“¿Conoces la muerte? ¿Conoces el dolor? ¿Conoces la soledad? ¿Le temes a tus demonios?...”
Mientras terminaba de leer el libro que reposaba en su regazo, ayudado con la luz de la linterna que sostenía, debajo de la sabana de su cama, usando como respaldo la cabecera, el golpe seco que provoco la caída de algo, lo saco de sus pensamientos.
Lentamente y con algo de miedo, gracias a la lectura que estaba próximo a terminar, Sasuke salio de debajo de la tela, dejando el libro sobre la cama y tomando la linterna con ambas manos para acercarse a la ventana. Hincándose en el colchón, teniendo cuidado de no aplastar el libro, hizo las cortinas a un lado para asomarse a la calle.
Sin necesidad de alumbrar con la linterna, gracias a la iluminación de la calle, Sasuke pudo divisar la figura de una persona en el suelo, parándose con dificultad. Desde su posición, la persona le pareció pequeña, casi de su estatura, y a demás de vestir ropa de un llamativo color naranja, le pareció que tenía algo como una cola y orejas. Se talló los ojos varias veces para confirmar que este último detalle no se debía ni a su falta de sueño, ni a sus excéntricas lecturas (al menos para un niño de su edad). Cuando volvió a enfocar la vista, la figura ya estaba de pie y miraba hacia su ventana, mas concretamente, lo miraba a él.
Antes de que siquiera procesara bien esto último, la figura estaba ahí, al parecer flotando (de forma bastante peculiar pues se tambaleaba) fuera de la ventana. Sasuke se echo hacia atrás, casi cayendo de espaldas sobre la cama. El niño (pues por su apariencia así lo identifico) toco con el puño la ventana en señal de que quería entrar. Sasuke negó con la cabeza, no dejaría entrar “eso” a su recamara. El niño volvió a tocar, pero al recibir de nuevo una respuesta negativa, se abrazo a si mismo, dando a entender que tenia frío.
Sin saber exactamente porque, Sasuke, al ver la mirada y los gestos del niño, se decidió a abrirle la ventana.
El niño entro y se sentó en la cama, mirando con curiosidad en su rededor, prestando especial interés en quien le había dado acceso.
-- ¿Cómo te llamas? –Le pregunto el niño.
Sasuke permaneció en silencio unos segundos, mirando al extraño visitante con cierto recelo, analizando con cuidado su apariencia. Su cabello era de color rubio, su piel de un saludable color bronceado, sus ojos eran rojos, cosa que no le llamo tanto la atención como las orejas y cola de zorro que poseía. Su vestimenta también resultaba llamativa, un pantalón y una chamarra naranja con blanco.
-- ¿No me oíste? Te pregunte como te llamas –La voz del niño interrumpió sus observaciones.
-- Sasuke –Respondió-- ¿Tu como te llamas?
-- Naruto –Contesto sonriente—Gracias por dejarme entrar, hace frío y he oído que es peligroso salir en este mundo de noche.
-- ¿En este mundo? –Sasuke se sorprendió ante lo dicho por el otro-- ¿De donde vienes?
-- Ehh…bueno, no creo que tengas que saberlo –Dijo Naruto sin dejar de sonreír—Solo que no soy de aquí.
-- ¿Entonces como llegaste?
-- Me perdí –Respondió con sencillez, notando el bulto debajo de la sábana—Iba a casa de un amigo, pero me fui por otro camino y termine aquí.
Sasuke asintió con la cabeza, aun cuando el pequeño relato no le respondía de qué forma había llegado ahí.
Se acerco más hacia el niño, por curiosidad, volviendo a su antiguo análisis, inspeccionando cada detalle de su rostro y su cuerpo. Noto que su cola se movía de un lado al otro, al parecer de forma involuntaria. La tomo. Primero se concentro en la suavidad del pelaje de la cola, y luego en su hermoso color rojo. Unos segundos después de esto, se percato de que Naruto lo miraba, él esperaba una reacción de enojo o reclamo, pero de forma contraria el niño lo veía con una sonrisa.
-- Nunca habías visto una –No era una pregunta-- ¿Vives aquí solo?
-- No, vivo con mis papas y mi hermano
-- ¿Aquí también es así? –Pregunto el rubio con entusiasmo—Yo también vivo con mis papas, pero yo no tengo hermanos ¿Cómo se llama el tuyo?
-- Itachi, es mayor que yo… ¿Cómo es el lugar donde vives?
