Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡¿Qué es eso que te camina en la cabeza?! por Mr Hyde

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

 

NOTA: GRAVITATION es mío!!! Si es mío… Murakami-sensei miente!!… que?! O.o Como que me demandaran?!!… ok ok es de ella TT_TT

 

 

¡¿Por qué su amante siempre tenia que ser TAN fogoso?! Jejejeje ha decir verdad eso le encantaba, pero hacerlo después de jugar con los niños en el parque le agotaba aun mas… si, su cuerpo estaba bastante cansado y ahora tenía que estar en “eso”… aunque… no se podía quejar, ha pesar de todo su Yuki era el Dios del sexo. 

 

- mmm Yukiiii… si… ahí, dale ahí de nuevo – le decía jadeante aquel de cabellos rosados, pidiéndole que le diera nuevamente en aquel punto dentro de su ano, aquel punto que al embestirlo lo volvía loco.

 

El rubio sonrió de lado en una mueca altiva y dio otra estocada justo en el lugar anterior, sabía cuanto placer le provocaba ser tocado allí a su niño, y así sobre él lo penetraba a gusto.

 

- ¡¡Yukiiiii!! – jadeo abrazándose a él sintiendo que ya se venía – ya… mmm… ya voy a… ¡¡YUKIIII!!... me corro – le anuncio desesperado, y es que así precisamente se sentía, desesperado a punto de explotar del placer.

 

El rubio sonrió de lado, ¿Por qué Shuichi siempre se tenía que ver tan condenadamente sexy?

 

- Hazlo y te mato – sentencio frío pero para sus adentros un poco divertido, esa expresión que siempre ponía en estas circunstancias era tan graciosa.

 

- pe… pero Yukiiiii – dijo con carita de suplica.

 

- … - Mirada marca Uesugi.

 

- jejejjeje  – no estaba dispuesto ha que cumpliera su amenaza, total no sería la primera vez que asesinara a alguien, sin embargo por más que trato de contenerse no lo logro, tan solo hicieron falta una cuantas y profundas penetraciones para que se corriera de lleno.

 

- Shuichi - le miro furioso pero la verdad es que ya estaba acostumbrado, aunque eso no le quitaba esa sensación frustrante en el sexo, a la que por cierto también ya estaba acostumbrado.

 

Siguió penetrando el cuerpo del menor como si nada, ya se le pararía de nuevo al condenado niñato, siempre lo hacía.

 

Y ahí venía otra vez como burro en celo, ¿que acaso no podía darle un pequeño descanso para reponer fuerza? ¡NO! el señor Eiri-Yuki-super-star-a-mi-no-me-despeina-ni-el-viento no era capaz de eso… tenía que estarlo montando aunque no la tuviera arriba, aunque ahora que lo pensaba ya estaba nuevamente en alto, como siempre, bendito periodo refractario casi inexistente en él.

 

Y la cama, como sonaba esa maldita cama ¿Cuándo iba ha aprender que no es a prueba de toros?... en fin Yuki, SU Yuki no tenía remedio… y así le gustaba…hasta que había conseguido volverlo un pervertido como él.

 

El pequeño cuerpo bajo el suyo se retorcía en espasmos involuntarios, pronto llegaría al orgasmo y él también.

 

- Yukiiii… mmmm… voy a…. ya… voy… - y de un solo y sonoro gemido se corrió de lleno entre ambos vientres.

 

Bastaron solo unas cuantas estocadas más para que el rubio se viniera de lleno en su interior… luego de unos segundos que utilizaron para regularizar sus respiraciones, el rubio sacó su miembro ya flácido de la cavidad y se recostó a su lado.

 

- ¡¡Yuki eres bruto!! – le alegó el pequeño sentándose de golpe en la cama, aun no se le pasaba el fastidio de haberlo prácticamente obligado ha tener sexo, él que estaba tan cansado luego de jugar con Sakuma y los niños… como siempre el escritor había demostrado su desconocimiento de la palabra NO cuando ésta no salía de sus propios labios.

