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Je voudrais avoir un ange por Lezti Akisa

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Notas del fanfic:

Este es el primer capitulo y me hace ilusion que la lean
ojala que les guste mucho y me dejen lindos review

Je voudrais avoir un ange

 

CAPITULO 1 LA MANSION

VEN A MI DONDE LA LUNA SE TIÑE DE ROJO

MI MAS PERVERSO AMOR... AHÍ TE ESTARE ESPERANDO

 

Kenji observaba con disimulo al joven que se encontraba a su lado, sabia a la perfección que el chico estaba molesto pero ¿Por qué tenía que actuar así? Suspiro por enésima vez y se removió inquieto sobre la cama, logrando captar la atención de su compañero, este lo miro con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido, poco a poco comenzó a relajar las facciones de su rostro pero la frialdad de sus ojos permaneció ahí.

 

-No entiendo cómo pudiste ser tan estúpido como para terminar metiéndote en eso - soltó al fin el chico

 

-Ni yo lo sé - contesto con la voz más normal que pudo sacar en ese momento

 

-Pero  ¿en qué demonios pensabas cuando aceptaste ese estúpido reto? - el joven retiro un mechón de cabellos azules que resbalaba por uno de sus ojos y volvió a clavar sus ojos negros en los azules del chico rubio

 

-¡Pues en absolutamente nada! - Termino gritándole, se levanto de la cama con rapidez sin importarle el hecho de que todo diera vueltas - no era mi intención meterme en este lio pero ahora no tengo de otra, Kyo ¿me acompañaras? - pregunto con un poco de preocupación, el aludido se levanto y se situó aun lado del rubio, le abrazo y deposito un beso en su frente, para él era fácil ya que era más alto que el de ojos azules.

 

-Claro, para eso estamos los mejores amigos ¿no?, de verdad que si pudiera le rompería la cara a Ryo pero tú no me dejaras ¿cierto? - volvió a besarle en la frente, se alejo del menor y le revolvió los cabellos en un gesto cariñoso

 

-¡oye! - se quejo este por aquel gesto - si, no te dejaría pelearte con él, ya sabes que nunca está solo y que es un chillón, si te metes con él es como meterte con otros diez - bufo molesto por que en verdad quería que el de cabellos azules golpeara al otro, pero sabía que eso solo le traería problemas y el ya no quería nada de eso - por cierto ¿me prestarías una linterna y una cámara de video? Es que no puedo sacarlas de casa, mis jefes se darían cuanta y comenzarían con el interrogatorio de siempre y hoy no estoy como para aguantar eso, creo que explotare - admitió abatido

 

-Si ¿a qué hora dices que tienes que ir ahí? - pregunto un tanto molesto por el hecho de que su mejor amigo fuese a ir a un lugar como la mansión, sabia de sobra que no era un lugar seguro, y no solo por ser tan vieja también influía que fuera un lugar para raritos, como el solía llamarlos, aquellos chicos de sectas satánicas y en donde se habían encontrado ya varios cadáveres y hasta un asesino que ni siquiera era de la ciudad ¿Por qué tenía que haberse metido en algo como eso? Le partiría la cara a Ryo, ese era un hecho y si algo le pasaba al menor... bueno el otro debería de hacer un testamento y decirle que quería en su epitafio. Rememoro lo que el menor le había dicho una vez en su casa "me he metido en un gran problema, en cuanto mis jefes  se enteren seguro me castigan, no puedo creer que haya aceptado ir a la mansión, de verdad que ese idiota de Ryo sabe como lavarte el cerebro y sabes que es lo peor que no tengo de otra ¡maldita sea! Te juro que si sobrevivo comenzare a portarme bien" después de esa atropellada confesión él no había podido dejar de darle vueltas al asunto, preocupado por su seguridad tanto física como mental, la mansión cuantas veces había escuchado que eran un lugar que volvería loco a cualquiera con todos los secretos y horrores que guardaban sus viejas paredes, podía apreciar la belleza que ocultaba dicho lugar, con sus enormes jardines descuidados y sus ventanales polvorientos, la pintura corroída y la extraña atmosfera que la rodeaba, si, era una construcción imponente y al mismo tiempo mortal.

