02: ALÉJATE DE MÍ......... PORQUE NO QUIERO PERDERTE
Fye no se movió de su lugar, respirando de forma agitada sobre el cuello del moreno, dejando que este sintiera su cálido aliento sobre la zona que había mordido, provocando en el ninja extrañas pero agradables sensaciones.
- - ¿Satisfecho? - Pregunto cauteloso, ya que no quería romper ese momento tan... intimo.
Fye seguía respondiendo a sus instintos, estaba total y completamente entregado a lo que sentía... y dejándose guiar respondió:
- - ...no, aún no... - Dijo en un suave murmullo.
Lentamente se fue enderezando, sin separarse mucho del ninja y subiendo de nuevo, parándose en la punta de sus pies para alcanzarlo y así poder llegar hasta a sus labios, en donde deposito un suave, sutil y largo beso.
Kurogane estaba sorprendido ante aquel acto tan osado; sintiendo esos finos labios sobre los suyos, apenas tocándolo, pero sin intensiones de moverse.
No podía creer que fuese el mago quien se atreviese a besarlo cuando era él quien buscaba alejarse de todos... ¿aun estaba respondiendo a sus instintos? Si, era lo más probable; pero aún así... sentir a ese joven tan cerca de él y besando sus labios de esa forma tan sutil hacia que su sangre hirviera en deseo de más.
Fye podía sentir esos labios cálidos, tan cálidos como el dueño...... dejándose llevar por el fuego que emanaba el ninja y ahora mismo lo estaba consumiendo a él, haciendo arder todo su cuerpo al grado de la ebullición de su sangre...... tan magnífico, tan ansioso, tan delicioso......... no quería romper ese momento... que nada lo terminará......... No estaba pensando, no quería pensar; simplemente se dejaba llevar por las sensaciones, los instintos más bajos que podía experimentar una persona, olvidándose de todo lo demás ¡Al diablo las consecuencias! Solo quería vivir el momento......
Sabía que no era lo correcto, que Fye no estaba pensando, que seguía siendo aquel ser que respondía a deseos secretos y oscuros...... Sabía que debía separarlo de él y hacerlo ver la realidad, que se diera cuenta de lo que estaba haciendo antes de que fuera más tarde......... pero no podía ¡No quería! Su cuerpo ansiaba continuar y no separarse de ese ser de piel nívea, cabellos rubios y mirada celeste.
¡Al demonio lo demás! Fue todo lo último que cruzo por su cabeza en ese instante.
Tomo a ese hermoso ser de la cadera y lo pego a la pared lo más que pudo, provocando que Fye abriera la boca emitiendo un jadeo de sorpresa; esa acción fue aprovechada por Kurogane, quien ataco esos labios en un beso demandante y apasionado, sintiendo como el otro le respondía de igual manera, abrazándose con fuerza a su espalda buscando todo el calor que ese fornido cuerpo pudiera proporcionarle.
Devoraba aquellos labios con avidez al mismo tiempo que estrechaba su cuerpo retirando cualquier espacio que hubiera entre ellos pues cada milímetro de separación era un delito. Pudo sentir aquellas manos sobre su espalda, pegándolo a él con necesidad, como si al no hacerlo este fuera a desaparecer.
Sus labios se movían al mismo tiempo y sus lenguas danzaban con velocidad, enredándose con fervor... diciendo en silencio aquellos sentimientos que ninguno de los dos se aventuraba a decir.
Se separaron solo lo necesario para poder respirar, jalando el aire de la boca del otro de manera desesperada, rozando sus labios en cada jadeo.
Pero el ninja no estaba satisfecho con eso; así que acortó la distancia y trato de besarlo, pero Fye retrocedió levemente al mismo tiempo que jadeaba, algo que molesto al ninja, quien subió su mano hasta la nunca del otro para sostenerlo y poder besarlo de nuevo; esta vez el mago no se negó, permitiendo que su boca fuera profanada de nuevo de una tan salvaje y sensual que lo seducía por completo; era como suave y maleable arcilla en las manos de un artesano.
La mano del moreno comenzó a acariciar aquellos cabellos de forma sutil, apenas tocándolo pero haciendo que pudiera sentir sus dedos sobre su nuca, era una sensación tan agradable que el rubio termino suspirando dentro de aquel beso, mientras que sus manos resbalaban por aquella espalda en apasionadas caricias que hacían vibrar cada fibra del ninja.
Coló una de sus piernas entre las del mago y se pego más a él; la levanto un poco y esto provoco que Fye quedara, prácticamente, sentado sobre el muslo de Kurogane.
- - ...mmhgg... - Fye no pudo evitar gemir al sentir aquella pierna en esa zona tan sensible de su cuerpo.
