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Bésame… Dulce Vampiro por Dulce_Pena_Hime

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Notas del capitulo:

Hola a todas!!

SORRY POR LA DEMORA!!!

Aquí el capitulo 9... ¿Qué pasará? Buena pregunta ¡Ni yo lo sé!

Pensamiento: ¡¡Quiero llegar a las 100 reviews!! ><   ¿Lo lograre? O_o??

09: QUIERO PERTENECERTE, SER ALGO EN TU VIDA; QUE ME PUEDAS AMAR......

 

Su despertar fue extraño; esperaba que le doliera todo el cuerpo, en especial el costado, pero en lugar de eso se sentía bien; de hecho, se sentía mejor que bien, se sentía ¿ligero?...  Si, esa era la palabra correcta: Ligero.

Sabía que estaba postrado sobre un cómodo lecho ¿una cama? ¿Un futón? No sabía definir bien que era, pero era reparador estar ahí, descansar y recuperar sus energías......

El silencio, la tranquilidad, ese relajante ambiente que lo rodeaba lo hacía sentirse seguro y despejado; una sensación agradable y mortificante a la vez. El no estaba acostumbrado a tener tanta calma; en aquel viaje siempre lo tuvo en un estado de alerta total, incluso antes de viajar su mundo nunca fue tan sereno. Ahora... de alguna manera - aun sin tener que abrir los ojos -  sabía que TODO estaba en completa calma y que nada la rompería.

Por unos momentos deseo que las cosas se quedaran así, que todo fuera paz... seguir disfrutando por mucho tiempo de algo llamado: tranquilidad

Sin embargo, su estilo de vida le decía que no podía "dormirse en sus laureles" que él no debía relajarse tanto... Trato de abrir los ojos, pero sentía como sus parpados pesaban con una fuerza tal que parecían hechos de plomo. Su mente quería abandonarse al sueño y seguir sintiéndose calmado, pero obligo a su cerebro a concentrarse, haciendo que una pregunta llegara a su mente ¿Cómo fue que llego ahí?

Entonces lo recordó, en rápidos y alterantes flashes que capturaron su mente, escenas entrecortadas que se encimaban unas contra otras; podía ver como aquel disparejo grupo que la bruja había formado se iba destruyendo poco a poco: un Shaoran que perdía su corazón, un mago que fue transformado a vampiro para no morir y se mostrará ajeno a los demás, una princesa apuñalada, un hechicero que sabía lo que iba a suceder y no hizo nada.

Luego Celes y sus revelaciones: el mago traidor con un pasado lleno de desgracias tanto reales como creadas, una persona que en realidad era otra, mentiras y verdades entretejidas a conveniencia de los demás, y el rubio aceptando todo, permitiendo que lo movieran cual marioneta sin voluntad... por un sueño que incluso él mismo sabía que era imposible de cumplir.

Finalmente vino la muerte de aquel rey, seguida de un mundo que se cerraba, dejándolos atrapados...... condenándolos a morir; pero Fye, o Yuui o quien quiera que fuera, no se iba a dar por vencido tan fácilmente ¡Tenía que sacarlos de ahí! Y utilizando lo que le quedaba de magia, logro sacar a Sakura, Shaoran y Mokona... pero ellos no lograron salir, la magia no era suficiente, estaban destinados a morir ahí, sin importar cuando luchara el ninja por sacarlos......... Recordó cómo se sentía perder la esperanza de escapar, pero le tranquilizaba saber que al menos lo estaba intentando. Y hubieran muerto  de no ser por esa bola de azúcar que junto con Shaoran creó aquella entrada por la que él pudo salir pero no el rubio.......... ¡¡¿Por qué maldita sea?!!

 

Aquel esfuerzo por sacarlo

Esa mirada determinada

Ese "vete" que lo congelo

Aquella voz que le decía que debía hacer

Su drástica decisión para salvarlo

Un "quédate a mi lado" que escapo de sus labios

Y el grito del mago antes de perder la conciencia......

 

 

La sorpresa le hizo abrir los ojos, sintiendo como la adrenalina había vuelto a subir a su cuerpo por esos recuerdos.

El silencio del lugar lo invadió por completo mientras su vista chocaba con aquel oscuro techo de madera, con ese diseño arquitectónico que era muy bien conocido por él...... ¿Japón? No, imposible, pero tal vez un lugar parecido.

¡¿Qué importaba donde estaba?! En esos momentos solo tenía una cosa en la cabeza: ¡¿Dónde estaban los demás?! ¡¿DÓNDE ESTA ÉL?!

 

  • - ¿Dónde estoy? ¿Dónde están los otros? - Pregunto en voz alta, tratando de levantarse, pero resultándole imposible moverse a la velocidad que deseaba.
  • - Debes calmarte. Ellos están a salvo... y estamos en Nihon
  • - ¡¡......!! - Esa voz él la conocía. Giro el rostro y se encontró con la persona que menos esperaba ver. - ¿Tomoyo-hime? ¿En verdad... es usted?
  • - ... - Aquella joven simplemente asentó y tras ello le regalo una grata sonrisa. - Bienvenido a casa, Kurogane.

 

Japón......... había regresado a Japón.

Miro el techo con detenimiento, sin saber que era lo que debía de sentir, una mezcla de emociones que se acumulaban en todo su ser, y a pesar de ello su semblante lucia tan impasible como siempre. Su mente aún no terminaba de asimilar lo que había ocurrido desde lo de Infinity, como para venir ahora con la grata sorpresa de que había vuelto a su mundo ¡De que su deseo se había vuelto real!

