Capitulo I.- Shun corría de un lado a otro feliz porque había recibido una carta de parte de la escuela a la que iba. Las guerras habían terminado hace ya tres años, los jóvenes santos llevaban una vida de lo más normal que podían. Vivian en la Mansión Kido: Saori, Seiya, Shiryu, Hyoga, Ikki y Shun; la primera manejaba la fundación quien era ayudada por Ikki, Shiryu y Hyoga había terminado la preparatoria y los benjamines iban a la escuela secundaria. Pero ese día a el pequeño conejito como le solía decir su hermano mayor Ikki, le llegó una carta donde le informaban de había sido aceptado en una de las mejores escuelas de Alemania dándole una beca completa por todo un año. Así que fue corriendo a la habitación de su hermano para comentarle lo sucedido. Cuando llego frente a la puerta primero tocó hasta que recibió respuesta y entró, Ikki se encontraba a un lado de un pequeño estante buscando unos papeles de la oficina cuando vio a Shun pero no hizo nada sino que siguió buscando. El menor se acercó con una gran sonrisa que solo él puede dar (N/A: que por cierto me encanta), y antes de comenzar a hablar dio un gran respiro. - Ikki… - pero el mayor no le presto atención- Ikki, ¿que crees? – conteniendo las ganas de gritar -mmm… - Ikki seguía buscando dentro del estante ignorando al pequeño. -Me gane una beca – estaba muy emocionado que no le dio importancia que su hermano ni lo mirara – por parte de la escuela, en Alemania, aunque claro tuve que trabajar mucho… -A ja… que bueno… ¿donde estarán? – Ikki dejo el estante para encaminarse a un pequeño buro a lado de la cama. - Ikki, ¡ya quiero ir a Alemania!! – soltó el chiquillo. - Aquí están… ¡¿qué?!!! ¿Qué dijiste…? ¿A… Alemania? – Ikki dejo caer las hojas que tanto busco para mirar a su hermano. - Ikki, te dije que la escuela me dio una beca para realizar mis estudios en Alemania, ¿puedes creerlo? – termino de decir con unos ojitos de ensueño que transmitían tanta dulzura e inocencia. – te lo acabo de decir hace rato… ¿que no escuchaste? - Pero tú no puedes ir, eres muy joven para viajar tu solo. - Nii-san soy lo suficientemente grande para cuidarme, además no voy a ir solo un compañero de la escuela ira conmigo. - ¡No iras y punto!! – gritó el mayor. Shun no respondió, dio vuelta y salió corriendo para internarse en su cuarto. Al verse solo se tiro en la cama y las lágrimas salieron de esos hermosos ojos. Hasta que el sueño lo fue invadiendo por completo. Seiya y Shiryu que se encontraban en la sala de la mansión oyeron el grito del mayor y subieron enseguida a ver que era lo que pasaba, cuando llegaron vieron a Shun salir de la habitación de Ikki para entrar a la suya muy triste. - ¿Qué paso? ¿Qué tiene Shun? – preguntó el pelilargo a Ikki. - ¿Por qué esta así? – continuo Seiya. A Ikki no le quedó más remedio que contarles lo que sucedió. Y más cuando vio a Saori y Hyoga llegar. - Ikki, ¿que paso con los informes? - Pasa que a Shun le dieron una supuesta beca para ir a estudiar a Alemania… - ignorando a la joven. - ¡¡En serio que bueno!!! ¡¡Ya era hora!!! – interrumpió, Seiya muy feliz. - De modo que tú sabias ¿no? – pregunto un Ikki bastante enojado que hizo que Seiya tragara en seco - ¡¡contesta!! - No… bueno si, Shun trabajo muy duro para ganarse esa beca, pero aun no entiendo porque se veía tan triste. - Es cierto, debería estar feliz – concluyó Shiryu y se gira para mirar al fénix – Ikki ¿qué le hiciste? - Nada,.. le dije que no va ir, ¡es un niño! como para viajar solo. - Ikki, ¿va ir solo? – preguntó la dueña de la casa. - Pues, no… pero es muy joven… no se puede cuidar… - Pues, yo creo que Shun ya esta bastante grande para viajar o cuidarse solo. – interrumpió Hyoga – y mas si se trata de sus estudios… ¿qué no es un santo de Atena? Y mientras trataban de convencer al fénix, un peliverde se encontraba profundamente dormido ajeno a la conversación, el pequeño estaba muy feliz con ese viaje podría salir mas, conocer mas personas, y quería independizarse pero como lo haría si no le daban la oportunidad… Se despertó muy temprano por la mañana no tenia ganas de nada, bajo a la cocina y se sirvió un vaso de leche pues tampoco tenia hambre. Se le hizo raro que no estuviera nadie y cuando se iba a marchar se encuentra de frente con él con su niisan… - Shun, tenemos que hablar… - Lo sé, no quieres que vaya a Alemania – interrumpió el menor – que podría ser peligroso, pero yo quiero ir, quiero salir, viajar. Tú siempre te ibas y yo me quedaba aquí esperando a que llegaras durante días, semanas, meses sin saber nada de ti, y nunca te dije nada. - Lo sé… y lo siento. – Se disculpó – pero tienes razón y creo que deberías ir y mas si es por tu bien. - En serio, ¡¡muchas gracias, nii-san!!!! – Shun le dio un fuerte abrazo y lo besó en la mejilla. – ¡gracias!! ¡Gracias!! Te quiero. - de nada – sonrió Ikki para su lindo otouto, ya que solo su hermanito se puede dar ese privilegio. – pero primero quiero que me digas una cosa. - ¿si? - ¿Por qué no me dijiste antes? - etto… es que… era una sorpresa – baja la mirada al suelo para no encontrarse con la de su hermano – lo siento. - mmm… y vaya que me sorprendiste – rió el mayor y tomándole del mentón lo obligo a que lo mirara – pero no pongas esa cara, vamos ¡animo! y luego me cuentas como va por allá, y si conociste a una linda chica - ¡¡Ikki!! – un sonrojo adorno las mejillas del pequeño que lo hacia ver tan adorable… Después de la plática que tuvieron los hermanitos desde cómo es que se entero de la beca hasta lo que tuvo que hacer: trabajo socia, tarea extra, asesoría a los mas jóvenes, etc., etc.… Muy pronto les llego el día en que el pequeño peliverde tuviera que viajar a Alemania, jamás pensó que tuviera que ir de nuevo a ese lugar le traía muchos recuerdos el estar ahí, pero todo eso ya era parte del pasado y como tal tendría que olvidarlo ya que se le presentaba una nueva oportunidad en la vida y no la iba a dejar pasar así nomas… Nuestros jóvenes santos se encontraban en el aeropuerto despidiendo y deseándole mucha suerte al pequeño Shun… - te portas bien niño ¿eh?... y luego platicas las cositas que haces por allá – esto ultimo lo dijo en susurro pues estaba bajo la atenta mirada del fénix. - que te vaya bien y trae buena calificaciones - claro Shiryu – respondió el menor - adiós usabi… te cuidas mucho… eh! – murmuro Ikki para que nadie lo oyera pero lo suficientemente audible para su dulce hermano lo escuchase. Ya que con él era el único con quien podía hablar con tanta ternura(N/A: y no solo con él, también conmigo jeje), Así se fue despidiendo de los demás hasta encontrar a su compañero de viaje y juntos tomar el vuelo que lo llevará a su nuevo destino… - buena suerte –fue lo último que dijo al ver al pequeño abordar el avión. Continuara…