Dejo aquellos labios y con la mano que tenía en la nuca obligo al otro a echar la cabeza hacia atrás para así poder atacar su cuello de manera más directa.
Podía escucharlo suspirar y gemir sutilmente por el placer, mientras que una de las manos del mago subió hasta sus cabellos, acariciándolos de forma aprobatoria.
- - ...ahh......... - jadeo el rubio al sentir como una de esas cálidas manos se colaba bajo el suéter negro que traía, tocando el costado de su abdomen y subiendo lentamente, llevando consigo aquella prenda.
Su cuerpo se movió de forma inconsciente, acercándose más al moreno provocando que ambos podían sentir sus miembros, que comenzaban a despertar, contra sus pelvis.
Dejo escapar un profundo gemido en su garanta... aquellas cálidas y hábiles manos no paraban de acariciar su espalda mientras sus labios se encargaban de besar su torso, concentrándose especialmente en sus pezones; no sabía cómo le hacía para que las piernas le sostuvieran y el deseo no le obligara gritarle a ese hombre que lo tomase ahí mismo en ese instante.........
Podía sentir el placer inundando cada célula de su cuerpo, podía aprecia legua de fuego recorrer cada milímetro de su cuerpo, sabía que estaba siendo amado......
Amado......... Amado......
- - ¡¡BASTAAA!! - Grito al mismo tiempo que ponía sus manos sobre los hombros del ninja y lo aventaba hacia atrás.
El ninja retrocedió y vio a ese joven que lo miraba fijamente, con la respiración agitada y leves rastros de sudor en su frente... pero no era eso lo que tenía extrañado al moreno; sino los atisbos de enojo que mostraba su ojo.
- - ¿Por qué hiciste eso?
- - Sabes perfectamente porque
- - ... - Aquella respuesta provoco que apretara los puños con fuerza al mismo tiempo que su corazón se comprimía.
Fye bajo la cabeza levemente, no podía soportar mirarlo a la cara, no después de esa dolorosa confesión ¿Por qué? ¡¡¿Por qué?!!
Le miro de la forma más fría que pudo, haciendo que aquel ojo azul pareciera más frío que un tempano de hielo.
Kurogane no podía negarlo, esa mirada tan desafiante, rabiosa o melancólica le provocaba una sensación molesta en el pecho; una mezcla entre dolor y miedo, algo que nunca había sentido, al menos no de esa forma.
- - No lo vuelvas a hacer. - Le dijo sin más el rubio, sosteniéndole la mirada con agresividad, notando que el otro no se inmutaba, o al menos no lo aparentaba.
- - Tenias que comer
- - Que excusa más patética. - Se burlo sin más, sabiendo que aquellas palabras herían al moreno, pero no le importaba.
- - Después fuiste tú ¿Por qué?
- - ......... - No respondió, no tenía una respuesta que dar, al menos no una que no lo delatara.
Kurogane lo miro por unos segundos, esperando a que le otro hablara, a que dijera algo más, pero el mago solo suspiro de forma cansina, como si le dijera: "deja de fastidiarme" y se giro sobre sus talones, quedando de frente al largo pasillo.
- - Ya comí; ahora déjame en paz. - Añadió si más, dando un paso para alejarse.
- - Que hipócrita eres. - Soltó sin más Kurogane, haciendo que el otro se detuviera.
- - Siempre he fingido, así que no deberías sorprenderte eso. - Respondió.
- - Deberías ser más sincero.
- - No quiero.
No quiero, ese "no quiero" en realidad significada un "No puedo", porque eso era cierto, él no podía ser honesto ¿Cómo serlo cuando TODA su vida ha sido una sarta de mentiras? Esta tan acostumbrado a engañar que a veces él mismo se llegaba a creer que la vida que llevaba era real...... ¿Cómo sincerarse de la noche a la mañana? ¿Quién pudiera? ¡¡NADIE!!
Ya no tenía ganas de pensar en todo eso, se iría de ahí, tal vez lo mejor sería dormir un poco y olvidarse de todo eso.
Pero solo pudo dar dos pasos ¡¡Dos malditos pasos!! Para que Kurogane soltara dos palabras que lo obligaron a frenar su andar por el shock.
"Te amo"
Una esa oración dicha por esa voz tan grave, firme y directa; tan maravillosa y peligrosa ¿Por qué? ¿Por qué se lo decía? ¿Por qué lo amaba? ¡Si él no tenía nada bueno que ofrecerle! ¿Por qué tenía que amarlo como lo amaba? ¿Por qué tenía que hacer todo tan difícil?
