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Eras para mí por Etsuko Sohma

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Notas del fanfic:

¡Hola!

Creían que no lo volvería a hacer. Hey Big Bang... Definitivamente increíble.

Nah que regreso con otro G Ri es shonen ai y con algo de G TOP, rompimiento de la pareja algo así, que esta implícitamente xD

 

Notas del capitulo:

Sólo que está dedicado a todos lo que me dejaron review en el de Strong Baby.

 

~ Eras para mí

 

...Neon nareul weonhae neon naege bbajyeo neon naege michyeo. He eonal su eobseo I got you- Under my skin. Neon nareul weonhae neon naege bbajyeo neon naege michyeo. Neon na-ye no ye I got you- Under my skin...


Sin duda aquella canción iba con él. Con su persona, con los sentimientos que sabía sin dudar lograba en sus fans. Y su situación podía describirse con ella. Porque sus fans:

 

Lo querían.

Estaban enamoradas de él.

Estaban locas por él.

Y él con un tronar de dedos podía tenerlas a su disposición si así lo quisiera.

Porque después de todo lo deseaban.  Pues él,  las tenía bajo su maravilloso encanto.

 

Mirotic para él era una gran canción. Y felicitaba enormemente a Dong Bang Shin Ki por tan buen tema, tan buena canción y tan buena interpretación. Nadie mejor que ellos para hacerlo. Ya que ni la versión en inglés lograba aquella adrenalina correr por sus venas y no que aquella mujer lo hiciera mal. Pero simplemente DBSK era mejor; y estaba orgulloso de sus colegas, pues aun sin pertenecer a la mismas compañía, estaban en el mismo medio y tenían un buen lazo de amistad. Además de cierto respeto y claro, sin olvidar, que él admiraba a Kim JunSu.

 

Pero había que aclarar que si podía haber alguien que la interpretaría mejor incluso que TVXQ, ese era él. Por supuesto era Seung Ri quien pensaba aquello incluso hasta lo llegaba a asegurar. Pero como dice aquel refrán: "Del dicho al hecho hay mucho trecho". Y él no lo había demostrado, por lo menos no lo había intentado aun. Y así, como saberlo. Pero bueno, Seung Ri es Seung Ri y hay que dejarlo ser Seung Ri porque si no, simplemente no sería Seung Ri y todos amamos a Seung Ri y de no ser así, simplemente no habría quien nos divirtiera, pero es claro que lo amamos por esa misma razón, bueno una de las tantas.

 

Mientras seguía su rumbo hacia el departamento que compartía con los demás integrantes de Big Bang. No dejo de cantar el coro de aquella magnifica canción, desde que la escucho por primera vez hacia dos años, supo que no le aburriría. Y eso le hacía recordar a su canción de Strong Baby, tan genial como aquella, tan a su nivel.

 

Estaciono su automóvil al saberse ya en su destino - el edificio donde vivía - y bajo.

 

Acomodó su saco y entro camino hacia su departamento. Subió por el ascensor al piso número diecisiete, pues era en el que se alojaban. No tardó mucho en estar frente a la puerta de madera fina que permitía el acceso hacia el interior de su hogar. Abrió despacio y entro con cautela. Era tarde, madrugada ya, dos de la mañana. Sólo esperaba que ninguno de sus hyung estuviera despierto y le llamara la atención, después de todo era el magnae, pero no por eso muy obediente.

 

Estaba por llegar a su habitación cuando fue detenido por una mano en su hombro, provocándole un sobresalto y por poco un infarto.

 

— Seung Ri —.  Escuchó su nombre; y claro aquella voz él la conocía. Indiscutiblemente. Pero había algo diferente en ella.

 

Giró su cuerpo despacio aún con el corazón alterado y entre la penumbra se encontró con el rostro de su líder.  

 

— Hyung, ¿qué haces levantado todavía a esta hora? —. Su líder bajo el rostro.

 

— Fui a tomar agua y... y esperaba a que regresaras — le contestó sin despegar la mirada del suelo. Gesto que lo extraño, él siempre lo veía a la cara.

 

— Hyung ¿sucedió algo?

 

No hubo respuesta.

