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La regla de los hombres por Sasoko

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Notas del fanfic:

 

 

Notas del capitulo:

Advertencias: Hay sangre y entrepiernas. ¡Pero nadie sale castrado! No teman (no le puse que era "tortura" o "sadomasoquismo" porque... no es para tanto).

- No la sirvas, pásame la botella. - La segunda de la tarde. Él todavía estaba en sus cinco sentidos, pero Uruha, que le llavaba una hora de ventaja, ya...

- Lo... nimodo... perdón. - Contestó Uruha con la cara contra la mesa.

- Arg, no te preocupes - Aoi se levantó para ir a la cocina por un trapo. Cómo se me ocurre pedirle a semejante borracho que me pasé la botella... era obvio que la iba a desperdigar...

Crash. Aoi hasta se quedó quieto y se maldijo por dentro. Este ya tiró la botella al piso. Se dió la media vuelta y vio todos los pedacitos de vidrio brillando por el líquido y la luz. - ¡Ni se te ocurra recogerlos! - le gritó porque ya se imaginaba, a Uruha con la poca cordinación que le quedaba intentando arraglar el batidero que hizo. Aunque pensandolo bien nisiquiera podría juntar fuerzas para levantar su trasero de la silla.

Entonces mejor busco el trapo, la escoba, el recogedor y el trapeador y como pudo se los llevó todos al comedor.

- Uruha... - dijo alzando la voz.

- ¿Sí...? - le contestó una voz desde el baño.

- Ah, ya... olvídalo.

 

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Unos quince minutos después Aoi había puesto todos los vidrios, al menos los peligrosos, sobre el recogerdor; había limpiado la mesa y el piso. Olía todo a vicio, y se desperdició tanto dinero en esa botella que hubiera sido mejor ponerse a trabajar en lugar de relajarse... pero no hubiera sido mejor que ver a Uruha ponerse borracho. Había sido divertido esta vez.

 

Pero entonces, al ver sangre salir por debajo de la puerta del baño dejó de parecerle buena idea y sintió la culpa de dejar a los otros solos, aunque ellos tampoco estuvieran haciendo nada.

 

---------------------- Mientras Uruha estuvo en el baño

 

¿Cómo se sentirá... ser una mujer? Se dijo a sí mismo mientras miraba un trozo verde de vidrio contra la luz del baño. Le dió vueltas para encontrar el lado que mejor cortara. Lo presionó en vertical contra la palma de su mano hasta que saliera sangre y lo movió, marcando un camino rojo... ¿no les duele menstruar? ¿no cómo a mí me duele cortarme en la mano...?

 

Uruha primero, al verse la mano manchada, le puso seguro a la puerta, levantó la taza del baño, se quitó los pantalones, la ropa interior y se sentó. Si fuera una chica linda... tomó un trozo de rollo con la mano izquierda y se limpió la derecha. Así es como lo vería... vió la mancha de rojo oscuro sobre el papel. Puede significar tanto: haber manchado tu ropa interior sin querer, el alivio de no quedar embarazada o la desilución de que sea tu quinto intento y aún no pase nada... significa que eres mujer. No importa si eres femenina o no... Algunas lágrimas se empezaron a juntar en sus ojos. Bajó la mirada y no volteó más a ver el papel, lo apachurró y lo tiró. ¿Qué estoy pensando? Volteó hacia arriba, primero con los ojos, luego con la cara y el cuerpo también, recargándose en su espalda. Soy... se tocó la cara, manchándose un poco con la nueva sangre que le salía. Soy muy hermosa... alcanzó a oir el ruido del recogedor dando contra el piso.

