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Renacer por Anya

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Notas del fanfic:

Bueno este es el primer fic que publico, por que ya lo tenía armado desde que el ataque a Konoha se publico en el manga. Después de casi un año me decidí a publicarlo, ojala les guste.

Notas del capitulo:

Hola a todos!!!

Este es el primer capitulo así que A LEER!!!

***Los personajes de NARUTO son de Masashi Kishimoto 

 

La obscuridad se hacía presente en el horizonte, los últimos rayos de sol que luchaban por permanecer en lo alto del cielo, perdían la batalla ante el manto azul que anunciaba el final del día y daba inicio a la noche.

Para los aldeanos de Konoha ver el atardecer era casi un ritual, ya que al caer el crepúsculo, el monumento simbólico de la Aldea de la Hoja, los rostros Hokage, eran iluminado naturalmente de tal forma que pareciera que los rostros de los exlíderes de la villa eran iluminados artificialmente.

 

 

 

En las calles de la aldea, la iluminación natural comenzaba a desaparecer dando paso a la luz artificial, pero no sólo en las calles, también en las casas y comercios. Las calles de la aldea comenzaban a tener una gran actividad, ya que entre las siete y las nueve de la noche, la mayoría de las actividades finalizaban. Las personas regresaban a sus hogares después de un arduo día de trabajo, no importaba si eran civiles o ninjas, todos daban lo mejor de ellos mismos para mantener el nombre de Konoha en alto.

 

 

 

Por una de las avenidas principales de la aldea caminaba uno de los tantos ninjas que Konoha había tenido el privilegio de forjar, pero no era un shinobi cualquiera, él era especial ya que era muy conocido y apreciado, tanto por civiles como por ninjas, ¿por qué?, simple, Umino Iruka. Chunin, maestro de la academia Ninja, que día a día ayudaba a formar a los futuros ninjas. También era uno de los ninjas que trabajaba en la torre Hokage recibiendo los reportes de las misiones de los otros ninjas, siempre agradeciendo con un “gracias por su esfuerzo” adornado por su hermosa e hipnotizante sonrisa, la cual traía locos y locas a más de uno cabe mencionar.

 

 

 

Iruka caminaba por la avenida principal de Konoha, la que atraviesa la aldea desde la torre Hokage hasta las puertas norte de la villa. Por fin había terminado su turno en la torre y ahora se dirigía a su pequeño departamento. Su día no había sido fácil, primero en la academia, los “intento de ninjas” llámense sus alumnos, había estado más inquietos de lo normal. Los pequeños monstruitos se habían tomado muy enserio su práctica de lanzamiento de kunais y shurikens, ahora no solo se conformaban con lanzar a un punto fijo, ahora querían demostrarle a su sensei su avance y lo demostraron lanzándose las armas ninjas unos contra otros y así lo que sería un práctica tranquila termino siendo un desastre y el sensei tuvo que intervenir para que ninguno de sus adorados alumnos saliera lesionado, claro que el precio que tuvo que pagar fue un poco alto, ya que usar clones para detener a sus alumnos era algo desgastante.

 

Cuando regresaron al salón, llego el sermón sobre la seguridad por parte de Iruka, dando como resultado que los niños pusieron cara de cachorros regañados y ablandaran el corazón de su sensei. Minutos después, una batalla campal de bolitas de papel que simulaban ser sellos explosivos se desato gracias a la clase de “estrategias y emboscada”. Los pequeños demostraron entender muy bien la teoría ya que como práctica decidieron emboscar a su profesor. Para terminar no faltaban las típicas bromas de Konohamaru y sus amigos, que si los comparaba con Naruto, el rubio resultaba ser todo un ángel.   

 

 

 

Desafortunadamente para el chunin aún le quedaba su turno en la torre. Para su desgracia, ese aparente día normal, la mayoría de los ninjas en misión, decidieron regresar de sus respectivas misiones, así que la generalmente tranquila sala de entrega de reportes, tenía más vida y bullicio que alguno de los mercados locales.