 

— ¿Hay algo que quieras decirme? — hablaba serio, pues aunque muchos lo llegaran a dudar él se preocupaba por el bienestar de los demás y en especial por el de su líder.

 

— Sí —. Lo sintió suspirar y después levantar la mirada para posarla en la suya —. ¿Por qué has llegado hasta ahora?

 

Y quiso reír. ¿Cómo le salía con eso? Pensaba que sería algo importante.

 

— Pero hyung, no ha sido mi culpa, quizás sólo por el hecho de ser demasiado atractivo. Pero todo ha sido culpa de las chicas que no me dejaban ir — todo lo dijo con pesar, cómo si lo lamentara tanto.

 

— Claro; y tú muy sacrificado —. Pero no había reproche, burla, no había bromeado con ello. ¿No lo molestaría como era su costumbre? No, no había nada. Y supo que algo andaba mal.

 

— Hyung — susurró —, en verdad — un matiz de preocupación en su voz —, ¿sucedió algo en mi ausencia? 

 

Se acercó a él, quedando muy cerca de su rostro, para con la poca luz de la luna que se infiltraba por una de las ventanas, poder percibir los gestos del mayor.

 

— Nada —. Carencia de verdad en sus palabras fue lo que percibió claramente; y el bajar de su cabeza para impedir que lo mirara a los ojos.

 

Un aura triste y de dolor rodeaba a su pequeño y preciado hyung.

 

— Vamos Ji Yong hyung, tenemos ya mucho tiempo de conocernos y puedes confiar en mí — sus palabras eran sinceras, tiernas —.  Te quiero, yo en verdad te aprecio mucho. No me gusta verte ni sentirte triste y mucho menos me gusta que sufras —. Lo tomo del mentón y levanto con delicadeza su rostro. Entonces vio los cristalizados ojos del mayor, pues aún en esa media oscuridad, pudo notar el brillo que provocaban aquellas lágrimas que luchaban por salir.

 

— Es Seung Hyun, él ya no me ama.

 

Y su siempre fuerte hyung se echo a llorar abrazándose a su cuerpo. Él no pudo más que estrecharlo entre sus brazos, refugiándolo entre ellos. Abrazándolo con fuerza para que supiera que estaba allí con él, que estaba para él. Y que sin saberlo, sufría con él... junto a él. Pues lo hacía, le dolía ver así a su preciado hyung.

 

Los minutos pasaban lentamente para ambos; seguían afuera de la puerta de su habitación y el llanto del mayor no cesaba, y sabía que no pararía dentro de un buen rato, y eso comenzó a molestarlo. Le molestaba no en el hecho de que llorara sobre su pecho, si no, la razón por la que lo hacía.

 

Con suavidad lo separó de su cuerpo, sintiendo frio al perder aquella calidez que el cuerpo de su hyung le transmitía. Miro su carita y limpió con sus pulgares aquellas lágrimas que surcaban por sus mejillas. Le sonrió con ternura; y con cuidado lo cargo en sus brazos.

 

Ji Yong le miró con sorpresa; pero después le obsequio una leve sonrisa en agradecimiento y se aferró a su cuello, escondiendo su rostro en el.

 

Iba a dirigirse a su cuarto; mas G D le detuvo.

 

— Por favor a mi habitación no —. Sintió el tibio aliento del más bajo chocar contra su cuello, produciéndole una sensación embriagante. Sabía la razón por la que G D no quería entrar a su habitación; ésta tenía todos aquellos momentos de entrega, pasión y amor que siempre había dado incondicionalmente a su pareja.

 

Siempre... aquella palabra que tenía como sinónimo eternamente... que podía significar mucho, que significaba mucho y que dolía...

 

¿Por qué tenía que doler?  Porque sabía que su hyung no olvidaría a aquel ser que constantemente le hacía daño, porque lo amaba, porque eternamente lo amaría.  Y porque sabía que nunca sería para él.

 

Nunca... esa otra palabra que como su contraria le provocaba dolor, que también significaba mucho y que provocaba un gran vacío en él. Porque jamás lo amaría a él como lo ama a él, su otro hyung.

 

Lo abrazó con más fuerza.

 

— No te iba a llevar a tu habitación.

