Había una vez en un reino muy lejano, un simpático y despistado cachorro de labrador (es una raza de perro de pelaje rubio) con ojos color miel que un día se enamora de un hermoso dragón blanco como la nieve y ojos azules como el mar, que vivía en un castillo de plata sumamente lujoso. Era el dragón más poderoso de todo el reino.
El cachorro que vivía en una humilde casita pero todas las noches soñaba con que un día se casaría con aquel dragón y vivir feliz para siempre como en los cuentos de hadas.
Un día mientras el cachorro contemplaba el castillo del dragón algo le golpeo la cabeza sacándolo de sus pensamientos.
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Joey estaba viendo a Seto Kaiba perdido en sus pensamientos. Cuando alguien le tiró un borrador sacándolo de su fantasía.
Profesora: señor Wheeler
Joey: ¿Si?
Profesora: ya que lo veo tan interesado (sarcasmo) podría responder a mi pregunta.
Joey: mmm… (Soltando una risita nerviosa, vio la hoja de su escritorio lo que alguien había puesto) la diferencia entre la filosofía y la psicología es que la primera busca las respuestas a través del pensamiento y la otra estudia el pensamiento.
Profesora: muy bien se ve que estaba atento.
Cuando la profesora se fue Joey le hizo una seña a su amigo con el pulgar arriba este le respondió. Yami era amigo de Joey desde la primaria siempre fueron muy unidos siempre se cuidaban entre ellos.
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El cachorro salió de sus pensamientos y vio a su buen amigo el gato Egipcio. Aquel era un muy precioso gato negro con dos enormes ojos color uva, que no lo engañe su apariencia señorial no era ningún engreído.
El gato: ¿otra vez pensando en ese dragón?
Cachorro: perdón (baja la cabeza y se ruboriza) es que no me lo saco de la cabeza no lo puedo evitar es hermoso.
El gato: cachorro ¿Cuántas veces te lo tengo que decir? No te dejes maravillar por sus brillantes escamas porque si lo vez por dentro no encontraras nada.
Cachorro: ¿Quién lo dice? Tal vez se muestre duro por fuera pero en el fondo es suave y dulce como el mousse de chocolate.
El gato: hay cachorrito recuerda que todo lo que hago es por tu bien.
Cachorro: lo sé por eso somos los mejores amigos.
El gato: si…
Cachorro: y si no fuera por ti nose que sería de mi vida.
El gato: te dije que no fue nada por favor no empieces.
Cacharro: sabes que estoy a tu disposición.
El gato: bueno ya es suficiente.
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Era la hora del almuerzo Joey y Yami estaban almorzando en la cafetería.
Joey: gracias por lo de hoy y te debo una.
Yami: basta, te dije que no fue nada y si vamos al caso me debes miles.
Joey: estoy consciente de ello por eso estoy dispuesto a hacer lo que me pidas.
Yami: ya Joey, si no quieres seguir debiéndome favores por lo menos se un poco más disimulado cada vez se vuelve más obvio que te gusta “El dragón blanco de los ojos azules”
Como todos los amigos ellos tenían códigos para hablar cuando querían mantener algo en secreto.
Joey: trato lo más que puedo pero cada vez se me vuelve más y más difícil.
Yami: es lo que dicen el amor es ciego y tonto.
Joey: hablando de enamorados al final jamás me dijiste de quien estas enamorado.
Yami: es porque no encuentro momento para decirte la verdad.
Joey: ¿Qué verdad?
Yami: como ya sabes mi familia y yo somos árabe y en nuestra cultura es normal comprometer a sus hijos, como en mi caso yo ya estoy comprometido con alguien (Joey puso una mueca de sorpresa) antes de venirme a vivir en esta ciudad, mis padres me comprometieron con el hijo de un amigo de la familia se supone que lo conoceré muy pronto…
Joey: ¿Y cuándo será la boda?
Yami: después de las vacaciones de verano porque ya habré terminado el colegio ya que es mi último año (se le notaba la tristeza en la mirada).
Joey: no te preocupes para devolverte el favor te ayudare a escapar del altar (vio que le había devuelto la sonrisa a su amigo) y si no puedo prometo arruinar tu boda (los dos empezaron a reírse).
Yami: eso espero.
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El cachorro y el gato salieron a dar un pequeño paseo por la ciudad.
Cachorro: ¿A dónde vamos?
El gato: al mercado tengo que hacer unas compras.
El gato caminaba con una elegancia impecable por sobre la pared.
Cachorro: ¡espera!
Mientras que el cachorro se agarraba como podía con sus patas delanteras.
El gato: te dije que no hicieras ese tipo de cosas tú no tienes las mismas habilidades que yo.
El cachorro se incorporo para tratar de seguirle el ritmo a su amigo.
Cachorro: es que quería mostrarte que puedo.
El gato: tonto a mi no me tienes que mostrar nada.
El gato salta cayendo con total elegancia sobre sus patas. El cachorro salto para intentar hacer lo mismo pero cayó en un barril con agua
El gato: tenias que ser un perro (dijo un tanto molesto).