-- Mmm... Pues no es como este –Respondió Naruto pensativo—Hay muchos árboles y las casas son más pequeñas, y no hay de esas cosas que brillan.
-- ¿Cosas que bri…? ¿Los postes de luz?
-- Pues, lo que están allá afuera –Término por restarle importancia-- ¿Qué es esto? –Dijo señalándole el libro que había sacado de debajo de la sábana.
-- Un libro
-- ¿Y para que sirve?
-- ¿Qué no hay de donde tu vienes? –Pregunto Sasuke, pensado que se estaba relacionando con un ignorante.
-- Si, pero nosotros no podemos verlos.
-- ¿Los niños?
-- No, nosotros los… ¿De que trata el libro? –Cuestiono Naruto cambiando el tema.
-- Pues… --Dijo Sasuke reflexionando acerca de si insistir o no--…sobre demonios –Dijo al fin, decidiendo dejar ese tema apara después.
-- ¿En serio? –Pregunto incrédulo el rubio-- ¿Cómo se llama el libro?
-- Demonios de media noche… ¿Qué no sabes leer? –Dijo con desde, señalando el hecho de que el titulo era perfectamente visible.
-- ¡Claro que se leer! –Respondió Naruto con aire ofendido—Pero estas cosas están muy raras –Argumento apuntando con el dedo las palabras de la portada.
-- Ahh –Dijo Sasuke con entendimiento y según disculpándose.
Naruto ojeo el libro y Sasuke, sin poder evitarlo, volvió a tomar la cola de zorro que se movía de aquí para allá, como la de un gato. Atrapándola de forma momentánea y luego soltándola por ese involuntario pero constante movimiento, se entretuvo un buen rato. Naruto por su lado, le tomo poca importancia a que el moreno jugara con su cola y se dedico a mirar los dibujos que aparecían cada tantas páginas.
Observo con mucho cuidado las ilustraciones en blanco y negro, pasando sus manos sobre alguna que le llamara en especial la atención. Había pensado, al escuchar el titulo, que algunas cosas del lugar donde venia podían encontrase, pero no vio nada que le recordara su hogar o el estilo de vida que llevaba. Horripilantes monstruos danzaban alrededor de enormes hogueras, un hombre (quien creyó era el protagonista de la historia) miraba con horror sangrientas escenas y el mismo las provocaba en feroces peleas contra los que creyó eran la representación de los demonios.
Cuando se canso de ver tales ilustraciones, cerró el libro con un golpe, y luego miro a Sasuke, quien parecía muy concentrado en atrapar de forma permanente su cola. Sonrío divertido, y fue su turno para examinar al otro. Ojos negros y muy profundos, al igual que su cabello un tanto despeinado en ese momento y de piel blanca. Desde su punto de vista, Sasuke resultaba muy peculiar e interesante, no tenia ni cola ni orejas, además de que no había nadie con sus características en el lugar de donde venia.
-- ¿Por qué estas leyendo esto? –Pregunto de repente, haciendo que Sasuke dejara escapar su cola una vez más.
-- Me lo regalo mi hermano –Contesto, olvidando momentáneamente la llamativa cola de Naruto-- ¿Por qué lo preguntas? –Dijo al notar que el rubio lo miraba con una extraña y repentina seriedad.
-- Mmm bueno… --Naruto se encogió en hombros-- ¿Tu crees en lo que esta aquí?
-- No, es solo una historia, no es de verdad
-- ¿Entonces no crees en los demonios?
-- Pues… --Sasuke se quedo en silencio, pensado—Talvez si existen, pero no se si hagan esas cosas.
-- ¿Qué cosas?
-- Pues lo que dice ahí, matar a la gente y robarle sus almas.
-- ¿Eso es lo que creen aquí sobre los demonios?
-- Mucha gente si lo cree ¿Cómo son los demonios de donde tú vienes?
-- Bueno, pues son como… ¿Y a ti te dan miedo los demonios?
-- No, pero ¿Por qué lo preguntas? –A Sasuke esas preguntas y repentinos cambios de tema ya le estaban pareciendo sospechosos.
-- Solo quiero saber –Se excuso Naruto-- ¿Te dan miedo o no?
-- No –Dijo al final Sasuke, aunque debía admitir que a los demonios de la historia si les tenia miedo— ¿Como son los demonios en el lugar donde vives?
-- Pues…son como yo –Termino por decir sonriendo nerviosamente, pero contrario a la reacción que esperaba, Sasuke comenzó a reírse.
