Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Los dos solteros del Santuario de Atena por ChaniChan

[Reviews - 35]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Es una cosa rara que se me ha ocurrido, con un lenguaje un poco vulgar debido a los protagonistas de la historia.

 

Notas del capitulo:

Tengo la historia acabada y guardada, iré subiendola dependiendo de la aceptación que tenga la historia.

Para mi los reviews son importantes, y ya van dos historias publicadas que no han tenido buena acogida, eso sinceramente te hace plantearte tu futuro como escritora.

No voy a decir lo de "seguiré la historia si me dejan tantos reviews", no me gustan las amenazas y sinceramente a aquellas personas que no les guste la trama les importará un pepino que la siga o no.

La verdad es que la trama es un poco chorra, con lenguaje un poco vulgar, pero a mi me ha gustado bastante escribirla, al principio iba a se un trío, pero sinceramente la idea de que los mejores amigos de la pareja protagonista sea otra pareja que me encanta al final pesó más.

<!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Cambria Math"; panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4; mso-font-charset:1; mso-generic-font-family:roman; mso-font-format:other; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:0 0 0 0 0 0;} @font-face {font-family:Calibri; panose-1:2 15 5 2 2 2 4 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:swiss; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-520092929 1073786111 9 0 415 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-unhide:no; mso-style-qformat:yes; mso-style-parent:""; margin-top:0cm; margin-right:0cm; margin-bottom:10.0pt; margin-left:0cm; line-height:115%; mso-pagination:widow-orphan; font-size:11.0pt; font-family:"Calibri","sans-serif"; mso-ascii-font-family:Calibri; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:Calibri; mso-fareast-theme-font:minor-latin; mso-hansi-font-family:Calibri; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-theme-font:minor-bidi; mso-fareast-language:EN-US;} .MsoChpDefault {mso-style-type:export-only; mso-default-props:yes; mso-ascii-font-family:Calibri; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:Calibri; mso-fareast-theme-font:minor-latin; mso-hansi-font-family:Calibri; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-theme-font:minor-bidi; mso-fareast-language:EN-US;} .MsoPapDefault {mso-style-type:export-only; margin-bottom:10.0pt; line-height:115%;} @page WordSection1 {size:595.3pt 841.9pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:35.4pt; mso-footer-margin:35.4pt; mso-paper-source:0;} div.WordSection1 {page:WordSection1;} -->

El silencio invadía una habitación solamente iluminada por la tenue luz de la luna que atravesaba la cortina que adornaba la pequeña ventana, hacía calor aquella noche de agosto, mi cuerpo entero estaba perlado por el sudor, no tenía sueño, una de tantas noches de insomnio, realmente tenía la mente en blanco, no había ningún pensamiento que nublase mi mente y provocase que a las cuatro de la madrugada yo siguiese despierto, volví a girarme en el blando colchón que tenía mi cama, intentando en vano encontrar una postura que me invitase al sueño, fracasando en el intento mucho antes de que yo decidiese dar esa vuelta y cambiar de postura.

El ruido que hizo mi puerta al abrirse fue lo que me hizo alzar la cabeza, tan concentrado estaba en intentar dormirme que ni siquiera prestaba la atención suficiente como para ser consciente de la presencia de otra persona en mi templo.

-no puedo dormir-me comunicó la voz masculina de quién se había adentrado en mi cuarto.

-yo tampoco-dije mirándole fijamente aunque no viendo mucho debido a la poca luz que se adentraba por mi ventana.

-¿puedo?-me dijo mientras conseguía entrever que señalaba mi cama.

-ven-le contesté mientras me apartaba un poco y le cedía un lugar a mi lado en el colchón.

Sentí el peso de su cuerpo hundir un poco más aquella cama que albergaba mi cuerpo, poco después el calor del suyo mientras yo le ofrecía las sabanas con las que tapaba el mío a pesar del calor que hacía aquella noche, me giré hacía el lado donde él se encontraba y me incorporé un poco para poder mirarle a la cara, apenas iluminada por los rayos plateados de la luna, mi mejilla apoyada en mi mano izquierda, el brazo flexionado para alzar un poco mi cabeza, y él simplemente con su rostro girado hacia mi persona, mirándome con sus oscuros ojos a mi cara también poco iluminada.