 

Para Iruka esto no significaba problema alguno, el problema era tener que corregir los reportes que los ninjas entregaban, ya que la mayoría de los reportes y los trabajos de sus alumnos de primer grado no tenían gran diferencia, incompletos, arrugados, manchados de comida, mojados o escritos en antiguos jeroglíficos. Gracias a las correcciones, Iruka tuvo que quedarse más tiempo y arreglar los errores de los reportes y así entregarlos de una forma más presentable a la Hokage.

 

 

 

Iruka caminaba reflexionando sobre su día, no había sido de los mejores pero no iba a negar que amaba su trabajo, tanto el ser maestro como el de la torre, además no tenía las mejores finanzas como para atreverse a dejar alguno.

 

Mientras se dirigía a su departamento, Iruka escuchaba los amables saludos de los aldeanos “Hola sensei”, “Que descanse sensei”, “buenas noches Iruka-san”, los cuales contestaba con un “Gracias” o “igualmente” y su linda sonrisa.

 

 

 

De un momento a otro toda la aldea se vio cubierta por grandes nubes negras y de un momento a otro una tormenta cayó sobre la aldea.

 

 

 

- Genial lo único que me faltaba – fue el pensamiento de chunin, decidió acelero su paso para llegar lo más pronto posible a su hogar y lo más seco posible.

 

 

 

Al llegar al barrio donde se ubica su apartamento, Iruka decidió cubrirse un poco de la lluvia bajo un pequeño techo. Mientras esperaba que la lluvia cesara un poco, el sensei imagino y organizó las actividades que haría en cuanto llegase a su hogar y olvidarse de ese agobiante día.

 

 

 

- “Ah, en cuanto llegue a casa me cambiare de ropa, preparare el baño, comeré el estofado que sobro del desayuno, tomare un buen baño y dormiré plácidamente, mañana arreglare todo… la casa está limpia, ya que he estado solo, no hay nadie que la desordene….” – Eran los pensamientos de Iruka, pero inconscientemente en su mente se forma la imagen de aquella persona que desde hace algún tiempo lo acompaña en el camino de la vida. - Kakashi… - menciono el chunin en un leve susurro que gracias al sonido de la lluvia no se escuchó, mas este no pudo llevarse el ligero sonrojo que se formo en las mejillas de Iruka.

 

 

 

No era secreto para nadie en Konoha que Umino Iruka y Hatake Kakashi mantuvieran una relación, lo que nadie entendía era como alguien tan responsable, amable, recto, culto y dedicado, como lo era Iruka-sensei, estuviera con alguien tan irresponsable, impuntual, holgazán, arrogante y sobre todo pervertido como Kakashi. No había lógica alguna que explicara el por qué los dos siendo tan diferentes terminaran juntos… tal vez lo de polos opuestos se atraen no fuera del todo mentira y a pesar de todos los pronósticos la pareja seguía junta después de más de año.

 

 

 

Actualmente Kakashi se encontraba en misión. Hacía ya 2 semanas que el Copy Ninja estaba fuera de la aldea. Iruka lo extrañaba pero también disfrutaba de esos momentos de soledad, claro, siempre y cuando estos no se extendieran mucho, y en esta ocasión ya comenzaban a extenderse.  La misión de Kakashi no era complicada, consistía en escoltar a la esposa del Sr. Feudal y a su hija en un recorrido por 4 pueblos, ¿sencilla? Claro, para un ninja de elite como el peliplateado, omitiendo el hecho de que en los últimos días la familia feudal había recibido amenazas de muerte y por esto había decidido contratar los servicios de Konoha, pidiendo al mejor shinobi disponible y especificando que pagarían una gran cantidad extra si dicho shinobi era Kakashi Hatake.

 

 

 

Iruka estaba tan sumido en sus pensamientos que no se percato que la lluvia daba una pequeña tregua. No fue hasta que otro compañero de la Academia paso por su lado y lo saco de sus pensamientos.

 

 

 

- Vamos Iruka-sensei aprovechemos que la lluvia se ha calmado un poco.