 

- ¡¿A quién llamas bruto Baka?! – le refutó con la típica vena prensándole la sien, sin moverse de su posición.

 

- ¡¡A ti, BRUTO!! ¡¡Por tu culpa ahora me duele todo mi cuerpo del cansancio!! – le soltó colérico mientras colaba inconcientemente una mano hacia su nuca… ¡¡esa maldita picazón otra vez!!

 

- ¡¿A mí?! ¡¡IDIOTA!! ¡¡Todo es tu culpa!! ¡¡Desde que te vas con ese loco y los mocosos llegas cansado!! Un hombre tiene necesidades ¿sabes? – le soltó lo ultimo lleno de sarcasmo, la verdad es que estaba un poco celoso, que digo un poco MUY celoso… ese maldito del conejo por fin se las había ingeniado para distanciarlos, ok, ok, no tenían problemas, pero le costaba más trabajo llevarse a la cama al criajo del demonio.

 

- ¡¡No es mi culpa que seas tan cachondo!! – le contraatacó inflando sus mejillas en un gesto infantil.

 

- Es normal, soy hombre, lo que dudo que tú sepas – le dijo mordaz y sin contemplación.

 

*¿Hombre? Si claro, yo diría maniaco… un momento*

 

*tres… dos… uno…*

 

- ¡¡CABROOOOON!! ¡¡ESTAS DICIENDO QUE NO SOY UN HOMBRE!! – allí iba de nuevo la mano a rascar la cabeza - ¡¡IDIOTA OJALA Y SE TE CAIGA POR MALOOOO!! – le acusaba furioso con su dedito inquisidor.

 

- ¡¡Un momento Baka atrevido!! ¡¿Con quién crees que estas hablando idiota?! – ya había colmado su poca paciencia, su escasa paciencia… se incorporó con mirada amenazante dispuesto ha echarlo a patadas.

 

- Yu… Yukiii… no me mires así – le dijo con temblor... y esa picazón que no lo dejaba en paz, de seguro era su shampoo, pero era tan raro, nunca la había dado problemas, ¡¡Rayos!! De seguro que por culpa del rubio se quedaba calvo, claro como dicen que el stress hace caer el cabello, de seguro que entre yuki y K lo habían conseguido por fin.

 

- ¡te miro como quiero! ¡Fuera de aquí! – ordenó moviendo el brazo, indicándole la salida, pero… ¡¡Shuichi no lo miro!! Baka condenado – …¡¡Dije fuera!! – reiteró, sin duda que el pequeño le estaba perdiendo por completo el respeto.

 

- si ya te oí – le respondió rascándose con empeño, jurándose mentalmente que si su shampoo le estaba dañando demandaría a la empresa *¡¡Los demandare!! Por daños y perjuicios… ¿y qué es perjuicio?... mmm… no se… no importa los demandare igual*

 

El cantante seguía inmerso un su labor de rascarse, esta picazón ya la tenia desde hacia días pero ahora era mas insoportable que nunca.

 

- ¡Shuichi! ¡Que salgas te digo! – reiteró nuevamente, ¡mierda! Que no le prestara atención era aun más ofuscador que su desobediencia, sus insultos o su carácter rebelde.

 

- espera – dijo como si nada pues toda su atención estaba centrada en su “alergia”.

 

- ¿Qué te pasa? – preguntó serio como que no quiere la cosa, ya le había entrado curiosidad ¿Por qué Shuichi se rascaba tan insistentemente?... un leve pensamiento se le cruzo por la mente *¡No puede ser!*

 

- es que me pica – le dijo con ojitos grandes y llorosos para cambiar al instante a una mueca de rabia – creo que el shampoo me dio alergia.

 

Yuki dio un pequeño suspiro aliviado para sus adentros, claro alergia, de seguro tenía la piel irritada.

 

- déjame mirar baka – le dijo haciendo un gesto con su mano para que le permitiera revisarle.

