La noche moría en el mismo momento que los rayos luminosos del sol del amanecer anunciaban su presencia. Unos ojos azules miraban pensativos el paisaje verde a su alrededor.
Hoy amanecí con el deseo firme de continuar
Nunca tuve tantas ganas de entregarme hasta el final
El temor se ha ido y descubrí el amor en tí
Su corazón latía acelerado, su ser estaba lleno de emoción, una emoción que le desbordaba, que le daba unas ganas enormes de ponerse a gritar.
He escuchado mis latidos que gritaron fuerte tu nombre
Me bastó sentir para entender y saber hacia dónde
Vivo con la idea de entregar y aprender a amar
Sasuke...
Sasuke...
Sasuke...
Te Amo Sasuke.
Gritaba su corazón, como lo hizo toda la noche, impidiéndole conciliar el sueño.
Este amor eterno
Es mi bendición
Un presentimiento
Esto es para siempre amor
Su cabeza le gritaba que no se arriesgara, pero su corazón y alma, le pedían una y otra vez, que no tuviera miedo, que fuese valiente, que había posibilidades para su amor. Y toda esa esperanza, había nacido el día anterior, con una extraña mirada que había descubierto en los ojos negros de su amado.
Sacudiendo sus rubios cabellos, Naruto se levantó de la roca dónde estaba sentado. Había pedido a Kakashi que le dejara la vigilancia del pequeño lugar dónde habían parado para descansar. Ganándose una mirada sorprendida del peliblanco, una sonrisa aliviada de Sakura, un gesto de interrogación de Sai y un encogimiento de hombros de su teme, Sasuke Uchiha, ex vengador y nuevamente shinobi de Konoha.
No sé porque supe desde siempre que serías para mí
Que eras lo que Dios había mandado para hacerme feliz
Vivo con la idea de entregar y a aprender a amar
Pero no podía dormir ni descansar al lado de su teme, no. Desde que había descubierto en el transcurso de esa misión de clase A, que amaba a su mejor amigo, Naruto no podía estar a su lado.
El azabache se había acercado esa noche, al lugar dónde velaba el descanso de los demás miembros del nuevo equipo 7. El corazón del kitsune había comenzado a latir como loco, mientras el rubio se daba cabezazos mentalmente.
Este amor eterno
Es mi bendición
Un presentimiento
Esto es para siempre amor
El azabache le había mirado largamente, evaluando su comportamiento, haciendo que el corazón de Naruto se parara por un instante. El miedo de delatarse había aparecido.
-¿Qué tanto miras, teme?-había preguntado muy nervioso el de ojos azules.
-Nada en especial, tan sólo es que te noto muy raro, dobe.-dijo el de ojos negro con su tonito aburrido.
El rubio le hizo un puchero, mientras el moreno se levantaba y musitaba:
-Espero que actúes tan raro, porque descubriste lo mismo que yo, dobe estúpido.
Esas palabras habían dejado muy intrigado y pensativo al ninja más hiperactivo de la aldea, que había decidido en esa larga, larguísima noche, declararle su amor a su mejor amigo, aún si perdía su amistad, al menos lo había intentado, porque él no se rendiría nunca ni se echaría atrás...su camino del ninja no se lo permitía.
Este amor eterno
Es mi bendición
Un presentimiento
Esto es para siempre amor
Esquivando al resto de sus compañeros, había encontrado a su teme, cerca de un riachuelo, aseándose. Sus ojos negros lo habían descubierto al instante, mientras el nerviosismo del rubio crecía hasta niveles exagerados, llevándole al límite de un ataque de nervios.
-Naruto...-murmuró Sasuke, sorprendido de la extraña seriedad de su rubio amigo.- ¿Te encuentras bien?
-No del todo, Sasuke.-contestó el rubio, muy bajito, lejos de su habitual tono de voz.-Creo que estoy a punto de romper nuestra amistad, pero estoy decidido a contarte toda la verdad de mi extraño comportamiento.
Amor...
Amor...
Amor...
-Te Amo, teme.-dijo el rubio, cerrando sus ojos y sincerándose totalmente.-No puedo evitarlo, mi corazón late sólo por ti.
El azabache lo miraba con los ojos desorbitados, con la boca abierta hasta el suelo y en total silencio. Naruto abrió sus ojos de cielo, al no recibir respuesta de su amigo, y una triste sonrisa dibujó sus labios.
-Supongo que tu silencio es tu respuesta, teme.-dijo con voz tan alegre como falsa.-Haz cuenta de que no te he dicho nada, amigo mío.
Naruto se dió la vuelta, con el corazón roto en mil pedazos y la firme promesa de no volver a molestar a su amor imposible, cuando sintió cómo los brazos se su amigo le rodeaban, y notó que estaba temblando, aferrado a su espalda.
-No es cierto, dobe.-murmuró el azabache, con emoción, la primera que le mostraba al kitsune.-Yo también te amo.
Un suspiro aliviado salió de los labios trémulos del kitsune, que se dio la vuelta y miró a los pozos oscuros, que eran los ojos de su amado, llenos de puro amor.
Una sonrisa dichosa dibujó sus labios, mientras el azabache se la devolvía y lo abrazaba con cariño, como protegiéndole de todo mal. Sin palabras, sus labios se juntaron en un tierno beso...
Esto es para siempre amor
Hoy amanecí con el deseo firme de continuar
De continuar...
Fin