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Verführung süße por xilema95

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Veinticinco de octubre.

El final del segundo Kira y la muerte de los recuerdos del primero.

Un error fatal por parte de Higuchi el día que intentó asesinar a Matsuda. En un desesperado intento por lograr aniquilar toda su evidencia, y perdiendo el control de sus actos, prendió fuego a la Death Note, al tiempo que dejaba acrecentar las llamas. Nadie pudo detenerlo, dando fin al caso del temible asesino.

Ahora las cosas parecían haberse calmado, y ya no había peligro alguno. L estaba insatisfecho por el fin tan “simple” del caso, pero qué más se podía pedir.

Veintiséis de octubre.

Se planeaba un festejo general en el cuartel de investigaciones, todo por idea del efusivo Matsuda, quien fue de los primeros en celebrar que todo había por fin terminado. Tras la autorización de L, comienzan a hacer los “preparativos”.

Light sabía que no podía seguir soportando al detective, pero también tenía muy en claro que debía acompañarlo en aquel “festejo”, ya que de antemano imaginaba que L no entablaría conversaciones tan absurdas con el resto de los detectives, ni se reiría ante los chistes o comentarios de Matsuda. Así que era mejor hacerle un poco de compañía.

—Ryuzaki, ¿Sabes qué es lo que usarás? —le pregunta Light, mientras éste comía un par de fresas de un tazón de cristal.

—No veo la necesidad usar otra vestimenta. —responde con simpleza, volteando a ver a su amigo.

—Ryuzaki, ¿Cómo puedes ser así de…? de…

—Soy así, y no puedo mostrar emoción por algo que no considero necesario.

— ¡Pero concluimos la investigación de Kira! ¿Es que acaso no te alegra? Tú eras quien estaba más desesperado por terminar.

—Así es. Pero yo no deseaba “celebrar” de esa forma.

— ¿Ah, no? ¿Y cómo te hubiera gustado festejar? —pregunta juguetonamente, algo entretenido con la expresión indignada que tenía L en esos momentos.

—Bueno, yo pensaba ir a…

— ¡Light-kun, Ryuzaki-san! ¡He invitado a Misa-Misa para que nos haga aún más entretenida la fiesta!

Nuevamente Matsuda había tomado riendas en esta decisión, siendo apoyado por el resto de los detectives. Y obviamente, nada podía hacer L para protestar. Light no pudo evitar reír ante el semblante harto del detective, repitiéndose que la fiesta sería más divertida de lo que esperaba.

Horas más tarde, todos se retiran hacia sus hogares, felices por poder reunirse al fin con sus familiares y amigos. Ya vacío el cuartel, L se dirige a su habitación, soltando un pesado suspiro. Sin embargo, Watari entra con una acostumbrada bandeja de pastelillos, sabiendo que su protector los necesitaba más que nunca.

—Ryuzaki, sé que no te gustan este tipo de cosas. ¿Por qué los dejaste despabilarse de esa forma?

—No quería arruinarles la diversión por única vez. Creo que realmente han hecho un buen trabajo. Un consentimiento así no les caería mal —toma la bandeja, colocándola en la cama donde estaba—. Pero eso no significa que estaré igual de efusivo que ellos.

—Eso lo sé. Me he tomado la libertad de anunciar a Roger que el caso Kira ha finalizado. Quizás ya se lo haya comentado a los niños, y éstos estén esperando…

—Que L les cuente personalmente el caso —termina la frase, dando un mordisco al postre que sostenía entre sus dedos—. Eso era justamente lo que quería hacer desde el principio, pero estoy seguro que ellos querrán una historia muy detallada, sobre todo…

El teléfono de Watari suena en ese instante. Contesta, encontrando al otro lado de la línea a Roger.

—Roger, ¿Qué sucede?

—Parece que la reacción de los pequeños ha sido justamente la que se esperaba.

—Ya se los dijiste, ¿Cierto? —se escucha otro suspiro por parte del pelinegro, que podía adivinar lo que Roger decía al otro lado.

—Así es. Y el problema es que uno de los mejores aspirantes al sucesor de L me hizo recordar una promesa que les habíamos hecho, ¿Lo recuerdas?

