FEELINGS
-Ya deja de hacer es quieres?...- Hora puso su mano sobre las piernas de Kaya que no dejaban de moverse nerviosamente. Estaban los dos frente al escritorio de Mana sama en su oficina; y estaba en un lio pesado.
-No puedo estar quieto....- Kaya seguia instalado en su nerviosismo que amenazaba con convertirse en un ataque de pánico, por su parte Hora estaba cómodamente recargado con una pierna sobre el lustroso escritorio de caoba. Algo extraño cuando de un momento a otro tendría a Mana sama y a su mirada indómita preguntándole la razón de sus recientes actos.
-Baja ese pie...- Kaya dio un empujón a la pierna de su compañero que cayo pesadamente al suelo.
De un momento a otro el vocalista junto sus manos en señal de suplica y empezó a murmurar. Hora con ironia ,sonrió ante el acto.
-Ni con ayuda divina vamos a salir de este lio Kaya chan...- Furioso por ver interrumpida su plegaria le dirigió una mirada asesina, no muy bien lograda dado el candidez natural de los almendrados ojos del cantante.
-Ya cállate...deberías estar pensando en lo que le vas a decir...- El tecladista se estiro perezosamente y fingió pensar profundamente.
-Solo se una cosa...que tu debes quedarte callado, aunque Mana sama te presione no digas nada, por que cuando abras esa boquita nos vas a mandar al diablo...- Sabiéndose perdido el vocal se limito a continuar con sus oraciones, rogando por que la furia de Mana sama no cayera sobre ellos como un volcán y los volviera, a ellos y a su carrera cenizas.
La puerta del amplio despacho se abrió y ambos se pusieron de pie ante la presencia de su jefe, estaba muy molesto, era visible aun en su inexpresivo rostro. Avanzo rápidamente al escritorio y se poso frente a ellos.
-¿En que estabas pensando Hora kun?...-Pregunto tratando de regular su voz para no gritar.
-Mana sama...
-¡Dije Hora kun, cuando me dirija a ti lo sabrás Kaya kun...!- Kaya bajo el rostro al suelo y se quedo callado, en realidad Mana estaba muy molesto.
-Pues...lamento que usted viera eso Mana sama..- Respondió Hora con simpleza, después de todo que podría decirle tras moler a golpes al vocalista aspirante de Moi Dix Mois; aunque aun no era un hecho, pero era la opción mas viable después de un desfile de aspirantes. Pero ahora sin razón aparente Hora lo había arrastrado por todo Middi: Nette incapacitándolo hasta el proximo equinoccio, todo durante un ensayo justo frente a Mana el día anterior.
-Hora kun, eres uno de los hombres mas inteligentes que he conocido, debiste tener una razón- Pregunto buscando que calmando su tono, para que el tecladista le digiera la verdad, pero desgraciadamente el joven solo se encogió de hombros.
-¡Por favor Hora, uno no agarra a golpes de repente a alguien, si no me dices la razón voy a tener que hacer algo que no quiero, dejar que te lleven a prisión y....dejarte ir- Pese a lo mucho que Mana apreciaba el talento y aun al mismo Hora, un comportamiento así era definitivamente inaceptable.
-No Mana sama...- Las lagrimas corrían por las marmoleas mejillas del vocalista que hasta ahora había estado en silencio, pero al escuchar esta amenaza levanto temblorosamente la voz.
-Yo le voy a contar que paso, si debe castigar a alguien es a mi...es culpa mía..- Hora lo miraba como si quisiera coserle la boca con la mirada, pero frente a Mana ya no podía hacer nada.
El guitarrista enfoco su mirada en Kaya, torturándolo con esa penetrante mirada que amenazaba con sacarle la verdad de lo más profundo del alma.
-Te escucho, pero te advierto que de mentirme, tendré que penalizarte a ti también....quiero la verdad...- Tomo asiento para tranquilizarse un poco, y para inspirarle menos temor a Kaya.
-Pues Mana sama, me apena mucho decirle esto pero...Hora golpeo a Aki kun por que...- Trago saliva al tiempo que su rostro se ponía de un rojo intenso.
-Yo...eh....estaba saliendo con Aki kun y...- Viendo que Kaya trataría de sacar bien parado aun al patán que ocasionó todo esto, decidió interrumpirlo y contar las cosas de manera verídica.