 

Se enderezó, siendo ayudado por la joven princesa, quedando sentado en la cama; no le agradeció a la chica, pero si la ignoró cuando esta le regalo una sonrisa al darse cuenta de que este ya se encontraba bien de salud. El silencio inundo la estancia, mientras el ninja miraba por la ventana entreabierta. El viento soplaba suave y gentil, llevando consigo hojas de Sakura, dando un delicado y agradable aroma al lugar. Era sorprendente y acogedora la paz que había en ese reino, se podía descansar y olvidarse de los problemas... algo que lo tranquilizaba......

Sin embargo, su mente seguía centrada en lo mismo. Aún no podía quitarse de su ser la sensación de angustia por saber de los demás... de él. Sabía que Tomoyo le había dicho que estaban bien y no lo dudaba, pero............ necesitaba verlo para sentirse seguro.

 

  • - ¿Te sientes mejor? - Pregunto de forma suave.
  • - ¿Cuánto tiempo dormí?
  • - 3 días
  • - ... - Kurogane la miro fijamente.
  • - Está descansando, podrás verlo al alba. - Con esas palabras respondió a la pregunta muda del ninja, quien se calmo un poco. No podía evitar querer saber de aquel rubio que le había robado toda su tranquilidad con su sola presencia.
  • - Intenta dormir de nuevo.
  • - Ya descanse lo suficiente.
  • - Entonces; podemos hablar para que el tiempo pase más rápido ¿no crees?
  • - ... - Kurogane bajo un poco el rostro, ahora que había recordado lo ocurrido en esos momento, tenía una duda que no lo dejaba en paz. - En ese momento, la voz que escuche
  • - Fue la mía. - Dijo la princesa al saber de qué le hablaba.

 

 

Una esfera de energía formada por leguas negras que cada vez se hacía más y más pequeña mantenía encerrada al hechicero, quien débil había dejado de pelear.

 

  • - ¡Vete! - Le ordeno al ninja

 

Kurogane no podía creer lo que escuchaba ¡¡¿Cómo que se fuera?!! ¡¡Ni loco lo dejaba!! Lo iba a sacar de ahí así fue lo último que hiciera.

Lo jalo con más fuerza, pero era imposible sacarlo

¡¡¿Por qué?!! ¡¿Por qué la fuerza nunca funcionaba con él?!

 

"Si quieres que vaya contigo"

 

Una voz resonó en su mente......... Esa voz... ¡El conocía esa voz! Era Tomoyo ¡¡La princesa Tomoyo!! ¿Por qué podía escucharla en su mente?!

 

"Si lo deseas con todo el corazón."

 

¿Un recuerdo?  Si, lo era...... un vago recuerdo perdido en su subconsciente ¿De cuándo? No lo recordaba a ciencia cierta.

 

"Entonces: Tienes que intercambiar su cuerpo por algo que tenga su poder mágico"

 

 

  • - Te hable en sueños. - Dijo la princesa con calma.
  • - ... - Le miro fijamente, en espera de una explicación más precisa.
  • - El hechizo que coloque sobre ti, era un sello protector. No quería que murieras en ese viaje; pero si te decía que lo era, seguramente hubieras asesinado a muchas personas.
  • - Hablas como si me gustara matar.
  • - No es que te guste, pero esa es la solución que siempre das a los problemas.
  • - ... - Esquivo el rostro sin decir nada, él sabía que eso era cierto. Siempre atacaba antes de preguntar, de esa manera evitaba que alguien lo lastimara, después de todo: los muertos no dañan.
  • - Con el ataque del rey, estuviste muy cerca de la muerte; cuando se estaba en la puerta de la muerte, la gente también sueña.
  • - Así que entraste a mis sueños para decirme como sacarlo, porque sabías lo que iba a suceder ¿no es así?
  • - Esa maldición usaba la magia de Fye como núcleo, por ese motivo él no podía salir.
  • - Mi brazo tenía su magia, por eso podía intercambiarlo para sacarlo de ahí ¿Cierto?
  • - Si.
  • - ...... - Miro a la princesa. - ¿Por qué no me lo dijiste de manera clara? Tenía poco tiempo y me pones acertijos
  • - ... - Le regalo una sonrisa amarga. - Siempre reprochando.
  • - No lo estoy haciendo. Hiciste lo que tenías que hacer ¿no es así?
  • - ¿A qué te refieres?
  • - Tú sabes el futuro, sin embargo no puedes hablar ni interferir en él ni en las decisiones que tomen los demás. Así que no te lo puedo reclamar.

 

Por unos momentos le miro con sorpresa, ese no era el Kurogane que se fue de su mundo, aquel hombre al que "exilio" no era tan maduro como este que ahora volvía.

Aquel del paso le hubiera reñido por ocultarle cosas, por no decirle las cosas de manera clara, sonrió discretamente, era agradable saber que su súbdito había aprendido tanto en ese tiempo. Que ahora era... mejor persona.

 

  • - ¿Recuerdas porque te mande a ese viaje?
  • - ...... - Claro que lo recordaba y la princesa se dio cuenta de ello.
  • - ¿Lo has comprendido? ¿lo que es en realidad la fuerza?

 

¿La fuerza?

¿Qué era la fuerza?

No lo sabía, simplemente ya no lo comprendía del todo.

El siempre creyó que ser fuerte era una magnitud física que da resistencia al cuerpo para soportar "cualquier" situación.

Esa definición era cierta, pero él la había enfocado mal.

Siempre creyó que la fuerza era no sentir dolor y ser capaz de vencer a cualquiera que se le parara enfrente.

¡Qué idiota!