 

Shuichi se dejó hacer, le picaba tanto, era desesperante… el rubio se abrió paso entre los cabellos rosas con sus manos, lo primero que vio fue la piel del casco enronchada y enrojecida... * ufff alergia* … pero el pensamiento solo le duro una fracción de segundo al fijar más su atención y encontrar no una ni dos sino sentares de ¿liendres?… rápidamente se abrió paso entre el cabello, encontrando lo temido PIOJOS… decenas de piojos caminando por la cabeza pelirosa como habitantes de una pequeña ciudad, los ciudadanos de “Shindopolis”.

 

Automáticamente, como presa de una acción refleja, se alejó varios metros, con cara de algo similar al espanto.

 

- ¿qué pasa? – preguntó al instante por aquella reacción - ¿Yuki, porqué estás blanco?

 

- Shuichi – lo llamó recobrando su postura.

 

- ¿si? – contestó inocente cuando una idea se le vino claramente - ¡No!… ya se, ya se… ¡¡ME VOY A QUEDAR CALVO!! – grito desesperado con lagrimones brotándole.

 

- ¡¡NO BAKA!!…bueno si

 

- ¿ehh? ¿Cómo no pero si?– esto ya se estaba poniendo raro y seguía con la mano pegada a la nuca.

 

- bueno veras… - titubeo un segundo ¿Cómo se lo decía? De seguro que armaría un jaleo monumental porque es normal tener piojos cuando eres niño ¿pero ya de adulto?... NIÑOS… ahí estaba el “porque” del problema ¡¡Maldito niñato!! Ya sabía donde se había pegado tantos bichos… aunque ahora que lo pensaba con lo baka, mocoso e infantil que es de seguro que ya estaba acostumbrado a tenerlos ¿no? - …estas lleno de piojos – le soltó sin mas.

 

- yo sabía que… - se quedó mudo y blanco… ¡¡¿PI… PIOJOS?!! ¡¡PIOJOS!!... ¡¡unos bichos le estaban comiendo su cerebro!! - ¡¡BUAAAAAAAAAAAAAAA!! ¡¡¡YUKIIIII!!! ¡¡SACAMELOS!! ¡¡SACAMELOS!! ¡¡ME VAN A COMER TODO MI CEREBRO!! ¡¡BUAAAAAAAAA!!

 

- ¡¡Idiota!! ¡¿De donde sacaste eso?!  

 

- mi mama me lo decía cuando estaba chico – le aclaró con lagrimas.

 

- bueno te mintió – rodó los ojos.

 

- ¡¡MI MAMA NO MIENTE!! – le alegó con lagrimas y cara de enojo.

 

- claro que si baka, y tú eres tan estúpido que le crees… de todas formas hay que sacártelos y más te vale no habérmelos pegado.

 

- Hai – asintió apenado y con algo de miedo.

 

- ahora vístete – le ordenó buscando ropa para ponerse también.

 

Una vez vestidos y Yuki con su típico cintillo (diadema) para asegurar su cabello de alguna “infección”.

 

- ¿Qué buscas? – pregunto el pelirosado interesado, viendo como el rubio hurgaba en las gavetas del baño.

 

- esto – dijo encontrando el objeto por fin y mostrándolo a su presa… coff coff precioso cantante.

 

El niño al verlo dio automáticamente tres pasos hacia atrás mirándolo aterrado.

 

- Yu… Yukiii… esooo… ¿Qué pien… piensas hacer con eso? – balbuceo nervioso mientras varias gotas de sudor frío corrían por su rostro.

 

- ¿no es obvio? Acabar con el problema – le dijo maldito divirtiéndose de martirizarlo un rato.

 

- Yu… Yukiiii… no estarás pensando – no quiso terminar la frase y en su lugar tragó saliva grueso, seguía dando pasos en reversa hasta toparse con una pared.

 

- No creo que seas tan idiota como para que quieras seguir llenadote de piojos y de paso pegármelos a mí ¿no? – le dijo amenazante alzando más el objeto – además el pelo crece.

