de detenerse a ayudar a Naruto, había decidido apresurar el paso. Seguramente serian la comidilla de media escuela al día siguiente. No porque Gaara sea chismoso, sino porque seguramente se lo contaría a Sai [pfff esos dos son novios en "secreto" y se cuentan absolutamente todo, todito] y Sai es un chismoso de primera, no porque quiera, sino que ya solito y natural se le salen las cosas.
-Espera... espera... espera un segundito-alejaba difícilmente su rostro del contrario. Con sus manos, apenas con fuerza, logro separar un poco el cuerpo enfrente suyo-¿tu como sabes de lo de...?-moriría ahí, era lo mas seguro, ahora si sentía que en cualquier momento caería desmayado y muy probablemente sufriría una hemorragia.
Sasuke para acallar su reproche había colocado dos dedos de su mano derecha sobre sus labios. Naruto, ahora más que nunca supo que lo deseaba, incluso más que en todas esas mañanas en que despertaba con la carpa de circo entre sus piernas, incluso más que esos días...
Se sentía el hombre mas feliz del mundo, en el cielo, flotando con las nubes [si, ahí, arriba, bien lejos], incluso se antevería a imaginar que había dado un gran salto y había atrapado un rayo de sol, tan feliz estaba...
-Shhhh...-un susurro del viento quizás-no digas nada Naruto-incluso sabia su nombre y salido de sus labios sonaba taaaaaan bien-yo se que lo deseas... Y también se que deseas a estas-sin duda un casanova sin vergüenza.
Y es que ¿Cómo no? Comenzó rozando levemente su trasero, pero de un momento a otro se lo apretó tanto con la mano libre, porque la diestra aun seguía en sus labios, que casi, casi, va y viene del espacio exterior.
-Aaaaaah!- un fugaz gemido escapaba de sus labios, y entonces sabia que perdería, se hundiría en el mar en que el diablo en persona, con cuerpo de adonis, se empeñaba en ahogarlo, se sentía sin respiración, la vida se le escapaba en un suspiro, se mal viajaba...
Sasuke aprovecho el momento en que el pobre y moribundo rubio dejo escapar ese gemido, y adentro en su cavidad uno de esos dedos que aun permanecían sobre ella...
-Se que me deseas-ahora le susurraba al oído-y yo te deseo a ti-uuuuuy si estaba soñando que, por favor, por favor, nadie lo despertara.
Naruto se dedicaba a sentir como el dedo dentro de su boca jugueteaba con su lengua, no podía evitarlo; más y más gemidos, elevados e tono, salían de su boca, mientras que el moreno se deleitaba con tan gloriosa vista.
-Naruto, se mío...- fue lo ultimo que escucho decir a su oído
Y Naruto murió...
Bueno no, pero se entrego al crudo placer de aquellas manos, subió al cielo, toco las estrellas, pellizco las nubes, atrapo mas rayos de la luz del sol y ¿por que no? también de la luna. Y probo lo hot cakes esponjositos de Sasuke, su Sasuke por hoy y para mañana quizás también...
-Oe Gaa-chan, Naruto y el bastardo no vinieron hoy a la escuela. ¿Por que será?-curioseaba el blanquito a su novio.
-Mmmmmm-y un asentimiento fueron las únicas respuestas que recibió por parte de aquel novio pelirrojo suyo...