 

-A las diez de la noche - contesto

 

-Vamos, tranquilízate, recuerda todo es mental ¿si? - Kyo intentaba darle ánimos, sabía que los necesitaba o mejor dicho los necesitaría - mejor duérmete ¿quieres? - el rubio asintió y se dejo caer pesadamente sobre la cama, colocando una de sus manos sobre su rostro, intento relajarse pero le era casi imposible, después de unas cuantas palabras del mayor, este se quedo profundamente dormido.

 

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La noche había caído más rápido de lo que Kenji y Kyo hubiesen querido pero el tiempo no tenia contemplaciones para nadie y seguía su curso inexorablemente, el frio era insoportable y eso que apenas era otoño, la luna llena brillaba en lo alto con un ligero tono rojizo, habían llegado diez minutos antes de lo previsto, y ahora esperaban en la reja de metal oxidado que separaba la calle de la mansión, no paso mucho para que pudieran vislumbrar como unos chicos se dirigían hacia ellos, a la cabeza iba el responsable de todo aquel lio, Ryo llevaba el largo cabello rojo sujetado en una coleta dejando libres solo unos mechones de color negro que enmarcaban su delicado rostro y resaltaban su palidez natural, sus ojos verdes se posaron en el rubio mientras sonreía complacido de que el otro no se hubiera acobardado, a su lado iban otros cuatro chicos, Kyo los reconoció aun sin verles realmente, Daisuke  el más alto de aquel grupito y mejor amigo de Ryo, con un cabello rubio, corto y con mechas de color verde y unos ojos del mismo color, realmente no era la gran cosa en cuanto a cuerpo pero si sobresalía de entre la mayoría, Etsuya, él era el más pequeño y parecía más una chica, con el cabello largo hasta la cintura y de un color negro como la ala de un cuervo con unos mechones de color rosa en la parte de atrás, unos grandes y expresivos ojos color miel y una voz dulce, ciertamente el desentonaba con todos ellos, Heiji un chico con tendencias emo, el cabello teñido de color morado, corto en la parte de atrás y con un gran mechón cubriendo parte de su rostro dejando visible solo un ojo azul, delgado y un tanto desgarbado y por ultimo Kaoru alto pero no tanto como Daisuke de complexión atlética, de piel blanca, con el cabello negro y algunos mechones cayendo sobre su rostro, a la altura del hombro y un pircing en la ceja, Kyo bufo molesto al ver ahí a Etsuya, ¿Cómo podía Ryo llevarlo, sabiendo que era un sitio peligroso? Dirigió una mirada amenazadora al susodicho, este por su parte se encogió de hombros restándole importancia.

 

-Que bueno no te acobardaste - Ryo metió las manos a los bolsillos y luego miro hacia la mansión

 

-No soy como otros - le contesto el rubio

 

- Pues espero que te diviertas ahí dentro - le soltó riendo

 

-Puedes estar seguro de que si - esta vez contesto Kyo

 

-No  creo que sea una buena idea - susurro Etsuya mirando a Kyo - es un lugar peligroso y no podría perdonarme si algo malo le pasara a Kenji - miro de manera suplicante a Ryo pero este ni se inmuto ante esa mirada - por favor Ryo, mejor vámonos... - estaba a punto de decir algo que de seguro hubiera hecho cambiar al mayor pero no se atrevió a hacerlo

 

-Mira Etsuya mejor cállate, si tanto miedo tenias nos hubieras dicho - le grito haciendo que el moreno diera un brinco por el susto, bajo la cabeza y se refugió en los brazos de Kaoru, quien le acaricio los cabellos aun cuando sentía su mano entumida a causa del frio

 

-Ryo no seas un pesado, Etsuya tiene razón, podría pasarle algo malo a Kenji - Kaoru miro de mala manera Ryo

 

-Cállense ambos - les gruño - bueno, pasemos a lo que venimos - miro a Kenji de manera burlona - no te será muy difícil entrar, la puerta está casi vencida, así que a lo mucho esta podría caerte encima, pero si lo prefieres rodea la casa y en la parte trasera hay una puerta en mejor estado - le aconsejo,