 

Podía vencer a Sakura físicamente, pero la chica tenía una su tenacidad y pureza le daban una fuerza extraordinaria, haciendo que todo a su alrededor fuera diferente, una fuerza interna que incluso a él lo hizo cambiar y pensar en protegerla. Y sin embargo, esa misma pureza la habían llevado a esa situación tan peligrosa.

 

Mokona no tena ni pizca de fuerza comparada con él, y sin embargo su forma de ser la hacía fuerte y los mantenía unidos aun cuando al parecer todo a su alrededor se deshonorará... y él, aunque lo renegara, había aprendido a confiar de esa fuerza. Y ni con toda esa fuerza había podido frenar lo inevitable

 

Shaoran era fuerte, de eso no había duda, no tanto como él pero podía darle una buena batalla; pero su fuerza física, emocional y mágica venía de la fuerza de su corazón; fuerza que lo ayudaba y al mismo tiempo lo perjudicaba al tener que enfrentarse con la sombra de su clon.

 

Fye aunque no lo pareciera era fuerte, sin duda alguna lo habían entrenado para tener resistencia, y su magia era muy poderosa...... pero ¿de qué le servía si esa misma fuerza le trajo tantas tragedias?

 

¿Acaso la fuerza no servía para proteger? ¿Por qué esta misma te daba tanto sufrimiento? Entonces ¿Qué era la fuerza?

 

  • - ¡A saber! - Soltó con arrogancia, sonriendo discretamente.
  • - Kurogane. - Musito la chica extrañada, no sabía a dónde iba el moreno con esas palabras.
  • - Sin embargo. - Dijo con voz monocorde, colocando su mano en el lugar donde debería estar su brazo. - Mi fuera disminuyo ¿no es así?
  • - ......
  • - Asesine a un hombre.
  • - ......
  • - ¿Esta es la maldición de la que hablabas? ¿Sabías que las cosas serían así?
  • - En verdad deseaba que las cosas fueran diferentes

 

Resoplo y miro hacia la nada. Había perdido su brazo y de esa manera su fuerza disminuía, no era la manera en la que pensó que sucedería esa maldición... en verdad creyó que en algún momento se sentiría más débil, pero perder un miembro de su cuerpo... ¿cómo no sentirse más vulnerable cuando toda tu vida has estado entero y dependiendo de esa parte ahora mutilada? Y aún así.........

 

  • - No me arrepiento. - Soltó sin más.
  • - ¿Eh?
  • - Dar mi brazo por él. No me arrepiento de mi decisión
  • - ......
  • - Siempre quise poder, siempre desee ser fuerte.
  • - ...
  • - Así, las personas que me importaban, no me serían arrebatadas nunca.
  • - ......
  • - Sin embargo el poder también trae terribles catástrofes.
  • - ......
  • - Y hay cosas que... no se pueden proteger con la fuerza. - Dijo cerrando su puño. - él no puede ser protegido por fuerza... - Pensó.

 

Ahora que sabía eso se sentía vulnerable, sabía que en cualquier momento podía perder a alguien a quien quisiera......

 

  • - Aún así. - Añadió. - Haré todo lo que esté en mis manos para protegerlos. - Continuo. - Para salvarlo. - Pensó de nuevo, sin saber porque siempre sus pensamientos giraba en torno a él. ¿Tanto así lo amaba? La respuesta era un "si"

 

Sintió una mano sobre su hombro, volteo el rostro y pudo ver a la princesa de su mundo.

 

  • - Veo que en verdad has comprendido el significado de la fuerza.
  • - ¿cómo esta tan segura de ello?
  • - ... - Le sonrió. - Ahora sabes que la fuerza viene de aquí. - Dijo colocando su pequeña y blanca mano sobre el pecho del más alto, justo a la altura de su corazón.
  • - Tks. - Chasqueo la lengua, aquella princesa lo había descubierto y eso no le agradaba mucho, pues se sabía vulnerable.

 

La vio ponerse de pie y la siguió con la mirada ¿Por qué se levantaba?

 

  • - Disculpa por hacerte esperar. Puedes entrar. - Dijo con voz tranquila pero con un tono más alto.

 

Kurogane volteo el rostro y vio como aquella puerta se deslizaba con calma, dejando ver a una persona de pie al otro lado.

Su esbelto y fino cuerpo estaba cubierto por una delicada yukata de color azul claro atado con un obi de rombos negros con amarillos, sus pies calzados por tabis blancos. Sus cabellos rubios estaban atados con una cinta negra en una coleta que caía sobre su hombro, mientras que su flequillo ocultaba sus ojos.

Kurogane no supo qué hacer en cuanto lo vio, por unos momentos deseo correr hacia él y saber cómo se encontraba, sin embargo estaban pasmado.

Fye se acerco al ninja con paso tranquilo pero seguro, con ese andar elegante que lo caracterizaba, haciendo que la tela de la yukata se moviera apenas en su andar, algo que fascino al ninja, ¿Cómo le hacía el mago para moverse como si flotara? No lo sabía.

Fye se detuvo delante de él, mirándolo fijamente, manteniendo los puños cerrados y los labios apretados en una línea recta. Se notaba serio, tal vez molesto ¿Por qué? Fácil: Porque lo había vuelto a salvar, porque una vez más lo había arrancado de las frías manos de la muerte, pero no le importaba que lo odiara una y mil veces, él lo seguiría salvando.

 

  • - ¡Hey!

 

De repente sintió algo contra su mandíbula, algo que lo arrojo con fuerza contra la pared atrás de él. Estaba aturdido y sorprendido, ¿Aquello había sido un puñetazo? ¡Sin duda alguna! ¿El vampiro lo había golpeado? ¡Claro que sí! Pero ¿Por qué? No lo sabía, pero había algo que si sabía ¡¡Tenía un muy buen gancho!!

