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Amor apache por mona de libra

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Notas del fanfic:

Este fic lo escribi x que un dia estaba mirando el tv una pelicula de apaches y me pregunte yo misma como  se verian Camus y Milo como apaches????  Dejenme decirle que se me cayo la baba solo de imaginarmelos xDDD

 

y EH AQUI LO QUE SALIO DE ESTA LOCA IDEA

Los hermosos, sexys chicos de saint seiya no me pertenesen

Ahora si a disfrutarlo. Sayonara

Cuenta una leyenda de los indios Navajos que cierta vez, Milo de Escorpio y Camus de Acuario llegaron tomados de la mano a la tienda del viejo hechicero de la tribu y le pidieron…


 


-          Nosotros nos amamos y queremos casarnos. Pero el jefe de la aldea, no aceptan nuestra relación, ¿Qué podemos hacer para que entiendan que en el corazón no se manda.- Dijo el peli-azul con un deje de tristeza.


 


-          Nos amamos tanto que  también queremos un consejo que nos garantice estar para siempre juntos, que nos asegure estar eternamente uno al lado del otro hasta que  la muerte nos separe ¿Hay algo que podemos hacer?-Termino de decir el aguamarina angustiado.


 


El viejo Dohko  acongojado y a la vez emocionado al verlos tan jóvenes, tan apasionados y tan ansiosos por una palabra les dijo…


 


-       No va ser tarea fácil  hacer entender  a toda la aldea de su unión…


 


Los dos jóvenes bajaron la cabeza, tristes por tener que abandonar el único lugar que conocían como hogar y a los amigos que  tanto los habían apoyado desde que comenzaron su relación. Pero en eso el viejo hechicero les interrumpió sus pensamientos.


 


-       Pero si ustedes hacen lo que yo les diga tendrán una oportunidad de hacerles entender a todas las personas que se oponen, que su amor es puro y sincero.


 


-       Díganos, ¿Qué es lo que tenemos que hacer? Lo haremos aunque nos cueste la vida.- Dijo el escorpión valientemente.


 


-       Es una tarea muy difícil. Tu Camus de Acuario debes escalar el monte más alto, al norte de la aldea, solo con una red y cazar al halcón más fuerte y grande. Después tienes que  traerlo aquí con vida. Tienes hasta el tercer día después de la luna llena para regresar. Y tu Milo de escorpio, debes escalar la montaña del Trueno; y allá encima encontrar a la más brava de todas las águilas. Solamente con una red deberás atraparla y traerla para mi, viva. Igual que tú pareja tienes que traerla en el mismo tiempo límite.


 


Los jóvenes se abrazaron con ternura, se dieron un beso y salieron de la choza del hechicero para hacer todos los preparativos para partir enseguida. Sin darse cuenta que alguien entre las sombras los había espiado y no iba a permitir que cumplieran su misión.


 


~~~~***~~~~


 


Al día siguiente. Antes de que amaneciera ensillaron a sus respectivos caballos. El caballo de Milo era negro como la noche misma, su pelaje brillaba más que la luna y era un pura sangre y semental. Al igual el caballo de Camus era una hermosa yegua de color blanco, como la espuma del mar. La más hermosa de la aldea.


 


Al igual que el amor de esos dos hombres los dos animales se amaban mucho. Y por azares del destino se conocieron al mismo tiempo…


 


Meses Atrás.


 


Hacía mucho calor. Tenía más de cinco días que había escapado de prisión, sin tomar ni una gota de agua y  no había probar bocado en más de diez días.  La ropa la traía rasgada y llena de sangre gracias a  las ramas de los arbustos por los que tenía que pasar. Las espinas eran como cuchillos que desgarraban la piel causándole gritos que ahogaba para no ser delatado. Los pies los traía descalzos; lastimándose con cada paso que daba con el rocoso suelo.


 


El alguacil Aldebarán Harrison le venía siguiendo los pasos. No se podía dar el lujo de sentarse a descansar bajo la sombra de aquel fresno que había mirado camino atrás. Pero sin aguantar más se paró un segundo a  inhalar el aire puro que entraba llenando sus pulmones, permitiéndose respirar bien por un segundo. Pero en cuanto escucho un balazo y a los perros cazadores ladrar. Siguió su camino desesperadamente. 


 


Su única oportunidad de salir vivo del territorio de Harrison era llegar al rio que se encontraba a unos quince kilómetros del bosque en donde estaba y atravesar su agua turbulenta, aún sabiendo que en el acto podría perecer, para llegar a tierra de indios en donde podría estar a salvo.


 


