De misiones.
Naruto, Sasuke y Sakura se encontraban esperando a Kakashi en el puente donde siempre quedaban. Bueno, en realidad, de esos tres chicos ninguno le esperaba realmente: Sasuke corría para librarse de la chica de pelo rosa, Sakura estaba corriendo detrás de su amor platónico para violarlo y Naruto lo miraba todo muriéndose de celos.
Así que, tres horas después, cuando apareció el sensei, no los encontró en el mejor de los estados. Sasuke estaba tirado en el suelo, agotado y jadeando, Sakura estaba atada a un árbol, gritando cosas incoherentes contra Naruto, que estaba pensando en ponerle un pañuelo en la boca y taparle semejante bocaza.
-Hola, buenos días. – saludó con su ojito feliz.
-Bu…enas, Ka…kashi… sen…sei… - respondió Sasuke jadeando de haber corrido para librarse de la chica.
-¡Buenos días, Kakashi-sensei! – saludó el rubio con una sonrisa.
-¡¡Sácame de aquí, hijo de las cuatro letras!! – gritaba Sakura mientras seguía forcejeando.
-Vaya… ¡Veo que estáis alegres por la mañana! – pronunció mientras se sentaba en el suelo a observar a sus alumnos.
-¿¡Mañana?! ¡¡Son las tres de la tarde!! – gritaron al unísono (excepto Sasuke, que era demasiado perfecto como para gritar).
-Bueno, venía a traerles la misión. Es muy simple: llevar un pergamino a un país bastante lejano.
-Kakashi… ¿Te recuerdo que en la última misión en la que llevamos un pergamino, Naruto despertó a su “monstruo interior”, usted casi pierde el combate, Sakura casi de deshidrata de tanto llorar y yo casi muero? – preguntó Sasuke levantando una ceja. – Precisamente fácil no fue.
-Pues… ¿Quieren hacer alguna prueba para pasar de nivel? – preguntó el sensei.
-Durante la última prueba, Sakura casi muere, a Sasuke casi lo viola una serpiente que iba directamente a por él burlando toda la seguridad de la prueba y a mí casi me come una serpiente gigante. – explicó Naruto. - Por no nombrar, que después de eso, la aldea perdió al Hokage después de un intento de conquista.
-Pesados… - rugió el mayor. – De acuerdo. ¿Quieren matar a dos Akatsuki?
-La última vez que nos enfrentamos con Akatsuki, si no recuerdo mal, - respondió esta vez Sakura. – Fue cuando vino el hermano de Sasuke y casi le mata, cuando el tiburón azul casi le corta los brazos a Naruto y cuando yo estaba desaparecida por allí.
-Son todos unos aburridos… - se quejó kakashi mientras se levantaba molesto. - ¿De veras no se les ocurre nada para hacer?
Sasuke y Naruto se miraron con una sonrisa pícara.
-Bueno, sí hay algo, pero tendríamos que hacerlo sin Sakura… - susurró Naruto mientras observaba las curvas del cuerpo de Sasuke. El moreno le devolvió una mirada pícara. Kakashi sonrió.
-Me parece bien. Me apunto. – Los dos alumnos le observaron molestos, pero finalmente accedieron (aunque fuese un poco raro) y los tres se alejaron dejando atrás a la chica.
-¿Y yo? ¿Cómo me divierto ahora…? – se preguntó triste. La habían vuelto a dejar de lado. Estaba visto que ella en las misiones siempre metía la pata y ahora, en esa misión que sólo hacían los chicos, a ella ya no la querían.
No era justo.
Fin