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Crónicas de un secuestro por shadow_holly

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Con cariño para Marianis, Tamy, Patrick ales.. para todos jejeje

 

 

Crónicas de un secuestro

Capítulo 2

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Celos


7:30 am Tokio Japón

Subió por las escaleras molesto, era el colmo. De por sí, no había desayunado ni había pasado al gimnasio a ejercitar sus de por si bien formados bíceps y tenía que estar ahí. Como odiaba tener que salir temprano de casa por emergencias tontas como estas. Se suponía que ese era el trabajo del señorito, él en definitiva no tenía nada que hacer ahí. ¡Oh si! ¿De quién era la culpa? suya no ¡claro que no! La culpa la tenía ese tipo de verdes cabellos con ojos de señorita necesitada. Si, era culpa de él y hasta cierto punto también suya por ser tan débil con ese ser. ¡Claro cuando vio una llamada de ese ser a las 7:00 de la mañana, no esperaba que fuera para que llegara a la oficina! Por dios, él estaba ahí era solo por su padre y nada más. No tenía por qué hacer el trabajo de otros. Pero que más daba. Simplemente no le pudo decir que no al inglés cuando le dijo con voz ñoña que Ren seguía sin llegar a la oficina y los inversionistas no tardaban en llegar.

Maldita secretaria de cuarta que era Lyserg Diethel, ¡por qué eso era! El que estuviera disfrazado con un puesto de nombre condecorado no le quitaba lo que era. Maldita sea la hora en que se enamoro de ese tipito, por que muy a pesar así era, estaba enamorado -y mucho-. Que más daba, de alguna forma ya estaba ligado a él y eso tenía una larga historia que en ese momento ya poco venía al caso rememorar.

Suspiró molesto y acomodó su largo cabello castaño medio meneando la cabeza. Entró a la oficina a las 7:30 de la mañana y encontró a la persona que menos quería ver en ese momentos; Ashil. Junto al joven escuálido estaban también la señorita Matisse y la señorita Phauna, hizo una cara de hastió, los conocía muy bien a los tres, lamentablemente se sentó justo en la silla de Ren Tao, el jefe.

-Buenos días- dijo la joven de cabellos naranjas, con ya 17 años era una chica muy astuta aquella jovencita, miro zagas a Hao de pies a cabeza y luego sonrío de lado.

-sí lo mismo- dijo con poco entusiasmo el mayor de los Asakura mirando directamente al jovenzuelo, que en su época, era con el que compartía la cama. Lo examinó de pies a cabeza, seguía siendo el mismo escuálido y sin chiste de siempre. Le daba un poco de asco pensar que había estado en la cama con ese sujeto, nada se comparaba con el inglés que estaba en el recibidor. Aun así los dos eran unos seres diminutos a su modo. Pero claro Lyserg estaba mucho mejor.

- ¿Dónde está el joven Tao?- siseó el joven Ashil al sentirse escudriñado, le acaloraba esa mirada profunda en su cuerpo, así que tenía que acabar. Lo que escuchó como respuesta fue una leve risa irónica del, por ahora, nuevo dueño.

- No está, pero bueno estamos en confianza así que, como ven yo no soy Ren ¿Cuál es el trato?- vociferó mirando directo a la joven de cabello rubio, ella era un poco retraída, mas no tonta, de ellos tres lo mejor era hablar con la dulce Mary.- ella rodo los ojos, miró un poco el lugar poco decorado en ese oficina y se limitó después a hablar justo lo indispensable.

- Queremos un trato simple Hao, queremos que nuestra compañía trabaje bajo el nombre de su empresa- le dijo lo más sencillo que pudo a lo que solo se escuchó un suspiró de Hao. Realmente esperaba que fuera algo más importante, hasta parecía que solo habían ido ahí para amargarle la mañana.

- Bueno, yo les diría que sí, pero el que manda es el Tao así que yo cumplí con recibirlos y saber que quieren, yo le comunicaré a Ren Tao y les dirá las condiciones.- concluyó esperando que no dijeran ya nada más y que por fin se fueran, al menos eso le daba tiempo de desayunar y si entre los ingredientes estuviera su ingles de entremés era lo suficiente para acallar su mal humor. Si, todo hubiera estado bien de no ser porque; cierta jovencita se encargó de molestar sus fantasías que incluían un desayuno muy pervertido.

