Crónicas de un secuestro
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Capitulo 1
¿Por qué él?
3: 40 am Tokio Japón
Acaba de llegar a su casa, sin duda alguna un tipo como él no tiene noción del tiempo, aunque esto hace mi trabajo hasta cierto punto entretenido. Su vida es bastante rutinaria. Para ser tan importante, es bastante simple.
Se rumorea por ahí que ese chico tiene demasiado dinero, sin embargo vive solo en un departamento no muy grande. Sé bien quien es, Ren Tao. Seguramente es un chico caprichoso que salió de casa de sus padres. Me dan risa ese tipo de personas, pero sin duda hacen mi trabajo más fácil. No lo voy a negar, después de cinco días espiándolo le he tomado cariño al sujeto en cuestión. Se nota que no es nada fácil. En más de tres ocasiones ha notado que alguien lo sigue, pero yo soy un maestro escondiéndome entre las sombras. Después de todo; llevo casi tres años en este negocio. Él se da la vuelta mira atentamente y luego sigue su camino. Hoy será mi día. Es mi primer trabajo solo así que tengo que ser más cuidadoso.
Apenas ayer por la mañana decidí hacerlo solo, y es que ese chico es especial. No quiero que nadie más lo toque. Si lo llevo a donde todos, no dudo que algún imbécil de por ahí quiera follarselo a su antojo. Ese trabajo será solo mío, después de todo creo que se meceré que no lo trate tan mal. Ya veré como se comporta este sujeto. De igual forma su destino ya está escrito. Hace tiempo que yo ya tengo la resolución; uno más como él en mi lista de personas asesinadas no hace la diferencia.
6:50 am Tokio Japón
Es la hora. Él sale todos los días a esta misma hora rumbo al tren con dirección a su empresa, hoy se ve especialmente lindo. Parece un clásico universitario de lo más común, con lo joven que es; su forma de vestir es elegante sin ser exagerada no llama la atención. Supongo que está bien consciente que si alguien se entera que es una de las personas más ricas de china intentará hacerle daño. ¡Pequeño ingenuo! Solo con ver la foto y ver a dónde vas es fácil notarlo para alguien como yo. Es claro que tu cabello es un poco más largo y que tu estilo ha cambiado mucho.
Nadie en Japón tiene unos ojos dorados y afilados como él, es un rasgo muy particular de su familia. Me di a la tarea de investigar todo sobre él. Su familia; padre, madre, hermana, abuelo. No tiene a nadie más y no confía en nadie más que en su hermana. Quien por cierto no está. No se sabe exactamente donde esta esa jovencita, pero pronto lo sabré.
Hacía bastante frio. Estaba tomando un poco de café de una máquina expendedora en una esquina, justo cuando di el último trago, me puse detrás de él caminado. Era la primera señal para que él estuviera muy consciente de mí.
Luego subimos al tren juntos el se sentó en el mismo lugar de siempre, justo a un lado de la puerta, yo me situé frente a él. Entonces le sonreí. El me miró penetrantemente como si me conociera, con una cara de pocos amigos, cosa que me dio gracia. Sonreí con una naturalidad casi espontanea. Sinceramente esperaba que yo le gustara a primera vista.
Él se bajó en la estación de siempre y yo detrás de él. Llamó por su celular pero justo antes de eso, le tome de la mano y lo sonreí de nuevo interrumpiendo su acción, él no tenía mi permiso para llamarle a nadie más, y era mi presa.
- hola, mucho gusto- ese era mi modus operandi; me presentaba gentilmente. Después de todo uso una gran ventaja. Mi cara amistosa, nadie hasta hoy no se ha resistido. El no lo hará, se que él es uno de esos y aunque a primera vista no le gustara eso podría cambiar fácilmente. Solo es cuestión de mirarlo a los ojos penetrantemente. Ya lo tengo todo medido. Número uno él fingirá apatía.
-No necesito que me digas quien eres- respondió rápido a lo que solo sonreí; paso número dos seducciones. Lo miré a los ojos sonriéndole y luego falsamente bajé la guardia.
-Lo sé, solo te vi y pensé que eras lindo- le dije mientras lo vi suspirar, ¿Cuántas veces le habrán dicho esa frase? Muchas supongo, pero nadie como yo. Faltaban tres o cuatro pasos para que fuera atacado. Él dio la vuelta justo a la esquina, vi sus intenciones de decirme algo mientras sonrió un poco, luego de eso me acerque un poco. Era lo necesitaba que el bajara la guardia. En ese momento ataque- lo siento gatito- le dije justo antes de darle un golpe certero en la nuca. Para mi sorpresa alcanzó a moverse. Y se defendió un poco mientras me veía anonadado por lo que le hacía… como si jamás se hubiera esperado que yo lo atacara. Su cuerpo delgado no es más fuerte que el mío. No quería pelear, a pesar que no había gente por esa calle a esa hora ya no tardaría en hacerse un escándalo. Tuve que optar por usar el cloroformo que había guardado si algo como esto pasaba.
