Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Perdona es Amar por cutebeast64

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

estoy deprimida… ¡Todo el mundo recibe más reviews que yo TT^TT! Por fa, dejen un review… y, ya que lo recuerdo, todos mis queridos niños son creados exclusivamente por Masashi Kishimoto sempai y ustedes tienen que tener 16 -o 18? No estoy segura- para poder leer esto, así que si no tienen la cédula, hagan una de cartón y sonrían, porque esto es el maravilloso mundo del Yaoi por internet… muajajjajaja


 

Notas del capitulo:

Okay, vamos a ver cuánto tardan en darse cuenta de cuál es la pareja de este fanfic (no vayas a hacer trampa y leer el final al principio ¬¬, no solo es deshonesto, sino que es inmoral), espero les guste, sé que mis One-shots no son tan buenos como deberían, pero denme una oportunidad, y si tienen algo de compasión en su alma ¡Dejen un review, aunque sea para decirme que no lo harán!

PERDONAR ES AMAR


 


Quisiera verte por una vez a los ojos y no sentir que le estoy mintiendo al mundo entero; por una vez me gustaría sentir tu cuerpo sin pensar que todo va a salir mal cuando al día siguiente tenga que vérmelas con las prohibiciones del mundo real… Por una vez me gustaría que fuera real tenerte entre mis brazos, pero cada día es más difícil


 


La primera vez que te abrí mis piernas, no fue nada planeado; es más, fue de una manera tan inocente, que parecía que hubiera estado por recibir un caramelo y no mi primera vez en la cama. Me acostaste en una cama suave, me besaste las rodillas con tus labios húmedos y abriste mis piernas sin demasiado esfuerzo; para ese momento ya ni siquiera llevaba mi ropa interior, y mucho menos mi pudor. Me hiciste el amor con fuerza, me penetraste hasta el cansancio, con un ritmo devastador... ese día tuve también mi primer orgasmo, y gemí tu nombre sin dudarlo, no había nadie a quien amara más, y es probable que nunca lo haya.


 


Recuerdo de ese día, que tus labios estaban húmedos y calientes… que tus ojos permanecían cerrados, y tu ceño fruncido con la fuerza de quien quiere concentrarse en algo realmente muy importante… recuerdo que una gota de tu sudor cayó sobre mis labios, y que tu saliva llenaba mis mejillas al tratar de secar mis lágrimas de doloroso placer. Recuerdo también, que mis piernas estaban suspendidas en el aire, que mis brazos rodeaban tu espalda y que tus manos se aferraban de la cama, a ambos lados de mi cabeza.


 


Ahora, cuando nos reencontramos cinco años después, las cosas han cambiado mucho; no es que mi reacción a la del primer día que te vi, pues es igual; igual de enamoradiza, igual de eufórica y pretensiosa…igual de incorrecta, igual de suplicante... Igual de deseosa de hacer que me amaras a toda costa, aunque no fuera correcto que lo hicieras.


 


El día que supe que íbamos a vivir juntos, al notar que ibas a estar conmigo como en los viejos tiempos, viviendo bajo el mismo techo, disfrutando de un la luz del sol en cada nuevo amanecer, o el sabor del café caliente cuando intentas, temprano en la mañana, pasar los efectos de una larga noche de sexo sin sueño, instintivamente, quise que notaras que estaba allí y que era yo, quería de una manera inconsciente que notaras que yo no había cambiado, como si quisiera pedirte a gritos, pero sin que nadie más que tú me escuchara, que tú tampoco cambiaras con respecto a mí.


 


No tardaste en descubrirme y darte cuenta de mis sentimientos y todo fue exactamente lo mismo de hace cinco años, cuando nos conocimos en aquel internado al que nuestro querido padre nos había forzado a ir… Me tomaste de la mano, me arrastraste por los corredores y me encerraste en la primera habitación que encontraste disponible, para hacerme tuyo a besos y caricias por debajo de la ropa. No había necesidad de palabras, ni ahora ni en el pasado, ambos nos entendemos con solo el contacto de nuestros labios o de nuestra piel sudada, mientras los gemidos siguen resonando. Más me preocupaba que tacharan este amor de pecado, que de que realmente fuera uno… ¿Cómo podía creer que lo más exquisito de cada día era algo que no debía hacerse bajo ninguna circunstancia porque las consecuencias serían peores de lo que podríamos imaginarnos?


 


Cuando te abrazo, siento que no estoy solo, y me importa menos lo que pase en el exterior, lo que me digan o lo que me pase; tu cuerpo es lo único que puede alejarme de la soledad y llevarme a la profundidad del amor. Y muy a pesar de todo lo que he dicho, tú también me has hecho sufrir un poco; supongo que todo amor tiene que ser así de contradictorio ¿o es solo el nuestro?


