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Angel vs Demonio por zero uchija

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Notas del fanfic:

Alice: pues a mi no me gusta Raziel me da miedo >w<

Zero: ni modo, te inspiraron para el incesto XD

Alice: cierto....o-o

Notas del capitulo:

Alice: los personajes en nada me pertenecen TwT Bel no es mio *en pleno llanto*

Zero: ahora es el....rubio desabrido Dx

Era totalmente intolerable, como si el destino mismo estuviese en su contra, como si atentara la maldita muerte contra el

¿¡qué demonios hacia vivo!?

Él lo había destripado, lo había enterrado, debió haberse quedado a su lado hasta que se pudriera, con eso no tendría que pasar por estos momentos de desesperación y frustración, pero él había muerto…

¿era un fantasma el que veía ahora?

Se había asegurado de que su corazón no latía ya… ¿se había equivocado acaso?                          

–Belphegor-

volteo de mala manera a verle, lo tenía muy cerca, podía escuchar su aliento chocar con el propio y ese aroma que lo caracterizaba, era su espejo, su mismo reflejo…tan diferente y similar a la vez,

el había sido el favorito siempre, lo obtenía todo y en cualquier área que el intentase lo superaba, siempre…incluso con sus padres él era mejor

–si me vas a matar hazlo de una buena vez-

le grito molesto, estaba a su total merced, el mayordomo de mala cara los había capturado a él y a Fran, este último no le interesaba si vivía o moría….

pero el sí, ¡era el príncipe destripador! el gran príncipe no podía terminar de ese modo tan patético, pero aun con todo lo que conllevaba no pediría clemencia,

no suplicaría y baya por dios juraba que Raziel no tendría la dicha de verlo llorar para salvar su vida,

aunque estaba muy seguro de que este haría hasta lo imposible por lograrlo y de que disfrutaría al principio con sus métodos,

pero al ver derramada su sangre ya no habría excitación por que la persona que la causaba estaba de pie, tratando de obtener su venganza

-¿Qué te hace pensar que te ate a la cama para eso?-

dijo burlón este mientras salía de entre la penumbra, son su típica risa resonando por ahí, haciendo eco en las paredes para volver hasta el nuevamente,

sus muñecas estaban atadas por un par de sogas a la cabecera de la cama; sus piernas libres pero de nada le servían, estaba muy cansado y agarrarlo a patadas no era la mejor de sus ideas,

sus armas descansaban en una silla a lado contrario de la habitación,eran inútiles desde ahí

-¿entonces para qué demonios me quieres?-

forcejeo un poco para tratar de ver que tan fuertes eran las sogas, se lastimo las muñecas, por lo que podía deducir que si seguía así tendría que arrancarse las manos para liberarse,

Raziel se acerco lentamente, pasando sus finos dedos de la diestra por una de las piernas del rubio príncipe, este le miro con odio mientras contenía los deseos de patearlo,

al menos no hasta que estuviera en un mejor ángulo

–sabes Bel, desde que éramos pequeños siempre peleábamos, siempre estábamos enfadados el uno por el otro por tu simple envidia…tu incompetencia…-

este quedo serio, mirándolo fijamente desde su lugar, listo para responderle pero se vio interrumpido por el discurso aristocrático de su detestable hermano mayor

–dime Bel…me da curiosidad ¿has estado con alguien desde que me creíste muerto?-

la pregunta lo desconcertó,

¿Qué era esa clase de preguntas en su lecho de tortura?

¿O era acaso que no le iba a torturar más que psicológicamente?

No, él prefería el dolor físico,

le gustaba pero no era tan extremo como para querer verse muerto, mas la respuesta le llego enseguida,

su cuerpo se tenso al sentirlo mientras por la sorpresa se había quedado quieto, los labios de Raziel descansaban sobre los suyos,

moviéndose lentamente en ellos mientras su lengua intentaba abrirse paso, intento moverse,

intento zafársele pero todo fue en vano pues no solo su lengua se había colado por su boca, sus manos exploraban curiosas su abdomen lo que hacía su piel enchinarse y a el soltar leves quejidos de protesta

–mmm…veo que te gustan mis caricias-

comento Raziel sin apartarse mucho de su cuerpo, no sabía el momento en el que había quedado entre sus piernas pero no le gustaba que estuviese ahí

–cállate…-

fue lo único que formulo al ladear la cara completamente rojo, no sabía lo que planeaba hacerle pero estaba seguro de que lo averiguaría muy pronto

–aaahhh…no….-

 se escucharon los suaves quejidos apenas mientras jalaba las sogas en sus manos, no le importaba el ardor de sus muñecas,

estaba más concentrado en los salvajes besos que Raziel depositaba sobre la piel de su cuello y como intentaba despojarlo de su pantalón, el se movía, intentaba evitarlo pero Raziel era más fuerte

¿de dónde había sacado la fuerza para apretar sus piernas contra la cama e impedirle el movimiento?