Lo miro extrañado, sin saber bien que hacer o decirle, pero entonces su mirada se suavizo al ver que el rubio le sonreía de forma arrogante.

 

  • - Me lo debías, Kuro-sama

 

¿Qué se lo debía? ¡Ah, ya lo recordaba! Aquel golpe que le había dado en infinity, pero ¡él había medido su fuerza para no lastimarlo! En cambio el rubio le había pegado con saña ¡Que desgraciado! ¿Acaso no veía que estaba convalecie......?

¡¡¡Un momento!!! ¿Le dijo "Kuro-sama"? Había escuchado bien ¿Le estaba llamando de nuevo con esos estúpidos motes que siempre se inventaba?

 

Lo miro a la cara, notando que el otro le veía fijamente, como si esperara que captara aquel nombre......

Sonrío, esa sonrisa altanera que tanto le caracterizaba.

 

  • - Te moleré a golpes por esta, bastardo. - Le dijo en tono de juego, sabiendo que el otro lo entendería.

 

La discreta sonrisas en sus rostros demostraba claramente que solo estaban pensando en el otro, mientras sus ojos habían entrado en un contacto visual irrompible; era como si el resto del mundo no importara en absoluto. Podía desmoronarse todo el palacio y ellos seguirían mirándose como si nada.

Fye tenía toda la intención de abalanzarse sobre el ninja, abrazarlo y asegurarse de que se encontraba bien, pero la simple emoción de verlo despierto lo tenía paralizado.

Kurogane le miraba fijamente sin decir nada: Ese era el mago que había viajado con ellos todo ese tiempo, el que tantos secretos tenía ¡El que los debía traicionar! El que deseaba la muerte con todas sus letras......... del que estúpidamente se había enamorado.

 

  • - Supongo que tendrán mucho de qué hablar. - Dijo de repente la princesa, haciendo que ambos voltearan a verla. - Me retiro. - Añadió haciendo una ligera reverencia para después caminar hacia la salida, sin embargo, antes de salir miro al rubio de manera preocupada.
  • - ...... - El vampiro le regalo una agradable sonrisa y se despidió de ella con la mano, agitándola hacia los lados. - No se preocupe, princesa Tomoyo, cuidare de él.
  • - ... - La chica suspiro en silencio y musito un suave "bien" antes de irse.
  • - ¿Qué fue eso? - Pregunto el ninja en cuanto estuvo a solas con el mago
  • - ¿Qué fue qué? - Dijo como si nada
  • - ... - El ninja apretó sus labios. - ¿De nuevo vas a empezar a ocultar cosas? - Le reclamo mientras veía como el otro caminaba hacia la puerta del balcón, saliendo y recargándose en la barandilla de madera
  • - No estoy ocultando nada, Kuro-sama. - Le regalo una dulce sonrisa.

 

Se quedaron en silencio,  Fye mirando el panorama y el ninja viendo al rubio. Era sorprendente como la luz de la luna contorneaba su figura de manera suave, dándole un efecto ligeramente fantasmal.

Con algo de dificultad logro ponerse de pie, sentía sus músculos entumidos y rígidos por estar tanto tiempo en la misma posición, necesitaba ejercitarlos, así que tomo una nota mental: "Entrenar lo más pronto posible".

Pero se desviaba de tema, en esos momentos lo que le importaba era ese joven hechicero que ahora veía el paisaje; tenía que hablar con él ¡había tanto de que hablar!

 

  • - Oye. - Llamo de repente el ninja, parado en el umbral del balcón. - Sobre lo que paso
  • - En verdad, Kuropon...
  • - ...
  • - Tu mundo es un lugar muy agradable. - Soltó como si nada.
  • - No me cambies la conversación. - Le regaño.
  • - ... - Fye se quedo en silencio por unos segundos, mirando hacia la nada, sintiendo como el otro le miraba fijamente. - perdóname.
  • - ¿Por qué te disculpas? - Tuvo toda la intención de cruzar los brazos, sin embargo recordó que era algo que ya no podía hacer, maldijo internamente el haberlo olvidado.
  • - Por mi culpa tu...
  • - No fue tu culpa, la decisión fue mía.
  • - Lo sé... pero...... - Apretó los puños. - ¿Por qué?
  • - ¿Por qué, qué?
  • - ... - Volteo a mirarlo. - ¿Por qué lo hiciste?
  • - ¿En verdad eres tan idiota? - Le reclamo. - ¿Cuántas veces voy a tener que decirte lo que siento para que te entre en la cabeza?
  • - No lo entiendo. - Dijo bajando la cabeza. - ¿Cómo puedes quererme? Después de saber todo lo que soy... lo que hice ¡La manera en la que los utilice!
  • - ......
  • - ¿cómo puedes querer...... a esta escoria?
  • - No quiero que vuelvas a decir algo así ¿entendido?
  • - .........
  • - Tu pasado no me importa, eso ya te lo había dicho.
  • - Pero mi pasado es lo que soy yo ahora.
  • - Cierto, tu pasado ayudo a formarte. - Dijo acercándose al otro para después colocar su mano en el barandal, acorralando al otro con su cuerpo. - Pero tú eres quien quieres ser; sin importar tú pasado o de donde vengas.
  • - ...... - Sonrió discretamente. - ¿Siempre ves las cosas de esa forma tan positiva?
  • - Tengo esa manía. - Le dijo con calma. - Así como tu sueles evadirlas ¿verdad? - No lo dijo de manera ofensiva, y eso lo sabía el mago, Kurogane siempre era directo y decía las cosas como eran; no podía negarlo, le gustaba eso del ninja. - Mírame. - Le pidió.
  • - ...... - Fye bajo más el rostro, apoyando su propia barbilla en su pecho.
  • - Mago
  • - No puedo.
  • - ¿Qué?
  • - No... no puedo......... - Murmuro. - y... tampoco puedo......... aceptar tus sentimientos...