-Kaya se acostó con el y este patán le conto a todo el mundo, lo humillo en publico diciéndole todos hasta de que color tiene Kaya las pestañas, se pavoneo como un idiota de haberse acostado con el “Mana sama miniatura”, y por si fuera poco el muy maldito lo gravo en el celular y se los mostró a los del estudio, por eso le rompí la cara, y estoy muy feliz de haberlo hecho -Explico tan molesto que tuvo que hacer un esfuerzo enorme para regular su voz y no terminar gritándole a Mana; Kaya escondió el rostro con sus manos, ahora era oficialmente de el color de una manzana.
Mana no cambio su gesto de indiferencia, recargo los codos en el escritorio y sostuvo su rostro en sus manos.
-Es eso cierto Kaya kun, así como me lo relata Hora kun?...- Kaya que no dejaba de llorar asintió, nunca en su vida había sentido tanta vergüenza, deseaba que se lo tragara la tierra.
Tranquilamente Mana tomo el teléfono y ordeno a su secretaria que lo comunicara al hospital donde estaba Aki, la secretaria lo comunico de inmediato con la persona que le cuidaba.
-Bueno, soy Mana, ¿Cómo esta Aki kun?...- A su interlocutor le tomo algunos minutos describirle el estado del enfermo, que era muy deplorable.
-Bien, cuando este estable le dices por favor que esta oficialmente despedido, que no se atreva a poner un pie en este lugar y que si se atreve a preguntar por que, le envió a Hora kun a que le explique...de acuerdo?..- Mana colgó volviendo la mirada hacia los jóvenes músicos frente a el que estaban impresionadísimos.
-Pues parece ser Hora kun, que le rompiste tres costillas, la mandíbula, un brazo y lo dejaste fuera de servicio por algunos meses...-Aunque trato de evitarlo con todas sus fuerzas Hora no pudo evitar esbozar una sonrisa de satisfacción.
-Y veo que te enorgullece, pues veras esto es lo que vamos a hacer, si tu vuelves ponerle una mano encima a cualquier trabajador de esta empresa, sea cual sea la razón voy a cumplirte mi amenaza te lo juro...por esta ocasión y en vista de que ese animal se lo busco vamos a fingir que no paso nada...- Hora asintió respetuosamente con el alivio dibujado en su rostro.
-Ya puedes irte...- El tecladista se puso de pie, realizo una respetuosa reverencia y salio de la oficina.
Pero a Kaya no le habían dado su parte y dudaba que fuera a salir tan bien librado como Hora, el vocalista que habían enviado al hospital era tan prometedor que Mana estaba apunto de convertirlo en miembro oficial de su nuevo proyecto; aun no se explicaba por que le había atraído tanto, ciertamente era guapo, pero para Kaya eso no era un aspecto sobresaliente, como artista no ofrecía mas que todos los músicos que laboraban ahí. Incluso su personalidad era algo vacía, fue mas bien su insistencia y galantería lo que lo envolvió. Pero, un segundo después de acostarse con el se había dado cuenta de su verdadera personalidad, una que había ocultado solo para arrastrar a Kaya a la cama, y aunque Hora le advirtió mucho que ese tipo no le agradaba lo ignoro y ahora estaba enfrentando las consecuencias.
Kaya podría haber lidiado con cualquier cosa que su sempai le hiciera, que le gritara, lo ofendiera o lo maltratara; pero ni pudo soportar su mirada de decepción.
-Perdóneme Mana sama...pero...- Kaya rompió a llorar.
-Kaya kun, tu ya sabes que te aprecio pero, no siempre vas a ver mi lado indulgente, no puedes ir por ahí comportándote así esperando que Hora te defienda y que yo lo ignore, además no estabas con el?...que tenias que hacer buscando a alguien mas?..- Lo que Mana desconocía era que su explosiva relacion se había quedado en puntos suspensivos, decidieron darse un tiempo y ver a otras personas, aunque seguían viviendo juntos.
-Hora y yo...es complicado..- Musito tímidamente.
-Eso no importa, lo que importa eres tu, como te sentiste Kaya kun, cuando escuchaste esas cosas horribles, cuando viste tu intimidad ultrajada por tu falta de asertividad?...creo que deberías de pensar en ello de ahora en adelante.
No tenia que pensar en lo absoluto, “sucio” era a palabra, se sentía una basura al saberse tan fácil que pasaba por alto las luces rojas que le gritaban alto. Desde que Hora dejara de tocarlo, se había ido a la cama con cualquiera que fuera lo suficientemente interesante para merecerlo, pero en mas de una ocasión el desencanto lo hacían sentirse de lo peor, Y esta ocasión fue la culminación de sus errores. Ahora debía caminar por el edificio sabiendo que el noventa por ciento de las personas sabían como gemía Kaya al tener un orgasmo, cortesía claro del casi difunto Aki.