 

Shuichi volvió a tragar saliva nerviosos apegándose a la pared todo lo que podía, tenía miedo, Yuki quería pelarlo con esa maquina ¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOO!!... se mordió el labio intentando reprimirse.

 

- ¡¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!! – Chillaba a todo pulmón mientras las lagrimas caían como cascadas - ¡¡BUAAAAAAAAAAA!! ¡¡¿COMO PUEDES SER TAN MALOOOOO!! ¡¡ALEJATE!! ¡¡ALGUIEN AYUDEME!! – y sin mas aprovechándose del segundo de sorpresa en su pareja salió disparado del lugar rumbo al salón.

 

- ¡¡Ven acá baka piojento!! – guitoneaba amenazante el escritor partiendo tras él.

 

- ¡¡NI LOCO BUAAAAAAA!! ¡¡ME QUIERES QUITAR MI CABELLO!! ¡¡NO!! ¡¡NO!! – se alejaba saltando por sobre el sofá, intentando utilizarlo de barricada.

 

- ¡¡Idiota no seas infantil!! ¡Te crecerá de nuevo! ¡Y a ver si aprendes a cuidarte de una buena vez! – alegaba intentando alcanzarlo.

 

- ¡¡Si claro como no es tu pelo!! ¡¡Además no es mi culpa que me los pegaran!! – argumentó rodeando el sillón para alejarse del rubio.

 

- ¡¡Claro que es tu culpa!! ¡Ya estas bastante grande para andar jugando con mocosos! – le soltó con enojo.

 

- ¡¡NO IMPORTA!! ¡¡YA TE DIJE QUE NO QUIERO QUE ME CORTES MI PELO!! – dijo con firmeza.

 

- no… claro que si baka endemoniado – y procedió a prender la maquinita a pilas como queriendo afirmar su autoridad.

 

Los ojos del pelirosa se abrieron de asombro y miedo, Yuki iba en serio, aprovechándose del descuido y presa del pánico de un movimiento rápido escapo hacia la habitación, sin que el escritor alcanzara a impedirlo, puso el seguro rápidamente.

 

- ¡¡Abre ahora!! ¡¡Maldición!! – vociferaba desde fuera, esto ya lo estaba más que sacando de sus casillas ¿Qué se creía el mocoso estúpido?

 

- ¡¡NO!! ¡¡NO!! – gritaba con lagrimitas asustadas aun saliendo de sus ojos.

 

- ¡¡ABRE AHORA O ECHO LA PUERTA ABAJO!! ¡¡Y LUEGO TE IRA PEOR!! – amenazó.

 

- ¡¡NO!! ¡¡NO TIENES DERECHO!! - El niño corrió hasta lo más alejado que pudo de la puerta.

 

- ¡¡Si no te lo cortas te comerán el cerebro!! – intentó “razonar” por ultima vez.

 

- ¡¡Mentiroso!! ¡¡Dijiste que eso era una mentira!! – dijo con sollozó.

 

- ¡¡Dijiste que tu mamá no mentía!! – golpe bajo.

 

- eso es cierto – dijo más para si que para el rubio - ¡¡NO IMPORTA NO QUIERO!!

 

No había acabado de salir las palabras de su boca cuando la puerta se abrió haciendo un gran estruendo, Yuki había dicho lo último para distraerle y el muy tonto había caído redondito, se maldijo mentalmente por ello.

 

El ruido vibrante de la maquina se hacia imperante, el pelirosa corrió alejándose lo que más pudo hasta toparse con una molesta pared que obstruía su paso, el escritor por fin lo había acorralado, no tenía escapatoria.

 

El rubio lo miro maldito.

 

- ¡¡Yuki aleja eso de mí párese peligroso!! ¡¡BUAAAAAAA!! ¡¡YUKIIII!! – lloraba desesperado, esa maquina le producía terror, aunque no tanto como su amante – Yukiii por favor no – le miró con miedo, sus ojitos llenos de lagrimas, por un segundo el rubio dudo, pero esto era lo mejor para ambos, a él le dolía tanto como a Shuichi deshacerse de esa hermoso cabello rosa.

