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Catori-Tuwa por ANUBISYASMODEO

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Notas del capitulo:

Si quieren que se actualize rapido animarme y dadme ideas porque mis musas suelen irse muy amenudo de vacaciones.

Prologo

 

Marta, la madre de Leo, observo como su pequeño hijo jugaba junto al lago, riendo mientras se escondía detrás de los arboles de un gato negro de grandes ojos dorados, ella sonrío y se acerco a su hijo.

-¿Quien es tu amigo, Leo?-le pregunto dulcemente, tanto el pequeño como el animal detuvieron su juego y le miraron.

-Maruw-le contesto su hijo, ella río ligeramente.

-Que bonito nombre ¿se lo has puesto tu?-el niño le miro como si no comprendiera su pregunta, luego negó con la cabeza.

-No, se llama así, el me lo dijo-explico, mientras inflaba el pecho de forma exagerada, ella parpadeo sorprendida y después río.

-¿El te lo dijo?¿hablas con el, cariño?-el asintió con entusiasmo, Marta revolvió el pelo negro del niño. El pequeño gato maullo y la mujer siguiendo el juego a su hijo, le pregunto.-¿Que ha dicho Leo?-el gato volvió a maullar y el niño bajo la cabeza, mientras parecía estar a punto de llorar.

-Que le caes bien...-Marta estuvo a punto de preguntar que había de malo en ello, cuando su hijo dijo algo mas.-pero que no me crees.-ella suspiro y se agacho junto al pequeño.

-Leo, cielo, si creo que puedes hablar con el, todo el mundo puede.-le dijo- Pero...hablarle no es lo mismo que entenderle-termino con una sonrisa conciliadora.

-¡¡Yo les oigo!! ¡¡les oigo!!-exclamo indignado, la mujer no entendió que era a lo que se refería su hijo.

-¿”les oyes”? ¿a quienes?-el niño alzo las manos.

-¡¡A todos ellos!! los animales, los arboles, todos tienen su propio nombre, me lo han dicho, ellos me enseñan muchas cosas, el aire, el río, el lago, las piedras... ¡¡todo lo que nos rodea!! ¡¡incluso me han puesto nombre!!-Marta, mientras su hijo hablaba iba palideciendo, comenzó a sudar, temblaba y con voz temblorosa le pregunto al niño.

-¿Y como te llaman?-el niño se ergio con orgullo, el gato maullo y una suave brisa movió las hojas de los arboles, provocando también ondulaciones en el lago mientras su hijo le contestaba, era como si todo en conjunto hablara junto al niño.

-Catori-Tuwa.

 

Capitulo 1

 

Habían pasado años desde la conversación junto al lago, pero la vida de Leo no había cambiado mucho, su hermana mayor, Laura, seguía con la misma manía de molestarle sobre su altura o en este caso su falta de ella, si, era algo bajo para su edad, para que negarlo, aun y eso Leo tenia bastante éxito entre las chicas de su instituto, para frustración de otros chicos. Moreno de cabello negro azabache y ojos pardos, eso... añadido a facciones atractivas, dinero y el halo de misterio que siempre parecía estar presente a su alrededor, traía de cabeza a mas de una, aunque la verdad era que ese misterio se debía en realidad a una timidez y un miedo exagerados, así que rehuía el contacto humano a excepción de su hermana y su madre, lamentablemente eso no siempre era posible y ese día era unos de esos. Regresaba por el sendero a su casa del bosque cuando un grito ahogado llamo su atención, al mirar a su izquierda vio a Jenifer, una chica de su escuela, algo rolliza, de pelo rizado de color marrón, con un aire de timidez e inocencia de la que muchos se intentaban aprovechar. La vio retroceder asustada de la amenaza de una pequeña, pero temperamental serpiente. Leo se acerco, se coloco delante de la chica y miro a los ojos del reptil, que tras unos segundos se retiro a su nido. Ella finalmente alzo la cabeza para mirarle a la cara, la chica retrocedió como si le tuviera miedo y se sonrojo.-Le...Leo, yo esto...-un maullido la interrumpió y ambos miraron hacia un gato negro que restregó su cuerpo por las piernas del adolescente, después lo hizo por las de Jenifer, ella sonrío con ternura y se agacho para acariciar al felino, quien maullo con insistencia a la muchacha

-Si, si, ahora te lo doy.-ella se quito la mochila de la espalda y comenzó a rebuscar en uno de los bolsillos de esta, finalmente saco una lata de comida para gatos y se la dio, el felino maullo feliz y comenzó a comer con deleite, mientras Jenifer le rascaba detrás de la oreja.