 

- ¿Eh?... ah claro vamos…

 

 

 

Ambos shinobis aceleraron su paso para llegar lo más pronto posible a sus hogares. Llego un punto en que sus caminos se dividían y con ademan de mano y un “Hasta mañana” ambos se separaron. Irula no tardo mucho en llegar a su apartamento, por fin terminaría ese mal día.

 

 

 

En cuanto llego a su apartamento, su instinto de ninja le decía que dentro le esperaba una sorpresa así que con decisión abrió la puerta de su hogar y lo que encontró le lleno su corazón de felicidad, pero inmediatamente le cambio esa alegría por enojo. En el recibidor de su hogar se encontraban las sandalias de su novio, las cuales se encontraban bastante manchadas de lodo, además encontró un pequeño charco de agua el cual dejaba rastro por el pequeño pasillo que conectaba al interior de su hogar. Definitivamente “alguien” había entrado a su casa y no se había tomado la más mínima molestia en secarse antes de entrar. Acompañando al camino de agua se encontraban manchas de lodo que parecían ser huellas, algunas eran pequeñas y otras bastantes grandes.

 

 

 

Iruka pensó que lo mejor era decirle adiós a su noche de relajación, ya que era más que obvio que Kakashi había regresado de la misión. El dueño de la casa decidió continuar su camino y llego hasta la recamara donde se encontraba su koi, quien al parecer ya tenía tiempo de haber vuelto a casa. Kakashi estaba de espaldas y por su apariencia, era evidente que se había aseado y cambiado de ropa, la pregunta era ¿por qué no llego directamente a entrega su reporte?

 

 

 

- Veo que estas de regreso Kakashi – Iruka se acerco a su pareja. Como respuesta el jounin al escuchar la voz de Iruka, dio un ligero respingo. Un fuerte sentimiento de felicidad y tranquilidad embargo al chunin, su novio estaba de regreso y estaba bien.

 

- Hola Iruka.

 

- Bienvenido a casa Kakashi.

 

 

 

Kakashi volteo y en ese instante y sin darle tiempo a reaccionar, Iruka bajo la máscara de Kakashi y le robó un beso, esto sorprendió al jounin ya que era muy raro cuando el chunin tomaba la iniciativa pero a Kakashi le agradaba cuando su koi tenía estos impulsos así que sin dudarlo correspondió gustoso el saludo. El beso paso de ser un simple saludo a un gesto apasionado  donde ambos demostraban lo mucho que se habían extrañado este tiempo. Kakashi profundizaba el beso e Iruka trataba de seguirle el paso. Fue el propio Iruka quien corto el beso para después  abrazarse a Kakashi.

 

 

 

- Me alegro que estés de regreso y con bien – Iruka se apretó más al cuerpo de su koi.

 

- Auch – exclamó Kakashi, ante la queja Iruka se separó.

 

- Que pasa Kakashi ¿estás herido? – Iruka observo a su novio y se dio cuenta de que no estaba bien, se veía más pálido de lo normal, tenía ojeras y eso no era común en el. El Copy Ninja al ver cómo era examinado por su novio y la cara de preocupación de este decidió calmarle.

 

- No te preocupes, sólo es un pequeño rasguño, además mis músculos están algo tensos, no paramos ni un momento al regresar.

 

- ¿Seguro que sólo es eso? – Iruka no se sentía satisfecho con esa respuesta.

 

- Claro no te preocupes – Kakashi atrajo al menor hacia él para darle otro beso – No sabes cuánto te extrañe – le susurro al oído después de finalizar su caricia.

 

- Yo también, por cierto ¿dónde están los chicos?

 

 

 

Cuando Iruka rompió el contacto con su koi y busco a los canes con la mirada se dio cuenta del desastre que era su casa… esa fue la gota que derramó el vaso, sin duda este era uno de los peores días en la vida del sensei. La paciencia y calma de Iruka se fueron a dar un largo paseo.

 

 

 

- ¡¡¡Hatake Kakashi que significa todo esto!!!

 

- Iruka etto… - una vez más Iruka lo sorprendía con su carácter tan voluble, momentos atrás su koi era la persona más tierna y cariñosa de todo Konoha, se preocupaba por él y ahora podría jurar que lo mataría ahí mismo.