 

Kurogane apretó los labios. ¿Lo estaba rechazando? ¿De nuevo? Eso le molestaba, sobre todo porque no se estaba declarando, al menos no aún.

Sin embargo aquel enojo quedo de lado al ver como el rubio se estremecía levemente y apretaba la barandilla con fuerza entre sus manos, no tenía que verle a la cara para saber que estaba conteniendo el llanto.

 

  • - ¿Por qué dices eso?
  • - ...por... porque...... es verdad......
  • - ......
  • - ...yo... yo no puedo... no, no puedes amarme......
  • - ......después de todo el daño que les hice, de todo lo que oculte...... no, no merezco esa clase de sentimientos.
  • - ¿Qué? ¿De dónde sacas semejante idiotez?
  • - ......Incluso las personas que me dieron la vida, me veían como una aberración...
  • - ...
  • - ...yo...... estoy condenado... y no... no puedo arrastrarte a mi condena............ yo no......

 

Kurogane bufó molesto.

 

  • - No me cabe duda alguna de que eres un verdadero imbécil. - Le reclamo, tomando su rostro por la mejilla, sintiéndola un poco fría, no dijo nada y deslizo su mano hasta llegar a su mentón y levantarle el rostro.

 

Lo que el ninja noto en aquel rostro fue algo que con la oscuridad y la distancia no había visto antes: a pesar de su tono de piel, Fye se veía ligeramente pálido, unas ligeras y oscuras marcas se mostraban bajo su mirada azul que lucía opaca y cansada.

No le gustaba verlo con ese aspecto tan enfermizo y frágil, con su zafiro lloroso y rojo... con esa debilidad tan palpable.

 

  • - Esos idiotas te hicieron mucho daño al usarte de esa manera, pero hazme el favor de dejar de pensar en tantas estupideces.
  • - .........
  • - Eres tú mismo él que se está condenando ¿Por qué no te respetas un poco más?
  • - ... - Esquivo la mirada. - Es fácil decirlo.
  • - ......
  • - Toda mi vida he sido una marioneta... yo... no sé cómo hacer lo que me pides.
  • - ... - Kurogane se acerco a él, acariciando con sus labios el oído del rubio, llegando a su nariz la suave y agradable fragancia de Fye. - Deja que yo te enseñe. - Susurro en su oído, obteniendo como respuesta un suave suspiro y un estremecimiento.

 

Sin embargo el vampiro lo separo de él con un movimiento apresurado, mirándolo de manera nerviosa y ligeramente asustada.

 

  • - Kuro...... yo... - Dijo bajando el rostro. - yo... yo...... agradezco... lo que sientes, pero......
  • - Si vas a darme otra evasiva, mejor no hables.
  • - ......
  • - Estoy cansado de tus "no me ames" "no merezco ser amado" "no puedo" y no sé que otras idioteces más has dicho.
  • - ... - Fye se encogió un poco en sí mismo.
  • - ¿De qué sirve todo eso si no das una respuesta concreta?
  • - ......yo.........
  • - Deja de decir tantas idioteces, solo quiero que me respondas algo. - Dijo para levantarle el rostro y permitir que lo mirara a los ojos. - Solo quiero un "si" o un "no" ¿entendido?
  • - ...
  • - Y esta vez quiero que seas sincero
  • - ......
  • - ¿Sientes por mí, lo mismo que yo siento por ti?
  • - ... - Esquivo la mirada. - Kurogane. - Gimió incomodo por la situación, sin saber que responderle.
  • - Responde. - Insistió, notando como aquellas mejillas se teñían de carmín y sus ojos se volvían un poco brillantes. - Yuui.
  • - ¡¡...!! - Volteo a mirarlo, extrañado y sorprendido por la forma en la que lo llamo, sin saber si le agradaba o le molestaba.

 

Hacia TANTO que había dejado de usar ese nombre, que incluso en algunas ocasiones llegaba a olvidarlo, era extraño saber que ahora sus compañeros de viaje lo supieran. Era desconcertante que la persona que amaba lo llamara así.

Sentía su corazón latir con fuerza y sus mejillas ardes; su cuerpo se estremecía y las piernas sacaban fuerza de quien sabe donde para no caer. Podía ver aquellos ojos color carmín mirarlo de manera fija y segura; provocándole una sensación de vulnerabilidad. El ninja siempre era así se seguro y honesto con todo, tan directo que lo asustaba... y al mismo tiempo lo admiraba.

 

  • - Responde, Yuui
  • - ... - Sus labios se abrieron levemente, temblando ante su garganta cerrada. No sabía que responder, mientras se perdía en esa avasalladora mirada carmín, sintiendo aquel cuerpo tan cerca del suyo, brindándole ese calor que tanto le gustaba.
  • - ¿Me amas?

 

¿Qué debía hacer? ¿Mentirle o decirle la verdad?

Y aún si mentía, el ninja era la única persona capaz de saber cuándo ocultaba algo...... pero decirle la verdad era difícil.........

Sentía la garganta cerrada y su corazón tan acelerado, que por un momento se sintió desfallecer.

 

  • - ¿Me amas, Yuui? - ¡Dios! Se escuchaba tan bien su nombre en labios del moreno; era tan agradable saberse amado por él.........
  • - ......- Su voz no fue de emitir ni un solo monosílabo, pero su rostro se movió de manera afirmativa, perdido en aquella mirada carmín, con la mente nublada por sus sentimientos.

