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Cuidando a Shura por KING-OF-THE-DARK

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Notas del capitulo:

Casi me da algo 9 reviews.

Pero la putadilla habia un empate entre Death Mask y Kanon.

A favor de Death votaron:

-Dark Ayame (gracias por tu voto y por tu comentario).

-Saheli (muchas gracias por tu apoyo).

-Moridakay (también muchas gracias).

A favor de Kanon votaron:

-Krista (muchas gracias por el voto para Kanon).

-Kazenoserei (gracias por el review).

-Larc (aunque la frase utilizada es "me suena a Kanon", lo he tomado como un voto a favor del gemelo, ya que supongo que es el que más te gusta).

Luego Babeth (muchas gracias por el review) dejo claro que en su opinión el enfermero estaba entre Death y Kanon.

Lo siento mucho por Observad0ra, a la que le agradezco el review pero que a sido la unica persona que ha votado por otro caballero (Camus).

Y finalmente también doy las gracias a Raitei, que no dejo ningún nombre pero a quien se le agradece el review.

Asi que tenía un bonito empate entre Cáncer y el menor de los gemelos.

¿QUÉ METODOS ELEGÍ PARA ROMPER EL EMPATE?.

1-lanzar una moneda, a cara o cruz. Ganador: Kanon.

2-escribí sus nombres en dos papelitos y utilicé a mi hermana de "mano inocente". Ganador: Kanon.

Así que, el enfermero será Kanon, espero que las que votaron por Death no se enfaden y sigan leyendo y dejando comentarios.

Una aclaración (ahora que sabemos quien es el enfermero).

Kanon y Saga tienen 32 años (cuando Saga encerró a Kanon en Cabo Sunion tenían 19).

Aioros tiene 31 (cuando murió tenía 18 años).

Shura tiene 30 años (cuando mató a Aioros tenía 17).

No es muy relevante, pero es para continuar la linea de tiempo, se supone que han pasado trece años, no es cuestión de resucitar a Aioros (por poner un ejemplo) con 21 años (eso querría decir que tenía 8 años cuando murió y en la serie se le veía bastante más mayorcito).

 

 

 

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Estaba agotado, literalmente agotado, llevaba cinco días cuidando de Shura y le parecían cincuenta.

La costaba horrores que comiera en condiciones (utilizó dos veces lo de taparle la nariz), se sabía su cuerpo desnudo de memoria porque le obligaba a ducharse diariamente (pero sin colaboración del otro).

Al segundo día y de casualidad, descubrió que tenía pesadillas, había tomado la decisión de abandonar su templo y vivir en el de su compañero, incluso dormía en su habitación en un colchón en el suelo.

Como buenamente podía le arrastró en dos ocasiones fuera de capricornio, a un pequeño lago que había en las cercanías, pero el silencio de Shura le estaba matando así como el hecho de que ni una sola ocasión le había dirigido la mirada.

Estando en la cocina, mientras preparaba la comida, sintió la presencia de alguien entrando al templo, luego, escuchó los pasos de alguien acercándose.

La puerta se abrió y vio a su visitante.

-tienes un aspecto horrible-le dijo el recién llegado.

-yo también te quiero hermanito-respondió el otro dejándose caer en una silla y apoyando la cabeza en la mesa que utilizaban para comer.

-¿por qué haces esto Kanon?-le preguntó su gemelo.

-nada de esto hubiese ocurrido si no fuera porque mi querido hermano mayor, tuvo la genial idea de meterse en la cama con alguien que ya tenía pareja-contestó el ex general marina.

-¿me culpas de que Shura esté deprimido?-le preguntó Saga sentándose en la mesa, enfrente de su hermano.

-no, te culpo por tener un gemelo-le contestó.

-¿eh?-preguntó el otro.

-creo saber una cosa, cinco días en completo silencio o hablando solo dan para mucho-contestó Kanon.

-¿y qué se supone que sabes?-preguntó Saga un tanto confuso.

-la razón de que Shura no me mire-contestó el pequeño de los gemelos.

-¿cuál és?-preguntó su hermano.

-soy tú gemelo idéntico Saga, sí me mira, te verá a ti aunque no seamos el mismo hombre-le contestó.

-¿y eso que tiene que ver con que no te mire?-preguntó el mayor sin entender.