~~~***~~~


 


A lo lejos del llano de Nuevo México se encontraba un grupo de indios a todo galope arriando un grupo de caballos salvajes que querían atrapar. Entre los cinco jóvenes que se encontraban persiguiendo a los potrillos uno de ellos,  el más valiente y decidido se había separado del grupo para atrapar a un hermoso semental negro que desde unos meses atrás lo había mirado pastar en aquella región.


 


No era la primera vez que trataba de atraparlo. Ya en dos ocasiones lo había acorralado y montado, pero el caballo era demasiado listo. Relinchando y reparando logro hacerlo caer al duro piso, en las dos ocasiones.


 


-          ¡Nube negra…! ¡Esta vez vas hacer mío!-. Dijo a todo pulmón emocionado por la adrenalina que sentía en todo su cuerpo  al lograr ponerse a la par con él.


 


El suave viento movía su cabello al compas de cada galope, haciéndolo ver el indio más guapo de la región.  Con una mano tomo una cuerda que tenía en la silla del caballo, empezó a girarla hasta ampliarla para enlazarlo del cuello.


 


Pero como si el caballo supiera lo que iba hacer, se freno en seco y dio la media vuelta dirigiéndose al rio, relinchado en forma de burla. Acción que al oji-turquesa no le causo gracia y sin querer  atrapo un pequeño árbol. Se bajo del corcel y con agilidad  quito rápidamente el lazo de ahí.  Y muy ágilmente se volvió a subir a su alazán para alcanzarlo.


 


~~~***~~~


 


Corría lo más rápido que sus fuerzas se lo permitían. Se escuchaba muy de cerca  los perros guardianes de alguacil. Sentía que su corazón se le iba a detener en cualquier momento, la respiración la tenía entrecortada. Cada que trataba de inhalar  sentía que le quedaba un segundo menos de vida. En eso escucho el grito de Harrison…


 


-       ¡Detente ahí! Mugroso indio.- Con la pistola le apuntaba directo a la cabeza.- Vas a pagar por haber entrado a robar en la huerta de Javier.


 


Lo había alcanzado. Pensó desesperado.


 


Cuando de repente se tropezó con unas piedras y cayó contra el suelo  a unos metros del rio. Levanto la cabeza sin tomarle atención al hilo de sangre que estaba resbalando por su frente y con los brazos comenzó  a arrastrase. Tenía que seguir luchando por su vida.


 


-       Dios “Ahsonnutli” dame fuerzas para llegar a tierra santa.- Suplicaba en un hilo de voz, con las pocas fuerzas que tenia.


 


El alguacil bajo la pistola. Tenía una sonrisa maquiavélica. Había ganado. Ordeno a uno de sus ayudantes que soltaran a los perros hambrientos que ladraban y gruñían con la intensión de querer devorar a aquel joven de no más de 20 años de cabellos aguamarina.


 


Al soltar los perros se le dejaron ir como si se tratase de un hueso suculento. El peli-aguamarina sintió como un perro le jalaba el pantalón, arrastrándolo hacia él y como pudo se giro y comenzó a patearlo con el otro pie libre. Pero en eso otro de los caninos se le dejo ir a la cara y como reflejo  se cubrió el rostro con sus brazos. Después de unos segundos sintió su pie libre y escucho como los perros lloraban y al quitar la mano del semblante miro boquiabierto  a una hermosa yegua de color blanca que estaba pateando a los perros sin piedad.


 


Tal como si de su dueño se tratase; él joven indio le chiflo y la yegua dejo de masacrar a los serviles animales para dirigirse  hacia él. El joven haciendo un último esfuerzo y sosteniéndose del animal se paro y monto al lomo y la yegua comenzó a galopar hacia el rio. Sin darle tiempo al alguacil de reaccionar.


 


-       ¡Maldito indio!- Frunció el seño y comenzó a disparar como loco el arma.- ¡Me las vas a pagar! ¡Cuando te encuentre te voy a descuartizar!


 