—Es cierto, la promesa… —el protector de Ryuzaki se acomoda los lentes al recordar un episodio que había ocurrido hace tiempo—. ¿Y qué piensas hacer? Por mí no habría problema; lo único que falta es que Ryuzaki de su autorización.

—Sí; deberías preguntarle ahora. Realmente están impacientes…

—Lo haré ahora mismo…

Watari le pasa el teléfono a Elle, quien ya había extendido su mano segundos antes. Contesta parsimoniosamente, escuchando los argumentos del encargado de la Wammy, mientras proponían una solución a aquello. Finalmente, L llega al acuerdo establecido, quedando gratamente satisfecho. Vuelve a pasarle el aparato a su protector, mientras medita sobre lo que acababa de hacer. Definitivamente no podía ser mejor ocasión para aquel encuentro…

Treinta de octubre.

Wammy´s House. Los mejores candidatos a ser sucesores de L estaban alistando sus cosas. Estaban ansiosos, sí. Pero quien más lo estaba era un impaciente rubio, que no paraba de contar los minutos para volver a ver su ídolo. Removía en su armario la ropa que consideraba mejor usar; se cambiaba una y otra vez. Pero ante todo, su crucifijo siempre allí, en su cuello. Hacía tiempo que no veía a L, y no cabía en sí de dicha al escuchar que nuevamente había resuelto uno de los casos más impresionantes de la historia.

Había crecido mucho, tanto física como mentalmente, y ahora estaba más que listo para poder dar un gran paso que antes su niñez no le permitía. Había meditado mucho las consecuencias que aquello tendría, y estaba más que listo para afrontarlas. Pero ante todo, no se daría vencido en conseguir lo que quería. Porque había estado deseando eso desde hacía demasiado tiempo, y no se acobardaría ahora que tenía la oportunidad.

—Mello, ¿aún no estás listo?

Matt había entrado a la habitación del alemán sin tocar, como de costumbre. El de cabello cobrizo tan sólo llevaba un chaleco felpudo como abrigo, y una pequeña mochila, que sería todo su equipaje. Sostenía un videojuego en la mano derecha.

—Matt, te he dicho que no entres así. ¿Cuándo vas a entender?

—Ah, lo siento. Pero es que sólo faltan unos minutos para que salgamos, y por lo que veo… —observa la revuelta habitación de su amigo—… todavía no estás listo.

—Estaré a tiempo. Ahora vete, que necesito ver qué debo escoger.

El pelirrojo suelta una risita.

—En verdad que ni siquiera puedes controlar tus nervios… eres gracioso cuando estás así.

— ¡Tan sólo cállate, Matt!

—De acuerdo, de acuerdo; me voy— sale tranquilamente, sin borrar la mueca de sus labios—. Tan sólo trata de no enloquecer…

Mihael suelta un gruñido apenas ve a su compañero desaparecer por la puerta. Sabía que tenía razón, estaba casi paranoico.

«Sólo relájate. Todo saldrá bien» respira hondo, dejando salir el aire con lentitud, mientras toma la barra de chocolate que descansaba en el acolchonado «. No importa cómo te veas, lo importante… es hacerlo. No debo asustarme, no debo» muerde con fuerza el dulce, dejando que el trozo se deshiciera lentamente en su boca, mientras sus nervios parecían calmarse al ingerir su adictiva droga «. Soy mayor, tengo toda la oportunidad del mundo. Tan sólo necesito… fe.»

Finalmente, termina de escoger su vestimenta. Sonríe de forma totalmente complacida. Mello estaba completamente seguro que la mejor manera para conseguir lo que se desea, es haciendo persuasión visual. Y pocas veces fallaba esa técnica. Tras tomar su pequeña maleta, cierra la puerta de su habitación, escuchando el claxon de la limosina de Roger al pasar por los pasillos.

«Todo será perfecto».

El rubio sube al carro, donde lo esperaban los otros dos niños. Near iba en la esquina contraria, y Matt en el centro, mirándolo con su clásica sonrisa. Finalmente, el automóvil arranca, encaminándose hacia el aeropuerto.