-Saga, le está cuidando un hombre que es idéntico al que se está follando al hombre al que ama, yo tampoco te miraría-contestó Kanon apesadumbrado.

-entiendo-dijo el otro en tono serio, pensativo.

-tiene pesadillas, pesadillas muy fuertes-comunicó Kanon.

-¿por fin te ha hablado?-preguntó Saga levantando una ceja.

-no, no me habla, pero cuando sufre una grita, es el único momento en el que escuchó su voz-contestó el menor.

-¿y qué dice?-preguntó su hermano.

-“yo no quería”, “perdóname”, “cumplía órdenes”, “suéltala” y mi preferida “Saga me lo ordenó”-contestó el de larga melena azul.

-¿sueña con el momento en el que mató a Aioros?-preguntó Saga.

-ajá-contestó Kanon.

-creí que eso había quedado claro entre ellos, Aioros me dijo que lo habían hablado-dijo el mayor.

-¿y entonces, por qué maldita razón le ha dejado Saga?, te resucitan un buen día después de trece años muerto y en lugar de lanzarte a los brazos de tu pareja, te metes con el hombre que en cierta manera ordenó tu asesinato ¿coincidencia?-preguntó el pequeño enojado.

-¡estaba poseído por Arles¡-gritó Saga.

-pero Aioros no, él era consciente de sus actos cuando se acostó contigo, él traicionó a su pareja sin motivo aparente, mira el estado en el que está Shura por su culpa-dijo Kanon angustiado.

-Kanon, ¿acaso tú?, estás haciendo esto para que Shura…¿por qué demonios estás haciendo esto?, mírate, estás agotado, llevas días sin venir al templo, no vas a los entrenamientos, ¿qué demonios te pasa con capricornio?-le preguntó el mayor.

-le quiero-contestó el otro cabizbajo.

-¿perdona?-preguntó el otro creyendo que había escuchado mal.

-que le quiero, yo…verás antes de lo de Cabo Sunion, cuando éramos más jóvenes, yo ya me había fijado en él, pero ni hice ni dije nada porque estaba con Aioros, lo poco que coincidí con él allá en el averno….-dijo sin acabar la frase.

-continua, te escuchó-dijo el otro preocupado por su hermano.

-pensé que estaba guapísimo, que los años le habían sentado de maravilla, literalmente se me cayó la baba, no pude hacer gran cosa, estábamos en plena batalla, pero cuando Atenea nos revivió…-dijo Kanon nuevamente sin acabar la frase.

-¿le buscaste con la mirada a él primero?-le preguntó Saga.

-Shura fue mi primer pensamiento consciente, luego viniste tú, pero les vi hablando a él y a Aioros, y supe que no tenía nada que hacer-dijo Kanon.

-¿acaso ahora puedes hacer mucho?, diablos, no te mira, no te habla y puede que tú presencia no sea la más adecuada-dijo el mayor en tono serio.

-quiero cuidarle Saga, quiero ayudarle, protegerle, sé que no lo entiendes, que es algo raro viniendo de mí, pero quiero hacerlo-dijo Kanon.

-¿puedo hacerte una pregunta personal hermano?-preguntó Saga.

-hazla, ya decidiré yo si contestar o no-contestó su gemelo.

-¿lo haces por qué le quieres?, ¿o lo haces a manera de redimirte por tus actos?, Kanon, tú fuiste el que dio la idea de matar a Atena, y curiosamente, Shura es su santo más fiel, sí ya todos te han perdonado es por algo, si Atenea te devolvió la vida, es por algo, ¿qué buscas matándote por cuidar a un hombre deprimido?-preguntó su hermano.

-tenerle entre mis brazos, tan simple como eso, no buscó el perdón de Shura, ya me lo dio cuando nos resucitaron-dijo Kanon.

-¿haces todo esto para llevártelo a la cama?-preguntó medio juzgándole.

-¡por supuesto que no¡, ¿quién te has creído que soy?, yo…yo…-dijo sin acabar la frase por tercera vez.

-estás enamorado de Shura ¿verdad?-preguntó Saga.

-más de lo que puedas imaginarte hermano-le dijo el otro.