-no sé qué hago aquí-me dijo.

-nadie te obligaba a venir-le contesté desde la misma postura en la que me encontraba y que no había cambiado en lo más mínimo.

-sabía que eras el único que estaría despierto-me confesó.

-¿y por eso has bajado hasta aquí a las cuatro de la madrugada para meterte en mi cama?-le preguntó un tanto curioso.

-si te molesta mi presencia puedo marcharme-me contesta mientras hace el ademan de levantarse, cosa que yo impido usando mi mano libre, apoyándola suavemente en la zona de su estomago, no hay palabras, pero él entiende mi respuesta y vuelve a acomodarse en mi cama, a mi lado.

El silencio reina durante unos minutos en la habitación, siendo solamente interrumpido por nuestras tranquilas respiraciones, aunque seguimos mirándonos a los ojos, o al menos lo que nos permite la iluminación de mi cuarto, no hay intenciones ocultas en nuestra mirada, solamente la invitación a que utilicemos las palabras y nos comuniquemos de algún modo, no tenemos sueño, de eso ambos somos conscientes, al igual que del hecho de que amaneceremos juntos en mi cama.

-creí que estarías con Dita-me confiesa.

-¿y qué se me ha perdido a mí en el templo de Piscis?-le pregunto curioso.

-¿no sois pareja?-me pregunta en lo que yo creo que es un levantamiento de su ceja izquierda.

-pues que yo sepa no, pero a lo mejor lo soy y nadie me ha informado-le contestó con un tono algo cínico en mi voz.

-como siempre estáis juntos-me suelta como si me estuviese hablando del tiempo.

-¿acaso te follas tu al arquero?-le preguntó mientras con un movimiento rápido comienzo a rascar mi mejilla derecha.

-¡por los dioses, es mi mejor amigo¡, ¿cómo se te ocurre tal cosa?-me suelta cabreado.

-como siempre estáis juntos-le repito el comentario utilizando un sonido muy parecido a la voz con el que él me lo ha hecho a mí.

-vale, lo he entendido, no eres el novio de Dita-me contesta.

Y es en ese momento, como si del mejor chiste se tratase, cuando los dos que estamos metidos en mi cama comenzamos a partirnos el culo de la risa, ¿por qué?, ¿quién sabe?, puede que simplemente nos conozcamos lo suficiente para saber que esa conversación no tiene ni pies ni cabeza, o simplemente que el hecho de que estemos juntos en la misma cama sin saltar al cuello del otro nos ha superado hace rato, pero lo único cierto que es que en estos momentos me duele el estomago de tanto reírme, y que él se limpia las lágrimas que le está provocando el no poder contener las carcajadas que ha provocado nuestra corta, amena y tonta charla.

-entonces, si tú no eres, ¿quién narices está con el arquero?-le preguntó cuando consigo calmarme a medias.

-creo que Saga-me dice tranquilamente, o al menos lo intenta.

-¿no jodas?, primero lo mata y ahora se lo folla-le digo, él sabe que soy lo bastante mal educado como para andarme por las ramas, que no utilizaré cursilerías en mi lenguaje, y seré todo lo sincero que pueda.

-técnicamente el que lo mató fui yo-me contesta.

-perdone usted, dueño de Excalibur, no sabía que fueses tan sensible Shura-le suelto metiéndome con él de mala manera.

-no me jorobes Mask, las cosas claras, que fui yo quien le clavo la espada, no me quites el “merito” desgracia humana-me suelta acomodándose en una postura prácticamente gemela a la mía.

-vale, admito que esos dos pegan pero yo creía que el gemelo mayor iba detrás de Mu-le suelto comenzando a rememorar todas y cada una de las parejitas amorosas y vomitivas (en mi opinión), que andaban por el Santuario.

-¿en qué planeta vives cangrejo del demonio?-me contesta.

-ilumíname cabra, que mi planeta es uno que va desde el principio de mi templo hasta el final de mi templo, solo salgo para entrenar y comer con vosotros, y no veo a muchos de los otros metiéndose mano o en la comida o en el coliseo, aunque sería un buen espectáculo-le confieso.