~~~***~~~


 


Llegando al rio la potra se aventó  y con mucha dificultad trato de cruzarlo. Pero la corriente era muy fuerte y por más que luchaba la estaban arrastrando junto con el muchacho que iba semi-acostado en el lomo. El joven aun sin fuerzas trataba de levantar la cabeza para evitar que el agua le tapara por completo. De repente la yegua empezó a relinchar desesperada, como pidiendo auxilio.


 


No se podía mantener en pie, las pequeñas rocas del rio estaban demasiado resbalosas haciendo que cayera varias veces y junto con la corriente iban en picada.


 


El joven indio peli-azul estaba a punto de enlazar al caballo salvaje, ahora si no había falla. Su sonrisa  se amplió al arrojar la cuerda. Pero de repente el caballo salvaje se paró en seco levantado una nube de polvo  y dio una vuelta sobre su propio eje poniéndose  enfrente del otro y  haciendo que el peli azul frenara de golpe.


 


El oji-turquesa se bajo del caballo asombrado y camino hacia el. Parecía como si el animal salvaje le permitiera montarlo. Los ojos del animal le miraban fríamente y a la vez le daban a entender que él era el triunfador. Sin poner objeción el peli-azul lo monto y ya una vez que se encontraba en el lomo del alazán,  reparo y relincho empezando  a galopar rio abajo,  haciendo que el indio se sostuviera de la bella melena negrita.


 


De repente el peli-azul empezó a escuchar el relínchelo de otro caballo y gritos de una persona que pedían auxilio. Cuando volteo hacia el rio, miro a un joven hermoso de piel blanca  montado en una yegua blanca tratando de luchar contra la fuerte corriente que amenazaba con devorárselos.


 


-       ¿Por eso te dejaste montar Nube negra?- Le preguntaba sorprendido al animal.- ¿Quieres que salve a ese caballo y al joven, Nube negra?


 


El bruto giro un poco la cabeza y relincho como respuesta, apresurando el paso. No había tiempo que perder, estaban a minutos de morir ahogados.


 


Llegando a  la altura de los que se encontraban en las aguas alborotadoras. Se brinco del jamelgo, dando un giro sobre su eje y  cayendo de pie en una roca grande que estaba a la orilla del rio. Y sin pensarlo dos veces lanzo la cuerda en dirección del cuello de la potra. Por fortuna era el mejor lazador de su tribu y a la primera le atino.


 


-       ¿¡Indio, me escuchas!?-. Le gritaba a todo pulmón.- Toma la cuerda que está en el caballo. Enseguida te voy a sacar.


 


El oji-azul zafiro obedeció y con las dos manos se sostuvo de la cuerda.


 


-       Resiste bonita. Ahorita nos van a sacar de aquí.- Le decía con cariño mientras el animal no dejaba de quejarse. 


 


Las fuerzas se le estaban agotando y el cauce del  rio se hacía más agresivo. De repente se le fueron las fuerzas y soltó la cuerda, haciendo que el animal y el joven  se golpearan contra una piedra filosa.


 


-       ¡Sangre!-. Dijo al mirar el agua que se estaba tiñendo de color rojo


 


Alarmado junto la soga antes de que se la tragara el agua y rápido comenzó  a estirarla, luego desesperado volteo a mirar a Nube negra que no dejaba de patalear y chillar.  Tenía que hacer algo… ¡Ya!  Y de repente tuvo una idea. Dirigió  su mano izquierda a la boca y con sus dos dedos le chiflo al potro, el animal muy obediente se acerco y de un brinco  se monto en el. Ordenándole a gritos que avanzara.


 


Nube negra camino con mucha dificultad hasta llegar a un árbol que tenía el tronco grueso, dio la vuelta y con la ayuda del caballo, el tronco y el indio, poco a poco fueron saliendo del agua.


 


-       ¡Vamos Nube Negra, no te rindas amigo!-. Le decía el apache acariciándole su melena mientras el potro salvaje daba pasos lentos pero firmes. Y con un último esfuerzo de parte de los dos animales lograron salir. Cuando ya estaban en tierra firme el peli-azul suelta la cuerda y velozmente se dirige hacia ellos.