Al final termino por sacar su pantalón, observándolo triunfante mientras volvía a reír,

se burlaba de él, atado y jadeante en la cama, casi tan indefenso como un cachorrito en el abandono ¿Dónde estaba su orgullo de príncipe? Lo estaba pisoteando su clon barato

-¿Qué vas a hacer…Raziel…?-

en el rostro contrario se dibujo una sonrisa de pura maldad mientras tomaba las piernas del muchacho, acaricio sus muslos lentamente hasta llegar a sus glúteos los cuales masajeo, estaban desnudos,

la tela que los cubría se había ido con su pantalón, Belphegor intento zafarse nuevamente, nuevamente fallo

-¡estas demente! Somos hermanos ¿Qué no te das cuenta de eso?-

grito ya desesperado, su rostro había adquirido un color rojizo que le encantaba acariciar al mayor

–es el ego al que nos sometemos Belphegor, tanto tu como yo estamos enamorados de nosotros mismos, un amor enfermo…esa es la vanidad,

más cruel aun cuando tienes un hermano gemelo, uno idéntico a ti- rio burlón mientras siguió a robarle otro beso,

el menor no pudo negarlo, tampoco tenía muchas fuerzas para luchar pero lo que decía el mayor era verdad, ambos estaban enamorados de sí mismos en un concepto de mera vanidad y lo que hacían era reflejo de eso,

le excitaba ver su sangre por que era la misma que la de su hermano  de igual modo Raziel al verle se veía a sí mismo de un modo un tanto diferente,

al fin y cabo gemelos enterrados y corroídos por su vanidad,ángel y demonio en un acto banal y totalmente carnal pero por su bien, por amarse a su enferma manera

–aaagrrr….-

grito Belphegor por la sorpresa, había sido profanado, desgarrado tal como sus víctimas pero le gustaba,

el dolor le hacía sentirse vivo en este mundo muerto y podrido que no lo reconocía por lo que era, sus ojos se nublaron rápidamente,

fuese por placer o por el dolor intenso, Raziel no pudo verlo por los mechones de cabello que cubrían sus ojos, preciosos ojos iguales a los suyos

-¿duele?-

pregunto empezando el vaivén algo rápido, la sangre del menor manchaba la sabana, Raziel la veía y le gustaba, era la sangre de ambos la que estaba regada ahí, pero era Bel quien sentía el dolor            

–es…tan maravilloso….-

jadeo este dejando de jalar las sogas y de hacerse daño a las muñecas, de verdad que era masoquista, Sill sonrió ante esto mientras volvía a las estocadas, gravando en su mente cada reacción de su pequeño gemelo,

de el mismo en otra versión más extraña y de algún modo…sintió que no le odiaba, que después de todos esos años de tontas peleas, de lanzarse rocas y piedras, de hacerse comer cosas extrañas, todo eso no era odio,

en ningún momento lo fue, solo era amor, amor de un modo mal expresado y mal correspondido, pero aunque ahora lo tenía ahí para decírselo, para confesar lo que años llevaba guardado no podía…

por que el seria un rey y Belphegor era un príncipe, de cualquier modo su orgullo ganaría, no perdería ante él y jamás confesaría lo que bien pudiese ser su debilidad, aumento el vaivén por culpa de su mismo odio,

por sus sentimientos retenidos que lo carcomían por dentro, llenando el vacío del menor con su esencia y el carmín mesclado con lo blanco; descanso n su pecho al tiempo que levantaba la vista hasta el,

este lo observaba adormilado y con la respiración entrecortada, lo observaba simplemente, sin comentarios, sin amenazas sin nada más que esos ojos que también conocía, levanto sus manos desatando las muñecas del menor,

esperando que lo aporreara o que le dijese algo por lo que acababa de hacer, sin embargo no lo hiso, Belphegor se limito rodear su cuerpo con sus muñecas rojas y lastimadas, lo observo una vez mas pero ya no pudo apreciar sus ojos, similares y a la vez diferentes, no lo entendió

¿Dónde estaba el orgullo? Bel era orgulloso, al menos tanto como el ¿Por qué lo abrazaba?

–solo por hoy…quiero dejar de pelear Raziel…-

este se sorprendió pero no se movió de su lugar, sus palabras sonaban sinceras y aunque no lo fuesen estaba cansado, del mismo modo que él, de tantas peleas sin sentido alguno; asintió aun en el pecho de este,

donde podía escuchar el suave latir de su corazón agitado, por única vez quería saber de ese amor de hermanos del que todos hablaban, a su modo enfermo y retorcido, ángel y demonio por un momento siendo simples mortales amándose, por esta noche tal vez…

nada estaba escrito para la siguiente y el debía ser rey…aun a costa de su corazón…

Notas finales:

Alice: como que Bel no actua como debiera de ser, pero es que...pues nunca actua muy normal con su hermano serca XD

Zero: ya explica que volviste cursi al destripador ¬w¬

Alice: TwT malo....


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