- Ren no está, lleva dos días desaparecido- su voz lo dejó helado, esto había rebasado sus expectativas realmente, a decir verdad Ren no era de los que desaparecía así nada más. No era su amigo, de hecho ni siquiera se llevaban bien. Pero el que no se pudieran comunicar con él por ya dos días era extraño y lo más extraño, que esos tipos lo supieran. De igual forma no era nada bueno que se supiera nada esto, al menos no aun.

- Solo está de vacaciones, yo en su lugar también me alejaría- les dijo riendo hipócritamente, dándoles a entender que no era nada de importancia.

- si no nos dan una respuesta simplemente iremos a otra compañía y punto, después de todo ustedes eran los interesados.- Hao suspiró solo de pensar que antes lidiaba con ellos todos los días le daba urticaria. ¡Cómo era posible que en la preparatoria esos fueran sus mejores amigos! Al menos Matty era agradable aun ahora, y la verdad se había puesto muy bien.

- ya le dije que en cuanto ponga al tanto de esto a Ren les daremos una respuesta- les dijo con monotonía esperando que algo lo salvara de la situación ¡desde cuando era él quien estaba siendo acorralado por unos seres diminutos!

- Hao, disculpa tienes una llamada- y así pasó, para su suerte, aquel jovencito de cabellos verdes y voz suave entró a la oficina, le sonrío dulcemente a Hao quien de inmediato se quedo casi embobado con la entrada del chico de cara de porcelana. Ashil miró con rabia tal acontecimiento.

-Si me disculpan, no tengo nada más que decir- atendió por el interfón la dichosa llamada saliendo del ensimismamiento momentáneo que tuvo al ser salvado por su amado ingles.

Los tres salieron de aquella oficina simplona. El castaño apresuro un poco el paso para que en su momento alcanzara su objetivo, el joven de ojos esmeraldas que sin mucha gracia alcanzó a agarrar toscamente de la muñeca para darle la vuelta.

-¿Así que eres el nuevo?- le preguntó hostilmente escudriñarlo, si era lindo no lo negaba, facciones delicadas y cintura pequeña. Parecía una señorita con traje de hombre. ¡Que bajo había Hao! Si quería una mujer que se consiguiera una de verdad.

-¿Nuevo?- frunció el ceño al notarse agredido, jalándose un poco para que fuera liberado de aquel sujeto que apenas había visto.

- Me das un poco de lastima tienes una cara linda, y un buen trasero es lo único que te debe de ver- antes esas palabras el inglés se sintió agredido, y sí era verdad; no entendía nada de lo que decía ese sujeto. Y a decir verdad no era partidario de las peleas así que intentó simplemente ignorarle.

- disculpe, pero no se dé que habla, yo solo soy el asesor personal de esta compañía- entonces el chico de cabellos verdes siguió su camino tratando de ignóralos, pero para el chico que estaba ahí eso no había acabado. Solo optó por seguir caminando detrás de este. Y decir cuando se le viniera a la mente para desahogar su frustración después de ver al mayor de los Asakura de nuevo.

- solo de ver cómo te mira el Asakura y como le sonríes bobamente es fácil notarlo, eres tan simple- entonces Diethel entendió, todo era por Hao, quería suspirar, pero no era tan ingenuo como para darle el gusto. Desde que empezó algo así como una relación con el sujeto de gran ego, sabía que cosas como estas pasarían. De hecho lo odiaba, odiaba su fama de acosador. Odiaba lo egocéntrico que era, realmente antes odiaba a Hao y no podía concebir como es que ahora estaba al lado de una persona como él y caer bobamente enamorado.

-Con permiso- se disculpó para entrar a su oficina, ahora tenía cosas más importantes que hacer, que ponerse a discutir con alguno de los amantes de Hao Asakura, si esa era su idea hasta que escuchó palabras mágicas que hicieron que su estomago se revolviera.

-El antes se acostaba conmigo y la verdad era bueno-eso sí que no quería saberlo, al diablo con Hao, una cosa es que lo molestaran seres que solo tenían celos de él, y otra que le restregaran en su cara que Hao se había acostado con todo Japón.