Él sabe que desde que resucitamos me he vuelto prácticamente un ermitaño, pero es que eso de que Cupido ande libremente entre los trece templos lanzando flechas a diestro y siniestro entre mis compañeros de batalla es algo que me puede, sigo teniendo la suficiente mala leche como para no cabrearme cuando veo a los otros dándose besos, abrazos y otras muestras de cariño en vivo y en directo, aunque la única verdad es que me he encerrado en mi templo para intentar conocerme a mí mismo, no es que intente conseguir la redención de mi alma, soy consciente de que haga lo que haga al final de mi vida me iré derechito al tártaro, pero sinceramente y aunque me joda admitirlo, creo que me iría un poco mejor si cambiase un poco ese carácter mío, no por nada me cabreó bastante el hecho de que las mascaras que yo había logrado con tanto esfuerzo desapareciesen de las paredes de mi casa, y sin embargo, la única realidad es que ni yo mismo se la razón que me lleva a no querer volver a empezar a coleccionarlas nuevamente.

-¿en qué piensas que tan callado te has quedado?-me pregunta mi acompañante desde el otro lado de mi cama.

-evito pensar cabra del carajo, eso de los pensamientos profundos, filosóficos y reveladores no va conmigo-le contestó.

-¿de qué hablábamos antes de que te fuese a “no pensar” a tu propio mundo?-me pregunta.

-del carnero pequeño-le contestó mientras cambio de postura y me siento en la cama, cruzando las piernas como si fuese el mismísimo Shaka en plena meditación y apoyando la espalda en el cabezal de la cama, mis manos reposan quietas en mi estomago mientras giro la cabeza para poder mirar a la cara a mi compañero, seguiré siendo un cabrón, pero por lo menos aún me gusta mirar a la cara a la gente cuando le hablo.

-Mu, es verdad, creo, si mal no recuerdo que va detrás de Shaka.

-¡y una mierda¡, nuestro Buda en miniatura está con Aioria, lo sé de buena tinta, no por nada el de Leo es mi vecino, cuando no puedo dormir tengo que hacer algo, y no son pocas las ocasiones en las que muy de buena mañana he visto al de virgo salir de su templo-le comentó.

-¿en serio?-me pregunta.

-no, va de coña, ¿tú crees que te mentiría?-le digo.

-sí, no lo haces siempre-me comenta con una carcajada y lo que sé a ciencia cierta que es una sonrisa de oreja a oreja.

-soy un capullo Shura, no un mentiroso-le contestó.

El silencio vuelve a envolvernos después de mi pequeña y verdadera confesión, veo como el de capricornio se acomoda nuevamente en una postura exacta a la mía, apoyando su espalda en el cabezal de mi cama mientras él, en lugar de cruzar las piernas las estira todo lo largas que son y cruza una encima de la otra, ahora su hombro está a unos centímetros del mío, y sin embargo, ambos sabemos que la presencia del otro no resulta incomoda, nos parecemos demasiado este español y yo, hemos aceptado nuestra amistad como algo lógico y que no admite discusiones, simplemente a él le falta lo que a mí me sobra y viceversa, y sin embargo, a pesar que el condenado caballero del decimo templo está buenísimo, sabemos los dos que aún nos falta la suficiente seguridad y confianza como para llevar nuestra amistad a otros extremos.

-sigo sin saber que hago aquí Mask-me vuelve a decir.

-¿en mi templo?, ¿en mi cama o en el mundo?-le digo medio adivinando lo que realmente le ocurre a la cabra, a diferencia mía a el si le remuerde la consciencia.

-¿crees que merezco está nueva oportunidad?-me pregunta mirándome a los ojos.

-si resucitaron a este capullo, ¿por qué no iban a hacerlo contigo?-le pregunto.

-maté a Aioros-me confiesa.

-y yo a medio mundo incluyendo mujeres y niños-le suelto.

-vamos a ver cabra del carajo, tú seguías las ordenes de quién todos creíamos el patriarca, y al fin y al cabo para eso estamos, si el patriarca nos ordena rascarnos el culo, lo único que debemos hacer es preguntar durante cuánto tiempo debemos hacerlo, además si mal no recuerdo, también está el añadido de que Saga te lanzó su puño fantasma, estabas medio gilipollas cuando te cargaste a Sagitario, podría haber sido tu santísima madre y tú ni cuenta te hubieses dado-le suelto.