Lo puse de espaldas a mí, con una mano lo deje inmóvil, el tiempo necesario para que él quedara inconsciente por el trapo impregnado del solvente. Pocos segundos después sentí su cuerpo tambalear y dejar de luchar. Ya era mío.
9:30 am Japón.
Mi presa estaba lista, había sido un poco más difícil de lo normal. Igualmente ya estaba en "casa". Le había quitado la ropa meticulosamente para ponerle una más simple durante este proceso había manoseado su cuerpo a mi placer. Sin duda era una figura bendita la que tenía ese hombre. Su piel blanca y suave y ese tatuaje que tenía en su espalda lo hacía irresistible. Sin embargo al menos por ahora, no pienso violarlo. Como ya lo había dicho él me agradaba, hasta cierto punto. Así que haría lo posible porque su estancia aquí sea lo menos odiosa hasta el momento de su muerte. Después de todo, era lo menos que se merecía.
Lo até de manos y de pies un poco salvajemente, ya que no dudo que piense escapar. Le iba a vendar los ojos como todos los demás, pero no tenía caso. Él ya me había visto y de igual forma tal vez yo, sea lo último que vea. Tampoco me importa que reconozca el lugar o sepa dónde estamos.
-¿Qué es lo quieres? – escuche su voz adormilada aunque seria, por lo visto no mostraba ni un ápice de miedo. Me gustaba.
-Simple, gatito. Solo quiero dinero y tal vez divertirme un rato- le dije mientras lo tomé de la barbilla, su cara estaba llena de odio y solo se movió bruscamente para evitar que lo tocara.
-Si es dinero lo que quieres, de esta forma no la vas a tener ¡que planeas llamar a mi familia!- él rió irónico y solo miro con apatía-¡dime que pretendes! Pero te repito así no lograras sacarme dinero, si solo buscas venganza hazlo de una vez y déjame en paz
-Él que decide eso soy yo, así que mejor calla, y veamos a quien llamaremos primero- le dije mientras tomo el teléfono móvil del chino.
-Me pareces muy educado para ser un secuestrador- me dijo mientras miraba a todos lados tratando de recocer el lugar pero le iba a ser imposible de todas formas. Estábamos en una bodega abandonada en un puerto cercano a Narashino, lo había traído hasta aquí en auto.
-Se llama estilo- le dije cuando busque algunos nombres desde su celular, era simples sombres de empresarios algunos empleados suyos pero ninguno que me llamara la atención hasta que encontré uno etiquetado con un CR simplemente, el único que desentonaba. No estaba el nombre de su hermana, ni el de sus padres justo como lo esperaba. El sonrió al saber que no encontraría nada.- bueno gatito, empieza por decirme el número de tu querida mamita-
- Número uno, no lo sé y si lo supiera no te lo daría- él bien sabía que no era buena respuesta, sin duda alguna me estaba provocando el tipo este. Solté sin reparo un golpe muy cerca de su cara que dio de lleno en la pared.
- Parece que no entiendes la situación, ¡el que da las órdenes soy yo! ¡Si te digo que hagas algo, lo haces y ya!- le grité a lo que solo miró a otro irritándome más.
- De igual forma es como si ya estuviera muerto, si no tienes mayor reparo en mostrar tu rostro es porque ya decidiste que me vas a matar. Sabes quién soy y de lo que soy capaz. Si coopero o no contigo solo te traerá beneficios a ti. No esperes entonces que te la ponga fácil… Horokeu Usui,- cuando dijo mi nombre me quede helado, ¡por qué él sabía ese nombre! Aquel nombre que ni siquiera yo recuerdo con claridad. - Después de todo si tantas ganas tienes de matarme solo hazlo no me pienso resistir, al menos no contigo - abrí los ojos de par en par, por que el sabia eso, por eso esta tan tranquilo, tal vez el conocía mi pasado… aquel pasado que no recordaba. Me estaba poniendo furioso. Por más que lo miraba no podía recordar nada.
- ¡Te dije que me dieras su número imbécil!- estaba tan molesto que al ver su cara de apatía que no pude hacer otra cosa más que golpear su rostro de porcelana, rompiendo sus labios de la que salió poco después sangre fluida que de derramó hasta su pecho.
- no lo tengo, no lo sé… creí que sabías que no tengo una buena relación con mi familia- me dijo mientras tenía una mirada triste- creí que al menos sabrías eso.
-deja de jugar conmigo- lo tomé del cuello, ¡que se creía! ¿Por qué me hablaba como si me conociera? se supone que él es Ren Tao, rico y millonario de china, ¿por qué él tenía que hablarme así? ¿Por que por más que quería golpearlo me detenía? ¿Por qué me remordía la conciencia por haberlo lastimado?
¿Por qué él …?