Capítulo I
“Principio del fin”
La batalla fue inminente.
Sus ataques se repelían como los polos que en igualdad, no se toleraban. Destellos de luz era en todo aquella zona devastada por sus ataques.
Ambos agitados; mirándose retadoramente, pero, aquel que poseía unos ojos azul cielo, tenía un destello de dolor.
Lo amaba. Lo amo. Y lo amaría por siempre.
Pero ya no había nada que hacer, la batalla solo llevaba un rumbo, solamente una vez más, una sola vez…
-Sasuke, no es tarde, podemos regresar-
-Ya no hay donde regresar, al menos, no para mí-
Y se lanzó contra el rubio quien no lo vio venir, arrojándolo hacia el vació, ambos cayeron con un ruido sordo, haciendo que la tierra retumbara.
El pelinegro, con rastros de sangre por todo su cuerpo, predecía su final. Irónico. El jamás se daba por vencido ni mucho menos recapacitaba, pero al ver al que fue su primer vínculo, levantarse duramente para continuar, le hacía saber, que era lo mejor.
-¿Qué ganaste con todo lo que has hecho?... ¡Solo te hiciste daño a ti mismo!-
-…-
Ambos, delante del otro, meditaban todo lo acontecido en menos de tres años, ahora que solo quedaba ese asunto pendiente en el mundo ninja, no había otra salida.
-Este es el adiós…-
Cerró sus ojos, contrayendo su pecho para exhalar la sangre que brotaba de sus labios haciéndole caer, escucho un grito, debió haber sido de sorpresa.
No esperaba que unos brazos lo sostuvieran fuertemente; abrió sus ojos que perdían la visión rápidamente, aquellos ojos azules que le miraban con compasión.
-No…me mires así…-
-Sasuke, vamos, no puedes morir…no así-
Sonrió de manera prepotente aun al sentir su cuerpo partirse de dolor de manera lenta.
-No habría un mejor final para mí…solamente…lamento haberte quitado tiempo…-
-¡Jamás digas eso!... Yo…lo hice porque…-
Con un poco de sus últimas fuerzas colocó un dedo sobre aquella boca que de pequeños, no dejaba de hablar o sonreír, ahora temblaba de miedo o terror.
-Hay…cosas…que es mejor…no decir-
Ese mismo dedo fue hasta su mejilla dejando una última caricia, nadie merecía sus disculpas, ni su amor, nada de él.
Pero Naruto merecería aunque sea…lo que le llevaría su suspiro.
-Perdóname…Naruto-
Cerró sus ojos, para jamás abrirlos.
El rubio quedo estático, hasta que sintió el más mínimo chacra de aquel, su primer amor, su primer lazo, romperse en mil pedazos.
Uchiha Sasuke, murió.
Y él no pudo evitarlo.
-¡Nooo!-
Gritó todo lo que su voz le permitió hacerlo, perdiendo el control, la razón en aquel instante, tan solo pudo percibir presencias cerca de él, algunas voces que le llamaban después…
Nada.
+.+.+.+.+.+
Ella lo miraba fijamente; tomó su mano con la suya sintiendo estremecimientos aun, parecía que tenía una serie de pesadillas, que desearía alejar.
-Mi niño-
Sus ojos se mostraban cansados, lo que atormentaba a aquel que amaba como a un hijo, yacía en una tumba, en Konoha.
¿Qué consuelo le daría? ¿Qué consejo le diría?
Perder a aquello que has anhelado durante mucho tiempo, es como si tu alma se quebrara imposiblemente incapaz de recuperarse.
-Tsunade-sama-
Su aprendiz Shizune la sacó de sus pensamientos; se levantó acariciando aquella frente con dulzura.
-Duerme…por que en los sueños, dulces sueños, todo es posible-
Salió dejando solo al rubio postrado en una camilla; este abrió los ojos al encontrarse solo dejando libres un par de lagrimas deslizarse por sus ojos hasta caer en la almohada.
Murió sin dejarle decirle un…ya no importaba. Lo único que le quedaba eran esas manos manchadas de sangre…de su sangre.
-Y pensar que hubiera dejado todo por ti-
No quería vivir. No podía vivir.
Y cayó en un sueño profundo.
Esa historia recorrió hasta el más mínimo rincón de todas las naciones, al fin los Uchiha cayeron sin más, y pronto alzaron sus voces al héroe de Konoha que se había encargado de eso.
Tiempo futuro, se olvido.
+.+.+.+.+.+
Abrió sus ojos pesadamente mientras levantaba su cabeza de aquel escritorio; observó a su alrededor y se vio solo.
-No puede ser-
Se levantó apresurado mientras salía de su oficina.
-Buenos días Hokage-sama-
El inclinó su cabeza hacia aquellos Jounnin que pasaron a su lado con una reverencia. A pesar de que para el mismo no hubiera pasado el tiempo, este si paso.
Dieciséis años para ser exactos.
Su apariencia era idéntica, sus facciones más maduras, su cabello largo recogido con una pequeña coleta oculta tras ese sombrero que indicaba su rango, dirigiéndose hasta su consejero.
Había un pequeño problema con una región cercana a los límites de la nación del fuego que debía revisar.
Llevó su mano a su cien tratando de que un dolor de cabeza no impidiera su caminata, hace días que no dormía bien, para nada bien.
-¡Papa!-
Un pequeña voz le llamó la atención, un niño de aproximadamente cinco años brincó para ser cargado con emoción.
Era una copia idéntica a él, esos ojos, esos cabellos.
-Mama dijo que podía visitarte-
-Hikaru, por mí no hay inconveniente pero, ¿y la academia?-
-Kakashi-sensei dijo que podíamos irnos temprano-
“Ese Kakashi, en fin, después le diré sus verdades”
Tomó la mano de su pequeño hijo yendo hacía el que era su destino original. Aunque los recuerdos le hundieron en su propia mente.
Después de asimilar la muerte de Sasuke, perdió todo el interés de vivir, dejo de comer, dejo de salir, prácticamente deseaba morir.
Hasta que se dio cuenta, gracias a Sakura, que no lo iba a dejar morir en su propia insana soledad.
“Yo perdí a aquel que ame, pero no por eso me dejaré morir”
Y cinco años, de paciencia, de cariño, de comprensión mutua, se casaron.
¿La amaba? No.
Pero era el único lazo sano que le quedaba en este mundo para vivir. Después de muchos años, nació su pequeño Hikaru, fue tan esperado, anhelado.
Y lo ama al pequeño, que es la luz de sus ojos, por el, que el mundo de destruyera pero su hijo no.
-¡Papa!-
-¿Eh?... ¡Lo siento pequeño! Estaba divagando
-Me di cuenta-
Hizo una ligera mueca pero después siguió la conversación, su alma estaba lastimada, hecha trizas, pero siguió viviendo.
+.+.+.+.+.+
A un día de camino, un joven iba con destino a Konoha, como un intercambio entre naciones. Pero una sonrisa apareció en su rostro, mirando hacia el horizonte.
-Pronto…volví…y es hora de recuperar…de volver a empezar-
Continuará…