-era mi amigo Mask-me comenta.

-y yo vuelvo a repetirte que tú estabas poseído y cumplías ordenes-le digo comenzando a cabrearme, sigue sin gustarme que me coman la cabeza, y a pesar de que no me cuesta absolutamente nada escuchar a Shura, cuando este me utiliza como paño de lágrimas consigue sacarme de mis casillas.

-cambiemos de tema ¿de acuerdo?-le digo.

-¿de qué quieres que hablemos italiano?-me contesta.

Buena pregunta, ¿qué tema de conversación es adecuado para dos hombres despiertos a las cinco de la madrugada, y que curiosamente están compartiendo la cama sin que haya sexo de por medio?.

-en ocasiones…da igual-le digo arrepintiéndome al instante de que por unos segundos me haya asaltado un recuerdo u me haya vencido la melancolía.

-¿qué?-me pregunta.

-olvídalo, es una soberana chorrada-le contestó moviéndome, cambiando de postura nuevamente y sentándome en el borde de la cama, mientras mis pies tocan el suelo frio de mi templo y mis manos agarran con fuerza el colchón donde hace unos instantes ambos estábamos tumbados hablando de los amoríos de mis compañeros.

-pués dime esa chorrada en lugar de quedarte callado y darme la espalda-me contesta un tanto cabreado, si hay algo en lo que yo y Shura nos parecemos es en la mala leche y en la poca paciencia que tenemos, si yo soy orgulloso el español del decimo templo me supera con creces, será por la sangre mediterránea que corre por nuestras venas, aunque los griegos comparten el mismo mar que nosotros y ni siquiera Kanon en sus peores días consigue igualar nuestro mal genio.

-desde que resucitamos y las mascaras de la muerte ya no adornan mi templo, he empezado a pensar que es una reverenda gilipollez que me sigáis llamando Death Mask, y sin embargo, reconozco que el hecho de que alguien vuelva a utilizar el nombre que me pusieron al parirme, es algo que me da un poco de respeto-le digo en voz un poco baja, pero siendo sincero con él.

-¿por qué te da miedo que alguien te llame por tu autentico nombre?-me pregunta con un dejo de preocupación e su tono de voz.

-tú te quejas de haber matado a Aioros, crees que por eso ya no mereces que te hayan dado una nueva vida, yo me he tirado la mitad de la mía siendo un maniaco asesino que disfrutaba de lo que hacía con sus vidas, no me arrepiento, en el fondo yo solo actuaba como el monstruo que hicieron de mí, ahora esos rostros ya no adornan la casa de cáncer, y por más extraño que parezca no los echo en falta ni pretendo suplantarlos por otros.

-pero sinceramente lo único que se me da jodidamente bien es acabar con la vida de otras personas, y ahora que no tengo necesidad ni ganas de hacerlo no se qué camino tomar para encauzar mi vida, no sé lo que supuestamente se espera de mí en esta nueva vida, me he pasado tantos años llevando mi propia mascar que ahora que puedo prescindir de ella me da miedo que alguien sea capaz de ver en mi algo más que a un maldito cretino-le dije.

-por un segundo, solo uno, voy a olvidar que el caballero de cáncer está siendo sincero conmigo y a hablado en serio, cosa que te confesaré me ha puesto la carne de gallina, pero déjame decirte algo, puede que seas un cretino, y solo está en tus manos dejar de serlo, que seas un reverendo capullo y hayas decidido cambiar eso, pero que te cambies el nombre no borrará los actos que cometiste en el pasado, simplemente te otorgará el derecho de empezar una nueva vida partiendo de cero-me contesta con un deje de sinceridad que me ha puesto los pelos de punta.

-gracias por tu sinceridad, cabra-le suelto sin animarme a decir su nombre y bastante avergonzado por el hecho de que ese hombre me haya dicho una verdad como un templo.

-cuando quieras cangrejo-me contesta.

La puerta de mi habitación vuelve a abrirse, haciéndonos conocedores a los dos que estamos juntos de que no somos los únicos que padecemos insomnio en esta calurosa noche.

-¿molesto?-nos pregunta el recién llegado.

-aún queda un sitio en mi cama-le suelto al nuevo visitante de mi templo, del que tampoco he notado su presencia.