-¿Te gustan mucho los animales?-le pregunto, ella sonrío.

-Me encantan, de echo me gusta todo el medio ambiente, soy naturista.- el asintió mientras ambos observaban al animal comer.-Muchas veces me peleo con mi papa por eso mismo-Leo volvió a mirarle.

-¿En que trabaja tu padre?-ella pareció dudar.

-Es el dueño de una empresa donde crean prototipos.-el asintió, ambos volvieron a mirar al gato que ya había terminado y se relamía el hocico, Jenifer recogió la lata y la guardo. Dispuesta a marcharse.-Hasta mañana en clase, Leo.-el miro a su gato con reproche, cuando volvió a mirar hacia ella, ya no había nadie, era como si Jenifer se hubiera desvanecido, Leo sacudió la cabeza, no le dio mas importancia y miro al gato.

-Eso explica porque no tienes nunca hambre cuando te doy de comer.-el chico entrecerró los ojos al animal.

-¿Yo?-el felino pareció sonreír y ambos comenzaron a caminar hacia la casa del humano.-Es muy amable, la respeto profundamente.-Leo le miro con incredulidad.

-¿Desde cuando respetas tu algún humano? -le pregunto con extrañeza.

-No eres acaso tu, Catori-Tuwa un humano.-el gato volvió a sonreír, con aquella sonrisa que le recordaba tanto al gato de Alicia, en el país de las maravillas, Cheshire. Permanecieron en silencio el resto del camino, hasta llegar al hogar de Leo, ambos entraron a la casa vacía. Su hermana, Laura, estaba seguramente en la biblioteca estudiando, quería trabajar en el departamento de desarrollo e investigación y su madre ya había dicho esa mañana que no regresaría hasta por lo menos la medianoche, Leo suspiro, dejo las llaves sobre la mesa y tras ducharse y cambiarse salio al aire libre, sentándose junto al lago, estuvo horas allí, relajándose, disfrutando de la tranquilidad y las palabras dulces del lago, entonces miro hacia arriba, de pronto Leo entrecerró los ojos al ver una luz rojiza en el cielo que caía a gran velocidad, el joven se levanto nervioso ¿que era aquello?¿un meteorito? Se quedo quieto unos segundos hasta que una gran bola de metal y fuego estrello a unos metros de donde estaba, el chico retrocedió inseguro y lleno de horror, al igual que su gato que descansaba junto a el, el lago se removió, inquieto pero conciliador murmurando palabras tranquilizadoras, pero su voz se oyó diferente en esta ocasión, como con mas fuerza de la habitual. De pronto entre aquella pila de lo que ahora solo parecía un amasijo de metal, salio una figura muy alta, que le superaba en dos cabezas como mínimo, arrastraba a otra mas alta aun, que parecía herida. El primero, el que parecía humano hablo en una extraña lengua que el chico no pudo comprender. Este, tenia el pelo plateado con destellos azulados y los ojos dorados como los de un gato, su ropa estaba chamuscada por algunos lugares, el segundo ser, no se parecía a nada que hubiera visto antes, donde deberían estar sus ojos, estaba cubierto por una especie de gasa metálica, tenia cuatro brazos y la piel de un color grisáceo, este ultimo estaba muy mal herido, el de la ropa chamuscada, miro en su dirección y sus ojos se encontraron, dio unos pasos hacía el y cayo de rodillas, Leo retrocedió lleno de miedo, un ruido extraño hizo que desviara su atención de los extraños, el montón de chatarra que ahora sabia que era una nave desapareció de golpe, junto con el rastro que esta había dejado al colisionar.

-¿Que...? ¿donde esta?-el chico pregunto a nadie en particular.

-El sistema de camuflaje de emergencia se ha activado.-dijo de forma entrecortada el extraño, que ahora le miraba, mientras se tocaba un colgante que no había percibido antes, de echo el otro ser también lo llevaba.-Ayuda...-y cayo inconsciente. Leo miro al cielo, ya casi era de noche, su madre y su hermana no tardarían mucho en llegar, si iba hacer algo, debía hacerlo ya, entonces se dio cuenta de que el gato no miraba a los extraños, si no al bosque.

-¿Maruw? ¿que sucede?-el felino le miro.

-He visto caer algo en el bosque, voy a investigar.-el asintió y como pudo arrastro a ambos seres inconscientes a su habitación, miro por la ventana, entonces fue cuando lo vio, junto al lago, una sombra miraba hacia el con intensidad, el terror se apodero de Leo, cuando unos irreales ojos azul intenso con pupila alargada brillaron en la oscuridad de la noche.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

dejen comentarios porfavor.


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