¡¿Por qué demonios tenía que ser tan directo con todo?! ¡¡¡Maldita sea!!!
Lo dijo, tal y como lo sentía, con esas dos palabras que significaban tanto pero que también eran tan vanas como para expresar un sentimiento tan profundo, no había podido guardarse sus sentimientos por más tiempo, porque él era así: directo y sincero.
Solo había dicho la verdad, y eso lo hacía sentir extraño.
Por un lado se sentía bien y ahora que, finalmente había confesado sus sentimientos se sentía libre, pues ya no cargaba con el peso de ocultar aquello que tanto había intentado ignorar.
Por otro, estaba molesto y fastidiado, pues ese sentimiento lo hacía vulnerable, ya que sabía que alguien podría herirlo profundamente con lastimar al mago.
¿Se arrepentía de a verlo dicho? No, claro que no, él nunca se arrepentía de sus actos, pero eso que sentía debía ser aceptado por la otra persona. Era Fye quien debí decidir ahora.
Fye no se atrevía a voltear, mantenía la vista fija en algún punto de la nada, pensando y debatiéndose entre sus sentimientos y los fantasmas que lo rodeaban, notando que aquella mirada escarlata lo observaba fijamente, sin apartar la vista de su cuerpo... era tan......... tan cargada que podía jugar que el ninja estaba viendo a través de él, llegando a su alma ¡Por favor, que dejara de mirarlo así! No lo soportaba.
No se movieron de donde estaban, esperando a que fuera el otro quien hiciera algo después de aquella repentina pero sincera confesión, pero los segundos se convirtieron en minutos y el ambiente se hacía cada vez más pesado... haciendo que fuera difícil respirar.
- - Te amo. - Repitió el pelinegro tan claro y directo, como él solía hacer
- - ¿Qué esperas que te diga repitiendo eso?
- - Que me des una respuesta - Dijo finalmente el ninja
- - ¿Una respuesta? ¿Y cuál? - Pregunto sin más de forma despectiva.
- - La que sea verdadera.
- - Bien. - Susurro para después voltear a verlo. - No lo hagas - Y se fue.
Kurogane no se inmuto ante aquella respuesta, sabía que iba a ser algo así, pero eso no quería decir que no doliera.
Apretó los puños con tal fuerza que los nudillos le quedaron claro mientras lo veía alejarse, notando que se perdía en la oscuridad y desapareciendo de su vista.
- - ¿Qué no te ame? ¡Jah! Como si fuera tan fácil. - Dijo con una media sonrisa en su rostro
¿Cómo pedirle a un corazón que dejase de amar? "No me ames" ¿Alguna vez se podrá seguir esa orden? No, nunca... porque el amor es amor, no tiene pies ni cabeza...... no cumple con ninguna lógica y rompe con cualquier norma impuesta; no se puede ordenar a quien amar y a quien no; se ama a la persona elegida porque si y fin del asunto......... O eso era lo que él pensaba y lo que le había pasado.
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Solo se escuchaban sus pasos al correr, la oscuridad del lugar no importaba, pues gracias a su sangre de vampiro podía ver sin problema alguno; pero las lágrimas que arremolinaban en sus ojos le obstruían levemente la vista.
Corría lo más rápido que daban sus piernas, sacando toda la frustración que sentía en ese momento, perdiéndose en aquel oscuro sótano; y así fue hasta que llego a una barda que le impedía continuar. Sin pensarlo dos veces la golpeo con el puño, con tal fuerza que la hizo cimbrar......... y después de eso se soltó a llorar, perdiendo la fuerza de las piernas hasta terminar arrodillado en el , sintiéndose miserable ¡¡¿Por qué las cosas tenía que ser así?!! ¿Por qué tenía que sucederle todo eso a él? ¡¡¿Por qué no lo dejaron morir?!! Todo sería más fácil para todos ¡Incluso para él!
Se sentía tan frágil, tan vulnerable y confundo......... y todo porque ese ninja había hecho y dicho eso ¡¡Maldito!!
¿Por qué lo amaba? ¿Cómo pudo enamorarse de él? Si tenía todos los defectos que odiaba de una persona, si era todo lo que le molestaba.
Si no lo amara, si tan solo le fuera indiferente ¡Que fácil sería! Sobre todo... si él no sintiera lo mismo que el pelinegro.
Quería hacerlo, en verdad quería corresponder a esos sentimientos tan bellos y que nunca antes había tenido ¡Deseaba con el alma decirle que "él también lo amaba"! pero no podía ¡No debía!...... porque si en verdad lo amaba, porque no deseaba dañarlo... y por eso mismo debía mantenerlo lo más alejado de él, de lo contrario, lo lastimaría terriblemente y eso era algo que no se podía permitir, ya que si algo malo le pasaba a Kurogane por su culpa ¡Jamás se lo perdonaría!
