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Con Kakashi… el galán de mi vecina por Mfer

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Notas del fanfic:

Aclaración: Uzumaki “Kawaii” Naruto le pertenece al Uchiha “Bastardo” Sasuke y todos los demás personajes de la serie le pertenecen a su propietario el Sr. Masashi Kishimoto, yo sólo utilizo a sus personajes para animar mis fic y lo hago sin fines de lucro.

Notas del capitulo:

Iruka gracias al portero de su edificio se entero que el departamento contiguo al suyo se había rentado después de casi un año de esta desabitado, y rogaba a que no fueran unos adolescentes ruidos o fuese unos ancianos mayores.


Pocos días después, se entero que sus ruegos habían sido escuchado por que el sábado por la mañana Iruka sintió unos fuertes ruidos en el palier, y al abrir la puerta se encontró con una bonita joven que empujaba enérgicamente un enorme sofá dentro del departamento recién ocupado.


Iruka supuso que sería la nueva inquilina, y en dos pasos estuvo a su lado para auxiliarla. La joven giró la cabeza, y sorprendida se encontró con un joven muy bien parecido, alto y esbelto, que mientras mostraba una sonrisa encantadora la ayudaba a empujar el armatoste a su departamento.


Ambos jóvenes lucharon con el enorme mueble, y cuando por fin estuvo ubicado en la sala se sentaron al unísono en el piso, respirando agitadamente. Después se miraron, y riendo por el impensado esfuerzo demandado se presentaron formalmente.


La muchacha se llamaba Shizune, y además de bonita era muy simpática.


- ¿Estas haciendo la mudanza tú sola? - Preguntó Iruka mientras se ponía en pie.


- No, mi novio me esta ayudando con la mudanza.- Decía Shizune mientras que por la puerta apareció la confirmación de las palabras de la chica, ahí parado estaba su novio.


Era un muy lindo tipo, un poco más alto como Iruka y con las espaldas un poco más anchas. Tenía el cabello plateado y los ojos muy negros, y las facciones angulosas irradiaban una masculinidad arrolladora. Vestía un jean gastado y una remera muy ceñida al cuerpo, y el peso del mueble que acarreaba hacía resaltar los poderosos músculos de los brazos y del torso.


El muchacho entró, y después de dejar la carga a un costado respiró aliviado.


Shizune se acercó a su novio, y tomándolo de la mano lo trajo hasta donde estaba parado Iruka y dijo:


- Iruka, este es mi novio Kakashi.- dijo Shizune muy feliz y volteo a su novio y agregó. - Kakashi, él es mi nuevo vecino Iruka.


Sonriendo, los muchachos se estrecharon las manos. Iruka pensó que Kakashi era tremendamente sexy, y por unos segundos sintió la tentación de besar esa boca carnosa que exhibía una sonrisa irresistible. El peli-plateado advirtió que el peli-castaño era muy bonito, y no pudo dejar de sentirse algo intranquilo sabiendo que vivía en el departamento lindero al de su novia.


Esa noche, Iruka salió con unos amigos y volvió bastante tarde a su casa. Hacia calor, y la ventana de su dormitorio estaba abierta y la persiana levantada. Mientras se desvestía en su cuarto escuchó unos ruidos provenientes del departamento de su vecina Shizune, más precisamente del dormitorio que estaba justo enfrente del suyo.


Intrigado, el peli-castaño apagó la luz de la lámpara y se acercó a la ventana, y en el silencio de la noche pudo escuchar gemidos ahogados y el rechinar de los resortes de colchón de la cama. Era evidente que los vecinos estaban estrenando el dormitorio con una furiosa sesión de sexo.


Iruka imaginó a Shizune acostada boca arriba con las piernas muy abiertas, recibiendo en su húmeda raja la seguramente grueso miembro del peli-plateado. Casi podía ver el cuerpo del muchacho moviéndose rítmicamente sobre la joven, incrustando su endurecido miembro en el anhelante agujero escondido entre los muslos de su novia.


Cerró los ojos y se vio en el lugar de Shizune, entregándole su culo a Kakashi. Y entonces, en forma inconsciente comenzó a acariciar su cuerpo, notando como su pene se había endurecido en el interior de su boxer.