 

- Por qué dejaste entrar a tus perros a mi casa, ¡están todos llenos de lodo! – Iruka caminaba de un lado a otro de su casa, la cual no tenía ni pies y cabeza, su casa era un total desastre. 

 

- Bueno Iruka tu sabes… afuera está lloviendo… además veníamos corriendo por el bosque y sin protección para la lluvia….  – Kakashi caminaba tras su pareja tratando de seguirlo.

 

- No me importa – Iruka volteo y encaro a Kakashi para seguir sus reclamos, cuando un ruido proveniente del baño llamo su atención. Camino al baño y se encontró con una escena nada agradable, los ninkens estaban en su tina salpicando lodo por todas parte, la tina ya contaba con una considerable capa de lodo – ¡están arruinando mi baño! 

 

- Bueno los chicos quieren sacarse el lodo de encima.

 

- ¿¿¿Qué??? – el sonido de platos cayendo hizo que Iruka corriera hacia la cocina – ¡¡¡Buru deja eso que es mi cena de esta noche!!!

 

- Se me olvido alimentarlos, vamos Iruka no te enfades.

 

- ¡Cómo quieres que no me enfade! Además ¡¿por qué no llegaste a tu casa?!  Y cómo que has sido tan irresponsable como para no alimentar a los chicos, ¿desde cuándo no comen?

 

- Bueno eh… Iruka, recuerda que son ninkens.

 

- ¿Y?, son seres vivos, no armas ninjas…

 

- Ya Iruka tranquilo ellos están acostumbrados. Mañana arreglaremos la casa y por la cena, no te preocupes ahora mismo nos vamos al Ichiraku a cenar.

 

 - ¿Arreglaremos?  Ja, si siempre soy yo quien limpia... ¡hey! ustedes  - dirigiéndose a Bisuke y Shiba – dejen de estar corriendo por toda la casa, Urushi y Uuhei no estén peleando por la comida... Goruko deja esos papeles que son los exámenes de mis alumnos, Buru no, no se te ocurra... 

 

 

 

Demasiado tarde Buru se había parado en medio de la habitación y se había sacudido ensuciando más sí eso era posible.

 

 

 

 - Basta – dijo Iruka casi en un susurró, sin embargo este fue claramente perceptible para los ninkens, no por nada eran perros ninjas y al sentir el aura asesina que emanaba de Iruka decidieron literalmente huir.

 

 - Jefe creo que nosotros mejor nos vamos – dijo Akino. Y en medio de una bola de humo los perros desaparecieron.

 

 - Cobardes – dijo Kakashi al ver la actitud de sus compañeros sólo Pakkun se quedo al lado de su amo.

 

 

 

Kakashi camino hacia Iruka y levantando ambas manos como pidiendo tregua trato de calmar a su koi.

 

 

 

-Oye Iruka tranquilo.

 

-Cállate ya me tienes harto Kakashi, siempre es lo mismo, tus malditos perros ensuciado mi casa, se han comido mi cena, han arruinado los exámenes de mis alumnos, siempre hacen lo que quieren y tu no les dices nada! – Kakashi al escuchar al chounin hablar de esa manera, comenzó a molestarse, ya para él los ninkens eran parte importante de su vida, y que Iruka los insultara de esa manera, jamás lo permitiría por más que amara a su koi.

 

  -Oye Iruka sabes que ellos son mi familia y al maldecirlos a ellos me maldices a mi también- Kakashi encaro al maestro de la academia, en su voz se escuchaba un tono de molestia.

 

-No me importa… no sé cómo sin puedo estar contigo cuando….  – esto último lo dijo apenas en un susurro, casi para sí mismo, sin embargo para un ninja como Kakashi, el susurro fue más que claro.  

 

-Cuando que Iruka, ¡¡¡Vamos dime!!! - Exigía Kakashi, comenzaba a enojarse ante la actitud de su novio.