 

-Gracias por el consejo - contesto con sarcasmo el rubio

 

-De nada - contesto el otro en el mismo tono

 

Kyo le entrego la cámara de video y la linterna al desafortunado rubio, este los recibió y después volvió a mirar a los presentes, suspiro por última vez antes de forzar la pesada reja y moverla unos cuantos centímetros, lo suficiente como para que pudiera pasar de lado, una vez del otro lado se volteo

 

-Eres un idiota Ryo- mascullo entre molesto y apesadumbrado - gracias por intentarlo Etsuya - le sonrió al menor que aun se encontraba entre los brazos de Kaoru, él le devolvió la sonrisa un poco cohibido mientras volvía a esconder el rostro entre el pecho del otro - y Kyo por favor no te metas en problemas ¿quieres?

 

-Hablas como si no fueras a volver - le reclamo el mayor - pero como quieras - metió las manos a los bolsillos buscando algo en ellos, después de unos segundos saco un cigarrillo y un encendedor, se coloco el cigarro entre los labios y lo prendió, dando una profunda calada y soltando el humo por la nariz - si no me llamas en la mañana te juro que no te la acabaras - le amenazo

 

-claro - soltó haciendo un ademan con la mano para restarle importancia

 

Todos los que se quedaron fuera observaron como el rubio caminaba con un poco de dificultada hasta llegar a la puerta principal.

 

-Lo mejor será irnos - hablo por primera vez Daisuke, con voz profunda y varonil - ya van a ser la once y tenemos que ir a dejar a Etsuya - miro al menor y luego a Ryo - sino puede encontrarse con algún loco, este lugar no es seguro - dijo como lo más obvio del mundo

 

-No hay ningún problema, yo puedo regresar solo a casa - espeto en un susurro - además Kyo vive cerca de mi casa podemos hacernos compañía - miro al de cabellos azules y luego a los demás - enserio chicos no es necesario que me lleven todos

 

-Ni hablar, dejemos que se valla con Kyo - hablo Heiji - no le pasara nada, digo todos saben que nosotros le romperemos la cara a cualquiera que intente aprovecharse de el así que vámonos, que nosotros no vivimos tan cerca y por nuestros rumbos si está más peligroso, y por si fuera poco Kyo va con él, no creo que sea tan inútil como para no poder protegerlo ¿o sí? - le reto con una sonrisa burlona

 

-Vete al diablo Heiji - le contesto - vámonos Etsuya, me estoy congelando - comenzó a caminar hacia la dirección contraria de donde habían llegado los demás, el de mechones rosas se separo del moreno y echo a correr en la misma dirección que el otro, despidiéndose con un simple movimiento de manos.

 

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Kenji hizo ademan de forzar la puerta de madera, que increíblemente no opuso resistencia alguna y cedió con facilidad, prendió la linterna y la cámara en cómodo nocturno, pero al ver que no podía con ambos objetos opto por guardar la linterna en uno de sus bolsillos, se adentro al fin con paso temeroso escuchando solo la madera crujir bajo su peso, el lugar conservaba un olor húmedo, cerró la puerta con el mayor sigilo del que fue capaz, enfoco la cámara hacia, lo que él suponía la sala, no era la gran cosa, pensó, unos cuantos muebles viejos y una alfombra roída, sin embargo tenia mas pinta de tienda de antigüedades que de casa abandonada, siguió caminando y luchando contra el temblor de sus manos que hacía que la cámara no pudiese enfocar nada bien, se paro cuando llego a un pasillo, había cuadros de personas, que seguramente habían vivido ahí en algún tiempo, intento normalizar su respiración y su pulso, pero todo intento se vino abajo cuando puedo escuchar una débil melodía, su corazón comenzó a bombear con más fuerza, sentía que estaba a punto de desmayarse, se contuvo de gritar y salir corriendo, sacando valor de donde no sabía que tenía reanudo su camino, el pasillo era largo y habían una que otra puerta a un lado, mientras más caminaba mas era perceptible la melodía, hasta que por fin llego al final del pasillo y pudo ver una habitación semi abierta, de donde provenía la música, tomo el pomo de la puerta con gran dificultad, ya que no dejaba de temblar, empujo con suavidad la puerta y se adentro del todo en la habitación, sintió que sus piernas le fallaban y que la respiración se le cortaba, frente a él se alzaba la imagen más surrealista que hubiera podido imaginar, un joven tocaba el piano en la oscuridad, se notaba que estaba muy concentrado porque no había volteado a verlo, no podía ver cómo era, las manos le fallaban, mejor dicho todo su cuerpo le fallaba, intento hablar pero la voz no le salió, volvió a intentarlo obteniendo lo único coherente que alguien hubiera podido hacer en aquella situación: gritar