 

La botella se había roto. A Uruha le gustaba tanto lo que estaba dentro de ella... pero aún la podía disfrutar. Volvió a fijar su atención en el vidrio, con su mano izquierda tomó su pene y sus testículos y con la derecha, así como se cortó la mano, se cortó la entrepierna. Ahí donde debería de tener menstruación. Esta es la regla de los hombres, no hay que llorar por lo que no tenemos, sino luchar por conseguirlo. Pero tener una herida detrás de los testículos no era nada como tener lo que ellas. No eran labios, clítoris, una vagina... hijos. Del coraje entonces se presionó más fuerte y se hizo una herida terible. Empezó a llorar deveras, pero se contuvo cualquier sonido, incluso tiró el vidrio a la basura en lugar de tirarlo al agua, donde salpicaría. No voy a dejar que Aoi me vea así. Se paró, puso el seguro, se sentó sobre la puerta y en el piso. Estaba sangrando más de lo que se imaginaba, así que tomó la ropa que se quitó y la puso entre é y el piso. No importaba si tenía que bañarse y lavar la ropa también, pero no saldría de ahí si había alguna forma en que alguien supiera la tontería que había echo... empezó a pensar más claro. Debe ser porque se me está saliendo el alcohol...

Su falsa lucidez no le duró mucho, desvaneciéndose en un tremendo mareo progresivo... sus ojos apuntaban directo a la luz pero se sentía tan fuera de sí que no se movió un pelo. En cambio su mente viajó mil veces, pensando en Aoi y en lo apuesto que era... en lo lejos que estaba... en todas las idioteces que había hecho por él y, como ahora, él ni por enterado. Se le oscureció la vista, su cuello se aflojó y dejó a su cabeza como suelta, abrió la boca, se desmayó.

 

---------------------- Pensamientos y recuerdos de Aoi en el hospital

 

Como un padre primerizo, que cuando se dió por enterado, tuvo que cargar a su novia... ella se desmayó del impacto, parecía tan adolorida, tan decepcionada por quedar embarazada. Él solo se limitaba a mirarla, sin entender muy bien que pasaba; él solo la cargó y la cuido hasta que todo estuvo bien... cuando nació el niño esa cara de angustía se fue del rostro de la chica. ¡Es hermoso, es hermoso! Ambos estaban radiantes, la novia y el novio... incluso él lloró de felicidad, estaba orgulloso de ser padre.
Así quiso sentirse Aoi por un momento.

 

Cuando abrió la puerta y vió a Uruha, aunque estuviera lleno de sangre, no pudo evitarlo, se veía... tan necesitado, tan hermoso... enseguida lo cargó para atenderlo, de su entrepierna chorreaba la sangre ¿Qué demonios te hiciste? Pensó Aoi y no contuvo las lágrimas en sus ojos... no se contuvo con la mamá de Uruha, de su Uruha, en el hospital. Se sentía culpable por lo que le había pasado al chico, porque él era el único que lo acompañaba cuando todo sucedió... y al mismo tiempo no entendía que había pasado, si solo estaban bebiendo.

 

---------------------- En el hospital

 

Las cosas se arreglaron y Aoi tuvo que ver a Uruha, se secó todas las lágrimas. Porque los hombres tenemos que ser fuertes; no podemos mostrarnos débiles o necesitados frente a otros. Por esa absurda creencia es que los chicos se encierran en el baño y se mutilan, tratando de cumplir su deseo secreto de ser mujeres. Solo tengo derecho de llorar en mi boda y cuando nazcan mis hijos...

- ¿Estás bien? -preguntó Aoi.

Lo siento Uruha. No puedo llorar por tí.

- Claro...

Notas finales:

Publicado en Amor Yaoi el 22 de agosto de 2010. Publicado originalmente el 19 de marzo de 2009.

En caso de que no se entendiera bien el órden de los hechos.

Primero hablo de Uru y Aoi juntos. Luego digo que pasan 15 en lo que Aoi recoge la botella rota, ¿cierto?
En ese rato pasa lo que escribí después de Uru en el baño. Luego Aoi lo descubre y se lo lleva al hospital.

En todo caso, este es el órden cronológico:

 

- Aoi y Uruha estabn bebiendo, se pusieron a descansar de los ensayos.
- Uruha se pone ebrio.
- Uruha rompe una botella de cerveza que le iba a pasar a Aoi.
- Uruha se va al baño.
- Aoi se pone a limpiar la botella rota.
- Mientras Uru está en el baño se corta, y se queda tirado en el piso sangrando.
- Aoi se da cuenta de que Uru esta en el baño, lo saca y lo lleva al hospital.
- En el hospital, Aoi piensa que sería lindo formar una familia con Uru...

 


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