El cachorro sale torpemente del barril.
Cachorro: perdón es que me encantaría ser como tú.
El gato: no tienes que ser como yo.
Cachorro: es tu…
El gato: no importa como sea yo o como seas tú, ambos somos diferentes, esas diferencias hacen que nos complementemos, eso hace seamos tan unidos y cuidemos nuestras debilidades.
Cachorro: ¿te dije que eres un gran amigo?
El gato: mil veces como mínimo.
Luego pasó el mensajero del palacio de plata que era un monito marrón sobre un caballo gritando a toda voz…
El mensajero/mono: todo el pueblo está invitado a la fiesta que organizará el gran dragón blanco de los ojos azules para buscar al que será su futuro esposo/a.
El gato: cachorrito ¿Te apetece ir esta noche a una fiesta?
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Joey esperaba pacientemente, sentado sobre la cama a que su amigo se terminara de arreglar y saliera de baño.
Joey: ¡Yami! ¿Te falta mucho?
Yami: ¡ahora salgo!
Joey: eso dijiste hace media hora.
Yami sale del baño.
Yami: ¿Cómo me veo?
Joey lo miró de pies a cabeza tenía puesto un pantalón negro, una camisa de color arena, zapatos negros, de su cuello colgaba una cadena de oro, brazaletes de oro en sus muñecas y se delineo los ojos para resaltarlos.
Joey: te vez increíble.
Yami: gracias si se supone que conoceré a mi prometido esta noche debo verme bien ¿No? (dijo fingiendo una sonrisa).
Joey: (abraza a su amigo) gracias por llevarme a fiesta de Kaiba no sabes lo feliz que me hace sentir.
Yami: (le corresponde el abrazo) no es nada.
Joey lucia unos pantalones azules, una camisa blanca y zapatos blancos.
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El gato estaba preparando a su amigo cachorro para el gran evento de esa noche.
El gato: ¡Quédate quieto!
Cachorro: perdón ¿Y si él no me elige a mí?
El gato: ¿Estás loco? Eres hermoso el que no te elija estaría demasiado loco.
Cachorro: ¿Y si no soy lo suficientemente bueno para él?
El gato: hablare seriamente con él.
Cachorro: gracias
El gato: ahora vámonos que se nos hará tarde.
Ellos se fueron rumbo a la fiesta.
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Al llegar a la fiesta.
Las enormes puertas del salón se abrieron dejando ver todo el lujo que había dentro.
Joey: WOW (sorprendido por tanto lujo).
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Cachorro: es increíble.
El gato: escucha compórtate si quieres ganarte al dragón.
Cachorro: entiendo (mira a su alrededor) mira allí está el dragón.
Allí estaba el dragón luciendo sus escamas blancas como nunca.
El gato: si lo quieres mejor lúcete.
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La fiesta transcurrió de manera normal Joey no se despegaba un segundo de Yami, cada tanto le echaba una mirada a su Seto que tenía un traje blanco con camisa celeste y corbata azul.
En un momento Joey se armó de valor y fue a encarar a Kaiba.
Joey: Kaiba necesito habla contigo.
Seto: ahora no estoy ocupado (se va).
Derrotado vuelve con su amigo.
Yami: ¿Qué pasó?
Joey: dijo que estaba ocupado.
Yami: iré a hablar con él no me tardo (Yami se pierde entre la gente).
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Cachorro: estoy muy nervioso.
El gato: cálmate no es bueno que estés tan nervioso.
Cachorro: está bien.
El gato: solo diviértete hasta que el dragón se le ocurra anunciar a su prometido.
Cachorro: ¿Y si no soy yo?
El gato: míralo así cuando el dragón elija a su prometido no habrá vuelta atrás y si no lo ama será infeliz de por vida.
Cachorro: intentare verlo de ese modo.
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Yami había encontrado a Seto en medio de toda la gente. Seto estaba conversando tranquilamente con unas personas.
Era un hecho que por más que Yami lo intentara no lo tragaba tan simple como eso. Sus familias eran muy amigas por eso se conocían desde la infancia.
Yami: ¡Kaiba! (Lo llamó con voz firme y enojada).
Seto: justo te necesitaba para hablar un rato a solas.
Seto agarró a su “amigo” del brazo y lo llevó al balcón, Yami no opuso resistencia alguna ya que debía hablar con él sobre su manera de tratar a las personas.
Seto: empieza tú ¿De qué querías hablarme?
Yami: no deberías tratar a las personas así, por más poderoso que seas (disgustado).
Seto: francamente no me interesa ¿Para qué hablar de los demás si podemos hablar de nosotros?
Yami: ¿Nosotros? (dijo sorprendido) ¿Qué quieres decir?
Seto: ¿Tus padre no te lo contaron todavía? Tu prometido soy yo…
Yami abrió sus ojos como platos.
Seto: ¿Qué pasa? ¿El gato te comió la lengua?
Seto aprovechó el momento de shock de su “amigo” para agarrarlo con firmeza del mentón y besarlo.