La puerta de la cocina se abrió, y ambos hombres vieron al custodio del templo, quieto, en silencio, sin rastro aparente de que hubiese escuchado la conversación de los hermanos.

-buenos días Shura-dijo Saga viendo el aspecto desaliñado de capricornio.

-oh, ¡mírate¡, ya has vuelto a abrocharte mal la camisa, anda trae-dijo Kanon levantándose y acercándose al otro, que llevaba efectivamente, mal abrochados los botones de la camisa blanca.

A Saga se le encogió el corazón, primero por la patética estampa de Shura, él había luchado a su lado, junto con Camus, había ejercido la Exclamación de Atena, conocía a Shura desde que era un crio, y ahora, no quedaba ni rastro de ese hombre fuerte y orgulloso, parecía una muñeca sin vida en manos de su hermano, que actuaba con naturalidad mientras le arreglaba la ropa y el pelo.

Esa imagen de su hermano pequeño ayudando a alguien le pareció tierna, que Kanon hubiese encontrado un motivo para luchar, algo por lo que levantarse por las mañanas le alegró un poco, cierto era que no era la mejor de las situaciones, pero Saga era consciente de que su gemelo podría con aquella situación, que no se daría por vencido.

Si alguien podía ayudar a Shura, ese era su hermano gemelo.

-anda Saga, quédate a comer con nosotros, así si este terco no quiere comer, tú le tapas la nariz y yo le meto la cuchara en la boca-dijo Kanon mientras capricornio tomaba asiento en silencio, sin mirarles a ninguno.

Efectivamente se quedó a comer, y efectivamente tuvo que ayudar a Kanon para que el de capricornio comiera, luego les dejó a solas y bajó calmadamente hasta el templo vecino, encontrando a Aioros en la salida del mismo, esperándole.

-¿co…como está?-preguntó el centauro.

-mal, no voy a mentirte Aioros, Shura está muy mal-le contestó Saga.

-me siento tan culpable Saga-dijo el castaño.

-¿te arrepientes de estar conmigo?-preguntó dolido el de géminis.

-no, por supuesto que no, te quiero muchísimo, no dudes de eso, pero a Shura le tengo mucho cariño, él y yo siempre hemos estado juntos, y ahora, por mi culpa…dijo sin acabar la frase.

-no tienes la culpa Aioros, no decidiste voluntariamente enamorarte de otro, pasó y ya está, eso es lo que debe aceptar Shura-dijo Saga.

-¿cómo está tu hermano?-preguntó Aioros acercándose y recargando la cabeza en el pecho del más alto.

-agotado, agotado y enamorado-dijo el de pelo largo mientras acariciaba la espalda de su amante.

-¿enamorado?, ¿de Shura?-dijo el centauro mirándole fijamente.

-ajá-contestó el otro.

-no sé qué decir, a Kanon puedo imaginármelo con Milo, o con Aioria, pero con Shura se me hace difícil, son tan opuestos como vosotros-le dijo Aioros.

-¿a qué te refieres?-preguntó Saga.

-bueno tu hermano es un rebelde, ya sabes, el típico bromista y seductor que se irá de fiesta hasta las tantas y volverá borracho, a Shura le ofreces un trago de alcohol y te mira como si te desease muerto, tiene de seductor lo que yo de bailarina y de las bromas mejor ni hablamos-comentó el de sagitario.

-lo que nadie sabe, es que cuando mi hermanito se enamora, lo da todo por la persona elegida, se vuelca con el afortunado y le colma de un amor fuerte y sincero, puede que sea un rebelde, pero dejará sus fechorías a un lado en el momento en el que sus ojos se fijen en alguien-dijo Saga.

-¿crees que podrá ayudarle?-preguntó Aioros.

-no lo sé-dijo suspirando.

-está muy mal Aioros, tiene fuertes pesadillas con el día que te mató, hay que obligarle a comer y a ducharse, sigue sin hablar y se niega a dirigirte la mirada-dijo Saga.

-dioses-dijo el otro cerrando los ojos y apenado.

-sshh, no sufras amor, si alguien puede ayudarle, ese es mi hermano-dijo Saga acariciándole el pelo.

 

Se quedó dormido.

Estaba tan agotado que cuando se dejó caer al suelo en cualquier postura, Kanon se quedó dormido en segundos.