 

-¡HAAAAA!... ¡UN FANTASMA! - se sintió estúpido al haber dicho eso, la música ceso y fue cuando se dio cuenta de su error, podía haber salido de aquel sitio sin que la otra persona se diera cuanta y punto, pero no, tenía que gritar como una niñita asustada, vio la silueta de la persona moverse hacia su dirección, quiso correr pero aun seguía en shock y como toda persona normal: se desmayo.

 

 

 

 

 

No sabía cuánto tiempo había estado inconsciente, rogaba porque todo hubiera sido una pesadilla y que aun se encontrara en la habitación de Kyo, comenzó a abrir los ojos con algo de miedo, cuando al fin los abrió tuvo que parpadear repetidas veces hasta que se acostumbro a la oscuridad del lugar, se sentía calientito y suponía que estaba en una cama por lo sensación de comodidad, observo a su alrededor sin poder distinguir nada realmente, las cortinas de la habitación estaban cerradas, impidiendo el paso de la luz, suponía que eran pesadas y gruesas ya que estas no dejaban que ni un solo rayo de luz las traspasase, se incorporo de manera lenta para evitar posibles mareos.

 

-¡Que bueno que has despertado! - sintió un escalofrió recorrerle toda la columna, hasta ese momento no se había percatado de la otra presencia y escucharle hablar desde la oscuridad solo había alterado mas sus resentidos nervios - ¿estas bien? - distinguió una silueta acercándose hacia él, sintió que nuevamente se desmayaría, comenzó a respirar agitadamente y todo volvió a darle vueltas

 

-¿Quién eres? - pregunto con voz temerosa, vio como la silueta no avanzaba mas, por el contrario retrocedía unos cuantos pasos, no pudo ocultar su sorpresa cuando una pequeña flama ilumino el recinto, quedando maravillado al ver que la habitación era sencillamente hermosa, las cortinas eran de un color rojo, la cama en la que se encontraba tenia dosel, las sabanas tenían bordados de paisajes, había dos pequeños muebles a cada lado de la cama, la habitación tenia alfombra y había unos dos cuadros colgando en las paredes, sin embargo lo que más le sorprendió fue ver a un joven de más o menos su edad sosteniendo una vela entre sus níveas manos, era más alto que el, de cuerpo atlético, siguió subiendo la mirada hasta toparse con el más hermoso y enigmático rostro, sus facciones eran delicadas, unos labios carnosos y rosados que llamaban la atención, los ojos de un color obsidiana, profundos y encantadores, un mechón de cabellos negro azulado caía con gracia de cada lado de su rostro constatando a la perfección con su pálida piel, Kenji trago duro al verlo ¿estaría alucinando?, pues si era una alucinación era la más hermosa que hubiera podido tener en toda su vida, reparo en la vestimenta del otro, nada sobresaliente a comparación con la belleza innata que parecía poseer, unos simples jeans oscuros y con ligeras marcas de cortes en las rodillas, una playera negra que se ceñía a su cuerpo, sin ningún logotipo o imagen, unos tenis y una muñequera en la mano derecha, parpadeo nuevamente con más insistencia y se vio tentado a pellizcarse para corroborar que no era una alucinación.