El de los ojos azules desde joven siempre quiso ser dueño del corazón de aquel joven de ojos color uva pero con la actitud de este le había resultado imposible así que con su carisma convenció a su padre para que convenciera en comprometerlos aprovechando las costumbres de su familia, así si no podía ser de él no sería de nadie más…
Seto: (interrumpe el beso) ahora que lo sabes me complace decirte que esta es nuestra fiesta de compromiso y cuando empiecen a servir los postres pienso anunciar nuestro compromiso ¿Qué opinas amor?
Yami estaba mudo sentía un nudo en la garganta que no lo dejaba hablar, su cuerpo estaba muy tenso y temblaba, lo peor no era eso sino que Joey había contemplado todo.
Seto: vamos no quiero anunciar la noticia sin ti a mi lado (le agarro la mano y fácilmente lo llevó al salón principal).
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La fiesta transcurrió de manera normal, todo lo planeado había resultado a la perfección.
El mono: Señores les robare un minuto de su tiempo para que “el gran dragón blanco de los ojos azules” anuncie el nombre de su prometido.
El dragón: luego de analizarlo todo, me complace decir que mi prometido es ese gato Egipcio (dijo señalando al amigo del cachorro) realmente tiene una belleza y un porte digno de un dragón como yo.
El gato: lástima que yo no quiera.
Todos: ¿Qué?
El dragón: recuerda que a mí nadie me contradice porque los que se atrevieron a hacerlo perdieron la cabeza.
El gato: no te tengo miedo, prefiero morir antes de casarme contigo.
El dragón: ¿Pero tú cachorro opinara lo mismo?
El gato miró a su amigo que estaba temblando con la mirada perdida.
El gato: déjalo, esto es entre tú y yo no se te ocurra meterlo.
El dragón: aquí mando yo, si no te gusta tu amigo sufrirá la consecuencia.
El gato: está bien acepto tu trato.
El drago: ¡qué bien! Empezaremos de inmediato con los preparativos para la boda pero mientras tanto es solo para asegurarme que no cambiaras de opinión (los guardias del dragón agarraron al cachorro) encierren a ese cachorro en los calabozos y asegúrense que el gato no salga de castillo y sin más que decir que siga la fiesta.
Después de la fiesta el gato fue a ver a su amigo al calabozo.
El gato: cachorrito necesito que me escuche.
Cachorro: sabía que no me elegiría, me alegra mucho que te haya escogido antes que a cualquier otro, la verdad siempre supe que eras superior a cualquiera.
El gato: ¡no digas más! ¡No soy superior a nadie! Esto se trata de venganza (el cachorro hizo una mueca de sorprendido) la única razón por la que se encapricho con migo es por el poder, él y yo siempre fuimos rivales a muerte porque él nunca soporto el hecho que le ganara en más de una ocasión en batalla por eso me atrevo a retarlo, ese dragón para lo único que me quiere es para tapar eso y asegurase que su descendencia sea imbatible, no lo vi antes pero hizo esta fiesta es para que nadie sospechara de su verdadero motivo (empezó a llorar).
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Pasó el tiempo Yami y Joey dejaron de hablarse durante ese tiempo.
El día más temido para Yami llegó ese día se casaría con Seto Kaiba. Él estaba en una habitación que se le había dado para prepararse, miraba su atuendo con cierta nostalgia, quería llorar pero no quería arruinar el maquillaje que le hicieron.
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Era la noche la boda se efectuaría a las afueras del castillo del dragón blanco…
Estaba todo listo, todo debía salir perfecto, solo faltaba que apareciera el novio del dragón.
Pero no contaban con algo, el cachorro tenía una piedra llamada oricalco que le concedía cualquier deseo entonces deseó tener la fuerza suficiente para destruir al poderoso dragón blanco de los ojos y a todo su reino.
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Era la hora su cuerpo se ponía cada vez más tenso, mientras caminaba por el altar de la mano de su padre, miraba a su alrededor con la esperanza de ver a su amigo pero este no estaba.
Al llegar al altar fue recibido por su futuro esposo.
La ceremonia transcurrió de manera normal hasta…
X: Seto Kaiba ¿acepta como esposo a Yami Atemu tanto en la riqueza como en pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
Seto: acepto
X: Yami Atemu ¿acepta como esposo a Seto Kaiba tanto en la riqueza como en pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
Él tenía la garganta hecha un nudo sentía que no podría articular palabra.
Joey: ¡Yo me opongo!
Todos se voltearon a ver y allí estaba Joey con una pistola en la mano cargada lista para disparar a la pareja
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X: se lo vuelvo a repetir Gato Egipcio ¿acepta al dragón como su esposo?
El cielo se nubló un viento huracanado comenzó a soplar y en el cielo se pudo ver a un dragón negro como la noche con los ojos rojos de furia con el símbolo del oricalco en la cabeza que lo hace invencible. Aquel dragón esparció su furia sobre el reino matando y destruyendo todo a su paso hasta que no quedo nada ni nadie.
Cuando ese dragón desapareció, de las cenizas apareció el cachorro. Aquel cachorro que no aguanto más su sufrimiento que decidió matar y destruir a todos…
FIN…