 

Porque recordar al mayor no le haría bien, no en ese momento. Y porque lo quería tener junto a él.

 

 Y lo llevó a su habitación. Donde con infinita delicadeza lo acostó sobre su amplia cama.

 

Prendió la lámpara que descansaba sobre su mesa de noche y se encaminó hacia su ropero.  

 

— ¿A dónde vas? —. Le escucho decir, notando un tono de preocupación en su voz, quizás miedo a que lo dejara solo; pero sin dejar de sollozar.

 

Le miró con una sonrisa y contestó: — Iré a ponerme el pijama para después acotarme contigo. Este traje es realmente incómodo para dormir  y quiero descansar a gusto, más ahora que tendré tu dulce compañía — sonrió; y añadió —, además no es justo que tú si lo hagas y yo no — hizo un puchero —, por cierto que suerte tienes, dormirás a mi lado, debes de sentirte halagado, muchos de enterarse te envidiaran. Aunque — puso su mano en su barbilla, en forma pensativa —, espero que mis fans no lo hagan, si no tendrás que andar con cuidado —. Sínico, lo que era es un sínico —. Y todo por este privilegio —. De verdad que no cambiaba y era seguro que nunca lo haría.

 

Vio sonreír a su líder.

 

 — Suerte tienes tú —. Y le aventó un cojín que esquivó fácilmente. Corriendo con su pijama azul oscuro hacia el baño para cambiarse, el moreno se mostro satisfecho: "Al menos, lo había hecho sonreír" —. Tonto — y sí, ciertamente Seung Ri no se dio cuenta de ese suspiro y la dulce sonrisa que adorno, por una fracción de segundos, el bonito rostro de Ji Yong.

 

Decidió tomar un baño rápido, quería bajar aquel calor - aunque agradable - que sentía, y así dormir más fresco. E intentar ignorar aquel sentimiento que comenzaba a invadirlo de nuevo y que creía ya olvidado. Sin embargo sería imposible.

 

Su mente lo llevó al mar de sus recuerdos.

 

Desde que vio por primera vez a su hyung sintió atracción hacia él. Cuando habló con él, la simpatía apareció y cuando formaron Big Bang, la admiración y el amor hacia él nacieron. Y sin saberlo ni sorprendiéndose, se enamoro. Porque sabía que sucedería pues lo que el otro despertaba en él, nunca antes lo había hecho alguna otra persona. Y con su primer amor también su primera desilusión.

 

Enterarse de la relación que mantenían Kwon Ji Yong y Choi Seung Hyun sus hyung, fue la causa de que su corazón se rompiera y que se sumergiera en una tristeza abrazadora y una soledad  reconfortante. La depresión que lo albergo hizo que se alejara un poco de ellos. Se centro en su carrera y en ser el mejor, sólo pensando en sí mismo y nadie más que él. Evitando que todo aquello los afectara, que afectara a Big Bang. Con el tiempo y creyendo lo más sensato, se fue olvidando del amor que sentía por su hyung, dándose cuenta que era lo mejor para él mismo; mas porque Big Bang empezaba a llegar muy alto.  Además, queriendo ser sincero consigo mismo, su líder nunca tendría ojos para él. Y aun habiendo olvidado todo, no podía sentirse a gusto con TOP, no le agradaba quedarse solo con él,  la relación que mantenían siempre estaba tensa e incómoda; sin embargo tampoco lo odiaba por haberle robado a su primer amor, después de todo era la felicidad de su Ji Yong hyung. Agregando también que ninguno de los chicos sabía de sus verdaderos sentimientos. Comprendió que así todo era mejor. Seguiría admirando a su hyung y lo seguiría queriendo; mas no seguiría enamorado de él.

 

Pero haberlo visto así destrozado. Tener su esbelto cuerpo entre sus brazos y poder brindarle el cariño y consuelo que necesitaba. Sentirlo tan frágil, tan vulnerable. Sentir que lo necesitaba y que no quería que lo dejara solo. Y por sobre todo sentir aquella calidez que su cuerpo le transmitía y lograba embriagarlo. Logró despertar aquello que creía olvidado. Aquel sentimiento que creía enterrado. Sin poder evitarlo, sin siquiera quererlo.

