¡RING! ¡RING!
Ese molesto sonido se repetía una y otra vez incansablemente, algo adormilado, estire mi mano para apagar aquel endemoniado aparato, después de hacerlo, la deje reposando encima del despertador, solo para luego quitarla y levantarme de la comodidad de mi amplia cama matrimonial.
-Otro día mas en mi monótona existencia-susurre para mi mismo algo cansando. Estaba fastidiado de la misma rutina de todos los días, siempre era igual, nada cambiaba...eso era muy estresante.
Ser el hijo único de una de las familias mas adineradas de todo Inglaterra era cansado y aburrido, mis padres jamás estaban en casa, siempre estaban ocupados en viajes de negocios o de placer, cosa que es conveniente, ya que me otorga mucha libertad, más de la necesaria.
Esa es la vida de Sebastian Michaelis, mi vida, como mencione anteriormente, soy el hijo del creador y director de la compañía Michaels, dedicada ala fabricación de "auto-raves", humanoides que carecen de sentimiento, objetos que solo sirven para obedecer las ordenes de los humanos, en lo personal me desagradan esas maquinas, mi madre es una supermodelo mundialmente famosa, por lo cual siempre esta de viaje.
Basta de hablar sobre mi "interesante" vida, es hora de ir a ver a mi padre en su oficina, ya que el me había citado para el día de hoy, antes de que me olvide mencionarlo, hoy es mi cumpleaños número 22 y en lo personal espero que sea interesante. Me bajo perezosamente de mi cama, para luego dirigirme al baño anexado a mi departamento, que no es para nada pequeño he de decir, me despoje de mi piyama, y me metí ala ducha. Sentía el agua recorrer mi cabello para luego bajar por mi nuca, me sentí relajado por un momento, después de haber terminado de ducharme me vestí con un traje casual pero elegante. Salí de mi departamento donde había una limosina esperándome.
-A donde desea ir esta mañana, Sr. Michaelis?-pregunto cortésmente mi chofer una vez que ingrese dentro del vehículo.
-A la Compañía de mi padre, Gabriel-conteste desinteresadamente
-Claro señor- respondió Gabriel, dando marcha al automóvil hacia la
oficina de mi padre.
Durante el trayecto solo mire por la ventana, viendo los edificios, hasta que llegue a mi destino más rápido de la cuenta.
-Hemos llegado señor-anuncio Gabriel desde el asiento del conductor.
-Eh? Oh si, gracias Gabriel-dije cordialmente.
Gabriel salió del auto para luego abrirme la puerta, al salir, el hizo una reverencia y se retiro.
-Ahora veamos, de que es lo que quiere hablar mi padre, como si no lo supiera-suspire fastidiado, era lo mismo de todos los años, pero ya estaba ahí, y me encamine a la puerta principal.
Al abrirla pude sentir la mirada de todos sobre mi, claro, era de esperarse, soy el hijo del dueño, camine lentamente por los largos pasillos de la sala, sentía las miradas hambrientas que me dedicaban las mujeres ahí presente, me miraban sin pudor alguno, devorándome con la mirada. Estaba acostumbrando a este tipo de miradas ya que, siendo yo, alto, cabello negro y lustroso, cara perfilada, ojos carmesí y afilados, cuerpo atlético y mucho dinero, era el soltero mas codiciado de toda Inglaterra. Después de estar pensando esto, llegue a la puerta de la oficina de mi padre, la puerta era enorme e imponente, toque 3 veces y después de escuchar un "adelante" entre.
-¡Hijo mío!-exclamo mi padre al verme pasar por la puerta.
-Padre-sonreí disimuladamente-¿Para que querías verme?
-Bueno hijo, como sabrás, hoy es tu cumpleaños, así que quería desearte lo mejor en este día tan importante de tu vida...-
Mi padre siguió hablando sobre lo mismo durante un buen rato, hacia esto los años, así que suspire derrotado, tendría que quedarme a oír todo eso de nuevo.
-Bueno hijo eso es todo lo que tenía que decirte, y como voy algo tarde a una reunión, he dejado tu regalo en tu departamento, espero que lo disfrutes-termino de decir mi padre para luego abrazarme y salir de su oficina rumbo a su reunión.
-“Así que, un regalo, me pregunto que será”- pensé mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro, la curiosidad me carcomía, así que decidí llamar a Gabriel y decirle que me lleve a mi departamento.
Al salir de la oficina, unas secretarias pasaron a mi lado, dedicándome una risas coquetas, yo respondí con una mirada seductora, estarían bien para una noche, después de eso perdería el interés, lo se, siempre pasa lo mismo. Una vez fuera del edificio, Gabriel se encontraba esperándome, me abrió la puerta de la limosina y tomó rumbo a mi departamento.
-“Ahora veamos que me regaló mi padre”-pensé sonriendo mientras miraba a lo lejos mi destino, recuerdo que mi ultimo regalo fue una semana en uno de los hoteles mas "exóticos" del país, con tal de decir que no recordé nada de lo que hice en esa semana, estoy ansioso por ver mi regalo esta vez.
Al llegar, Gabriel me abrió la puerta y me dirigí a mi habitación, al abrir la puerta de mi cuarto, cual fue mi sorpresa al encontrar una ENORME caja envuelta en papel celofán rojo, con un gran listón blanco en la punta, me acerque y note que colgaba una tarjeta, abrí dicho
objeto para leer su contenido, que decía lo sig.:
「"Feliz cumpleaños numero 22"
Con amor
Mamá y Papá 」
Al terminar de leer la tarjeta esbocé una sonrisa, después de todo eran mis padres y los amaba, curioso, dirijo mi mirada hacia la enorme caja que se encontraba en el suelo de mi sala.