 

- Cuando eres así – Iruka no aguanto más, el estrés por un día tan pesado comenzaba a dar frutos y le grito a Kakashi. Esto sorprendió al jounin, sin embargo tampoco se iba a dejar, el tampoco no la había pasado muy bien en la misión y sin embargo trataba de olvidarla para disfrutar de la paz que Iruka le brindaba, pero al parecer en esa ocasión no sería.

 

- Pues entonces dime como es que soy… según tú – Kakashi ahora estaba totalmente exasperado.

 

-Pues... Eres un holgazán, impuntual, irresponsable, arrogante, pervertido, siempre quieres estar tocándome cuando quieres no te importa si hay más personas o no, no te importa lo que los demás digan de ti… además… además siempre le exiges mucho a Naruto, ha estado inconsciente o a punto de morir y todo por tus estúpidos entrenamientos y todo para que…. para traer de vuelta a Sasuke, a veces te odio por hacer que se sobreesfuerzo tanto, pero esta fue la última vez, no quiero verte más – Iruka le grito a Kakashi lo mas que sus cuerdas vocales le permitían, algunas lagrimas se deslizaban por sus mejillas, las cuales estaban rojas por el esfuerzo realizado y el enojo acumulado. El chunin sólo buscaba la forma de desahogarse que no se percato de lo que realmente estaba diciendo y sobre todo a quien le decía todas esas cosas.

 

 

 

Kakashi sentía que con cada palabra que Iruka decía su corazón se quebraba, ya que esas palabras eran exactamente las mismas que los aldeanos siempre usaban para describirlo a él, sin embargo quienes tenia la dicha de conocer aunque fuera un poco al verdadero Kakashi, sabían cómo era realmente el carácter del jounin, el cual distaba mucho de lo que se decía de él. El peliplateado pensaba que a su delfín no lo importaban las habladurías y chismes de los aldeanos, por eso al escuchar a su koi le dolía y demasiado. Creía que Iruka lo conocía y lo amaba pero ahora lo dudaba y cada palabra que salía de la boca de Iruka hería profundamente al Copy Ninja ya que nunca imagino que Iruka pensará lo mismo que los demás.

 

 

 

Pakkun tan sólo miraba la escena, el tampoco entendía el por qué del comportamiento del chunin pero de lo que si estaba seguro era que esas palabras derrumbarían al Hatake.

 

- Iruka en verdad piensa eso de mí, ¿en verdad quieres que me vaya? - la voz de Kakashi sonaba triste, casi como suplicando que todas las palabras dichas por el instructor de la academia fueran falsas. Definitivamente en cualquier momento Kakashi se quebraría.

 

- … - Iruka no decía palabra alguna tan solo miraba el suelo con la mirada perdida. No entendía todo lo que estaba pasando. Su cerebro trataba de analizar todo lo que había pasado, ¿cómo era posible que todas esas palabras hubieran salido de su boca?

 

Kakashi tomo el silencio de Iruka como una respuesta afirmativa y decidió actuar por su cuenta antes de que Iruka terminara de destrozarlo con sus palabras.

 

- Está bien, tu silencio me dice todo. No te preocupes Iruka, a partir de este momento ya no somos nada, perdón por todas las molestias que te he causado, pero no más. Te prometo que ya no me veras más en tu vida. Sayonara Iruka – el rostro de Kakashi sólo reflejaba dolor. El jounin luchaba por no dejar escapar las lágrimas de sus ojos, por lo menos en su ojo sano, ya que en el ojo “sharingan” estas ya salían sin su permiso.

 

 

 

Al escuchar la voz del jounin Iruka reaccionó. Kakashi hizo los sellos correspondientes y desapareció de la vista de Iruka.

 

-No, espera Kakashi... - Demasiado tarde Kakashi se había ido, Iruka se percató de la presencia de Pakkun quien sólo le dirigió una mirada de frialdad y dolor para después desaparecer también.

 

 

 

Tarde pero Iruka por fin reaccionaba y se dio cuenta que había perdido a Kakashi, a la persona que más amaba en el mundo.

Notas finales:

¿Y? ¿que les pareció?

Muchas gracias por tomarse el tiempo para leer.

Espero sus comentario, sugerencias o quejas.

Ja ne!!!


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