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Un bebé en el Santuario por yuuki-sama

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Notas del capitulo:

Solo espero que les guste pues para eso lo hago, para que lo disfruten.

 

Después de aquello, los caballeros se dirigieron a desayunar. Mu, por supuesto, llevaba una cara de contento que no podía mientras empujaba el coche del bebé, pero los otros dos caballeros estaban de un humor pésimo, ambos sentían que querían tomar a Mu por el cuello y exprimirlo hasta que le saliera jugo.

- Oye, Shaka... - le susurró el peli celeste.

- Mmm.

- ¿En serio te gusta Mu? ¿No te da miedo que te coma en la noche? Ya sabes que como para él todo es tan súper híper mega genial...

- Pues sí, es un poco raro, exagerado, excéntrico - haciendo algunos movimientos con las manos - anormal, da la impresión de que el aire no le circula bien por el cerebro, tiene ideas horribles y su positivismo excesivo me provoca vomitar - apretando un poco el puño - es desesperante y algo estúpido y... esta mañana te besó, no procesa bien la información y ¡¡ME DESESPERA QUE NO SEPA QUE QUIERO HACER EL AMOR CON ÉL PORQUE ES TAN IDIOTA QUE APENAS SABE DÓNDE ESTÁ PARADO!! - Dijo estrellando muy furioso la bolsa con las cosas del bebé. Mu volteó su rostro para verlo y Afrodita se alejó un poco del iracundo rubio, quien al darse cuenta de lo que hizo levantó muy apenado el bolso y se lo colgó en el hombro mientras se acomodaba un poco el cabello - pero desgraciadamente estoy enamorado de él - puso una cara triste y se acercó a darle un cariñoso y mojado beso en la mejilla al peli morado - y no puedo hacer nada al respecto, ¿entiendes, Afrodita? ¿Afrodita? ¡¿Dónde estás, Afrodita?! - el pececito simplemente se había esfumado.

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- ¡¡Suéltame!! - forcejaba Afrodita en los brazos del extraño que lo había alado de repente.

- No seas tan dramático que no te voy a hacer nada - inmediatamente reconoció la voz de Milo, quien lo soltó y Afrodita se puso frente a él.

- ¿Por qué tuviste que agarrarme así? Tengo nombre, ¿sabías?

- Sí, pero a nadie le gusta, esa es la razón de que se reúnan los martes en la casa de Aldebarán.

- ¡¿Qué?! ¡Pero Aldebarán me dijo que festejaba su cumpleaños con sus amigos más cercanos!

- ¿Todas las semanas, mi rey? No creo.

- Me dijo que era una costumbre brasileña - hizo un puchero y se cruzó de brazos - ¿y tú qué quieres? - balbuceó molesto por enterarse de la razón de por qué Alde nunca lo invitaba a sus reuniones.

- Pues hablar contigo.

- Pues te hubieras aguantado un poco, ¿no? Nos íbamos a ver en el desayuno.

- Ayer no estuviste en la tarde entera, en la noche ni asomaste las narices y ni siquiera dormiste en tu casa, ¡confiésame ahora con quién estuviste! - le recriminó algo enojado y celoso.

- Pues con Mu y Shaka.

- ¡NO! - Se llevó la mano a la boca en signo de notable sorpresa - hi... hicieron un trío... y a mí ni siquiera me invitaron.

- ¡¿De qué rayos me hablas?! ¡¿En serio eso fue lo mejor en lo que pudiste pensar?! ¡¿Un trío?! ¡¿Y aparte de todo con Mu?!

- No, espérate, vamos a dejar algo bien claro, Mu es insoportable, infantil, tonto, insufrible - contando con sus dedos - fastidioso, inaguantable, extraño, inoportuno, molesto, pero este dedito que sobra - levantando bien en alto su pulgar - este dedito gordo es porque está buenísimo, eso sí hay que atribuírselo.

- Si te gusta él está bien...

- No me gusta él, a mí me gustan más crueles... - se acercó a Afrodita hipnotizado por sus brillantes ojos - y más delicados... con los ojos azules más bellos del mundo y una hermosa melena celeste que parezca una cascada de agua cristalina cayendo por sus hombros - llevó sus largos dedos hacia el rostro de Afrodita, quien se encontraba muy extrañado por aquello, y comenzó a delinear los más finos detalles de éste - y unos labios rosaditos tentadores, que tan solo desearlos me haga rayar en los límites de la locura y... - acortando cada vez más la distancia entre sus labios y los del peli celeste.

- Milo... ¿Qué haces? - interponiendo su mano para que el escorpión no llegara a tocarlo.