 


Con mucho cuidado y delicadeza lo toma entre sus brazos y  al verle esos hermosos ojos color azul zafiro…


 


-       Un cara pálida.- Pensó. Pero no le dio importancia al sentir dentro de su ser una enorme ternura que le invadió todo su cuerpo. Con cuidado lo sentó a un lado de él y con la mirada lo empiezo a revisar, para ver en donde se había lastimado.


 


El peli-aguamarina agradecido le dio un efusivo abrazo haciendo que el peli azul- se pusiera de mil colores.


 


-       Yo no estoy herido.- Le dijo sin despegar su cabeza del regazo de él. El aroma a manzana que expedía el peli-azul  y junto con el hambre que se cargaba hacían una delicia estar en esa posición.- Ve con la yegua. Ella es la herida.- Volteo a mirarlo a los ojos.- No dejes que ella muera. Me salvo la vida.


 


-       No te preocupes. No dejare que ninguno de los dos muera.- Le dedico una alegre sonrisa, haciendo que el aguamarina se sintiera protegido entre sus brazos y lo cargo hasta llevarlo al potro salvaje. En donde lo dejo.


 


Luego fue con la yegua  se incoó y pudo ver la enorme herida que tenía en el muslo de la pata derecha trasera. Se rompió la camisa de manta que traía puesta; la  cortó con una navaja que saco del bolsillo trasero del pantalón  y la hizo en dos partes. Con una parte limpio la herida hasta quitarle toda la suciedad; luego de su bolsillo de enfrente saco un frasco que abrió y dejo caer en la herida una especie de líquido espeso color verdoso. Y para finalizar con el otro pedazo de camiseta se la envolvió haciéndole un nudo al final.


 


El peli-aguamarina  no dejo de ver lo que hacia el otro hasta el final. Sentía una enorme felicidad al saber que la yegua iba a estar bien.


 


-       “Emissee”. Espíritu de salvación.- Giro a ver al oji-turquesa-. Gracias guerrero del bien por salvarnos.


 


-       No soy ningún guerrero.- Le contesto amablemente. Solo soy el instrumento del dios Ahsonnutli, que uso para salvarles la vida.


 


Ayudo a levantar a la yegua y emprendieron el camino hacia la aldea del peli-azul. Donde sería el nuevo hogar del oji-azul zafiro. Y dejaría atrás los malos recuerdos de su ex tribu. 


 


-       Me llamo Milo.-Le ofreció la mano, mirándole directo a los ojos.


 


-       Yo me llamo Camus.- Le estrecho la mano con una tierna sonrisa. Fue un segundo lo que duro el apretón de manos, pero para ellos dos fue una eternidad; una eternidad que se podían pasar así.


 


Y desde ese momento “Kokopelli” el Dios del amor hizo que estas dos almas se entrelazaran como  una sola; haciendo un lazo de amor entre los dos.


 


Fin del recuerdo.


 


-       Emissee y Nube Negra también se están despidiendo, como si nunca se volvieran a ver.- Dijo el peli-aguamarina sin dejar de mirarlos; con un deje de desolación.- Ellos también lo siente Milo.- Se llevo la mano a su corazón.


 


-       ¿De qué estás hablando Camie?-. Se acerco a él y lo abrazo con mucho amor  por la espalda.


 


-       Es un mal presagio este viaje. Siento que si nos separamos ahora no  volveremos a estar juntos-. Finalizo derramando una lágrima.


 


Milo al notar el desconsuelo de su amor, lo volteo hacia el quedando de frente los dos. De su cinturón saco una pequeña navaja y sin piedad  se corto la palma de su mano, saliéndole  un pequeño chorro de sangre.


 


-       Prometo que aquí no acaba nuestro amor…- Le dijo mientras tomaba la mano del prometido y le cortaba la palma de su mano derecha.- Cumpliremos con nuestra misión y regresaremos a este mismo lugar para casarnos.- Finalizo estrechando las manos. Uniéndose sangre a sangre para ser uno mismo.- Te amo.- Y le dio un tierno beso.


 


Y con tristeza en sus miradas cada uno monto a su caballo y salieron en dirección opuesta.  Suplicando a los dioses que triunfaran en su cometido y anhelando volverse a mirar en tres noches.


 


Continuara


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