-- ¡¿Un…Un demonio?! –Dijo Sasuke riéndose a carcajadas-- ¡¿Tu?! Por favor… --Dejo salir una sonora risotada mientras caía de espaldas sobre la cama.
-- ¿Por qué no me crees? –Pregunto Naruto totalmente confundido.
-- Por…porque pareces…pareces un zorrito –Dijo señalando con el índice y sin dejar de reír—Un zorrito inofensivo –Rectifico
-- ¡Yo no soy un zorrito inofensivo! –Grito Naruto-- ¡Y deja de reírte!
Al decir esto último se le arrojo encima a Sasuke, quien noto la mirada aun más roja de Naruto, al igual que una extraña fuerza oprimiéndolo. Al ver la cara asustada de Sasuke, se levanto.
-- Perdona –Dijo inclinando la cabeza—Los siento mucho, de verdad, perdón –Dijo muy apenado.
Sasuke se levanto y miro aun asustado al rubio que inclinaba la cabeza pidiendo disculpas. Por un momento pensó en sacarlo por la ventana, pero luego miro su roja mirada, la cual le pareció sincera, y si bien no pensaba pedir perdón por haberse reído, al menos acepto las disculpas.
-- No te preocupes –Dijo al final— Pero entonces ¿Eres un demonio?
-- Pues si –Contesto Naruto recuperando de forma milagrosa su sonrisa-- ¿Me tienes miedo?
-- No –Respondió únicamente porque su orgullo le impedía dar otra respuesta-- ¿Por qué estas aquí?
-- Ya te lo dije, me perdí –Y dejo por zanjado el tema, no queriendo dar mas razones.
Repentinamente se sumieron en un silencio algo incomodo. Al principio, Sasuke no pensaban creerle, pero al ver el rojo de sus ojos aun mas intenso y la extraña fuerza que de repente lo había envuelto, no le cupo duda acerca de la naturaleza del niño.
Por su lado Naruto, no veía el momento en que lo echaran por la ventana, por eso se había controlado lo mas, pues el no sabia como regresar y debía esperar a que fueran por el, y eso era algo que no deseaba hacer en la calle, y sobre todo, el niño que le había dado asilo le llamaba mucho la atención.
Permanecieron mirándose en silencio un rato, una vez examinándose, encontrando todas las diferencias y similitudes que pudiera haber entre ellos.
-- ¿Cuántos años tienes? –Pregunto Naruto.
-- Ocho –Contesto Sasuke, quien había recuperado su interés en la cola de Naruto, pero esta vez sin atreverse a tomarla-- ¿Y tu?
-- También tengo ocho… ¿Vas a la escuela?
-- Si, ¿Tú no vas?
-- No, los demonios no podemos ir.
-- ¿Por qué?
-- Mmm quien sabe –Respondió encogiéndose en hombros—Solo no podemos ir.
-- ¿No puedes ir a la escuela pero si venir aquí?
-- Vine aquí por accidente, nadie sabe que estoy aquí –Le aclaro—Tengo que esperar a que alguien venga por mi.
-- ¿Quién vendrá por ti si nadie sabe? –Pregunto Sasuke con curiosidad.
-- Quien sabe, talvez mi padre o mi amigo.
-- ¿Amigo?
-- Si, al que iba a ver, pero me perdí.
-- ¿Cómo…? Bueno ni importa –Dijo al final Sasuke, creyendo que Naruto no iba a responder a esa pregunta.
-- Oye –Lo llamo Naruto mientras tomaba el libro-- ¿Puedes leérmelo?
-- Ehh…pues…bueno –En respuesta a eso, Naruto sonrío.
Pasaron lo que quedaba de la noche leyendo, bueno Naruto mirando los dibujos y escuchando con atención cada palabra que Sasuke decía, lo cual provoco que el rubio se acercara mucho a Sasuke, cosa que de hecho no le molesto.
Una vez llegado al punto donde Naruto había interrumpido la lectura del moreno, escucharon como algo se caía en la calle.
Dejaron el libro sobre la cama y miraron por la ventana. En el piso de la calle, de la misma forma en que llego Naruto, había una persona que se levantaba con dificultad. Cuando Sasuke iba a preguntarle al rubio si lo conocía, este exclamo:
-- ¡Gaara!
Sin pensarlo dos veces, Naruto abrió la ventana y salio, flotando de esa irregular forma. Antes de dirigirse al otro niño, le tendió la mano a Sasuke, quien después de un segundo de duda, la tomo.