 

-¿Hola? - volvió a hablar el chico parado frente a él, inclusive tenía una voz endemoniadamente varonil y sensual, fuera adrede a no, el rubio se dio una bofetada mental al darse cuenta de todo lo que estaba pensando ¿Qué acaso no le gustaban las mujeres? ¿Por qué tenía que ver al otro como si fuera un adonis? Kyo tenía la culpa, tanto mimo ya comenzaba a afectarle la cabeza, o eso quería creer y sino el seguro golpe que se abría llevado le había matado sus últimas neuronas.

 

-H- hola - pudo pronunciar al fin intentando recobrar la compostura

 

-¿estas bien? - volvió a preguntar receloso de la respuesta

 

-Claro, ¿Por qué no abría de estarlo? - pregunto temiendo que la sombra en la habitación del piano le hubiera hecho algo y que el chico le hubiese salvado la vida, se sonrojo de sobremanera al pensar que el otro creyera que él era una niñita asustadiza

 

-Lo decía porque te desmayaste en cuanto me viste - se encogió de hombros restándole importancia - eso me recuerda, y sin que te ofendas, ¿Qué haces aquí? Es algo peligroso salir a la calle por las noches y  también lo es entrar aquí y ¿Quién eres? - el azabache camino hasta sentarse en la cama

-Yo me llano Kenji - su pasado sonrojo volvió al darse cuenta de que se había equivocado, pero es que no podía sentirse nervioso con el otro chico ahí además de que aun tenía un poco de miedo - digo, yo me llamo Kenji ¿y tú? - le extendió la mano a modo de saludo, el otro por su parte tomo la mano que se le ofrecía y la llevo hacia sus labios depositando un cálido beso en ella - Mucho gusto Kenji, yo soy Yue - el rubio sintió que sus mejillas ardían furiosamente y retiro su mano rápidamente apenado ante el gesto que Yue acababa de hacer  - b-b-bueno, estoy aquí porque unos chicos me retaron a hacerlo - hizo una mueca de disgusto al recordarlo - ellos p-piensan que aquí hay fantasmas o cosas por el estilo, no era mi intención molestarte - se cayó de golpe al pensar ¿Qué hacia el moreno ahí? - Por cierto- ¿Qué haces tú aquí? - Intento no sonar grosero ni metiche - digo si se puede saber - se apresuro a añadir para remediar cualquier posible malentendido

 

-Bueno, yo vivo aquí, debo de admitir que me sorprendí cuando te vi ahí parado - le sonrió ligeramente - y no creo que haya fantasmas ¿o te parezco uno? - pregunto con aire juguetón

 

-Claro que no, no creo que alguien como tu sea un fantasma - le grito totalmente azorado - digo no lo pareces

 

-Entonces debes de estar decepcionado ¿no? - la sonrisa juguetona no se borro de su rostro -

 

-Para nada - negó con la cabeza moviéndola hacia los lados - ¿enserio vives aquí? - el blondo no pudo evitar hacer esa pregunta, realmente no creía del todo eso ¿Qué no se suponía que era una mansión abandonada, tenebrosa y mortal?

 

-Claro que si, sé que es un poco raro pero no tengo de otra - Kenji pudo ver en sus ojos una gran tristeza al decir eso, desvió la mirada hacia sus manos y comenzó a jugar con sus dedos tímidamente, el moreno observo ese gesto enternecido, el rubio le parecía tierno y lindo

 

-¿estas nervioso? ¿O sigues pensando que en cualquier momento aparecerá un fantasma? - rio divertido por su propio comentario

 

-¡Ye te dije que no! - Hizo un puchero - por cierto ¿tu tocabas hace un rato? - deseo que Yue no se diera cuenta de que intentaba cambiar de tema

 

-Eres un tramposo - le espeto divertido - y creo que eso es obvio - se acerco un poco más al menor, alzo la mano y la poso en los rubios cabellos de este - eres muy lindo, ¿te gusto la canción? - inquirió curioso

 

-No le preste mucha atención, tenía un poco de miedo ¿podrías volver a tocarla? - pregunto curioso deseando que respondiera afirmativamente

 

-Por supuesto -  se levanto con cuidado y le tendió la mano una vez de pie - ven

 