 

Kurogane le sonrió de lado; él ya sabía que el hechicero sentía algo por él ¡Si no era idiota! Pero ¡Por Dios! Era tan terco... siempre negándose a lo que en verdad quería y deseaba.

Noto como el rubio pensaba, como si quisiera decir algo más, sin embargo el moreno lo cayo, colocando su dedo pulgar sobre sus finos labios

 

  • - No digas nada. Lo único que importa es lo que sientes. - Dijo acariciando su mejilla
  • - ¿eh?
  • - Olvida el pasado, las maldiciones y lo que te dañaron.
  • - ......
  • - Nadie volverá a lastimarte; yo te protegeré, lo prometo
  • - ...ku...kuro...... - Bajo el rostro. - ...pe... pero yo......
  • - Tú jamás me harás daños. - Pego su rostro a los cabellos del otro. - Y jamás dañaras a alguien; porque nunca has querido hacerlo.
  • - ...... - Fye no sabía que sentía en esos momentos, las palabras del moreno eran tan......... Cerro su ojo con fuerza, controlando sus lágrimas y los temblores de su cuerpo
  • - Haz lo que te pidió tu hermano...... y vive. - Apenas un murmullo.
  • - ...no...... no sé...... como... - Tartamudeo con un molesto nudo en la garganta.
  • - En ese caso. - Beso su cabeza. - Deje que yo te enseñe.

 

No entendía el porqué, pero cuando ese hombre decía esas palabras sabía que eran ciertas, sentía que en verdad sería protegido y que todo el daño que había causado era absuelto; que su traición terminaba sido una mentira hasta para él mismo y que lo que más importaba era él y su bienestar.

 

En verdad se sentía protegido a su lado, seguro en sus brazos............... sabía que, si Kurogane le decía que lo iba a proteger y ayudarlo a vivir, era cierto.

Lo separo de él por el hombro para poder mirarlo a la cara, pudo ver su mirada confundida y aturdida, en una lucha interna entre lo que quería hacer y lo que estaba acostumbrado a hacer. No le resultaba extraño, seguramente era difícil para el rubio cambiar su forma de pensar.

Acaricio suavemente su mejilla con el dorso de sus dedos, sintiéndola suave y tersa.

 

  • - Será poco a poco. - Musito.

 

Fye desvió la vista hacia un lado, pensando por unos momentos, lo que el ninja le estaba diciendo era algo que venía repitiéndole desde hace TANTO tiempo. ¿Cuántas veces le pidió que valorara u vida? ¿Qué odiaba a las personas que se menospreciaban? ¿Qué dejara de menospreciarse? ¿Qué lo amaba y lo ayudaría a ver las cosas de otra manera?

Hacia tanto que se lo decía, a veces de manera directa, en otras con una sutil indirecta; pero aquellos sentimientos impregnados en sus frases.

 

  • - ¿Por qué? - Musito el rubio extrañado
  • - ¿eh?
  • - ¿Por qué yo? - Dijo bajando el rostro. - ¿Qué has visto en mi? Si soy de lo peor. ¡Si tengo todos los defectos que odias!
  • - .........
  • - ¿Por qué yo?
  • - No lo sé. - Dijo con toda la sinceridad del mundo. - Tampoco me preguntes como paso o cuando fue, porque no lo sé. - Le tomo el rostro por el mentón para poder levantarle la cara. - Simplemente paso.
  • - .........
  • - Un día... me di cuenta de que ocupabas todos mis pensamientos; y por más que trataba de sacarte de mi mente, cada intento me hacía pensar más en ti.
  • - ...
  • - Es verdad que eres todo lo que detesto... pero no puedo evitar sentir lo que siento.
  • - ...kuro... - Musito, bajando el rostro para evitar mirarlo.

 

Su cuerpo se estremecía levemente, sin saber de emoción o de sufrimiento. Las palabras del ninja lo emocionaban tanto como lo asustaban ¿En verdad podía amarlo de esa manera tan entregada? El también lo amaba, y con la misma intensidad que el moreno, pero ¿cómo corresponderlo correctamente?

Apretó los puños de sus manos y se mordió el labio, luchando internamente por no saber que debía hacer ni cómo reaccionar.

EL ninja lo miraba, se veía curiosamente indefenso con esas actitudes; y por esa misma razón solo llego un pensamiento a su mente: "Protegerlo". Saberlo a salvo......... no solo de manera física, sino también emocional y psicológicamente.

 

Levanto un mano y de nueva cuenta tomo aquel rostro para alzarlo y poder apreciarlo por completo, no le gustaba que el rubio se la pasara rehuyéndole la mirada, como si no fuera digno de verlo... digno de ser amado.

Su mano recorrió su rostro, como si con ello lo estuviera grabando en su memoria; si bien aquel gesto no parecía algo propio del moreno, en esos momentos el tenía la necesidad de tocar al rubio, de una manera sutil y al mismo tiempo profunda; de forma intensa.

Las manos del rubio se movieron por si solas, aferrándose a la tela de aquella yukata blanca, como si tuviera miedo de que el ninja pudiera cambiar de parecer, cosa que al moreno le causo gracia ¿En verdad creía que lo iba a dejar ahora? Si no lo hizo cuando se entero de lo peor de él, no lo haría ahora.

Contemplo su dulce semblante, notando aquel ojo cerrado con suavidad, con las mejillas teñidas en carmín y esos delicados labios entreabiertos......

Esos labios...... sus labios......

Tiempo atrás ya los había probado y vaya que lo habían fascinado.

