La nieve caía…
Ligera,
Elegante,
Tan pura,
Tan fría…
Después de todo lo acontecido se sentía más seguro del futuro.
Miro la sala repleta, las sonrisas conciliadoras y los reproches que escondían preocupación.
Cálido, pensó, aun cuando hacia tanto frio.
Se quedo quieto en su lugar, no hizo ningún movimiento, solo siguió observando… como siempre, solo observando nunca participando.
El pensamiento “todos serán unos con Rusia” se hizo más fuerte, momentos como ese hacían que así fuera… - algún día todos serán uno con Rusia – el deseo casi obsesivo se escapo de sus labios tan ligero como la nieve.
Y así era ese pensamiento que lo había acompañado desde sus tempranos años de infancia, demasiado frágil, una ilusión…
Su sueño que al igual que la nieve se derretía apenas lo tocaba… simplemente era imposible sostenerlo con las manos… solo una vez... Si, aquella vez… pero no…
Y ahí estaba el culpable de que sus sueños fueran destruidos, riéndose, disfrutando todo lo que él siempre había querido… América… como odiaba a ese mocoso…lo odiaba tanto…
Ajusto un poco más su bufanda, el frio se colaba entre sus ropas y a pesar de haber nacido en un lugar aún mucho más gélido eso no evitaba sentirlo. Aun no se movía, simplemente no podía…
Acaso había algo ahí para él, todos parecían ocupados charlando amenamente incluso sus hermanas y aquellos con los que alguna vez conformo un hogar… así era, su presencia no era necesaria para nadie…
Iván aún miraba, como siempre lo hacía, mientras el General Invierno lo envolvía en el mismo sueño de siempre… o tal vez era una pesadilla…
Esta vez se movió, pero solo para dar un paso hacia atrás. El estaba acostumbrado a estar solo, siempre lo estuvo… Aun cuando tenía a sus hermanas, ellas siempre volvían a casa y lo dejaban solo….
En ese lugar tan grande… en ese lugar tan gélido… solo con la nieve… tiritando de frio...y soñando con girasoles, que siempre terminaban marchitándose con la venida del amanecer.
Dio un paso más… sonrió un poco, el era Rusia siempre estaría solo… ese era su destino, no había cabida en el mundo para él, por eso hace mucho había decido obligarlos a todos… pero ese día no era hoy, ni mañana… tal vez algún día… un día todos serían uno con él.
Se giro por completo dispuesto a irse…
- A donde crees que vas – aru? – esa voz familiar lo detuvo, giro levemente su rostro para verlo
- Ah? – fue lo único que atino a decir, no pensó que alguien lo había visto
- Hace ya bastante tiempo estar parado ahí – aru - sonaba molesto, parecía molesto. Tenía los brazos sobre sus caderas y estaba utilizando ese tonito de estar enojado – cuanto más crees que te vamos a esperar – aru… - China era gracioso cuando se enojaba, fruncía el ceño y hacia ademanes muy exagerados justo como ahora.
- Ustedes dos de una vez por todas pasen – la voz del ingles interrumpió sus pensamientos – todos nos estamos congelando – detrás de él estaba el americano observando divertido como Inglaterra los regañaba
- Ya vamos – aru – China camino hacia su dirección haciéndose de sus mano para arrastrarlo hacia adentro pero Rusia no se movió – ah! – el asiático se encontraba sorprendido por la actitud del más alto – he dicho que vamos adentro – aru
Iván encontraba divertido los esfuerzos de Yao por hacerlo pasar pero él no se movería… un lugar cálido no era para él, a pesar de que lo anhelaba no era para él, su lugar estaba fuera con la nieve… con el frío… solo…
- Rus… – intento replicar China pero fue interrumpido por una bola de nieve que cayó justo en su rostro. Volteo hacia la dirección de donde llego el proyectil solo para darse cuenta que el americano había sido culpable del atentado.
- Sorry, China era para Iggy – intento defenderse
- What ! - Increpo el ingles ante lo cual se agacho y ataco de la misma manera al menor
Inglaterra y China habían ido detrás del americano para hacerlo pagar por su atrevimiento mientras este corría riendo y de vez en cuando contra atacando.
Se escucho una nueva voz proveniente de la puerta – por qué se están tar…? – Canadá se convirtió el primera baja – guerra de de nieve!! – grito exaltado el principado de Sealand arrastrando a Letonia hacia fuera, y rápidamente atacando a sus hermano mayor.
Los demás poco a poco empezaron a salir. Algunos tomaron bandos y otros como Suiza se mantuvieron solo de expectantes.
Los pensamientos de Rusia al igual que sus emociones estaban confusos. Ahí estaban ellos divirtiéndose en la nieve, riendo a carcajadas al igual que cuando estaban dentro disfrutando de la acogedora calidez, se podría decir que incluso se veían más alegres.
- Señor? – lo sacaron nuevamente de sus cavilaciones – Señor Rusia gusta una taza de chocolate? – ofrecía amablemente Lituania – tiene mucho tiempo aquí afuera, le sentaría bien… usted sabe… para calentarse – miro extrañado la cara del otro.
Acaso todos sabían que se había quedado afuera… acaso lo habían notado… China lo había ido a buscar… Inglaterra y América también habían salido incluso que ese chico que seguía tirado en la puerta… y el resto… todos…
- Señor…? – volvió a interrogar el báltico – [spasibo] – respondió, tomando la taza y degustando el liquido caliente.
La nieve seguía cayendo, seguía haciendo frio y sus dedos seguían congelándose a pesar de los guantes… los demás seguían estando alegres, el resto seguía junto y él apartado… jugaban y el solo miraba pero…
… pero… todos estaba en el mismo lugar, todos salieron cuando el no ingreso, jugaron con la nieve cuando él rechazo la calidez de aquella casa… todos estaba juntos… disfrutando…
Porque él también disfrutaba viéndolos, y no de esa manera maliciosa como antes.
Los observaba y el pensamiento “todos serán uno con Rusia” no parecía ya un sueño…
Se sonrío nuevamente.
Todos eran naciones, eran iguales, y la presencia de uno influía en los demás y la ausencia tenía el mismo efecto… todos eran uno.
Todos eran uno con Rusia, y Rusia no se había dado cuenta.
Tal vez no era la manera como lo había soñado pero …
Rusia sufrió un atentado. La risa de China, resonó por todo el jardín mientas América se preparaba para correr y el resto trataban de contenerse.
… los sueños siempre iban a ser sueños y él, ahora, prefería la su realidad.
Dio un paso hacia adelante, y con una sonrisa en la cara, se dispuso a seguir al americano y hacerlo pagar por su descaro.
La nieve continuaba cayendo, tan frágil, tan fría como siempre…
Pero la nieve también era divertida, la nieve hacia que las personas se juntaran más para sentir calor…
… a Rusia le gustaba la nieve
Tan fría
Tan elegante
Tan frágil