Kenji la acepto gustoso, removió las sabanas que lo cubrían y para su suerte al bajar de la cama sus pies dieron inmediatamente con sus tenis, se los coloco sin siquiera agacharse, esa era una ventaja de que fueran de concha, camino aun agarrado del mayor y solo se detuvieron cuando este tomo la vela antes de salir del cuarto. El rubio se quedo sin palabras al notar que el pasillo por el que andaban no se parecía en absoluto a la entrada, si, era anticuado, pero no estaba en deplorables condiciones, permanecieron en silencio hasta llegar a las escaleras, las bajaron con cuidado, una vez abajo el moreno se dirigió hacia la salita donde estaba el piano, Kenji prefirió cerrar los ojos al pasar por el salón principal, aferrándose con más fuerza a la mano de Yue, quien sonrió al ver lo que el menor hacia.

-Tranquilo, que no come eh  y ya puedes abrir los ojos, ya pasamos la sala - le dio un suave apretón a la mano que sostenía y como resultado el de mirada azul abrió los ojos, entraron a la salita sin prisa alguna, al menos Yue no la tenía, le soltó la mano con un poco de renuencia, deposito la vela en un platito que estaba sobre el piano, que era de un bello color caoba - siéntate aquí - le señalo el banquillo que estaba frente al piano, él por su parte se dirigió hacia unas cortinas, las cuales movió, permitiendo pasar la mortecina luz de la luna, tomo algo que estaba sobre un baúl, redirigió sus pasos hacia el rubio y le tendió el pequeño objeto, a Kenji casi se le salieron los ojos al reconocer dicho aparatito: era la cámara de Kyo - se te callo cuando te desmayaste, la deje ahí - señalo el baúl - pero creo que ya no funciona - el menor analizo la camarita, queriéndose dar de topes contra el piano al haber olvidado algo como eso bufo molesto por su propia estupidez ¿Qué le diría a Kyo? Genial fue lo único que pudo pensar con sarcasmo - ¿quieres quedarte ahí? O ¿quieres sentarte en el baúl? Es muy cómodo y podrás ver el cielo

 

-Mejor me siento ahí - le respondió parándose en el acto y caminando hacia el lugar antes mencionado, cuando se sentó pudo corroborar que el mayor no mentía, sobre el baúl había una especie de cojín de terciopelo y desde ahí podía verse el cielo nocturno con gran claridad, se quedo embelesado viendo la luna con su extraño toque carmín y no salió de su ensoñación hasta que escucho la suave melodía que tocaba el otro, se volteo a verlo, dándose cuenta de que él mantenía los ojos fijos en su persona, le sonrió un poco cohibido, aun no podía creer que estuviera con alguien tan guapo y que la casa no pareciera lo que debería de ser pero sobre todo no podía asimilar que ya no tuviera miedo, se sentía relajado y seguro y al mismo tiempo confundido ¿Cómo podía sentirse así con el azabache, cuando apenas lo había conocido? La melodía continuo con un ritmo entre triste y anhelante, Kenji se dejo envolver por aquellas emociones, cerrando los ojos, una vez que la canción llego a su fin volvió a abrir los ojos

 

-¿Te ha gustado?

 

-¡Si, es muy bonita! - contesto con emoción mal contenida

 

-Me alegro - confeso el otro, desvió la mirada hacia la luz que pasaba por la ventana - no quiero parecer grosero, pero ya es muy tarde y como ya te había dicho antes, no es seguro andar por las calles de noche - Kenji sabia a que se refería aunque para su gusto le estaba dando demasiadas vueltas al asunto ¿Por qué no simplemente lo echaba y ya? - y tus padres deben de estar preocupados...

 

-Ya entendí - le corto - y no creo que mis papás estén preocupados, no saben que estoy aquí - se encogió de hombros y se levanto - bueno ya me voy se dirigió hacia la puerta peo antes de que siquiera estuviera cerca la mano de Yue lo detuvo

 

-No te enojes por favor - le suplico - no quise parecer grosero, no te estoy corriendo, solo me preocupo por ti - se miraron a los ojos durante unos segundos y el blondo no pudo evitar sentirse mal al ver la culpabilidad en los negros ojos, se mordió el labio inferior arrepentido

 

-No estoy enojado - le aclaro - tienes razón, ya es muy tarde pero no creo que me pase algo malo, se me cuidar muy bien - le guiño el ojo para quitarle hierro al asunto

 

-No lo dudo, mañana podría enseñarte el jardín trasero ¡te encantara! - Yue se llevo una mano a la boca al darse cuenta de lo que había dicho - disculpa, yo invitándote a venir y ni siquiera sé si tienes tiempo o si realmente quieres venir - le soltó y retrocedió un paso

 

-¡Estaré encantado de poder venir mañana!