 

Alzó la maquina, como cual asesino empuñando un arma blanca, a punto de insertar el primer golpe.

 

- ¡¡Mierda!! ¡¡Maldición!! – soltó por lo bajo, no podía, no así, con un Shuichi mirándolo con miedo, con terror. – dejarás sacártelos todos,  me oíste – lo miró amenazante, el pequeño asintió aun cohibido, tras un segundo en que su mentecita procesó la información una enorme sonrisa afloró en sus labios, Yuki se había apiadado de él ¡¡SUGOIIII!!

 

- ¡¡Yuki te amoo!! – grito alegre tirándose a sus brazos para abrazarlo, pero en lugar de una calida bienvenida recibió un golpe que lo mandó lejos.

 

- aleja tus bichos de mí – replicó serio.

 

- ¡¡Yuki eres malo!! – alegó con enojo apuntándolo con su dedito acusador - ¡¡Bastardo!!

 

- ¡¿Que dijiste?! – mirada furiosa marca Uesugi.

 

- na… nada – sonrió nervioso.

 

- ahora largo que quiero dormir – anunció como si nada.

 

- ¡¿Queeee?! –

 

- obviamente mientras tengas a tus “amigos” dormirás en el sofá – sentencio sin una gota de remordimiento.

 

- pe… pero… -

 

- nada de peros – y antes que pudiera alegar más lo tomó de un brazo, arrastrándolo literalmente hasta la salida y cerrando la puerta en su cara.

 

¿Hasta que hora duraron los insultos desde el otro lado del umbral? No estaba seguro, pero por suerte Shuichi se había cansado e ido a dormir… ¡¡Mierda!! Realmente tenía toda una metrópolis en su cabeza, de solo pensarlo le daba picazón. Suspiró pesado, no le sorprendería para nada que también tuviese unos cuantos inquilinos entre sus cabellos rubios, de repente rió un poco, quién pesaría que el famoso Yuki Eiri montaría una guerra contra piojos, ese Shuichi le salía con cada cosa ¿Desde cuándo que no había visto uno de esos? Hizo memoria, si, era desde que Tatsuha tenía unos seis añitos.

 

Debía desaparecer la plaga antes de que fuese peor, estaba más que decidido, por el bien de Shuichi, el propio y el de la comunidad.

 

A la mañana siguiente cierto pelirosado estaba despertando, abrió sus ojos pesadamente, le dolía un poco el cuerpo, dormir en el sofá no era para nada agradable, pero después de todo se lo merecía, no tenía el derecho ha infectar a los demás y menos a Yuki ¿Qué pasaría si los piojos le comían el cerebro? ¿De donde sacaría las ideas para escribir novelas?

 

Se levantó y estiró su cuerpo… miró hacia el gran ventanal… que hermosa mañana, el día se veía soleado, despejado, como normalmente lo miraba en las horas que estaba en NG… un momento ¿NG?... se había quedado dormido, de seguro y K lo mataba, con suerte y solo le dejaría un brazo de por vida, cayó en pánico.

 

A velocidad luz se bañó, vistió y arregló, repitiendo improperios al aire como si las paredes fueran las culpables de su retrazo, ¡Maldición! Si solo no se hubiera dormido tan tarde y en el bastardo sofá ¡Si! Yuki era el culpable ¡No! los piojos eran los culpables, y todavía le picaba.

 

De pronto paró en seco toda su carrera… LOS PIOJOS… si alguien lo descubría, de solo pensarlo se le teñían las mejillas de rojo, o si contagiaba a alguien, o peor aun si esta vez K era quien quería raparlo, esta vez no sería como con Yuki que logro conmoverlo a último minuto… si hasta podía imaginárselo.

 

- ¡¡NOOOOOOOOOOOO!! – gritó agarrándose la cabeza con ambas manos de forma desesperante.

 

- ¿Tan temprano y ya estás gritando? – reprochó el rubio que venia entrando al departamento… ¿entrando?