Los jadeos y el rechinar de la cama aumentaron e instantes después el peli-castalo escuchó gritos ahogados del peli-plateado, que sin lugar a dudas indicaban que el muchacho había inundado con su leche el interior de su novia. Iruka no pudo resistirlo, y sin necesidad de tocarse se corrió en el acto, descargando violentos trallazos en su boxer durante unos cuantos segundos.


*****


En la semana siguiente a la mudanza Iruka se cruzó pocas veces con su nueva vecina, seguramente porque tenían horarios bastante distintos. Tampoco vio a Kakashi, aunque sabía muy bien que días el muchacho se había quedado a dormir en el departamento de su novia.


El sábado al mediodía, cuando regresaba a su casa después de haber trotado en el parque, Iruka se encontró a Kakashi en la planta baja del edificio. El muchacho estaba esperando el ascensor, y al ver al peli-castaño lo saludo efusivamente.


Ambos jóvenes entraron al elevador, y mientras el aparato subía ellos conversaban. El castaño escuchaba muy atentamente, pero cada vez que miraba al peli-plateado se imaginaba teniendo sexo con el muchacho en todas las posiciones, y con cierta inquietud se dio cuenta que su miembro se estaba endureciendo formando una protuberancia notoria en su pantalón corto.


Por su parte, Kakashi estaba sorprendido con esta visión de Iruka en ropas deportivas. Desde el primer día había notado que el joven era muy bonito, pero ahora descubría que también tenía un muy buen cuerpo. La remera sudada dejaba adivinar unos amplios pectorales, y el minúsculo pantalón de gimnasia revelaba unas piernas fuertes y un culo redondo y firme. Pero además, Kakshi notó que por alguna razón que desconocía Iruka se estaba empalmando, y aunque no dijo nada el descubrimiento hizo que su pene también comenzara a endurecerse.


Cuando el ascensor llegó al quinto piso, los dos jóvenes estaban muy excitados. Para peor, en el apuro por salir del pequeño ascensor que los ponía tan cerca uno del otro, el peli-plateado tropezó y sin querer apoyó su paquete contra el trasero de castaño, revelándole así al muchacho que él también tenía el pene duro como un palo.


Kakashi se puso rojo y pidió disculpas, e Iruka rió nerviosamente y dijo que no era nada. Pero los dos sabían que el rubor de uno y la risa nerviosa del otro no tenían nada que ver con el tropezón.


Esa noche, Iruka se quedó despierto hasta muy tarde. A oscuras en su habitación, con la ventana abierta y la persiana levantada, esperaba. De repente vio luz y escuchó suaves risas en el dormitorio vecino. Excitadísimo saltó de la cama, y escondido detrás de la cortina se paró junto a la ventana.


Parecía como si esa noche Kakashi estuviese más caliente que nunca, porque la cama chillaba notoriamente y los gemidos ahogados de Shizune eran impresionantes. El peli-castaño casi podía oír como la pelvis del peli-plateado golpeaba contra el cuerpo de su novia, señal que el muchacho estaba ensartando su instrumento sin piedad hasta la raíz en la entrada caliente de la chica.


Iruka tomó su miembro, y pensando en Kakashi comenzó a masturbarse casi con furia. Los ruidos en el cuarto vecino aumentaron, y segundos después se escucharon unos gritos apenas sofocados de Shizune y un quejido ronco y profundo de Kakashi como la culminación de una corrida espectacular.


Iruka sintió que temblaba de pies a cabeza, y mientras su pene explotaba lanzando violentísimos chorros de leche no pudo contener unos gemidos de placer que escaparon desde lo más profundo de sus entrañas. Después se dejó caer en la cama sintiéndose totalmente extenuado, como si él hubiese estado revolcándose en la ardiente cama de su vecina.


Por la mañana se despertó con su herramienta dura, seguramente a causa de los recurrentes sueños con el novio de Shizune que lo habían agitado toda la noche. Fastidiado consigo mismo por la calentura que lo torturaba de esa manera se levantó y fue a la cocina a prepararse el desayuno. Sacó el tarro de café y abrió un paquete de galletitas, pero apenas había mordido una cuando escuchó el timbre.


