Correr, correr, correr. Era lo único que se repetía una y otra vez en mi mente… junto a esas imágenes. Mi cuerpo manifestaba de una manera increíblemente rápida mis pensamientos. A pesar de esa maldita lluvia fría que me empapaba por completo y calaba en lo más profundo de mis huesos, mis piernas no se detenían, no se quejaban, solo me acompañaban en esa huída desesperada, desgarrante, traicionera.
¿Hacía cuanto que no me detenía en ese recorrido sin fin? ¿Diez segundos, treinta minutos, una hora? No lo sabía y tampoco me importaba. Mis lágrimas se confundían con las gotas cristalinas de agua que surcaban mi rostro, uniéndose, fusionándose… ‘Como ellos’ pensé. Y no pude evitar que un sollozo sonoro escapase de entre mis labios. Finalmente me detuve, cayendo de rodillas y tapando mi rostro desahogando mi dolor, mi impotencia, mi odio e ira. ¿Cómo pudieron? ¿Cómo se atrevieron? ¿Es que sus mentes no están sucias, no sienten culpabilidad? Creo que no nos merecíamos esto, élno se lo merecía tampoco. Y aún así, lo hicieron.
Aprieto fuertemente mi pecho con mi mano derecha, intentando apaciguar las puntadas en mi corazón, tratando de disminuir el ahogo que me invade y me obstruye la garganta, pero hacer eso era como intentar mantenerme seco bajo este diluvio… pero ya estaba mojado. De golpe siento una mano posarse sobre la mía brindándole un acogedor calor mientras que un brazo rodea mi cintura por el lado izquierdo. No es necesario que lo mire, su fragancia me invade reconociéndolo e instantáneamente me devuelve la capacidad de respirar, mi segundo aire, mi plan B.
-Aquí estoy MinHo-Shi. Todo estará bien- y en vez de tranquilizarme, sus palabras solo ocasionan que explote nuevamente en lágrimas y en temblores esporádicos. Me giró y me abrazo a él ocultando mi rostro en su pecho, siento como me abraza fuertemente dándome a entender su apoyo, su presencia, su desesperación por tranquilizarme. Y tan solo puedo llorar, llora y llorar… gracias a esa maldita infidelidad. Y lo recuerdo ¿Qué ocurrirá cuando Onew Hyung se entere? Levanto mi rostro aterrado y observo a mi protector, dejando nuestros rostros a escasos centímetros. Puedo ver mi mirada reflejada en la suya, ese vacío oscuro tan solitario que mis ojos proyectan. Reacciono ante su cálida sonrisa y recorro su rostro hasta el más ínfimo detalle de manera inconsciente, los mechones de cabello que se pegan a su frente gracias a la lluvia lo hacen ver increíblemente tierno, mientras que sus ojos rasgados me miran con suma comprensión, sus labios hinchados a causa del frío tiritan levemente… y ahí es cuando me doy cuenta, me siento culpable por haberlo puesto en esta situación, ‘soy una basura, podría resfriarse’ pienso. No creí que vendría detrás de mí después de que saliera corriendo de ese asqueroso living enviciado con el vomitivo olor a sexo y la infidelidad desbordando en todo el interior del lugar. Mi egoísmo me cegó sin importarme nada, ni aquellos dos que estaban en plena fornicación sobre el sillón ni mi compañero ni mi propia persona, solo me quería esfumar, desaparecer. Una mueca aparece en mi rostro, un intento de sonrisa que falló total y completamente.
-Lamento que te hayas mojado por mi culpa- le digo mientras aparto un mechón rebelde de su mejilla y la acaricio con suma delicadeza, sintiendo su húmeda suavidad, perdiéndome en ese contacto. –Gracias por preocuparte tanto por mí Bling- siento como me abraza nuevamente, un abrazo posesivo, demandante. Y vuelvo a caer en la realidad ¿En qué momento me había tranquilizado? El contacto con su cuerpo hace que el mío entre en un estado de letargo, de sumisión, JonHyun podía ocasionar lo que nadie podía en mí, incluyendo a mi novio… actualmente con el título de ex.
-No seas idiota- me susurra suavemente en mi oído. Me estremezo, no se sí por su aliento rozando aquella parte tan sensible de mi anatomía o por la fresca brisa que envolvía nuestros entumecidos cuerpos –Sabes que estoy aquí para ti ¿Verdad? ¿Creías que me quedaría allí con ellos y te dejaría a la deriva en semejante estado?- me separas suavemente de ti pero no mucho y me acaricias el rostro acomodando, ahora, mis cabellos – MinHo, llora… llora ahora todo lo que tengas que llorar porque quiero que me prometas que, después de que me encargue de limpiar la última lágrima que tus ojos derramen, no volverás a hacerlo por ese infeliz ¿Entiendes? No quiero que vuelvas a derramar una puta lágrima por Lee TaeMin, no se lo merece, no te merece–siento tus palabras cargadas de ira, tu vista se endurece y por un instante siento miedo, miedo de lo que puedas llegar a hacer, asiento lentamente. ¿Tanto te importo? Já, Es irónico como el amor hacia una persona que disfraza lo poco que le interesas, con mentiras brillantes y palabras dulzonas, te ciegue de tal forma que no puedes apreciar a los que realmente se interesan por tí.
Lo siento Hyung, lamento no haberlo notado muchísimo antes… si hubiese sido así las cosas no tendrían este final ahora.
-Onew Hyung… - digo bajo, casi un susurro. La imagen de aquel chico que tanto admiro y aprecio se hace presente nuevamente en mi mente, con aquella brillosa sonrisa que se romperá en mil y un pedazos al enterarse del engaño de su novio con el mío. Aprieto mis puños ante la incapacidad de poder hacer algo por él ‘Aunque estemos en la misma situación Hyung’. Por más que la circunstancia me sobrepase no acudiré a los golpes, me parece una manera completamente desagradable para solucionar las cosas… aunque las ganas por destrozar el bello y autosuficiente rostro de Kim KiBum no me falten.
- El estará bien- me dices- Si tú puedes salir a flote, entonces él también lo hará. Serás su salvavidas- me dices riendo brevemente para aflojar la tensión. Y no puedo evitarlo…
-Como tú eres el mío- te miro nuevamente y ahora tu aliento choca directamente contra mis labios. Invadiéndome, llenándome, tan dulce, tan incitante, tan tuyo. Me observas. Y derramando mi última lágrima de dolor por aquella maldita relación, que no fue más que puros engaños y jueguitos por parte del KeyTaem, te beso. Tus manos rodean mis mejillas al mismo tiempo en que siento una imperceptible sonrisa formarse en esos delgados labios tuyos, tus pulgares limpian los restos de lágrimas en mi rostro, siendo reemplazadas por nuevas gotas de lluvias más frescas, más limpias. Continuamos con ese lento baile entre nuestros labios, tan delicioso, tan reconfortante, tan único, tan verdadero. Nos separamos.
-Hyung- me miras interrogante y sonrío brevemente- Cura mis heridas, por favor.
Porque he sido un tonto que no ha sabido observar en el lugar correcto.
FIN