 

-¡Genial! No sabes cuánto había esperado para poder hacer un amigo - le dijo totalmente ilusionado, el ojiazul no entendió aquello pero se sentía tan feliz de que el otro le dijera aquello

 

-Con que amigo ¿eh? - Yue le miro apenado

 

-Disculpa, creo que me he tomado muchas confianzas contigo pero es que estoy tan feliz - se excuso

 

-Descuida, solo bromeaba, yo también estoy feliz ¿Quién diría que aquí no hay fantasmas y que me ganaría un amigo?

 

-Si ¿Quién diría que yo también conocería a alguien? ¡Esta ha sido una noche especial! Como la luna, no siempre tiene un color tan peculiar y al mismo tiempo bello

 

-cierto - le concedió

 

El mayor tomo de la mano al menor, abrió la puerta la mano libre y comenzó a andar sin tomar la vela, no la necesitaba después de todo era su casa y la conocía a la perfección, Kenji quiso pedirle que la tomara pero ya no quería seguir viéndose como un llorón, se armo de todo el valor que pudo y siguió caminando a la par del moreno, atravesaron la casa con lentitud, pero para ambos no fue como si hubieran corrido, se detuvieron en la entrada, Yue abrió la puerta y Kenji traspaso el umbral.

 

-Esperare con ansias que la noche vuelva - se acerco y le beso una mejilla, aunque para ello tuvo que inclinarse bastante - cuídate por favor - le acaricio la otra mejilla con la yema de los dedos, al sentirla fría añadió - y abrígate mejor que podrías enfermarte - le dedico una pequeña sonrisa mientras retiraba la mano

 

-l-lo a-are - consiguió tartamudear, demasiado impresionado por la reacción del azabache, retrocedió unos pasos aun de frente - hasta mañana, quiero decir hasta la noche - agito la mano como robot, a modo de despedida, siendo correspondido de igual manera con la diferencia de no hacerlo tan mecánicamente, dio un paso mas así hasta que giro sobre sí mismo y echo a correr, casi golpeándose con la reja, volteo la cabeza solo una vez más antes de irse definitivamente, viendo como Yue le sonreía aun desde la entrada, le devolvió la sonrisa, no muy seguro de que el otro le viera, pero no le importo.

No paro de correr hasta que llego a su casa, sintiendo todo su cuerpo entumido a causa del frio, tardo media hora en el trayecto, para cuando llego su celular marcaba la una cincuenta de la mañana, no había manera de que pudiera pasar por la puerta sin que sus padres se enterasen de que apenas llegaba, opto por lo único viable en esa situación: trepar el árbol que estaba frente a su ventana a un cuando fuera peligroso, pero bah, si había sobrevivido a la mansión ¿Qué era un simple árbol contra eso? ¡Nada! Trepo con toda la agilidad que sus miembros entumidos y el árbol semi congelado le permitieron, resbalo dos veces frustrando sus intentos de llegar a su cómoda y calientita cama, al tercer intento lo logro con éxito no sin salvarse de varios rasguños y unas manos heridas, abrir la ventana fue otra odisea pero no tan costosa como subir, cuando la ventana cedió prácticamente se aventó dentro, se levanto un poco adolorido, se deshizo de toda la ropa húmeda por el sereno, se coloco la pijama naranja de zorrito que tanto le gustaba y se acostó entre las frías cobijas que no tardaron en retener su calor y de esa manera calentarlo.

Y por esa noche lo único en lo que pudo pensar fue en la abrumadora belleza de Yue.

 

 

 

*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*C O N T I N U A R A*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*

 

 


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