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Bittersweet por Son Yamuri

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Notas del fanfic:

Creo que hay uno parecido, pero les juro que este es completamente diferente. Ojalá no les decepcione.

Notas del capitulo:

Advertencia: este capítulo está muy corto, y supongo que los siguientes también. Pero espero que después de todo, les termine gustando.

Que disfruten:

Usami Akihiko (32) en estos momentos se encuentra en problemas.

Va saliendo de una joyería con un encargo que había hecho, pero no pensaba en lo que en esos momentos llevaba en su bolsillo, sino en las últimas 5 semanas.

Misaki ya se había graduado de su Universidad. Todo había sido tan... perfecto... ¿en qué momento las cosas se pusieron así?

El día de la graduación de Misaki todo había ido como se suponía que debía ser: Takahiro, Manami y Mahiro (el hijo de Takahiro) habían ido a la graduación de Misaki. Akihiko había llegado al menos media hora antes.

Misaki se había graduado... tal vez no con las mejores calificaciones, ni como el mejor de su clase, pero eso no evitó que Takahiro llorara de la emoción ni que en los ojos de Akihiko se reflejara un enorme orgullo al ver a Misaki graduarse.

Habían ido a festejar a Misaki a un pequeño restaurante...

Bueno, en realidad, a un restaurante bastante lujoso. Akihiko, por supuesto, pagó todos los gastos.

Después, se despidieron... y Akihiko llevó a Misaki a un hotel en verdad lujoso y elegante. Sí, habían pasado una noche realmente maravillosa, como de cuentos de hadas...

Y entonces todo se vino abajo.

Mientras Akihiko manejaba su deportivo, pensaba en toda la maldita situación por la que estaba pasando su relación.

Después de la hermosa noche que pasaron, Misaki llegó tarde a casa... y venía un tanto extraño. Él se había quedado dormido en su estudio, así que no vio exactamente la hora en que Misaki llegó, pero si había sido tarde.

Después de eso, Misaki había estado distante: no quería besarlo, no quería que lo tocase, evitaba todo contacto visual con él...

Y se bañaba más seguido.

Era tonto pensar en algo así, pero ¿cómo no notarlo si Misaki se bañaba mínimo 5 veces al día, todos los días?

En fin. Lo extraño fue que después de un tiempo, justo cuando las cosas comenzaban a normalizarse...

Había llegado la visita al doctor, y de nuevo todo se había venido abajo. Había albergado la esperanza de que todo se normalizaría de nuevo...

Pero ya habían pasado 3 semanas, y todo parecía empeorar.

Llegó al departamento. Abrió la puerta... y estaba todo en silencio.
Se quedó extrañado al ver una maleta al lado de la puerta, y otra a medio hacer encima del sofá.

- Misaki

Llamó sin tener respuesta.

Mientras subía a la segunda planta, le pareció ver que Misaki salía del cuarto de osos y entraba a su habitación.

Cuando estaba a punto de llegar al final de la escalera, Misaki salió con un montón de ropa. Por unos momentos su rostro reflejó sorpresa y desesperación a la vez, pero luego tomó la amargura que ya se estaba haciendo característica de su cara.

- Ah... llegaste antes de tiempo -le dijo con algo de desdén

- Sí, la reunión en la Editorial se canceló...

Sin mirarlo, Misaki siguió bajando las escaleras. Akihiko lo siguió.

Misaki guardó la ropa en la maleta y la cerró, para luego ponerla junto a la otra en la puerta. Se estiró un poco, y miró a su alrededor, como recordando si olvidaba algo.

- ¿Vas a algún lugar? -le preguntó Akihiko con algo de temor

- Sí -le gruñó Misaki- y no te importa a donde vaya

- ¿Por cuanto tiempo?

- Para siempre

Akihiko sintió como si se le hubiera ido la respiración.

- Me largo -le dijo Misaki- ya no tengo nada que hacer aquí

Justo cuando tomó sus maletas, Akihiko se abalanzó sobre Misaki y alcanzó a tomarlo de un brazo.

- ¡¡Suéltame!! -le gritó Misaki- ¡¡no te atrevas a volver a tocarme!!

Akihiko se quedó de piedra.

- Vaya que eres terco -gruñó Misaki- pues si quieres hacerlo a la mala

- ¿A... a qué te refieres?

- Te odio -le dijo Misaki con veneno en la voz- te detesto desde que te conocí, me das asco...

La cara de Akihiko se distorcionó dando imagen a una cara de sorpresa.

- Nunca me ha gustado que me tocaras, y para serte sincero, siempre odie tus besos... y ¿sabes algo? Creo que es hora de que lo sepas: todos estos años fingía quererte, solo para que me mantuvieras y me compraras cosas... Soy un gran actor, ¿verdad?

Akihiko guardó silencio.