- Ya le dije que no me importa- dijo cerrando los puños con fuerza, sentía que hervía de coraje, pero no lo iba permitir eso era todo. Cerraría la puerta de su oficina y sería todo.

-Seguramente ya puso su clásica música de piano a la luz de las velas con un vino de reserva para llevarte a la cama, es tan predecible que raya en lo vulgar.- justo cuando dijo eso abrió los ojos de par en par recordando justamente la noche del fin de semana que claro acabo justo como lo dijo; abierto de piernas por Hao, jadeos, caricias por todas partes y mucho, mucho sexo.

- Le repito que yo no tengo nada que ver con el señor Asakura, él solo es parte de esta compañía y yo soy un empleado de confianza.- dijo con la voz medio cortada, si él lo sabía ser el "algo más" de Hao venía acompañado de cosas como estas, tenía que estar consciente de ese hecho.

-Ya déjalo, lo vas a hacer llorar- y justo cuando estaba a punto de azotar la puerta de su oficina escuchó la voz de la señorita que venía con él. Respiró hondo.

- Es que odio que Hao ande con esta clase de "señoritas"- dijo mientras ahora sí caminó dejando solo al joven ingles que aun no daba crédito a lo que había pasado.

- ¡por dios! Madura, te botó supéralo- fue lo último que escuchó, entonces al fin cerró la puerta caminó despacio y se sentó en su cómodo sofá sosteniéndose la sien, no sabía si tenía dolor de cabeza, pero de algo estaba seguro. No estaba nada feliz. ¡Que debía hace ahora! –Mierda- pensó molesto, realmente no era del tipo que dijera malas palabras. De hecho esa era la segunda o tercera vez que lo hacía ¡por culpa de Hao! Luego dirigió su mirada a su escritorio y vio el millar de papeles sin firmar… ¿Dónde estaba Ren? ¡Eso era en lo que debía de estar pensado y no en el simplón de Hao!

-Ren sigue sin contestar el número de su casa…- se dijo así mismo solo quedaba una opción y no le gustaba mucho, llamarle a su teléfono particular.

- Pues llámale a otro numero – le contestaran a lo que se sobresalto, el mismo Hao estaba justó en la puerta de su oficina mirándolo. Lo miró molesto, no había otra forma.

- No me tienes que decir lo que tengo que hacer- resopló molesto a lo que el castaño alzo el cejo, ese no era su Lyserg de siempre, y no tardó en concluir lo que había pasado; ese estado irregular en su chico tenía nombre: Ashil.

-Te dijo algo ese idiota- le preguntó mientas fue directo al joven ingles que intentaba ignorarlo, que mas daba, tomó el teléfono y aun dudoso si hacerlo o no, llamó a Ren. Bien sabía que ese número era solo y exclusivamente para emergencias… y bueno dos días sin saber de él, suponía, era emergencia.

-Tampoco es como si me importara lo que me digan tus amantes Hao- le contestó realmente molesto, entonces rió bien sabia que ese no, era un sí.

- ¿estás diciendo que no te intereso?- le dijo cuando notó que su chico ya estaba llamando por teléfono, se sentó en el mismo sillón y luego vió como la cara de Lyserg palideció. Al notar la reacción le quito el teléfono de las manos. Algo no estaba bien.

-Lamentablemente Ren no puede contestar, es mi presa y aun no se qué precio ponerle a su vida… tal vez si llaman mañana a este número- escuchó una voz que se hacía bastante familiar pero no estaba seguro, ¿qué era todo eso?

- que te pasa, no estoy para bromas chino- se exaltó al notar que si, tenía razón no estaba nada bien. Eso no era propio del señorito Ren.

-Mira gatito, al fin alguien llamó preguntando por ti. ¿Por qué no lo saludas?- escuchó como dijeron al teléfono, luego el sonido de un golpe y un leve quejido, esa era la voz de Ren.

-¡Ren estas bien!- dijo mientras trataba de pensar algo coherente para hacer, ¡por dios sin duda hoy no era su día! y lo que faltaba Ren Tao secuestrado, que le iba a decir a su prometida.

- No hagan nada…- escuchó luego la voz de Ren que por lo visto aun seguía con el mismo temple de siempre, al menos podía estar tranquilo, Ren no era nada débil.

- bueno, de aquí en adelante yo me comunicare con ustedes



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