Iruka se extrañó porque no era la campanilla del portero eléctrico la que había sonado, sino la de la puerta del departamento. Intrigado, espió por la mirilla y vio a Kakashi parado del otro lado. Y notó como su corazón comenzaba a galopar en su pecho. Respiró hondo y abrió.


Por unos segundos que parecieron eternos, los muchachos se miraron en silencio. Después Kakashi saludó sonriendo, se disculpó por molestar tan temprano, y explicó que necesitaba unas pinzas para unas reparaciones que estaba haciendo en el departamento de su novia, y quizá Iruka tuviese alguna para prestarle.


Mientras hablaba, el peli-plateado no podía evitar recorrer con sus ojos el esbelto cuerpo del castaño, que sólo tenía puesto el pantalón corto del pijama.


- Claro hombre, adelante.- dijo Iruka cuando el invitado termino de explicarse, invitándolo a entrar.


- ¿Y Shizune?.- Pregunto Iruka después de que pasara Kakashi.


- Fue a realizar algunas compras.- Dijo un tranquilo peli-plateado.


Iruka guió a su invitado hasta la cocina, y allí el dueño de casa sacó de un armario una caja de herramientas y la puso sobre la mesada.


- Veamos que hay aquí que te pueda servir.- dijo mirando a su vecino mientras abría la caja.


Kakashi se acercó más a Iruka, y sonriendo apoyó su dedo índice en la comisura de la boca del joven mientras le decía:


- Tienes una miguita aquí.


Por unos instantes, los hombres se miraron a los ojos sin decir palabra. Entonces Iruka puso su mano sobre de la Kakashi, y moviéndola suavemente deslizó el dedo del muchacho sobre sus labios entreabiertos. Después lo introdujo en su boca y comenzó a chuparlo lentamente.


Muy lentamente.


El invitado miraba en silencio, y su respiración era cada vez más agitada.


Después el dueño de la casa sacó el dedo de su boca, y sin desviar sus ojos de los de Kakashi se arrodilló frente a la entrepierna del muchacho, le bajó la cremallera del pantalón liberando el miembro que estaba completamente erecta, y con toda suavidad comenzó a mamar el grueso y palpitante pene.


Hacia delante y hacia atrás.


Una y otra vez.


Con la mirada siempre clavada en los claros ojos del robusto muchacho.


Suavemente, Kakashi tomó la cabeza de Iruka entre sus manos y comenzó a acompañar el movimiento de vaivén sobre su tranca, dejando escapar quejidos de placer.


Iruka babeaba como si estuviese comiendo un caramelo, y su saliva escurría por la enhiesta herramienta.


Cada tanto enterraba el tronco de carne hasta la garganta, y entonces sus labios apretaban la raíz de miembro y su lengua acariciaba los hinchados testículos.


Kakashi comenzó a temblar, y sintiendo próxima la corrida sacó su pene de la boca de su compañero de acción.


Después asió al muchacho de los brazos y lo levantó, y sujetándole el rostro con las manos empezó a besarlo casi con desesperación. Las bocas anhelantes se abrían y cerraban como queriendo devorarse la una a la otra, y las cálidas lenguas batallaban dulcemente palpándose con ardor.


Con toda suavidad, Kakashi metió sus fuertes manos en el pantalón pijama y comenzó a bajar la minúscula prenda, que se deslizó por las musculosas piernas de Iruka hasta caer al suelo dejando el duro y redondo culo del muchacho al descubierto. Después comenzó a masajear y a apretar las apetitosas nalgas de Iruka, y mientras le daba besos húmedos en el lóbulo de la oreja le dijo:


- No sabía que excusa poner para venir a verte.


Luego lo tomó de la cintura, lo sentó sobre la mesa de la cocina y lo hizo recostar en ella con las piernas flexionadas. Después apoyó la cabezota de su pene en la raja del culo de Iruka, y muy suavemente comenzó a empujar abriéndose paso entre las firmes nalgas del muchacho.


Iruka abrió las piernas y se aferró al borde de la mesa para soportar el embate.


El miembro era grande, pero la abundante lubricación previa y la dilatación causada por el enorme deseo de castaño de comerse esa tranca facilitaron mucho la tarea, e instantes después todo el pene del peli-plateado estaba dentro del hambriento orificio.