Apretó los puños deseando que en realidad Hora lo hubiera matado , y lo habría hecho de no ser por los seis guardias que se necesitaron para detenerlo.
-Se lo que estas pensando, no te apures tanto por eso Kaya kun, se les olvidara en algunos días...y si no, pues mandas a Hora kun a que los asesine a todos, que ya vi que para todos tiene...- Kaya sonrió levemente por el comentario, se limpio las lagrimas y por fin miro a Mana.
-Te aconsejo que cuides mucho lo que sea que tengas con Hora kun, el día de hoy me di cuenta de la persona maravillosa que es...no lo eches a perder Kaya kun...- Ciertamente la nobleza de Hora no había pasado desapercibida, aun oculta bajo su actitud indolente y despreocupada.
-Le prometo Mana sama que nunca jamás tendrá que verse envuelto en estas vergonzosas situaciones...le ruego me disculpe por tener que escuchar estas cosas...- Mana hizo un ademan con su mano que le indicaba que podía irse, siguiendo a su compañero se puso en pie y realizo una reverencia, dio media vuelta y se encamino a la puerta. Cuando Mana lo detuvo.
-Espera Kaya kun, me harías un favor?...- Kaya asintió de inmediato.
-Afuera esta el nuevo cantante, su nombre es Juka ,va a audicionar para mi, llévalo al estudio del segundo piso por favor y dile que lo veo en media hora.-Pidió amablemente como si no supiera que Kaya tenia el deber de obedecerle en todo.
-Por supuesto Mana sama, con permiso...- Salio de la oficina aliviado hasta lo sumo, había esquivado una bala muy peligrosa y agradecía estar vivo. De ahora en adelante se aseguraría de no dejar más que buenas impresiones en su jefe que ya en varias ocasiones se había mostrado tan clemente con el.
Atravesó la segunda puerta para salir a la pequeña estancia de espera, busco al susodicho vocalista que habría de llevar al estudio.
Había un joven contemplando las pinturas barrocas que adornaban el lugar, era bastante alto y vestía unos simples jeans y una sudadera negra.
-Disculpa , Juka san?...- El joven volteó y Kaya casi se va de espaldas. Era el hombre más guapo que había visto en un buen rato. Tenía el cabello negro azulado cubriéndole graciosamente la mitad del delineado rostro; sus facciones eran definidas y afiladas, casi simétricas, tenía unos ojos hermosos que transmitían confianza de solo mirarlos. Pero en cuanto le sonrió podría haberle pedido matrimonio y Kaya habría aceptado. Durante lo segundos que temo su apreciación, Juka alcanzo a distinguir quien era el que estaba frente a el.
-Kaya san?...cierto?- El aludido sacudió la cabeza esperando despejar sus pensamientos.
-Si...nos conocemos?- Pregunto extrañado y levemente emocionado.
-No...bueno...fui a tu concierto de la semana pasada...- El corazón de Kaya dio un salto de la emoción, sus presentaciones eran el momento mas completo de su vida, y solo evocarlos le arrancaba un sonrisa del rostro.
-Me dejaste impresionado Kaya san...- Realizo una reverencia mostrando su admiración.
-Ahhh...gracias.-Kaya devolvió el gesto más que sonriente.
-Por cierto..- Dijo recordando cual era su misión y el propósito de estar hablando con Juka.
-Mana sama...- En cuanto pronuncio ese nombre, el joven frente a el cambio por completo su expresión, paso de la serena tranquilidad a una agitación visible, nerviosismo quizás.
-Mana sama me ha indicado que te lleve al estudio donde audicionaras para el, te vera en media hora..- Juka trago saliva muy nervioso.
-A si?...- Tanta era su ansiedad que tuvo que sentarse para recuperar la compostura.
-Juka san?...estas bien...- Pregunto preocupado, el vuelco que dieron sus reacciones fue muy drástico.
-Si...lo que pasa es que...me pongo muy nervioso cuando estoy en el escenario...- Confeso apenado. Era inverosímil, no podías tener las agallas de plantarte frente a Mana para pretender ser parte de su proyecto y después alegar “pánico escénico”, era casi ridículo, pero el estado del joven cantante denotaba que este era el caso.
Paso una de sus manos por el hombro de Juka buscando aliviar su estrés.