Treinta y uno de octubre.

Todo estaba listo para la celebración que se daría en unos minutos. Matsuda no dudó en invitar también a Aiber y a Wedy, ya que también merecían una recompensa por haber prestado sus servicios a la investigación. Todo estaba ya listo para que comenzara. Había vino, champagne, cerveza, aperitivos, y por supuesto, pastelillos. Aizawa había conseguido que su hija le prestara su estéreo, mientras que Wedy se había encargado de llevar música “decente” para que la fiesta tuviera ambiente. L simplemente se limitaba a observar el rumbo de las cosas. Se preguntó si había sido buena idea que el encuentro fuera en su cuartel.

— ¿Qué pasa, Ryuzaki? ¿Acaso nunca habías tenido un convivio así? —pregunta Light, siendo de los primeros en llegar junto con su padre.

—Aparte de eso, estoy considerando que no será un ambiente muy apropiado para mis invitados especiales…

— ¿Invitados especiales?

—Sí, y creo que no fue buena idea lo que planeé…

Light iba a decir algo más, pero es interrumpido por la fuerte música que puso la ladrona profesional, animando más las cosas. Remixes de canciones pop americanas. Eran muy buen incentivo para comenzar a bailar. Ide y Mogi llegaron minutos después, aumentando la bulla en el cuartel. El celular del detective comienza a sonar, mostrando en su pantalla un mensaje de texto.

«Parece que ya están por llegar…» suelta una sonrisita, imaginando que pronto los vería al fin «. Me pregunto qué tanto habrán cambiado. Hace más de dos años que no los veo.»

— ¡Misa-Misa ya está aquí! —la modelo había llegado con un montón de arreglos y cosas que según ella, eran imprescindibles para una buena velada. Por supuesto, también traía un micrófono, ya que no pensaba sólo ir allí sin cantar una de sus tantas maravillosas pistas.

Después de media hora, la fiesta parecía ya estar en el mejor momento. Misa Amane no dudó en interpretar una canción de pop, a petición de los detectives. Wedy conversaba animadamente con Aiber, mientras que Watari se encargaba de vigilar que no se saliera todo demasiado de control. Light procuraba hacer hablar a L, ya que éste no quería participar en aquel círculo social.

—Vamos Ryuzaki, ¿Por qué no te animas un poco más? —le dice Light, dándole unas palmaditas en el hombro. Sostenía una copa de vino en su mano izquierda—. Deberías ser un poco más abierto…

—Light-kun, es más que notorio que estás algo excedido de copas.

— ¿Yo? Claro que no… Tan sólo quiero ayudarte a socializar más…

—Y me preocupa la manera en que tú puedas referirte a eso.

Finalmente, Watari se acerca al inglés para informarle que sus aprendices estaban esperando. L se levanta rápidamente para ir con ellos, dejando algo sorprendido a Light por la manera tan rápida y ¿alegre? en la que había reaccionado. Al fin ingresan los tres chicos en la puerta: Un chico de cabello albino vestido completamente de blanco, que sostenía un pequeño juguete en una de sus manos; un pelirrojo que portaba una camiseta roja a rayas, googles, y un chaleco blanco; llevaba un videojuego portátil en la mano izquierda. Atrás de ellos iba un joven rubio que llevaba puesta una chaqueta de cuero con capucha, mientras portaba un crucifijo de plata alrededor; llevaba una camiseta negra holgada, al igual que sus pantalones. Sostenía una barra de chocolate a medio comer en su mano derecha, y sonreía confiadamente.

—Al fin han llegado —saluda el detective al ver a sus aprendices en el cuartel, tal y como había prometido—. Me da gusto verlos de nuevo.

 

Notas finales:

Bueno, aquí les traigo un fanfic que no es mi parejita tradicional de siempre x) Espero les haya gustado; consistirá sólo de dos capítulos, creo que no me extenderé con este.

Por cierto, el título es en alemán, y significa “dulce seducción”. (Creo que ya les dirá algo el título ¿No?) xDD

¡Reviews son bienvenidos, y muchas gracias por leer! ¡Un beso! ;D

 

 


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