Todos los viernes la familia Potter se reunía en pleno para cenar, así que si los chicos tenían planes debían postergarlos al menos hasta después de la cena, los tres hijos del niño-que-vivió estaban en ese momento ya en casa pero la familia estaba esperando a un invitado especial que tendrían esa noche, se trataba del ahijado de Harry, nada más y nada menos que Tedd Lupin, pero no solo iba por esa razón, sino que desde hace algunos meses salía con James por lo tanto la frecuencia que pasaba en la casa Potter había aumentado considerablemente.
Esta noche era especial porque acababa de pasar la luna llena y el joven hombre lobo acababa de pasar por su transformación por lo que estaba sensible aun, necesitaba sentirse rodeado de las personas que lo querían y quien mejor que la familia de su novio que siempre lo recibía gustosa.
Harry y Draco habían discutido largo y tendido sobre lo que servirían de cenar pero era parte de esas pequeñas discusiones irrelevantes que les gustaba tener o que no podían evitar más bien.
Ya estaban por fin todos reunidos en la mesa, el invitado había llegado levemente tarde pero nada que no le perdonara, los platos estaban exquisitamente presentados, todos ya estaban comiendo cuando de repente uno de los comensales comenzó a sentir una mano traviesa acariciando su muslo, se giró lo más disimuladamente que pudo y vio a su novio sonreírle dulcemente como si nada.
- ¿Qué tramas James? – dijo por lo bajo disimulando con la copa antes de llevársela a los labios.
- Solo te doy una buena bienvenida – sus sillas estaban lo suficientemente cerca como para dejar maniobrar con libertar la intrusa mano.
- Eso podemos hacerlo más tarde – dijo mientras se llevaba otro bocado tratando de ignorar la traviesa mano que estaba por llegar a su miembro.
James solo ignoro lo dicho por su novio, una vez que sintió esa cálida piel cubierta por el pantalón que llevaba no pudo contenerse, simplemente era demasiado invitante y por qué no decirlo morboso acariciarlo de esa manera con toda su familia cerca, el peligro de ser descubierto mientras frotaba a su novio le ponía sobremanera.
La conversación por parte del resto de la mesa pasaba sin mayores novedades, solo cosas triviales o anécdotas que hacían reír a los presentes, pero el joven lobo no podía concentrarse en lo que estaban diciendo pues el moreno que tenía al lado estaba usando en su contra los puntos sensibles que ya sabía de memoria para volverlo loco con sus caricias, no pudo evitar morderse los labios con fuerza para evitar soltar algún tipo de improperio que apresurara al otro, ya no tenía la fuerza de voluntad para retirar esa mano.
¿Por qué nadie se daba cuenta de las caricias de James? La mano que sostenía el tenedor ya tenía los nudillos blancos de la fuerza que estaba usando para sostenerlo, cosa que no era necesaria pero no quería delatarse delante de toda la familia en pleno y su novio ciertamente no parecía tener deseos de parar sus descaradas caricias, pues de alguna manera ya se había colado dentro de sus pantalones y le acariciaba lascivamente su erección, más que en otras ocasiones estaba en pleno consiente de cada dedo acariciándole con extrema lentitud, mientras esbozaba una socarrona sonrisa por un comentario dicho por Harry.
Solo tenía claro que se cobraría esta perversa idea, no solo por el bochorno sino por el enorme deseo que estaba despertando en él y que por supuesto no había manera de que en ese momento fuera apagado por ese delicioso cuerpo al lado suyo.