Simplemente: No soportaría perderlo.
Además, él no lo merecía. No podía recibir eso sentimientos tan puros como los que le ofrecía el ninja. Para él solo existían sentimientos como la lástima, el repudio y el odio Eso era lo único que podía recibir... y con los que se encontraba tan familiarizado. Sobre todo con el odio ¿Cómo recibir algo más? Algo dulce y cariñoso ¡NUNCA!
Entonces recordó ese beso, las maravillosas sensaciones que despertaron en su interior, aquellos sentimientos que solo una vez antes había experimentado y habían terminado muy mal; emociones que iban más allá de cualquier raciocinó; sensaciones que quería sentir una y otra y otra vez.
Esos cálidos y apasionados labios que no se apartaban de los suyos, que devoraban su boca con una avidez única, nunca antes había recibido un beso con esa fogosidad, haciendo vibrar todo su cuerpo y nublando su mente para solo dedicarse a disfrutar; mientras aquellas manos lo sostenían con intensidad, como si nunca deseara soltarlo, notando como recorrían su cuerpo, deseando que aquellas manos tocaran cada milímetro de su piel hasta que aquellas manos memorizaran todo su cuerpo.
Quería sentir como su cuerpo era tomado por el ninja, deseaba ver aquellos ojos rojos llenos de placer y saber que era él quien lo causaba, ansiaba amar y ser amado por Kurogane............
¡¿Qué estaba pensando?! ¡No podía! ¡¡NOO!! No podía ¡¡NO DEBÍA!! Por el bien el hombre al que amaba, porque amarlo significaba condenarlo
- - ¡Por eso no quería que me salvara! - Sollozo para después acariciar sus labios
Aún podía sentir aquel beso sobre sus labios, aún tenía el sabor del moreno en su boca, aún tenía la sensación de sus manos en su cuerpo......... y para colmo, aquella cálida sangre del corría todo su cuerpo, haciéndolo sentir completo, protegido, amado; era como si el pelinegro estuviera junto a él, abrazándolo y cobijando su cuerpo por completo. ¡¡Amándolo!!
- - ¡Por eso no lo quería beber su sangre!
Maldición ¡¿Por qué no podía dejarlo solo?! ¡¡¿Por qué lo torturaba de esa manera?!! ¿Por qué no podía entender que él no podía amarlo? ¡¡Que no debía hacerlo!!
Estaba perdido entre lo que le dictaba su corazón y lo que le ordenaba su razón...... teniendo sentimientos entremezclados.........
Todos aquellos sentamientos lo estaban mareando ¡Lo volvían loco!
Y solo había un causante para todo eso: Kurogane
¿Por qué tuvo que conocerlo? ¡¡ ¿Por qué tuvo que llegar a poner su mundo de cabeza?!! ¿Por qué lo amaba tanto? ¿Por qué Kurogane lo amaba?
Estaba atrapado entre tantas emociones y preguntas que no tenía respuesta a ninguna......... algo que lo estaba desesperando por completo.
Tomo su cabeza con ambas manos, la levanto con fuerza, abrió la boca y dejo escapar de su garganta un desgarrador grito, uno que expresaba toda su frustración, que le permitiera sacar toda su frustración......... un grito tan fuerte que poco a poco se fue perdiendo en la inmensidad de aquella oscuridad.........
Tinieblas que le habían rodeado toda su vida.
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Subía las escaleras con pasos lentos, pero seguros... tratando de parecer lo más sereno posible; no había duda alguna de que su entrenamiento como ninja le había ayudado mucho para ocultar sus emociones tras un rostro inmutable y una profunda mirada......... aún cuando sabía que era humano y sentía tanto como lo hacían las demás personas.
Entonces escucho un lejano grito que le hizo detener su andar. Era un grito agónico y frustrado; sabiendo que había sido Fye quien lo había pronunciado.
Suavizo un poco su mirada, fijándose en aquella inmensa penumbra, sabiendo que en aún lugar de ese sótano se encontraba un rubio que sufría desde lo más profundo de su corazón.
No podía negar que le dolía mucho saber que el mago sufría y que él no podía hacer nada...... porque por más que él quisiera ir a verlo y reconfortarlo; sabía que a la última persona a la que Fye recurriría sería precisamente a él.
Un suspiro de resignación escapo de sus labios y continuó con su andar, sabiendo que nada podía hacer a beneficio del mago. Él ya había hecho todo lo que debía hacer.........
Ahora era decisión de Fye.
CONTINUARÁ