-No deberías...si Mana sama ha visto algo en ti no tendrias por que sentirte tan nervioso..- La situación era mas complicada, quizás Juka ignoraba que una audición para Mana consistia en someter al aspirante a un concierto sorpresa, en una situación de estrés así, o sacaba todo el potencial o se echaba la soga al cuello el mismo. Kaya sabía que, en este momento, el estudio estaba ya lleno con al menos cuarenta personas y que Mana planeaba exprimir todo el talento que este joven pudiera tener. O por el contrario demostrar que no tenía ninguno.
Juka miro angustiadamente a Kaya.
-Si...creo que estoy exagerando, después de todo el me envió las canciones, solo tengo que cantar para el y ya...- Tratando de auto tranquilizarse respiro profundo repasando estas palabras en su mente.
-Bueno Kaya san...te sigo.
Se dirigieron al elevador, durante el trayecto mantuvo su mirada al frente, no miro a Juka para nada, la razón, desde ahora renunciaba oficialmente a todo contacto no profesional con cualquier persona; lo había decidido en el momento que se vio envuelto en el bochornoso escándalo del que acababa de librarse y juro que jamás le volvería a suceder. Aun Hora quedaba fuera de sus planes, y debido a esto, evitaba verlo, le había atraído tanto que sabia que en cuanto tuviera la oportunidad terminaría haciendo lo que no debía. Mejor cortaría por lo sano con todo estoy se limitaría a levarlo a su destino.
Pero su empresa se vio truncada cuando noto debido a la platinada puerta interior del elevador , los bellos ojos de Juka observándolo detenidamente, de pies a cabeza.
-Kaya san...quisiera hacerte una pregunta.
-Claro...dime...-Respondió titubeante buscando desviar su rostro de aquellos ojos inquisidores, si continuaba viéndolos respondería que si a cualquier cosa que le preguntara.
-¿Mana sama es tan....Mana sama?...- El cuestionamiento no quedo claro, la sucesiva repetición del nombre de su sempai no le decía mucho acerca de lo que deseaba saber.
Evidenciando su incomprensión mediante un gesto Juka busco replantear la pregunta.
-Pues...uno escucha muchas cosas acerca de el...es así...así como lo describen?-Kaya negó con la cabeza, pese a ser el presidente de la disquera, sus relaciones laborales se reducían solo a los músicos y productores, fuera de ellos era igual de misterioso para la chica que caminaba ahora mismo por la acera que para su secretaria que lo veía todos los días. Era así de reservado, tenia un celo inmenso por su intimidad y Kaya jamás había sabido nada de su vida que no hubiera salido de sus propios labios. Pero, hablando de la personalidad, la opinión común era muy errada.
-De ninguna manera, apuesto que has escuchado que es un tirano insufrible, caprichoso y soberbio...- Estos eran los adjetivos más comunes con los que se topaba a diario al transitar por los pasillos del lugar. Pero tras meterse en algunos líos y trabajar muchisimo con el podía refutar, con la mano en la cintura todas estas palabras.
-Pues no...es muy serio y a veces sientes que no le caes bien, pero cuando trabajas con el te das cuenta de que es un autentico genio, esta tan metido en su música que a veces no logra desligarse de esta, puedo decirte con seguridad que si bien no lo conozco mucho es una de las personas que mas respeto...y creo que se ha ganado el “sama” a pulso.
Para Kaya era muy simple, talento mas trabajo era igual a éxito, y por el nivel de éxito obtenido por Mana, la ecuación incluía mucho trabajo y muchísimo talento, así de simple. Y esto, lo hacia digno de su respeto.
Juka dio un respiro que no se supo si era de alivio y preocupación, su vista fija en los indicadores de los pisos denotaba que estaba muy nervioso por lo que se aproximaba.
-Tranquilo Juka san...si sales bien librado de esta...ya estas del otro lado...- Ahora había fallado en su intento, acompañando estas palabras Kaya le había regalado una hermosa sonrisa, que hasta el se avergonzó de ver reflejada en la puerta. Una sonrisa invitante y sugerente, que evidenciaba intenciones ocultas pero visibles.
-Eso...espero Kaya san.
La puerta del elevador se abrió y ambos avanzaron al interior del estudio, aun no llegaban cuando el murmullo de la multitud se hizo presente.
En una situación completamente desafortunada Juka vio con pavor a las cuarenta personas esperándolo a él, sintió que se le cerro la garganta y se le tensaron los músculos del cuello, así era imposible cantar. Por obviedad avanzo hacia la tarima donde estaban instalados los instrumentos.
Era el momento de la verdad, salir de ahí o seguir adelante. Lo primero le parecía lo mas factible, pero no había llegado hasta ahí para huir como un cobarde.