 


Hoy lloré en el baño de la escuela, pero no es por ninguna de las cosas que me decían como posibles opciones desde el otro lado de la puerta, tratando de animarme, aún cuando todas eran reales e igual de posibles; puede ser que mi padre jamás me haya prestado atención, que me haya desmayado durante los exámenes por no haber dormido la noche anterior, que me haya enfermado por no cuidar de mí lo suficiente… y sí, también me trataron de marica cuando salí del salón y me quedé paralizado al ver a dos hombres besándose, pero no, no es por nada de eso. No es por haber visto a dos hombres besándose, es porque uno de esos hombres eras tú…


 


Y sí, estaba llorando, la mitad por celos, la otra mitad por física frustración; porque siempre creí que ibas a estar ahí para mí, para no dejarme solo, y hasta hoy me di cuenta de que nada es eterno, y mucho menos lo es una relación sin futuro como la nuestra, pero no quería creer en la verdad; soy como un niño que sigue esperando a su mascota desaparecida o contempla el cielo entre sollozos, esperando que regrese su globo perdido hace días.


 


-       No es cierto- Repetiste por quinta vez cuando corrí a esconderme en mi habitación, porque sé que al verte me rendiré de nuevo a tus caprichos y nada cambiará- Sabes que no te voy a dejar solo-


 


¿Cómo puedo seguir confiando en ti después de verte engañándome con otro, con alguien que además consideraba mi amigo, incluso cuando fuiste tú quien me lo presentó?


 


-       Deidara solo es un amigo- repetiste por enésima vez y yo me cubrí al cabeza con la almohada, acostado en mi cama, tratando de no oírte


 


Tú tienes tus razones, y me las repites una y otra vez tras la puerta pero no te quiero creer; sin pruebas, solo tendría tu palabra para creer en ti, y no quiero que tu palabra deje de ser confiable para mí, si no es así ¿cómo podría confiar en las veces que dijiste amarme, sin más pruebas que tus besos y tu confiable deseo de protegerme? No quiero llorar, ya me humillé suficiente para toda mi vida en ese baño del colegio como para volver a llorar.


 


Y ahora recuerdo, que pasó algo similar hace cinco años. ¿No fue así que nos vimos de esta manera tan romántica? Porque ese día estaba llorando en el baño y entraste por casualidad. Escuchaste mis sollozos y me preguntaste que pasaba. Te sentaste afuera del baño en el que estaba encerrado y te quedaste dos horas enteras hablando conmigo, tratando de hacer que saliera. Yo aún no estaba seguro de quien era el del otro lado de la puerta cuando la abrí, pues ni siquiera nos habíamos dado cuenta de que hablábamos cada uno con el otro. Primero me enamoré de tu voz, y para cuando vi tu rostro, fue demasiado tarde para frenarme; tal vez eso te pasó a ti también.


 


Me acerqué a ti para abrazarte, y metiste tu lengua entre mis dientes. Jamás había sentido esa sensación, y aquellas suaves y húmedas cosquillas adentro de mi boca me hicieron sonreír. Tú sonreíste también, y comenzaste a besarme en forma, diciendo que era mi culpa por la bella sonrisa que ponía cada vez que me metías la lengua a la boca.


 


Así que hoy también te quedaste horas sentado afuera del sitio donde me encerraba, solo que hoy fuiste tú el que habló sin interrupción, dejando al descubierto tu corazón mortal, oculto bajo lo que parecía una perfecta divinidad el primer día que te vi; parecías inmune a los dolores de este mundo, pero era porque no querías que nadie te hiriera.


 


Finalmente te creí ¿qué más podía hacer cuando escuché los únicos sollozos que salían de tus labios, al decir que solo yo importaba en tu vida deshecha? Me gustaría poder seguir enojado contigo, pero después de darme cuenta de que solo a mí me has dicho la verdad oculta en tu corazón, no puedo.


 


Otra vez salí del sitio en que me encerraba, y ahora fui yo el que te hizo sonreír al meter mi lengua entre tus dientes. Cerraste los labios alrededor de mi boca y tomaste el aire de mi interior, con una fuerza tan intensa que sentí que me ahogaba en tu saliva, y traté de respirar entreabriendo mis labios, lo suficiente para que nos chocáramos nuestros labios y volviéramos a besarnos con más fiereza. Tus manos me conocen, y siguen deslizándose sobre mi piel, alrededor de mi cuerpo, debajo de mi ropa… entre el frío viento y el calor de mi corazón, que cada vez late más rápido. Sueltas botón a botón mi camisa, como si no estuvieras tan desesperado como yo, por el sexo que calentará nuestros sentidos hasta llevarnos al límite. Me lames el pecho, ajustas tu entrepierna contra mis estrechas caderas, dejándome sentir que tú también me necesitas.