Recordó la primera vez que lo beso, que sintió como esos labios que se acoplaban perfectamente a los suyos, mientras que sus cuerpos se acercaban y se buscaban con necesidad, abrazándose como si temieran que el otro fuera a desaparecer...... con deseo, con pasión, con un amor tan intenso que era palpable para todos... incluso para ellos dos, pero que los miedos del rubio evitaban evolucionar.

Rememoro la segunda vez que se atrevió  besarlo, ese beso en el que el rubio se mostro confundido, en donde no sabía si responder o separarlo... una lucha interna que termino por alejarlos más de lo que ya estaban.

 

Esos labios...... sus labios......

Quería besarlo...... deseaba hacerlo......

 

Tomo su rostro con el mentón y lo levanto levemente, sujetándolo con firmeza y suavidad, solo para después acercarse a él...

No tenía que abrir los ojos para saber que Kurogane ya había traspasado su espacio personal, después de todo, podía sentir su cálido aliento sobre su piel; sabía que iba a besarlo y le encantaba eso...... jadeo suavemente, entreabrió los labios y presionó con un poco más de fuerza la tela de la yukata, expectante a lo que estaba por venir.........

Fue un suave roce el que tuvieron, sintiendo claramente la textura del los labios contrarios; jadearon discretamente al sentir ese sutil contacto, deseando profundizarlos......... abrieron un poco más sus labios y......

 

  • - Mokona. - Dijeron ambos en un suave susurro sobre los labios del contrario.

 

La puerta se abrió al mismo tiempo que ellos se separaban lo suficiente como para aparentar que no estaban a milésimas de segundo de besarse, aun cuando se sintieran frustrados por la interrupción, sus corazones estaban tranquilos, sentían como si todas las dudas del universo hubieran sido resueltas; aún cuando el rubio no hubiera dicho nada de lo que sentía, el que ambos supieran que Fye lo amaba era un gran alivio para los dos.

 

  • - ¡KUROGANE! - La pequeña corrió y brinco lo más rápido que daban sus pequeñas patitas, solo para después arrojarse al moreno y abrazar su cuello con la escasa fuerza que tenía.
  • - Ahh... - El ninja suspiro algo fastidiado por el gesto de la pequeña, mientras que el rubio solo sonreía de manera tranquila.
  • - Estaba tan preocupada, tenias tanto tiempo inconsciente que temí que no despertaras.
  • - Estoy bien, no tenías porque preocuparte tanto. - Le dijo con ligereza, como si quisiera quitarle importancia al asunto.
  • - ¿Cómo que no? ¡¡Casi mueres!! - Le dijo mientras brincaba hacia atrás, sin darse cuenta de que había caído en las manos del mago. - Estuviste 3 días sin sentido, al borde de la muerte ¡¿Cómo querías que no me preocupara?! Aún Tomoyo se mostraba muy optimista, y Fye te cuidará todo este tiem...... - Entonces se quedo callada, como si se acaba de dar cuenta de algo, giro y miro al rubio. - ¡¡Fye!!
  • - Hola, Moko-chan. - La saludo con una suave sonrisa en el rostro.
  • - ¡Deberías estar descansando! ¡No has dormido nada desde que llegamos!
  • - ... - Aquello no paso desapercibido para el ninja, quien miro al rubio
  • - Vamos, no es para tanto. - Dijo el rubio.
  • - ¡Pero es cierto! - De nuevo miro al ninja. - Desde que llegamos Fye ha estado a tu lado, preocupado porque no despertabas y culpándose por tus heridas.
  • - Mokona. - Dijo el rubio con una sonrisa forzada en la cara, como si le dijera "Estas hablando de más".
  • - Esta noche Tomoyo le dijo que ella se quedaría contigo mientras él dormía un poco. Nos costó trabajo convencerlo pero al final accedió y pude llevarlo conmigo para que durmiera, pero al parecer solo fingió dormir. - De nuevo miro al rubio de manera recriminatoria. - Esperaste a que me venciera el sueño para venir a verlo ¿verdad?
  • - ... - Fye solo sonrió, aunque era claro que se mostraba un poco molesto por todo lo que estaba diciendo la pequeña. ¿Es que tenía que acusarlo con Kurogane como si fuera un niño chiquito?
  • - Cuando desperté y no te vi, vine a buscarte... y en el camino me encontré a Tomoyo quien me dijo que Kurogane ya había despertado...... y por la emoción olvide que venía a buscarte.
  • - No tienes nada de qué preocuparte, Moko-chan. - Dijo con calma para levantarla un poco. - Esto bien.
  • - Pero me tenías preocupada - Brinco y cayó sobre la barandilla, mirando al rubio con preocupación.
  • - Tienes que calmarte un poco, no soy tan débil como lo parezco. - Le dijo acariciando su cabeza.
  • - ... - La pequeña solo asentó, no muy convencida de lo dicho por el rubio, pero tranquila al ver que los dos se encontraban bien.

 

El silencio se formo de manera abrupta.

Kurogane solo escrutaba con la mirada a Fye, reclamándole en silencio el que estuviera todo ese tiempo en vela. ¿Qué? ¿Acaso por estar despierto día y noche él iba a despertar más rápido? Entonces un rápido pensamiento cruzo su mente, algo que lo alerto y en lo que no había reparado momentos atrás por estar tan ocupado en convencer al mago de que aceptara sus sentimientos, cosa que al parecer ya había logrado.