- ¿eh? - Aún embelesado en los ojos del otro y con una sonrisa tonta decorando sus labios que estaban a punto de tocar los de Afrodita - yo... - apenas saliendo de su trance - ¡Dita-Chan! - saltó hacia su cuello para abrazarlo. Afrodita estaba muy extrañado con aquello porque aunque eran amigos ninguno de los dos daba muestras de cariño ni nada por el estilo, mucho menos un abrazo tan sorpresivo como ese. Milo rozó su nariz contra la mejilla de Afrodita y luego simplemente se dedicó a abrazarlo. El peli celeste colocó sus manos en las caderas del otro un poco confundido, luego las fue deslizando hasta rodearlas con sus brazos, ¿y a Milo qué le estaba pasando? En todo caso, si se había tomando la molestia de dejar de insultarlo para ser tan amoroso, lo menos que podía hacer era corresponderle.

- Y... ¿bien?

- ¿Y bien qué? - murmuró aún amarrado al cuello de su compañero.

- ¿Te pasa algo malo o me quieres decir algo? - Intentó indagar en su extraño comportamiento.

- Bueno, Dita, ya creo que es tiempo de que sepas lo que pasa  - se separó de él y tomó sus manos, inhaló y exhaló fuertemente un par de veces y se preparó para decirle que lo amaba y que ya no podía seguir viviendo simplemente como amigos.

- Sí, te escucho - asentía con la cabeza lentamente.

- Es que... lo que pasa es que... - el latido de su corazón aumentaba conforme se formulaban las palabras "te amo" en su cerebro - te... - su respiración se tornó casi incontrolable - te... tengo que decirte que solo me quedan 24 horas de vida a causa de un extraño virus del que me contagié de una fuente desconocida y no hay nada que se pueda hacer para salvarme - dijo rápidamente lo primero que le llegó a la cabeza.

- ¡No lo puedo creer! ¡Eso es horrible, Milo! Lo lamento mucho... - lo amarró en un posesivo abrazo mientras intentaba consolarlo.

- Sí... snif... - intentando que le salieran unas lágrimas - así que si tienes que decir algo muy importante, tal vez que me amas con la fuerza de mil soles ardientes y que tu corazón solo late porque me ve, que tú respiración va sujeta con mi nombre y tu mayor deseo es tomarme de la mano y caminar hacia el horizonte para vivir conmigo lo que te resta de vida y luego convertirnos en polvo estelar juntos y brillar por siempre en el universo, este es el momento.

- Bueno, sí, debo confesarte algo - escondió su rostro lloroso en el pecho de Milo - perdóname... tal vez tu enfermedad sea culpa mía... ¡¡UTILIZABA TU CEPILLO DE DIENTES PARA LIMPIAR MI SANITARIO!! ¡¡PERO NO SABÍA QUE ESTO PASARÍA!!

- ¡¿QUÉ HACÍAS QUÉ?!

- ¡¡TE JURO QUE LO SIENTO MUCHO!!

- ¡¡¿ACASO QUE LO SIENTAS ME SALVARÁ LA VIDA?!! - Se tranquilizó un momento y en sus labios se posó una sonrisa sospechosa - Pero si de verdad te duele mucho, podrías hacerme algunos favorcitos - Milo sonrió maliciosamente, ya se había dado cuenta de cómo adueñarse de la situación.

- Si, Milo, lo que sea - haciéndole una reverencia.

- Bien, pues vamos - volvió a tomar la mano de Afrodita y bruscamente lo haló para que le siguiera los pasos. Milo lo encaminó hacia el lugar donde se servía el desayuno. Entró muy feliz y orgulloso al estar agarrado del peli celeste, nunca lo había hecho por tanto tiempo y le resultaba ampliamente placentero y agradable, solo pensaba que si tomar su mano lo hacía volar hasta las nubes besarlo debía llevarlo fuera del planeta. Ambos tomaron asiento en la mesa, aún no servían el desayuno y todos los caballeros se encontraban por aquí y por allá hablando y comentando así que la mesa estaba casi vacía. Milo puso su mano aún enlazada con la de Afrodita sobre la mesa y lo miró con una sonrisa de perlas - hooola - le dijo con un tono infantil.

- Hola - le respondió este desconcertado y sin tener la menor idea de lo que pasaba.

- Hoy estás lindo - se le escapó una risilla tonta al decir esto.

- Gracias...

- No es cierto, tú estás lindo todos los días - se acercó un poco más a él y depositó un largo y sonoro beso en su mejilla - te quiero.

- A ver, de verdad no entiendo qué tienes, tú nunca me tratas así y no parece preocuparte para nada que solo te queden 24 horas de vida.