 

Nunca lo había visto de aquella manera y jamás pensó que lo vería alguna vez así. Claro lo había visto llorar, como a los demás y como sabía también lo habían visto a él. Pero siempre habían sido lágrimas de alegría,  felicidad por premios ganados, logros obtenidos, metas cumplidas, nada fuera de allí. Por eso haberlo visto así le sorprendió, le provocó nervios y confundió. También enojo lo invadió, sintiendo furia hacia Choi Seung Hyun. Pero nada que no desquitara cuando lo viera.

 

Lo que no entendía tampoco ni quería pensarlo más, por lo menos no en esos momento, era el porqué su corazón volvía a sentir aquello por él. 

 

Pero no quiso saber más. No estaba dispuesto a darle vueltas al asunto, no de momento.

 

Salió del baño ya con el pijama puesto y una toalla alrededor de su cuello.

 

Se acercó a su cama encontrándose con una tierna escena.

 

El tenía un oso de peluche grande y de color blanco que apreciaba mucho, fue un regalo de su abuelita y lo tenía desde su más tierna infancia. Siempre lo tenía en su cama sobre sus almohadas, pues podría parecer infantil pero a él le gustaba dormir abrazado a su suave y abrigador oso de peluche.

 

Pero en esa ocasión, no era él quien lo abrazaba. Era Ji Yong el que lo hacía, recargando su cabeza en la que sería la pancita del oso. Mientras que sus mejillas eran coloreadas por un bello sonrojo, que supuso causa del llanto anterior; sin embargo era notable aún el rastro que habían dejado aquellas lágrimas que las habían surcado con anterioridad.

 

Vio su pequeña boca entre abierta, inhalando y exhalando el aire que iba hacías sus pulmones. Bajo más la vista, notando el ritmo acompasado que seguía su pecho. Sonrió enternecido, parecía un niño pequeño que se aferraba en busca de protección y consuelo a su inseparable oso guardián.

 

Se acercó a él y acarició sus sedosos cabellos teñidos de rubio, deslizó su mano a aquellas rojizas mejillas, acariciando con suavidad la izquierda, sus dedos se dirigieron a aquellos finos y pequeños labios, los acarició, sintiendo la suave textura entre sus dedos y... quiso probarlos, saber el sabor que tendrían. Y siguiendo su impulso... se encontró ya muy cerca de ellos, una mínima distancia separándolos, cerro sus ojos preparado para depositar un pequeño beso en aquellos labios; sin embrago lo llamo entre sueño...

 

— Seung...  — claro y triste, un llamado de suplica. Su corazón comenzó a palpitar fuertemente. Él se llamaba igual que TOP, exceptuado por el Choi y Lee, podía pensar y sabía que era al otro al que llamaba pero muy dentro de su ser, quería que fuera a él. Qué lo necesitara a él.  Quería creer que era a él.

 Y lo odio... odio aquel nombre, aquel llamado y aquel sentimiento que volvía a albergarlo. Y sobre todo a, aquel hombre. Porque si no lo había hecho antes había sido porque era la alegría de aquel ser hermoso que ahora dormía en su cama. Mas ahora nada lo impediría y lo haría, con mayor razón al saber que era el dolor de su precioso hyung.    

 

Apagó la luz y se acostó al lado del mayor atrayéndolo a su cuerpo para poder así dormir muy cerca de él, de su calidez... aquella que antes le fue negada a sentir y a disfrutar; pero que ahora aquel ser que se la había quitado en un principio, perdía por estúpido, porque ¡oh si señores!  él sabía la razón de aquel rompimiento, y por ese mismo motivo de saberlo, consideraba estúpido al otro.

 

Y sonrió... ahora, él tendría aquella paz que el mayor lograba brindar. Porque ahora que veía una oportunidad no la desaprovecharía y lucharía por conseguir el amor de su bello líder. Le haría olvidar el amor que siente por Choi Seung Hyun. Pero más importante lograría regresar aquel hermoso y único brillo a los preciosos ojos de Ji Yong, como también su preciosa y encantadora sonrisas. Le regresaría su felicidad. Podría quizás tardar, pero sin duda, lo logaría.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado y pues que lo disfrutaran.

Gracias por leerlo ~


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