- En serio que fue un fastidio vivir contigo -le dijo Misaki dándole la espalda- solo me causabas problemas, me hacías trabajar de más, y me hacías mentirle a mi hermano... Pero lo único que me ayudaba a seguir soportándote fue el pensar que cada día que pasaba, era un día menos para largarme... y otra cosa...

Misaki lo miró con una sonrisa que le causó escalofríos a Akihiko.

- Todas las veces que tuvimos sexo... bueno, la verdad seamos sinceros: ¿quién se negaría a una muy buena sesión de sexo? Porque he de admitir que es lo único que sabes hacer bien, aparte de escribir

Ahora la cara de Akihiko estaba mortalmente seria.

- Sé que nunca haces lo que te dicen, pero esta vez te lo ruego: NO ME BUSQUES. Déjame vivir la vida y sigue con la tuya. Me largo.

Misaki ya estaba saliendo del lugar, cuando Akihiko lo detuvo de nuevo.

- ¿Ahora que rayos quieres? -le preguntó sin mirarlo

- Tú... si en verdad es lo que quieres... lo respetaré. Pero, si no quieres que te busque, acepta esto...

Akihiko le entregó a Misaki la caja que llevaba en su bolsillo. Misaki la abrió, la miró unos segundos y luego suspiró.

- De acuerdo. Si eso consigue alejarte de mí...

Misaki guardó la caja en una de las maletas y salió sin mirar atrás.

Cuando la puerta se cerró, un horrible silencio invadió el departamento.

Akihiko seguía parado en el mismo lugar, sin expresión alguna.

De pronto, cayó de rodillas y comenzó a llorar deseperadamente.

 

***

 

Han pasado unos meses. Akihiko cayó en una extraña depresión; no se la pasaba encerrado, no dejaba de comer, pero jamás volvió a sonreír.

Un día, solo por curiosidad, llamó a Takahiro. Su amigo le contestó como siempre: bastante alegre, como si nunca hubiera pasado nada. Astutamente, Akihiko desvió su conversación hacia Misaki y...

- No Usagi, en realidad no sé donde está viviendo ahora

- ¿Qué no sabes? -le preguntó extrañado

- Así es. Él viene a verme de vez en cuando, y me llama al menos tres veces a la semana, pero cuando le preguntaba en donde vive, él colgaba y dejaba de llamar por un mes, así que dejé de intentarlo.

- Ah, ya veo...

La cara de Akihiko se llenó de tristeza.

- B-bueno Takahiro, tengo que irme. Te llamaré después

- Está bien Usagi

Y desde ese día, Akihiko perdió casi completamente el contacto con él.

 

***

 

Ha pasado un año.

Akihiko caminaba por la estación de tren. Aún en su interior estaba la esperanza de encontrar algún día a Misaki...

Y esa esperanza se cumplió, pero no fue algo que digamos... lindo..

Él estaba saliendo de un pequeño café, cuando un chico y una chica pasaron por su lado, cada uno con una carreola.

Pero... el caminar del chico se le hizo tan familiar...

Cuando volteó para mirar con exactitud la cara del chico, logró ver a Misaki, quién le sonreía a la linda pelirroja que lo acompañaba. La mujer le dió a cargar a Misaki a uno de los bebés, él sonreía y besaba la frente de uno. La mujer le sonrió y le dio a Misaki un beso en la mejilla, y volvió a poner el bebé en la carreola. Ambos comenzaron a caminar.

Akihiko se quedó en blanco, y cuando reaccionó, habían desaparecido por la puerta principal de la estación.

Comenzó a correr, con la esperanza de encontrarlos...

Pero ya no los vio.

Akihiko se quedó parado en medio del lugar. Caminó lentamente hacia su deportivo, entró a él...

Y sin poder evitarlo comenzó a llorar.

Entonces, todo lo que Misaki le había dicho era verdad. Nunca lo había amado, y ahora estaba casado, y no solo eso: tenía dos hijos.

Ahora la vida de Misaki le pertenecía a otra persona.

¿Qué hacer? Ahora, sin Misaki, nada tenía sentido...

Pero, ¿en realidad estaba sin Misaki?

Recordó su departamento, los cientos de osos que tenía, a Suzuki-san...

Aunque Misaki físicamente ya no estaba con él, en cierta forma seguía a su lado.

Y, como se había dicho antes: mientras Misaki estuviese con él, por más mínimo que fuese, él viviría para protegerlo.

Y con ese pensamiento, comenzó a sonreír dulcemente por primera y última vez en mucho tiempo. Lloraba mientras sonreía.

Y de esa manera, Akihiko pasó los siguientes nueve años de su vida.

Notas finales:

Bueno, como les dije: estaba corto.

Si les gustó, dejen review. Y si no, pues también ñwñ.

Bueno, en fin. Les haya gustado o no, gracias por leer.

Ja ne!


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