- Por eso mismo, al estar al borde de la muerte y con una fatigosa enfermedad que acaba con cada célula de mi cuerpo - fondo oscuro con música dramática - me he dado cuenta de que no he tratado correctamente a mis seres amados - se llevó una mano al corazón - a ti, por ejemplo, te llamo mi mejor amigo pero solo te insulto día tras día y hoy, con el último aliento que queda en este debilitado cuerpo debo de hacer lo correcto antes de morir, por eso este comportamiento extraño, mi amado Afrodita - cuando abrió los ojos de su melodramático discurso se dio cuenta de que todos estaban a su alrededor amontonados queriendo averiguar qué sucedía.

- ¿Te vas a morir, Milo? - Preguntó Aioria preocupado.

- Así es, solo me quedan unas pocas horas de vida.

- ¡No! - Gritó - ¡Eso no puede pasar!

- No sabía que te preocupaba tanto, Aio - le respondió Milo.

- ¿Preocuparle a quién? ¡Lo que me preocupa son los 40 dólares que me debes!

- ¡¿Te preocupa más el dinero que yo?!

- ¡Pues claro! ¡Ni que pudiera ir al supermercado y decir que me regalen una caja de cerveza porque tú me quieres!

- No pelees por tonterías como el dinero, Aioria, pareces un niño - le reprochó su hermano mayor.

- A ti también te debe como 60 dólares.

- ¡Más vale que me pagues antes de morirte, sanguijuela de charco, o te mato yo mismo! - le dijo el santo de sagitario muy furioso agarrándolo del cuello para zarandearlo.

- ¡Toma tu mugroso dinero! - Le gritó Afrodita muy molesto y le lanzó los cien dólares a la mesa.

- ¡Oye! ¡Milo también me debe 50 dólares! - gritó Aldebarán al ver cómo los otros dos obtuvieron su dinero.

- ¡Y a mí me debe 75! - Dijo Kanon.

- ¡Y a mí me debe más de 300 dólares! - Dijo Shaka sin quedarse atrás.

- ¡Eso nadie te lo va a creer! - Gritaron todos al unísono.

- ¿Y por qué no?

- Porque tú no tienes ni para comprarte una menta - le respondió una voz que estaba atrás del tumulto.

- ¡¿Y saben por qué?! ¡Porque tengo que vivir prestándoles para sus borracheras!

- Pues nada más que sea para borrachera de agua - le respondió Milo - como si con lo que nos das nos alcanza para algo más que eso.

- Sí, sí, ahí le doy la razón al escarabajo pelotero - dijo Death.

Y así todos se pasaron como media hora hablando de que Shaka no tenía ni en qué caerse muerto porque si se caía en el piso se lo iban a cobrar, luego sirvieron el desayuno y todos olvidaron el tema porque, claro vino uno peor.

- ¡Este desayuno es un asco! Tantos años de entrenamiento para esto - exclamó Aldebarán muy furioso.

- Vamos, Alde, no está tan mal - intentó consolarlo Mu mientras le daba la mamila al bebé - mira: tenemos pan de hace una semana y... huevos medio cocidos miedo crudos y también... - buscando con la vista algo más que alabar - y... ¡mira, sobras del desayuno de ayer en una canasta hermosamente decorada para que creamos que ya por eso se puede comer! - Exclamó emocionado y luego tomó el vaso que estaba a su lado - y agua sucia que nos quieren hacer creer que es jugo y leche más vieja que el santuario, estamos comiendo una reliquia.

- Querrás decir delicia - le corrigió Shaka que estaba a su lado.

- ¿Insinúas que de alguna manera esto es delicioso, Shaki? - Inquirió con cara de asombro, pues hasta él reconocía que les daban pura basura.

- No, pero como para ti todo es tan genial... - suspiró y volteó la cabeza hacia otro lado apoyando su mentón en su mano, luego volvió a mirar al Mu y al bebé muy sorprendido y asustado al caer en cuenta de que casi toda la mañana el tibetano había estado dándole leche al bebé - Muchis, ¿Qué... cuánta... cuánta leche le has dado? - comenzó a sudar intensamente.

- No tanta, es que no se la quiere beber, tal vez no le sepa bien.

- ¡¿NO SABERLE BIEN?! ¡DEBER ESTARSE MURIENDO! - Gritó Shaka muy furioso y asustado mientras lanzaba el biberón lo más lejos que podía. Acercó su rostro al del niño y se levantó el cabello de la frente para unirla a la del bebé y sentir su temperatura - ¡DIOS, ESTÁ ARDIENDO!

- ¡¿Qué dices?! - Se levantó Afrodita muy preocupado a intentar arrebatar el bebé de los brazos de Mu, pero Shaka se le adelantó.