Una vez fuera de la ventana, Sasuke se encontró flotando de forma peligrosamente inestable, sin embargo Naruto lo llevo con suavidad al piso, y una vez en este, los dos corrieron hacia al recién llegado.
El niño que ya se había puesto en pie y miraba al moreno con curiosidad, era pelirrojo, de ojos claros, piel blanca, tenía un tatuaje en la frente, y sus orejas y cola eran de color arena.
-- ¡Gaara! –Volvió a decir con alegría Naruto mientras se le echaba encima al aludido-- ¡Que bueno que viniste!
-- Si… --Fue lo único que alcanzo a decir el pelirrojo mientras se deshacía del abrazo que le era conferido-- ¿Quién es el? –Pregunto mirando a Sasuke, una vez que Naruto volvía a definir su espacio personal.
-- El es Sasuke –Respondió el rubio aun con ese entusiasmado tono—El me metió a su casa a pasar el rato.
-- Mucho gusto. Soy Gaara –Se presento el pelirrojo examinado con cuidado a Sasuke-- ¿Te causo problemas?
-- No –Negó el moreno-- ¿Tu quien eres?
-- Soy amigo suyo –Respondió señalando a Naruto—Por cierto, ya hay que irnos.
-- ¿Por qué? –Dijo Naruto con decepción—Sasuke me estaba leyendo un libro.
-- ¿Un libro…? –Se sorprendió Gaara—Pero nadie sabe que vine, si se dan cuenta nos van regañar a los dos.
-- ¿Ya se van? –Pregunto Sasuke con cierto desencanto.
-- Si, tenemos que irnos –Rectifico Gaara—Gracias por cuidar de este idiota
-- ¡No me digas así! –Se defendió el rubio.
-- No hay problema –Le aseguro el moreno ignorando a Naruto.
-- Bueno, nos vamos –Dijo Gaara—Adiós.
-- Adiós Sasuke –Le dijo Naruto mientras sonreía y tomaba la mano de Gaara.
-- Ehh ¿Nos veremos de nuevo? –Pregunto, mientras rubio y pelirrojo intercambiaban miradas.
-- Tal vez –Dijo al final Naruto—Cuando sea más grande, puede que me dejen venir…
-- O puede que se pierda de nuevo y tenga que venir por el –Completo Gaara.
-- Entonces, hasta luego –Dijo Sasuke despidiéndose con la mano.
-- Hasta luego –Dijo Naruto sonriendo y moviendo la mano entusiasmadamente.
-- Cierra los ojos –Le pidió Gaara.
-- ¿Por…?
-- Solo hazlo, por favor
-- Bien.
Sasuke cerró los ojos, tuvo una sensación de mareo y escucho un sonido muy extraño, algo que no había escuchado en su vida. Cuando volvió a abrir los ojos de nuevo, se encontró en su habitación. Decido mirar por la ventana, viendo que en el punto donde hacia poco se encontraban Gaara y Naruto, había un círculo lleno de símbolos dibujado, y que desaparecía poco a poco.
Se sentó de nuevo en la cama y tomo el libro para por fin terminarlo.
“-- ¿Conoces la muerte? ¿Conoces el dolor? ¿Conoces la soledad? ¿Le temes a tus demonios?
-- Yo le temo a los demonios, he visto lo que ha…
-- Te pregunte si le temías a los tuyos, a tus demonios
-- ¿Qué quieres decir?
El anciano levanto su mano y señalo a mis espaldas. Lentamente y con inseguridad me volteo. Estuve a punto de susurrar el nombre de la mujer que se acercaba lentamente, el nombre de la mujer que lo había ayudado durante todo ese viaje, pero antes de poder hacerlo, ella hablo.
-- Perdona –Me dijo.
Lo siguiente que supe, fue que la persona que lo que tenia delante, era un de las horribles criaturas contra las que había luchado. Después de eso, cerré los ojos.”
Sasuke cerró el libro, y luego se dirijo de nuevo a la ventana, pensado en que, sin importar la mirada fiera o la fuerza que pudiera emanar, realmente deseaba ver a Naruto de nuevo, y se sintió un poco ¿Celoso? De que el rubio se hubiera ido tan alegre con ese tal Gaara.
De verdad, deseo verlo otra vez, sin importarle todas las advertencias que ese libro pudiera darle, quería verlo y pasar mucho tiempo en el.
Después de un rato mirando la oscura calle, decidió irse a la cama, preguntándose si su hermano le crearía cuando se lo contara.