 

- ¿Yuki, donde estabas? – preguntó por inercia, con el apuro ni siquiera supo si estaba o no.

 

- Consiguiendo el remedio para tu cabeza… me debes una Shindou Shuichi – lo miró maldito mientras acomodaba sus compras y tomaba asiento en el sofá.

 

- jejejjejeje – rió nervioso – ¿y qué traes? – preguntó tratando de cambiar el tema.

 

- Shampoo especial, crema, peines y una capa – explicaba mientras el chico hurgueteaba y el prendía un cigarrillo.

 

- es cierto – le miró con asombro – ¿y lo compraste tú? ¿No te dio vergüenza?

                                                                                          

- baka… claro que no lo compré yo, si alguien me reconociera sería un gran bochorno público ¿sabes? en menos de veinticuatro horas ya estaría todo Japón enterado que la “pareja de oro” est llena de parásitos – explicó.

 

- ¿y entonces? – interrogó ingenuo con una expresión tierna. Wooo como le gustaban al rubio esos tipos de gestos en su niño.

 

- Kanna lo compró por mí, tuve que explicarle que estas que te pudres en piojos – lo miró con burla, el chico se sonrojo a más no poder.

 

- bue… bueno tengo que irme – dijo tratando de zafarse de la situación tan vergonzosa.

 

- ¿para qué? Si tienes el día libre – le soltó con superioridad.

 

- ¿queee? – dijo por inercia.

 

- Hablé con Tohma, todo esta bien – Shuichi lo miró de manera suplicante y antes que pudiera decir algo se apresuro ha aclarar – no le dije nada sobre tus “amigos”… se que te molestaría de por vida - Al chico se le iluminaron los ojitos, como podía ser de lindo SU Yuki - …y no te soportaría lloriqueándome todos los días por que te fastidia – el rostro de Shu se puso sombrío y el rubio rió para sus adentros, el niño era como un libro abierto.

 

Tras tomar desayuno, procedieron  a la extracción de la población de “Shindopolis”…

 

- ¿Yuki… estas seguro que puedes sacarlos? – cuestionó el chico, no podía imaginarse al escritor en eso.

 

- ¿y acaso me queda de otra? – preguntó retórico cargado de sarcasmo – si te dejo solo serias capaz de no se que cosa, quizás te bebas el shampoo.

 

- ¡Idiota! – exclamo haciendo morritos.

 

- ¿Quién es el que tiene una mini ciudad en la cabeza? Yo diría que ese es el idiota – golpe bajo y antes que Shu le pudiera contraatacar – ven acá antes que me arrepienta.

 

Echando maldiciones por lo bajo Shuichi prestó su cabeza al rubio, le mojó el cabello, ambos se sintieron extraño, nunca Yuki le había lavado el cabello, sus dedos pasando por entre las hebras, algo dentro de si se conmovía con esto. Por su parte el rubio delineaba ávidamente el pelo, era tan suave, tan lindo, esa sensación le gusto y mucho.

 

- cierra los ojos – advirtió y luego untó la loción, la esparció haciéndole masaje, tomó un paño blanco como decía en las indicaciones y cubrió el cabello para dejarlo hacer efecto.

 

- Yuki… te amo – le dijo de forma sincera y calmada, a pesar de todo esto había sido tan agradable, aunque el trasfondo del asunto fuese todo lo contrario.

 

El escritor ante las palabras que había escuchado tantas veces en su vida esta vez se sonrojaba ligeramente, no sabía porque pero su cuerpo había respondido solo, dándose cuenta evadió al pequeño.

 

- vamos adentro – y partió rumbo al salón, se sentía al descubierto y no le gustaba evidenciar tanto sus emociones.

 

- hai – asintió contento.

 

Pasó el tiempo de espera entre una conversación trivial, o mejor dicho un monologo de Shuichi de poca significación.

 

Yuki pasó en el baño un peine fino especialmente hecho para eso, arrastrando en cada pasada habitante tras habitante hasta que ya no salió ninguno más.