Fye sintió la mirada del ninja sobre él, volteo a mirarlo y pudo notar en aquellos pequeños ojos carmín una mirada entre molesta y preocupada; parecía que el mismo ninja no sabía si recriminarle algo malo que hubiera hecho o abrazarlo para saberlo a salvo. ¿En qué estaría pensando el pelinegro? ¡Ni idea! Pensó que se debía al hecho de estar en vela TANTO tiempo, no era algo de lo que quería que se enterará ¡Venga! No era algo relevante para él, ni que fuera la primera vez que no duerme, aunque tal vez el ninja no lo vería así ¡Como fuera! Lo único hacer que se le ocurrió fue regalarle una sonrisa nerviosa, una que dijera "no pasa nada", "estoy bien", "tranquilo"

Pero Kurogane solo entorno los ojos, no le estaba gustando para nada esa charla muda que estaban teniendo ¡¿Cómo que no se preocupara?! ¡Maldito idiota! Era imposible no preocuparse por él cuando el muy torpe se descuidaba a sí mismo. Si no quería que se mortificará por él, entonces ¡Que no le diera motivos!

Abrió la boca, dispuesto a decir algo cuando......

 

  • - ¡¡Qué bonito!! - La voz de Mokona regreso a ambos a la realidad.

 

Voltearon el rostro y pudieron notar como la pequeña observaba el alba.

Los rayos del sol comenzaban a bañar el horizonte, uniendo la tierra con el cielo con matices de suaves colores.

 

El amanecer marcaba el fin de la noche

Fría, oscura y solitaria.

Quitando el acecho de cada sombra.

Que en la sombra actúa como fantasma

No más miedo, no más dolor

Todo ello termina

Con el primer rayo del sol.

 

La vista que tenían desde aquel balcón era maravillosa, como si aquel amanecer fuera un regalo divino después de todo el sufrimiento que había vivido meses atrás.

Era como si les pidieran comenzar de nuevo, y tener una nueva oportunidad......

 

Kurogane volteo el rostro y miro al rubio, se veía maravilloso bañado por luz de aquel suave sol, una luz que poco a poco lo iba iluminando, que hacía brillar sus cabellos dorados y daba calor a sus pálidas mejillas. Le gustaba más esa iluminación sobre el cuerpo del albino que la amortiguada y pálida luz de la luna.

 

Una nueva oportunidad para amar.........

 

Fye también miro al moreno, notando como la piel de este brillaba un poco por los efectos del sol, como si su piel acogiera los rayos de manera agradable; esa luz tan intensa, radiante, cálida y agradable era como una extensión más del moreno. Sentir ese sol que apenas nacía era como sentir que el ninja lo estuviera tocando, como si lo abrazara y jamás le soltase.

 

Una nueva oportunidad......... para vivir.........

 

Sus miradas estaban conectadas, ignorando todo lo demás, como si ya nada a su alrededor importara, y de hecho así era......... solo ellos dos, ese amanecer y la esperanza de que todo podía ser mejor de ahora en adelante.

 

Fye podía sentir como su corazón latiendo con fuerza contra su pecho, de manera avivada y gozosa... pero era una sensación que también le preocupaba, como si temiera algo malo............ como si la visión que tenía de otro solo fuera un espejismo causado por el amanecer. Era tan agradable y al mismo tiempo mortificando... que dolía......... y demasiado. ¿Qué era eso? ¿Dudas? Si, tal vez...... después de todo, estaba tan acostumbrado a sufrir, que el ser feliz le daba miedo; un terror tan grande que no sabía cómo afrontarlo.

Temía......... perder aquel pequeño momento de felicidad.

 

Kurogane pudo leer aquellas reacciones en la mirada del rubio, era normal que se asustara de esa manera ¿Quién no lo hacía ante algo nuevo? O alguien muy valiente o alguien que se negaba a lo que en verdad sentía.

Le regalo una discreta sonrisa, una llena de confianza, diciéndole sin palabra alguna que sabía lo que estaba sintiendo, que el mismo tenía algo de miedo por aquel nuevo y extraño paso que estaban dando junto... pero que estaría ahí, firme y seguro de su decisión, y que no lo dejaría.

 

En verdad deseaba arrojarse a sus brazos, besar sus labios... y saberse junto a él......... escuchar de nuevo aquella grave voz sobre su oído, reconfortándolo y animándolo......... pero sus pies eran incapaces de moverse si quiera un milímetro, su cuerpo estaba paralizado por las emociones, mientras su corazón latía desbocado en su caja torácica. Se llevo una mano al pecho, como si con ello pudiera parar su palpitar.

 

El tiempo fue amorfo... no sabían si se había parado o si seguía su curso ¿Que importaba? Si para ellos ese momento era eterno.

 

Entonces los labios de los dos se movieron al mismo tiempo, en un movimiento silencioso que solo ellos dos, a pesar de no decir nada, pudieron escuchar, como si tuvieran la voz del otro grabada en su cabeza.

 

  • - Te amo.

 

Demasiadas emociones y sentimientos para un solo segundo. No sabían cómo, pero esas dos simples palabras representaron todo un universo para los dos.

 

CONTINUARÁ

Notas finales:

Si lo sé... tanto tiempo para un capitulo extraño.... ¬¬....

Ah! Pero el final a mi si me gusto... le puse mucho sentimiento jejeje....

Espero sus comentarios y hare lo posible por actualizar lo más pronto que pueda.

El titulo viene de:

 http://www.youtube.com/watch?v=jia0dh0fW1I&ob=av2n

Canción: Por besarte de Lu...

Siento yo que le va bien! ^o^

Nota: No sé si se dieron cuenta, pero hay una parte que piensa Kuro y no se dice XD jejeje... ¿Qué será?

 

Nos vemos, kuidense y besos

Bye bye!!

 

PD: Dulce Chan así me pueden buscar en el face.... ¡¡¡Arriba el yaoi!!! ^o^


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