Kaya se quedo en el marco de la puerta, estaba por irse, pero sentía curiosidad, ¿seria la voz de Juka tan profunda al cantar como al hablar?, ¿le ocasionaría el mismo escalofrió escuchar su grave voz entonado una melodía que solo hablando?...decidió quedarse a escuchar.
Hecho un manojo de nervios Juka subió los escalones de la tarima, estaban ahí ya el baterista y el bajista, adivinando quien seria el guitarrista faltante trato de aclarase la garganta con pánico , noto que definitivamente la tenia totalmente cerrada. Su impresión no pudo aumentar mas cuando apareció Mana.
-Juka kun cierto?...-
-Si...si Mana sama.
-Recibiste las maquetas de las canciones?-
-Si Mana sama.
-Las aprendiste de memoria?.
-Si Mana sama.
-Sabes decir otra cosa que no sea “si” y mi nombre?- Juka se sonrojo totalmete avergonzado, pero la imponente presencia del mítico músico lo ponía mas nervioso de lo que normalmente era.
Su silencio era el mas claro indicador de su ansiedad, pero Mana no saltaría a conclusiones si no hasta después de escucharlo cantar.
-Bueno...vamos con “La Dix Croix”- Arranco un potente acorde de su guitarra y empezó con la sucesión de riffts, los demás lo siguieron y en cuestión de segundos la potente armonía, ritmo y bajeo de la pieza inundaban el estudio haciendo simbrar sus cimientos.
Juka empezó a cantar, al principio no fue muy bien, su garganta estaba tan cerrada que las notas altas y graves se distorsionaban, para su horror Mana paro en seco la canción.
-Juka kun...estas cómodo con el tono?- Pregunto, claro que estaba cómodo, esa canción estaba diseñada para el, su letra, su estructura todo, pero Juka no podía decirle nada de esto, estaba congelado por los cuarenta pares de ojos que lo observaban expectantes. Se dio cuenta de que había detenido la canción no para cuestionar su opinión acerca de tono de la canción, era una advertencia, una segunda oportunidad.
-De cualquier modo tratemos medio tono abajo, de acuerdo?...-Juka asintió, estaba desesperado, no podía echar a perder esta oportunidad por sus estupidos nervios, desesperado trato de despejar su mente, y encontró su punto de concentracion en el delicado rostro de Kaya que le veía angustiado desde la parte de atrás. Se enfoco en esos ojos almendrados, en es tersa piel y en esa sincera expresión llena de empatia. Tomo el micrófono con ambas manos y con la expresión de Kaya en su mente canto, y canto como nunca lo había hecho, se dejo de inseguridades y le regalo al público de esa noche la interpretación de un verdadero profesional. Al terminar vio a la multitud hasta ahora escéptica, rendida a sus pies.
Reuniendo todo su aplomo dirigió tímidamente la mirada a Mana, este dejo su instrumento delicadamente en el suelo y se dirigió a Juka.
-Bienvenido a Moi Dix Mois....buen trabajo...- Dio una palmada en su hombro y se retiro. Un mar de personas se le hecho encima apenas Mana se hubo retirado, felicitándolo, preguntándole su nombre y demás cosas. Entre tanto alboroto vio a Kaya salir del estudio, como pudo se libró de ellos y salio tras el.
-Kaya kun...- Kaya volteo, su gesto denotaba un oscilante estado de felicidad y tristeza.
-Te felicito Juka kun...- El tono de su voz detuvo cualquier intento de Juka por acercársele.
-Gracias...- Le sonrió levemente y siguio con su trayecto, se rehusaba a mirar atrás, le era tan temible como si sintiera que se convertiría en una estatua de sal al hacerlo.
Por que en cuanto escucho la aterciopelada y grave voz de Juka resbalarse cadenciosamente de sus oídos a su corazón, sintió irremediablemente que se había enamorado de el, así de simple, el amor es un sentimiento que se puede identificar fácilmente; y esta necesidad que surgió en Kaya de correr a abrazarlo en cuanto acabo de cantar, ese sentimiento creciente y calido en su pecho que lo hacían lamentar no haber conocido antes a Juka; ese tonto cosquilleo en su estomago que empezó cuando el empezó a cantar; eso era amor. Y lo sabia por que era lo que había sentido por Hora en el momento en que lo vio, y lo había amado hasta la desesperación; ya no lo hacia, pero este fue el parámetro para darse cuenta de su triste situación. Triste por que ahora que le pertenecía Mana quedaba fuera de su alcance. Esa era la triste realidad.