 

- listo – dio por finalizado el rubio – tenemos que repetirlo en unos cuantos días más hasta que salgan absolutamente todos – el pelirosa asintió, ahora que lo pensaba mientras lo limpiaba no dijo muchas palabras - ¿Qué te pasa? – pregunto casi por inercia.

 

- estoy muy feliz – le miró con los ojos brillosos a punto de llorar.

 

- ¿ehhh? –

 

- si… tú me amas mucho, Yuki – el rubio se sonrojó un poco al instante y antes que pudiera negárselo o algo por estilo el niño continuo – ¿sabes? nunca me imagine que pudieras hacer algo como esto por mí ni por nadie… solo por alguien que amas de verdad tendrías esta paciencia.

 

- yo…

 

- no sacas nada con negármelo, yo también te amo muchísimo –  y le da un beso en los labios, beso al que en un comienzo el rubio fue reticente pero luego correspondió gustoso.

 

- ahora enjuágate eso antes que se te irrite la piel – dijo frío intentando disimular la emoción.

 

- si – asintió contento.

 

Y salió como si nada cerrando la puerta tras él.

 

- no me lo negó… ¡¡Me quiere!! ¡¡Me quiere!! - dijo para si lleno de gozo una vez solo en el baño.

 

Por su parte el rubio afuera tenía una sonrisa honesta en sus labios, para luego esbozar una llena de ironía, ironía dirigida a si mismo, por más que se esforzara en ocultar sus sentimientos sus acciones lo delataban, y como no lo iban a delatar si estaba tremendamente enamorado de ese piojento revoltoso.

 

Luego él también se había tenido que hacer el tratamiento, por suerte solo había tenido un par de bichos, probablemente se los había pegado la misma noche anterior.

 

Días más tarde…

 

- ¡¡YUKIIIII YUKIIIII!! – entró enérgico al estudio, tras llegar de NG, la sola mirada de enojo del escritor por interrumpirlo en su trabajo fue suficiente respuesta - ¡¡adivina qué!! ¡¡Sakuma-san se compró un perrito!! ¡¡Iré mañana a verlo!! ¡¡Hubieras visto las fotografías es tan lindooooo!!

 

El rubio se puso de pie sin decir nada

 

- ¿Yuki? – lo llamó extrañado.

 

Sin pronunciar nada tomó su abrigo y salio.

 

- ¡¡NOOOOO!! ¡¡SE ENOJOOOO!!!

 

Más tarde la puerta se abría y Shuichi corría al recibidor rogando a Kami-sama que ya no estuviera enfadado.

 

- ¡¡GOMENNNN!! ¡¡Te interrumpí pero no pensé que te enojarías tanto!! – comenzó ha disculparse con lagrimitas en los ojos – pero yo no quería enojarte yo… ¿y esto? – el rubio de pronto le había entregado un paquete.

 

- quiero que te lo pongas mañana – habló serio por fin.

 

- ¿un regalo? – Ojos aguados de emoción - ¡¡ARIGATOOOO!! – se le tira a los brazos para llenar su cara de besos como muestra de su agradecimiento, cuando dejó su demostración de afecto se apresuró a abrir su regalo, estaba tan emocionado – Yukiii gracias es un hermoso… ¿collar para perro?

 

- collar anti-pulgas – corrigió.

 

- pe… pero… - titubeó ¿Cómo se pondría eso?

 

- ¡Te lo pondrás! – le dijo amenazante como leyéndole los pensamientos - ¡Porque como me llegues aquí con una sola pulga! – mirada ultra-mega-amenazante.

 

- si… si claro que me lo pondré jejejje – rió nervioso.

 

 

 

..:: FIN ::..

 

 

Notas finales:

 

¡¡Hola a todos!! Aquí dejo este one-shot que escribí hace mucho y también baje de la página cuando bajé todo mi material, a aquellos que no lo hubieran leído espero que les haya gustado.

 

Aprovecho obviamente de INVITARLOS A LEER MI FIC “HORMONAS AL ATAQUE”

 

¡Saludos!

 

 

   


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).