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White World por YukaKyo

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Notas del capitulo:

White World

 

Debes de saber que, Fullmetal Alchemist O El Alquimista De Acero  es © de Hiromu Arakawa, Square Enix, MBS, ANX, Bones.

Y que yo soy YukaKyo la creadora de este escrito y el © es de mi Propia Autoría.

Con la pareja Roy x Ed. 

También que quiero que recuerden la  LIE (Ley de Intercambios Equivalentes)

Beteado por  fayirenoongaku 

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"Welcome to my world"

 

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3.- Rolling Boy

 

Afianzó suavemente la tela entre sus dedos mientras introducía en la misma la aguja e hilo y una puntada casi perfecta unió las costuras rotas de la tela. Sonrío al sentirse fuertemente observada y disfrutó con una delicia malvada aquello. Sabía que aquel chico se estaba conteniendo para soltarse a preguntar insistentemente una y otra vez todo lo que deseaba, como también el que evitaba hacerlo, pues a la minima distracción la rubia terminaría pinchándose un dedo.

 

Detuvo su costura y levantó su mirada azul posándola sobre los plateados ojos del rubio.

 

- No seas tan tímido Al, Dime ¿Qué mas deseas saber? -

 

Los ojos de Winry lo observaron removerse inquieto en el sillón frente a ella. Sabía que tenía muchas preguntas y un gran vacío temporal que necesitaba ser llenado. Todos aquellos años de intensos viajes y aventuras que no recordaba haber vivido y esperanzadamente empezaba a creer que aquello era como una amnesia que podía desvanecerse con cada pequeño relato que la persona indicada pudiese contarle.

 

- Háblame mas de mi hermano - musitó con determinación en su mirada pasmando a la joven - Su forma de ser en todo este tiempo, sus amigos, sus deseos, sus sentimientos. ¡Quiero saber todo de Edward! -

 

Recomponiéndose de la impresión inicial, la joven asintió suavemente y dejando sobre su regazo la capa que recomponía, pasó saliva por su garganta seca buscando con ello serenarse al mismo tiempo que ordenaba sus ideas.

 

¡Había tanto que contar!

 

Demasiado que no creía que fuesen suficientes unas cuantas palabras para describir todo lo que Edward Elric había sido durante aquellos años. Con una nostalgia poco inusitada en ella, paso sus dedos por la tela rojiza.

 

El viejo sobretodo rojo y rasgado que siempre llevaba puesto el rubio sobre sus hombros. Aquella prenda era lo único que el rubio había dejado como prueba de que estuvo en aquella ciudad subterránea, luchando para traer de vuelta a único lazo precioso que tenia en ese mundo. Se mordió los labios con dolor.

 

El pecado de los hermanos Elric había atormentado a ambos rubios, pero de alguna manera, el peso de la culpa lo llevaba cargado como un cruel estigma el mayor de ellos. Podía decir que Edward había sido un poco feliz a su manera, pero siempre limitándose a expresar sus sentimientos libremente.

 

Ella misma lo había visto en incontables ocasiones con aquella enorme sonrisa que no era más que una fingida mueca en sus labios que, había podido engañar a tantos e incluso al mismo Alphonse. Pero nunca a ella, pues sus ojos bravos y brillantes hablaban por si solos, mostrando sus limitaciones autoimpuestas.

 

Winry sonrió, era curioso, solo una vez había podido ver aquellos ojos libres de las cadenas que lo apresaban. Brillando más vivos y hechiceros como un fuego dorado llamativo, que solo ardía cada vez que sobre los mismos se posaban unos azul oscuro que siempre le observaban orgullosos y desafiantes.

 

Más en ninguna otra ocasión, volvieron a liberarse. Concentrándose en no dejar entrever sus emociones y mucho menos expresar de alguna forma el amor que sentía. Pues como un chico encadenado por sus errores del pasado, se había obligado a castigarse de aquella manera. No dando posibilidad alguna a que sus sentimientos se expresaran y que su corazón hablara.

 

Por ello se había negado a expresar ese amor, porque estaba segura que Edward amaba a ese hombre y no dejaría que su corazón lo expresara, al menos no, hasta que estuviesen cumplidas las promesas ante Alphonse, su madre muerta y él mismo.

 

Y podía apostar también, que Roy Mustang jamás se había dado cuenta de aquel amor que el rubio le profesaba. No al menos en aquellos momentos, pues la venganza que debía ser realizada carcomía su alma negándole ver más allá de sus deseos. Su mejor amigo había muerto y él no podía quedarse de brazos cruzados.

 

Winry suspiró y cerró los ojos con premura. Edward hubiese sido tan feliz si tan solo hubiese sido un poco mas egoísta y Roy hubiese podido disfrutar de aquello si de sus ojos se hubiese caído aquella venda de rencor y odio que los cubría ciegamente.

 

Pero era algo que no podía remediarse ya.

 

Mucho menos ahora que Edward...

 

Había desaparecido de su mundo.

 

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

 

Se obligó a guardar silencio, mientras solícitamente el hombre que estaba sentado al borde de la cama a un lado suyo, le cambiaba el paño por uno más fresco y húmedo colocándolo de nueva cuenta sobre su frente.  Dejándolo hacerlo, Edward bajó la vista hacia las ropas que vestía y no pudo evitar que en los labios se le formara una mueca de desagrado al notarlas excesivamente grandes.

 

- ¿Y que tan parecido soy? - Oyó que le preguntaba y agitó violentamente sus cabellos rubios sueltos cuando levanto la vista hacia él.

 

Tuvo que morderse un labio cuando sus ojos volvieron a recorrer las facciones del pelinegro con dolor y cerró los ojos cuando terminó de compararlo.

 

- Te le pareces tanto, es como si fueses su reflejo en un espejo -

 

El hombre le observó por un segundo sin expresión alguna en el rostro, antes de medio girarse hacia la mesita cercana, donde echó el paño que anteriormente le había quitado al rubio y lo revolvía en el agua fresca con dos de sus dedos.

 

- ¿En serio? Entonces hay otro Roy Mustang caminado por ahí ¿Eh? - musitó concentrado en agitar sus dedos. Estando de espaldas como seguía, no pudo notar la mirada dolida del rubio que le había echado sobre su persona poco después de haber terminado de decir aquello.

 

- Espero algún día encontrármelo por ahí, para ver si es verdad que nos parecemos - el pelinegro giró el cuerpo encontrándose entonces con un rubio que cerraba los ojos y asentía suavemente a lo que había dicho. 

 

Los segundos se convirtieron en minutos de completo silencio, que fueron interrumpidos una vez más por el pelinegro.

 

- ¿Qué era lo que hacías en ese lugar? - Preguntó con voz calmada y el rubio abrió sus ojos encontrándose solamente con el perfil sereno del hombre - Yo fui a dejarle flores a ese chiquillo -

 

- Era un chico que conocí unos meses atrás y murió hace tan poco tiempo. Un Zeppelin cayó de los cielos y lamentablemente él había estado justo ahí cuando sucedió esa tragedia -

 

El rubio tragó saliva cuando los ojos azul oscuro del pelinegro se fijaron nuevamente en él con censura.

 

- Era un niño con tu mismo nombre e idéntico a ti -

 

Y aquello simplemente había dejado tan blanco a Edward, como las mismas sabanas en las que descansaba.

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TBC....


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