El gemelo menor se ha dejado caer todo lo largo que és a los pies de mi cama, apartándose en el camino su larga melena azul que ahora cae libre por el borde de la cama.

-estoy hasta los cojones de mi hermano-nos suelta a los dos que estamos en la cama mientras nos penetra con sus increíble ojos verdes.

-¿qué ha hecho ahora Saga?-le pregunta el español.

-todo-nos contesta como si fuésemos adivinos y supiésemos de qué pie cojea el hermano gemelo de Kanon.

-especifica gemelo malvado-le suelta la cabra llamándole por el mote que todos los de aquí dentro le hemos puesto al menor de los gemelos.

-el muy imbécil me ha echado del templo para poder estar a gusto y tranquilo con el arquero de mierda-nos confiesa.

-¿no te cae bien tu cuñado?-le pregunto lanzándole una directa que se que le jode por la cara de asco que ha puesto.

-me lo follaba ya mismo de tanto que me gusta-me contesta con sarcasmo.

-¿y por qué carajos te tira de tu templo si el de sagitario está vacío?-pregunta Shura.

-porque mi hermano es un capullo-nos contesta.

-el puesto de capullo del santuario es mío copia barata-le suelto.

Y es en ese momento cuando los tres comenzamos nuevamente a partirnos el culo de la risa con el comentario que yo he hecho, no por nada nuestros compañeros los dorados nos apodan el trío diabólico, pero estos tres hombres adultos no tienen otra cosa que hacer más que permanecer juntos tantas veces como les es posible, y no es la primera ocasión en las que hemos compartido la cama simplemente para desahogar nuestras penas los unos con los otros sin que haya nada más por medio que palabras y en contadas ocasiones una cerveza, nosotros borrachos podemos joderle la existencia a cualquiera, y como los demás andan emparejados o enamorados hasta las cejas, entre los tres hemos formado nuestro particular, y exclusivo club privado de capullos deprimidos.

De común acuerdo hemos cambiado la cama por la cocina, yo me he puesto manos a la obra con el café, mientras Kanon husmea cada armario para encontrar algo comestible y Shura se pelea con la tostadora que hace días que no funciona, las primeras luces claras entran por la ventana indicándonos la próxima salida del sol y la llegada de un nuevo día, y contrariamente a lo lógico, ninguno de los tres demuestra o nota la falta de sueño de la noche que ya acaba.

Entre risas, bromas, algún que otro insulto y en ocasiones momentos de la sinceridad más absoluta, hemos conseguido desayunar algo que a pesar de haber preparado entre tres hombres hechos y derechos sabe a rayos, las tostadas carbonizadas de la cabra son acompañadas por una mermelada de dudosa procedencia y de un color indefinible que no recuerdo como ha acabado en mi cocina, las piezas de fruta que Kanon ha conseguido robarle a su hermano en una escapada a su templo, son lo único realmente comestible de un desayuno completado con unos huevos a los que preferimos no mirar mientras los comemos y unos trozos de bacón que parecen otra cosa.

Y aún así simplemente nuestra compañía es lo único que hemos necesitado para que nuestra mañana comience perfecta, los tres hemos bajado relajados y tranquilos al coliseo en el que entrenamos, aunque si las miradas matasen el menor de los gemelos ya habría acabado con su propio hermano y con Aioros, nos los hemos tropezado a mitad de bajada entre géminis y tauro y los dos cabrones llevaban una sonrisa de oreja a oreja.

-siento lo de anoche, cuñado-le ha dicho el de sagitario mirándole como el que lee las noticias del periódico, definitivamente he decidido que Aioros me cae fatal, no solo ha logrado que Kanon pase más de media noche en mi cama, que es sinceramente lo único que no me molesta, sino que encima ahora, sabiendo lo que ha provocado, se hace como el que no sabe nada delante del gemelo de su amante, que no muestra arrepentimiento alguno por echar a su hermano del templo que comparten.

-sí, ya claro-contesta Shura por el gemelo pequeño, dándonos a entender a todos, que él también está cabreado.

