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The Inbetweener por bibbiee

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Notas del capitulo:

Algo que surgió 

The Inbetweener

 

Disclaimer: los personajes, la trama y demás es creación mía, salida de mucho tiempo libre mientras debía estudiar historia.

 

Advertencias: este es un fic con humor negro, sarcástico, narrado en primera persona cuyo personaje es algo neurótico, hay contenido homosexual (chico-chico) así que si no te convence ni te gusta no lo leas. El rating cambiará mientras se vaya desarrollando la historia pero bah, la madurez no esta dictada estrictamente por la edad.

 


Le di unas vueltas al café humeante en mis manos, estaba afuera de esa nueva cafetería en el centro de la ciudad con terraza al aire libre donde bien podías disfrutar de bocadillos, café mientras aspirabas todo el smog de los carros y construcciones cercanas y veías a la gente caminar de allí para allá enfrascados en sí mismo. Saque los binoculares de la guantera para observar con más ahínco la mesa número 5 donde acababa de llegar un lindo chico de bucles rubios, de unos 17 años... sí la policía algún día daba conmigo me acusarían de perpetrar la inocencia de un niño.

 

Al demonio, saque el micrófono junto con su auricular y me los coloque.

 

- Hola - la voz del muchachito en cuestión era algo aguda, bastante irritante, pero el otro idiota, parecía completamente embelesado, seguro pensando en lo bien que deben escucharse los gemidos de esa boquita roja. Rodee los ojos, predecible. 

 

Invítalo a sentar - susurre molesto, el otro pareció reaccionar y en un movimiento torpe se disculpo y con un gesto le invito a sentar... Este día sería mortalmente largo y empalagoso.

 


¡Alex! - la voz chillona me saco de la paz en la cual me había sumergido, la cita de esa mañana había salido por más no decir excelente, debo admitir que me removía la conciencia saber que empareje a un crío de 17 con uno de 25 pero el amor no tiene edad y enfrentemoslo... un crío de 17 no es lo mismo que una nenita de la misma edad... Nunca se puede comparar relaciones heterosexuales con una homosexual porque es completamente distinto. 

 

¿Me estás escuchando? - sacudí la cabeza y con una suspiro asentí.

 

Lastimosamente no soy sordo ni inmune a tus gritos - arquee una ceja mientras se sentaba a mi lado.

 

Escuche que hoy arreglaste una cita, ¿cómo fue? ¿Eran lindos o buscaban entrar en acción? - Laura siempre indecente, jamás había conocido a alguien que le moviera tanto morbo el porno gay o cualquier cosa gay que involucrará a dos tíos (que se vieran bien).

 

Aburrida, como siempre. ¿Hay algún otro cliente? - por lo general, no era yo al que contactaban simplemente porque si por mi fuera no ayudaría a nadie. Laura había tenido la genial idea de que una buena manera de ganar dinero para pagarme la universidad sería arreglar citas entre chicos que no tuvieran las pelotas necesarias para hacerlo por sus propios medios y heme aquí un año después. 

 

Laura hizo un par de muecas mientras se revolvía incómoda.

 

Pues sí... pero verás, éste es algo distinto- fruncí el ceño - él... digamos que él quiere ayuda para algo más, elaborado. - la frene en ese momento.

 

¿Sexo? Joder pero si para eso esta la Internet y las mil y un versiones de kamasutra... mientras hasta con la fruta puede aprenderlo. - las mejillas encendidas de Laura y la manera que movía sus manos negativamente a juego con su cabezota me relajaron, pero igual seguía perspicaz. 

 

¡No, no, nada de eso! El quiere que le ayudes a conquistar a un chico, o sea, lo conoce pero son amigos y no sabe como deshacerse de esa 'etiqueta' - alce ambas cejas y me acerqué hasta su rostro.

 

Yo soy un intermediario - susurre contra sus labios mirando fijamente sus ojos castaños. - ¿Porqué debería ayudarlo en algo así? Es más - me alejé un poco - ¿Por qué tan siquiera te molestaste en escucharle y venir a decírmelo? 

 

Laura era una muchacha de estatura promedio, cabello rojizo con dos enormes ojos color castaño, carnosos labios y tupidas pestañas, grandes pechos, caderas amplias y estrecha cintura, podía fácilmente pasar por una muñeca y ese aspecto inocente que tenía podía engañar a muchos pero no a Alex que la conocía desde hace años y si había algo que le molestaba era cuando Alex la trataba así.

 

Con el gesto ofusco, infló sus mejillas. 

 

Era una historia muy romántica... - se defendió. - Aparte dijiste que estabas aburrido que ya lo habías visto todo, pensé que te gustaría un cambio. Pero veo que no, perdón por hacerte perder el tiempo señorito yo me creo lo mejor en lo que hago. - sonreí con autosuficiencia.

 

Pero si lo soy - comenté con una sonrisa espléndida. Laura se ofendió más, bien ya era hora de calmar a la fiera que empezaba a salir. - Vamos - dije reteniéndola por el brazo. - Lo haré, no hay necesidad de molestarse ¿sí? - carita de cordero degollado y ya la mujer me esta asfixiando con sus enormes pechos.

 

Vale, vale. Mucho amor - dije arreglándome el cabello - Un poco más y me matas...

 

Que va un poco más y te vuelvo hetero - me guiño un ojo y se fue, descarada. Creo que estoy más chueco que la rama de un árbol viejo. Negué con la cabeza. 

 

Te arreglé una cita con él mañana - añadió despidiéndose con la mano. 

 

Suspiré. 


El lugar donde siempre conocía a mis clientes era una vieja cafetería lejos de las vías principales, privada, acogedora y con ese olor a comida buena. Con una barra y mesas pegadas al vidrio, paredes pintadas de algún color pastel. Di un sorbo al jugo, de hecho estaba desayunando.

 

La puerta se abrió con el clásico repicar de la campanilla ubicada en el marco. No presté atención y seguí concentrado en terminar mi desayuno.

 

¿Alex? - preguntó una voz no muy grave y suave, me limpie con la servilleta antes de levantar la vista, creo que quedé congelado por una fracción de segundo. Alto, de porte atlético, de al menos unos 23 años, piel exquisitamente bronceada, cabello negro y unos impresionantes ojos casi dorados... ese hombre frente a mí... era una delicia. Tragué duro casi por inercia y casi me escupo a mi mismo. 

 

Asentí lentamente, recuperando el aliento. - Sí, sientate por favor. - justo al frente mío, a ojos de los demás bien podíamos vernos como dos hombres a punto de cerrar un trato ilegal de contrabando de armas, mujeres, niños, droga, cachorros, o lo que sea que contrabandeen hoy en día.

 

Eres Evan, ¿no? - el asintió y la camarera se acerco a tomar su pedido, una taza de café junto a un 'gracias' y podíamos volver a lo nuestro. - Mi compañera me comento que buscabas algo más que una cita... pero no especifico qué...- expliqué mirándolo fijamente, podría haberme dado una sorpresa al principio, pero ostia... yo era un profesional joder. 

 

Quiero que me ayudes a conquistar a un chico - alcé una ceja. - Que me vea más que una cita... más que un novio... quiero que sea mi compañero... - admitió mirando fijamente sus manos. El café llego y me miro con esos ojos color ámbar líquido... 

 

Eh... ¿lo conoces? - asintió.

 

Es mi hermanastro. - casi me ahogo en mi propia saliva. 

Notas finales:

Pues ahí, eso. Un comentario no mata... x'D


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