-Algo grande para ser un refrigerador nuevo-dije mientras me acercaba al paquete y comenzaba a deshacer el moño cuidadosamente. Después siguió el papel celofán, eso fue más fácil, ya que lo único que hice fue desgarrarlo, no soy muy paciente que digamos.
-¡¿QUÉ?!-exclame sorprendido al ver el contenido de dicha caja, dentro se encontraba un contenedor de metal con un chico en su interior, aparentaba tener unos 13 o 14 años.
-“Auto Rave”-pensé con pesadez, como había mencionado antes, me desagradan estas cosas, pero había algo diferente en este, no era como los otros androides que he visto. Este era con forma humana (*), su cabello era de un azul grisáceo, tenia piernas largas y blancas, sus pestañas eran largas igual, rozaban sus mejillas, su piel parecía de porcelana con lo blanca que estaba, si que parecía un humano, y además era muy bello.
Saco con sumo cuidado el contenedor, ¡si que pesaba!, creo que me hernie al alzar de golpe la caja, la deposito a un lado y me pongo a revisar el interior del paquete de regalo, encuentro un instructivo.
-Ahora veamos, como se enciende este muñequito-sonreí con lascivia pensando en las múltiples cosas que podría “enseñarle”-Aquí dice primero hay que verificar su numero de serie.
Voltee mi mirada hacia la caja, acercándome un poco pude ver que debajo de la base decía lo sig.:
AutoRave de compañía/Uso dual, asistencia doméstica
Número de serie TOYDA/1.0/TPash/c10/serSSELD0012524
-Al parecer es uno de lujo, ya se me hacia, teniendo esa forma tan huma y “exótica”-murmure con malicia mientras recorría su pequeño cuerpo de pies a cabeza, si que era “delicioso”-Ahora el siguiente paso es activarlo, aquí dice que primero hay que sacarlo de la caja, ¿no es algo my obvio?
Con cuidado, abro el contenedor y saco cuidadosamente al AutoRave y lo depósito con delicadeza en el sofá que hay en mi sala.
-Luego dice que una vez fuera, hay que activarlo con el interruptor que se encuentra detrás de su nuca-al terminar de leerlo, dirijo mi mirada hacia el pequeño cuerpo que esta en mi sofá, me encamino hacia el y me pongo de cuclillas enfrente de el para quedar a su altura.
-Un interruptor detrás de su nuca-repito mentalmente, para luego bajar su cabeza levemente y pasar mi mano por su cuello.
-Es tan suave-pensé, mientras seguía pasando mi mano por su níveo cuello-Si tan solo se moviera, espera, es para eso que lo puse acá, ups, se me olvido-reí por un momento por mi descuido, después de encontrar el interruptor, puse mi mano sobre el para activarlo.
Al momento de activar el interruptor, sentí como su cuerpo tembló bajo el mío, por lo que me separe de el. Al hacerlo, vi como lentamente abría sus ojos, pude notar que eran de un profundo color azul, sentí perderme en ellos por un instante, hasta que una pequeña voz me saco de mis pensamientos.
-¿Usted es mi comprador?-pregunto el androide dirigiéndose hacia mi.
-Emmm, supongo-conteste sin saber realmente.
-¿Podría decir su nombre?-
-Claro, mi nombre es Sebastian Michaelis-
-Sebastian….Michaelis-repitió, mientras sus ojos se entrecerraban-Introducido ala base de datos, ¿Cuál será mi nombre?
-¿Tu nombre?-repetí sorprendido, a lo que el Auto Rave asintió con su cabeza, no había pensado en eso antes-Tu nombre será…-dije dudoso mientras miraba a todos lados, hasta que pose mi vista sobre sus ojos, tan azules como el cielo, casi por inercia pronuncie-..Ciel.
-¿Ciel?-repitió, a lo que yo asentí levemente-Entendido. Gracias por comprarme, por favor cuide de mi y yo lo ayudare en todo lo necesario.
-“Claro que lo harás”-pensé con perversión mientras lo miraba con malicia.
-¿Sucede algo, Sebastian?-pregunto inocentemente
-¿Eh?, Ah, no nada-reí nerviosamente-Si que eres una ternura-dije cariñosamente mientras ponía mi mano sobre su cabeza y empezar a acariciar sus cabellos.
-¿Ternura?-pregunto confundido
-Si…-algo anda mal aquí, se supone que los Auto Raves deben de ser mas “cariñosos” contigo, tienen un programa de personalidad o algo así dijo mi Padre, será mejor revisar el instructivo.
Me levante de donde estaba y me dirigí hacia la caja donde deje el instructivo, al abrirlo comencé a leer todo.
-Aquí dice que para un mejor rendimiento, activar el Aprendizaje Lingüístico y de Personalidad-leí en el manual-Se hace por medio de la voz del Dueño, diciendo…APL Encendido-al decir esto, sentí unos brazos detrás mío que estaban abrazándome, sorprendido, gire mi cabeza solo para encontrar la mirada sonríete de Ciel.
-Nee, Sebastian, ¿Qué haremos hoy?-pregunto con una bella sonrisa en el rostro.
-Haremos muchas cosas divertidas-le sonreí sinceramente.
Tal vez, mi vida no es del todo aburrida.