Pasarían horas hasta que consiguió abrir los ojos, adormilado como estaba le costó recordar donde se encontraba, miró hacia una ventana y descubrió que la noche había caído.

Se asustó, al pensar que había dejado tanto rato a solas a Shura se asustó, no es que el de capricornio hubiese atentado contra su vida, pero en el estado en el que estaba no podía cuidarse solo.

Cuando intentó levantarse fue consciente de que algo pesado y cálido se lo impedía, al mirar sus piernas se le paró el corazón.

Shura estaba dormido, con la cabeza apoyada en su regazo, tumbado en el suelo todo lo largo que era, con una de sus manos en la cintura, y la otra apoyada en la rodilla del gemelo.

La imagen tranquila del rostro del otro le pareció tierna, estaba guapísimo sin las marcadas ojeras y con el pelo revuelto, observó el tranquilo sube y baja del musculoso pecho al respirar, sus finos y rosados labios, su piel algo más clara que la suya.

Inconscientemente llevó una de sus manos a la cabeza, y con suaves movimientos comenzó a acariciarle el pelo, se sentía a gusto compartiendo ese momento con capricornio, tranquilo, sereno, mirando al hombre que le había buscado, que le había necesitado y se había tumbado a su lado en algún momento.

Buscando su compañía, o su protección, pero Shura había acudido a él mientras estaba dormido, había confiado en él, era consciente de su presencia, de que le estaba cuidando, y Kanon se sintió especial por eso, se sintió importante.

Pero los momentos mágicos suelen durar poco tiempo, eso fue algo que descubrió el menor de los gemelos.

Fue minutos más tarde, cuando oyó un suspiro proveniente del que dormía, y luego, escuchó su voz profunda, entrecortada, y con un tono de dolor que le encogió el corazón.

-A…ai…Aio…Aioros-fue lo que dijo.

No pudo evitar que le venciera la rabia, la impotencia, la desesperación y los celos, hubiese dado cualquier cosa por escuchar su nombre de los labios del español, pero en el corazón no puede mandarse, y Shura amaba al centauro.

La idea de rendirse pasó por su cabeza, la de dejarlo todo y evitarse más sufrimiento, pero algo se lo impedía, lo primero su orgullo, lo segundo su cabezonería, y lo tercero fue el inmenso amor que volvió a sentir cuando miró nuevamente a Shura, dormido en sus piernas, indefenso, frágil.

Con un suave movimiento, evitando despertar al de capricornio, quitó la cabeza de sus piernas, luego, le cogió entre sus brazos con extremo cuidado, Shura se apretó a su cuerpo en la inconsciencia, buscando su calor, el roce de su piel, la protección de sus brazos, eso hizo que Kanon desechase la idea de abandonarlo todo.

Con pasos lentos, evitando movimientos bruscos, llegó hasta la habitación del otro, dejándolo con cuidado en el colchón.

Le descalzó con cuidado y le tapó con las sabanas y las mantas, era invierno y la noche estaba fría, ya habían dormido en el suelo, así que existía la posibilidad de agarrar un resfriado, intentó evitarlo ofreciéndole al otro el calor de la ropa de cama.

Iba a acostarse en el otro colchón cuando algo se lo impidió, dentro de su sueño, Shura le había agarrado la mano con fuerza.

-no…no…te…vayas-dijo Shura sin despertarse.

No supo si se lo decía a él o estaba soñando con el arquero, pero no pudo negarse a esa petición que había salido angustiada en la voz del otro hombre.

Así que se descalzó y se tumbó en frente de Shura, tapándose con las mantas e intentando relajarse.

Se quedó de piedra cuando Shura se movió buscando su cuerpo, arrimándose a él y descansando la cabeza en su pecho, se le paró el corazón y un escalofrío le recorrió por completo.

Permaneció sin respirar unos instantes, hasta que supo que el otro seguía dormido, fue en ese momento en el que le ofreció la protección de sus brazos, rodeándole con ellos y acomodándose en la cama, cada vez que realizaba un pequeño movimiento, el otro hombre se acoplaba automáticamente a la nueva postura.

Fue así que Kanon también fue presa del sueño, quedándose dormido instantes después, con Shura entre sus brazos.

 

 

 

 

 


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