- ¡¿Y se van a quedar ahí todo el día?! ¡Hay que llevarlo a un hospital!

Varios caballeros partieron a llevar al pequeño aún sin nombre lo más pronto posible a un hospital. Entraron a urgencias y el niño fue tomado para ser revisado rápidamente. Mu estaba todavía muy tranquilo, síntoma obvio de quien no capta la situación, los demás estaban muy nerviosos, especialmente Shaka, pues qué bonito padre había resultado ser, un día con él bebé y ya se les estaba muriendo, y no había posibilidades de echarle la culpa a Mu porque todos tenían bien claro que él apenas sabía en qué parte del mundo se encontraba.

Afrodita estaba en una esquina comiéndose las uñas de Milo, quien le estaba haciendo compañía más a él que al bebé, pero el peli celeste se encontraba realmente asustado y preocupado por él niño que en poco tiempo había llegado a querer inexplicablemente.

- Sí que te importa ese niño - le dijo Milo a contemplar cómo habían quedado sus uñas después de salir de la boca del pisciano.

- No, es que tenía hambre, como no desayunamos. Pero estoy muy nervioso por él, te juro que si algo le pasa voy a patear a Mu tan fuerte que sus antepasados lo van a sentir - recostó su cabeza en el hombro del escorpión. Milo vio la oportunidad que parecía perfecta pues estaban solos, ahora acurrucados, y solo le quedaban 24 horas de vida, vamos, ¿rechazarían a un moribundo, y más que está tan papi como ese?

- Dita... - suspiró, su cabeza estaba encima de la del sueco, ahora que no se perdía en sus ojos celestes ya no se ponía tan nervioso - tal vez no sea el mejor momento para decirte esto pero...

- Te vas a morir, Milo, cualquier momento es bueno - dijo de lo más tranquilo - solo espero que no le pase nada al niño... - dijo esto último a lo bajo.

- Sí... sobre eso... ya que tengo casi un pie en la tumba...

- Querrás decir que lo te que queda es un pie fuera de la tumba.

- Como sea, el caso es que no hagas caso a todo lo que te dije desde siempre... no es que lo hicieras ni nada por el estilo, pero no te odio, ni siquiera me caes mal, y no pienso que seas más tonto que Mu - nótese nuevo punto de referencia para medir la estupidez - ni me parece que seas un grano en el culo de la vida y que solo lo dije para fastidiarte, lo cierto es que me gustas, ¡pero no de gustarme, gustarme! - comenzó a arrepentirse pero volvió a tomar valor - bueno, un poquito demasiado, la vedad es que te... - Milo se quedó con la palabra en la boca cuando Afrodita salió disparado al ver que ya traían al bebé. El griego se paró molesto y con un tic nervioso en el ojo izquierdo, con el esfuerzo que le había costado decir todas las babosadas que sentía y el sueco ni se estaba dando cuenta.

- ¿Cómo está el bebé, doctor? - Preguntó Aioros, que tan bien se encontraba allí.

- Está muy bien, no tiene fiebre, mucho menos otro problema mayor.

- No puede ser, hace rato que le sentí estaba ardiendo - dijo Shaka.

- A ver - Afrodita repitió el procedimiento que el rubio había hecho con el niño anteriormente para sentirle la temperatura - pues a mí me parece que está excelente - tomó al bebé en brazos para arrullarlo.

- ¿En serio? - Preguntó Milo; puso su mano en la frente del bebé y luego en la de Shaka - ¡pero si el que está ardiendo en fiebre eres tú, idiota!

- Eso explicaría muchas cosas - dijo Mu.

- ¿Cómo qué?

- Pues cómo el bebé había contraído la enfermedad si nunca le di leche de la que nos dan a nosotros, la que le estaba dando la había preparado correctamente en la mañana.

- ¡¿Y NO PUDISTE DECIRLO ANTES?! - Gritaron todos al unísono.

- Es que nadie me preguntó, y ya saben, en boca cerrada no entran moscas.

- Pero te apuesto a que sí entran puños - lo amenazó Afrodita que se tuvo que contener de golpearlo porque estaba sosteniendo al bebé.

Después de medio matar Mu y suspirar aliviados porque el bebé estaba sano, solo restaba saber una cosa muy importante... ¿Y ahora con qué fuerza económica iban a pagar la cuenta del hospital?

 

Notas finales:

Escribiendo este cap me di cuenta de lo patético que es llamar al niño por "el bebé" así que estoy súper abierta a sugerencias de nombres, no le he puesto uno porque no lo he encontrado, ninguno me llama, así que si tienen alguna sugerencia será perfectamente bienvenida.

 


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