 


Lamo tu cuello largamente, mientras mis pezones son atrapados por tus dedos ágiles y gimo suavemente, bajas tu rostro para capturar mis labios entre tus dientes, rasguñando suavemente, apenas para que sepa que soy tuyo, pero no lo suficiente para lastimarme realmente. Me has quitado el pantalón y hasta ahora la noto. Me estás ajustando cada vez con más fuerza y no tengo manera de recriminarte, después de todo estoy tan necesitado como tú de sentir una cálida unión entre nuestros cuerpos. Tus dedos en mi entrada han dejado de ser suficientes para apaciguar a mi alma impura, que clama desde mi pecho, que penetres mi cuerpo hasta el cansancio.


 


Levantas mis piernas y me besas con fuerza, enlazando tu lengua a la mía, aún cuando nuestras bocas estén separadas. Te sujeto del cuello con fuerza, haciéndote soltar el beso, para que muerdas mi cuello como una marca de que nadie más que tú puede tenerme mientras grito tu nombre a la par que me penetras… Eres tan firme, y te hundes tanto en mi piel; puedo sentirte tocando cada parte de mi interior mientras entras y sales


 


-       ¡¡Para!!… Itachi… Vas muy rápido- Gimo al sentir que te estás apresurando mucho esta vez, pero no me haces caso y sigues mordiendo mi cuello- Ahhh…duele…


-       No me habías dejado tocarte desde hace casi una semana, necesito sentirte- Susurras a mi oído, antes de morder con fuerza, haciendo que ajustara mis caderas aún más contra las tuyas, llenándome de ti


-       Ahhh… Dios…- Gimo mientras siento cada vez más placer corriendo por mis venas, que se dilatan y contraen al ritmo de los acelerados latidos de mi corazón; todo mi cuerpo está sonrojado, pero solo se nota en aquellos puntos que has lamido más…


 


¿Cómo haré para dejar de amarte, si es tu cuerpo lo único que me hace sentir tranquilo, lo único que destruye mi soledad? De nuevo has besado mis rodillas con tus labios húmedos y calientes; como me recuerda esto a la primera vez que me hiciste el amor repitiendo que ya nadie más podría tener mi amor…


 


¿Logras escuchar como mi corazón pide a gritos que lo ames más, más rápido, más adentro y con más fuerza?


 


-       ¿Lo sientes adentro de ti?- me preguntaste en un instante, deteniendo lentamente tu cuerpo, dejándome descansar apenas un instante, en que respiré profundamente…luego asentí- Este es el lazo que nos une, más profundo y fuerte que el de cualquier otro par de hermanos. Es el del verdadero amor-


-       Nunca lo dudaría…- Sonreíste ante mi respuesta y yo te contesté con un gemido, al sentir que volvías a moverte, aumentando tu velocidad con una aceleración devastadora- ¿Qué me queda aparte de tu amor?


 


Sonreíste… de nuevo has tenido razón, cariño. Ya nadie más que tu puede tener mi amor; lo tengo encadenado a mi pecho para que solo tú, puedas tomarlo entre tus manos y darme la paz de saber que no me harás daño.


 


¿Te das cuenta como he cambiado de parecer en tan poco tiempo, amor mío? Ya estoy empezando a dudar de que me puedas hacer daño, y ya no estoy enojado contigo, gimiendo desesperado como lo estoy en estos momentos, porque me sujetas de la base del miembro, evitando que me corra como he deseado desde que llegué a mi propio límite, que por cierto, nunca ha sido el tuyo, razón por la que no quieres que termine aún… me quieres tener aún un poco más, solo para ti. ¿Cómo puede uno estar enojado con una persona que ha hecho todo por ti, que siempre ha querido tu amor y solo ha cometido un error?...


 


Creo que me contradigo cada vez más, pero eso es porque el placer que provocas en mí, me hace difícil la acción de pensar coherentemente en tu contra. Y por eso es ahora que me doy cuenta… Nunca hermano, nunca dejaré que me dejes solo; te necesito demasiado para dejarte ir…


 


No importa si cometes mil errores, no importa si me lastimas diez mil veces; yo encontraré un millón de razones para perdonarte… Porque, hermano; yo te amo.

Notas finales:

Gracias por leer hasta el final… me gustó la última frase, creo que la voy a dejar de firma… Bueno, dejando mis divagaciones locas de lado, quiero agradecer a Samadhi06yaoi, porque fue gracias a ella, que me inspiré lo suficiente para escribir esto ¡VIVA SAS-UKE Y EL MARAVILLOSO MUNDO DEL INCESTUOSO ITASASU!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).