Pero en fin, sin darle más importancia de la necesaria hemos llegado al campo de entrenamiento, yo casi vomito cuando he visto que mientras esperaban la llegada de los que faltaban, que como siempre son los de los últimos templos, Shaka y Aioria se comían la boca a besos. No es que este en contra del amor ni nada por el estilo, me parecen perfectas las muestras de afecto, pero en privado, a mi no me interesa particularmente comprobar hasta qué punto son capaces de aguantar la respiración dos personas mientras enredan sus lenguas.

Si yo tuviese una pareja, cosa que dudo sinceramente que pase algún día, soy consciente de que no andaría por el mundo demostrando cada cinco segundos y medio cuantísimo me gusta, eso lo dejaría para el interior de mi templo, supongo que en el fondo, simplemente por vergüenza, no me hace mucha gracia que se cachondeen conmigo si un buen día ven al capullo de Death Mask diciéndole a alguien que le quiere o poniendo miraditas tiernas.

-bien-dice nuestro Shion poniéndose en frente justo en el momento en que Dita ha conseguido llegar al coliseo con síntomas claros de haberse dormido y haber hecho la maratón para llegar a tiempo a los entrenamientos.

-voy a decir las parejas de hoy, haremos combates de media hora más o menos, ganará el caballero que consiga sacar a su contrincante del circulo que marcaré con tiza en unos momentos-nos comunica.

-Mu será el primero en combatir, su oponente, Aphrodita-dictaminó.

Reconozco que los tres que anoche dormimos juntos no le prestamos demasiada atención al combate de aquellos dos, nos entretuvimos en la sombra de uno de los pilares poniendo a parir a las parejas y a los solteros.

-a Dita el que más le pega de los otros es Alde-comentó con cachondeo el menor de los gemelos.

-¿estás de coña?, no pegan ni con cola-comentó el español levantando una ceja.

-tú creías que yo me acostaba con él-le recuerdo a mi compañero.

-¿no lo haces?-me pregunta Kanon confundido.

-no estoy tan desesperado, prefiero veinte veces cascármela solo que acostarme con Aphrodita-le suelto ya cansado de que todo el mundo crea que por qué me llevo medianamente bien con el de piscis me lo llevo cada dos por tres a la cama.

-si no es contigo, ¿con quién narices se acuesta Dita?-pregunta el menor de los gemelos.

-conmigo no desde luego- le respondo.

-a mí no me miréis-nos aclara Shura antes de que le preguntemos nada.

-repasando a los que están solteros, la única posibilidad es Alde-nos comenta el de géminis.

-y mi vecino-nos suelta Shura.

-¿Camus?-le pregunto.

-ajá-me contesta.

-vamos a ver que yo me he perdido, acuario está con Milo, ¿verdad?-nos pregunta Kanon.

-yo creía que Milo iba detrás de ti Kanon-le comento.

-va detrás de mi Mask, solo que a mí no me gusta el bicho-nos contesta.

-no, tu apuntas más abajo-contesta divertido Shura.

-haber cabra, será más arriba-le aclaro.

-no a menos que hayan cambiado el averno de sitio-me dice mirándonos.

-¿cómo te has enterado?-le pregunta el de géminis.

-joder Kanon, somos amigos y hemos compartido cama, puede que el cangrejo duerma como una marmota, pero yo tengo el sueño fácil, te he oído hablar mientras dormías, por cierto, eres un pervertido-le suelta como si nada.

-me he perdido-digo con una rabieta de niño pequeño.

-a nuestro amiguito de insomnio le mola un rubio de ojos dorados y mala leche-me aclara el de capricornio.

-¿no jodas?, ¿Radamanthis de Wyvern te gusta?-le pregunto.

-haciéndolo como lo hace, o dejándose hacer como se deja, a cualquiera no le gustaría el primer juez del averno-nos comenta Kanon.

-¿te has acostado con él?-le suelto en voz alta provocando que todos, incluso los dos que seguían combatiendo se girasen para mirarnos.

-¡prestad atención vosotros tres¡-nos regaña Shion enfadado mientras Milo se parte el culo de la risa junto con Aioria. Saga mira a su hermano con cara de “¿con quién narices te estás acostando?”.

-gracias cangrejo, creo que en Australia no te han oído-me dice el gemelo en tono sarcástico.

-coño, lo siento, pero ¿con Rada?-le pregunto.

-sí, con Rada-nos aclara.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Nadie se muere por dejar un comentario.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).