Entonces Kakashi tomó a Iruka de la cintura, y jalándolo hacia él le incrustó su pene hasta la raíz.


Y empezó a bombear, metiendo y sacando su durísimo miembro del húmedo agujero.


Jadeando, Kakashi dijo con voz ronca por la excitación:


- Anoche, mientras hacia mía a Shizune… pensaba todo el tiempo en ti y en tú hermoso cuerpo.


Iruka sentía los golpes de la pelvis de su invitado sobre sus nalgas, y comprendió al instante porque Shizune gemía de placer cada vez que su novio la empalaba. El grosor de la herramienta era respetable, y casi podía sentir el latido de las nudosas venas que surcaban su superficie y rozaban el borde de su ano.


El hierro candente de Kakashi entraba y salía a un ritmo enloquecedor del culo de Iruka, y los muchachos no dejaban de mirarse a los ojos expresando sin palabras todo el placer que estaban dándose mutuamente.


El pene de Kakashi se hinchó, y el fornido joven anunció la inminente corrida en medio de fuertes jadeos. Entonces Iruka rodeó con sus musculosas piernas la cintura de su ardiente cogedor, atrayéndolo más hacia sí hasta sentir los testículos apoyados contra sus firmes nalgas.


El peli-plateado se aferró a los muslos del castaño, y entre espasmos y ahogados gritos comenzó a descargar andanadas de calentísima leche dentro del anillo de carne que alojaba su latiente tronco.


La acabada era demasiado abundante, y mientras el miembro seguía latiendo la lefa comenzó a escurrir por el esfínter de Iruka deslizándose por la raja de su culo.


El castaño arqueó el cuerpo inundado de placer, y sin siquiera tocarlo su agarrotado miembro comenzó a escupir violentos trallazos de guasca que regaron el piso, la mesa y su propio pecho.


Las ganas de seguir devorándose el uno al otro seguían intactas pero por ahora no había tiempo para nada más, y Kakashi regresó al departamento de su novia apenas unos minutos antes que ella.


Esa noche, de casualidad Iruka se cruzó con Shizune, y después de saludarlo la joven le dijo:


- Te debo una disculpa.


El joven la miró con cara de no entender, y su vecina agregó mientras sonreía con picardía:


- Anoche hicimos un poco de ruido, y creo que te despertamos, ¿no?.


Iruka rió ante la desfachatez de la muchacha, pero tratando de restarle importancia al asunto le dijo:


- No, no es nada mujer. Es bueno que la gente goce.- dijo tranquilamente y agregó con sorna.- Parece que Kakashi sabe como provocar placer, ¿eh?.


Sonriendo mientras lanzaba un suspiro, Shizune dijo: - Uf, ni te imaginas.


Iruka sonrió. No, no se lo imaginaba.


Lo sabía.


Vaya si lo sabía.


 


^_^ Fin ^_^


 

Notas finales: Chicos y Chicas… Amigas y Amigos de amor-yaoi.com en mi página: http://mfer-yaoi.webnode.es/ tengo la siguiente encuesta: ¿A quién quieres de pareja para Kakashi, para el 15 de sept. su cumple? Tienes todo el mes de agosto para elegir… Y ahora por petición de una amiga si quieren votar por esta página lo pueden hacer… aquí están los candidatos…

Iruka Umino (5)
Obito Uchiha (0)
Naruto Uzumaki (1)
Itachi Uchiha (1)
Minato (1)
Sasuke Uchiha (1)
Yamato (0)
Gai-Sensei (0)
Haku (0)
Zabuza Momochi (0)

OTROS:

Gaara (1)

NOTA: Si quiere a otro, solo dígame y lo agregamos como fue agregado Gaara por que no esta en mis planes, pero por petición lo agregué.

 

Nos vemos y cuídense mucho… Su amiga Mfer.

 

PD.: Espero que les haga gustado este fic… por cierto en mi perfil de esta página puse una calendario de las actualizaciones, o cuando voy a subir nuevos fic, por sí lo quieren revisar… además de poner una lista con todos los fic con su liga. Ahora sí… cuídense y nos vemos.


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