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¿Dónde estás, Tobi? por Alhen Lawliet

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Notas del fanfic:

mi sengudo fic con estos personajes, jejejeje

Notas del capitulo:

espero que les guste.

Era un hermoso día en la base de los Akatsukis. Tobi estaba sentado mientras observaba el cielo azulado. Estaba algo triste, su Sempai no le hablaba, estaba molesto con el. Aún podía recordar la razón.

********** Flash Back **********

Tobi estaba caminando muy alegre al lado de su Sempai. Tenían que cumplir una misión y ese día se había propuesto hacer feliz a su Sempai y hacer todo bien. Deidara le había dicho claro que no quería que hiciera ruido, no estaba de humor para soportarlo. Tobi le prometió mantener su boca cerrada para hacerlo feliz.

Por una hora estuvo todo callado. Tobi no había mencionado ni pío y eso era suficiente para el artista explosivo. Durante una hora, todo iba bien. Pero pronto el silencio se volvió insoportable para Tobi. Quería hablar, decir algo, preguntarle y decirle tantas cosas a su Sempai. Deidara presentía que pronto el silencio que hasta el momento era perfecto, se rompería. Ya estaba preparado para gritarle a Tobi.

- Sempai…

Y ahí estaba. Sabía que no guardaría silencio por mucho tiempo. Irritado, preguntó al chico enmascarado mientras arrastraba cada palabra.

- ¿Qué quieres Tobi?

Apenado y sin animo de continuar, le preguntó al rubio.

- Yo…

- Creí que guardarías silencio, como lo prometiste, ¿Vas a romper tu promesa, Tobi?

- Yo… n… no.

- Bien. Entonces, guarda silencio. No quiero escuchar tu voz en lo que resta del viaje.

- Bien…

Pobre Tobi. Había prometido algo que pronto no podría cumplir. Cuando Deidara creyó que el silencio regresaría, escuchó la voz de su irritable compañero.

- ¡Sempai!

- ¡¿Qué?!

Ahora estaba enfadado. Notó como su inútil e idiota compañero, se había atorado en una rama que le retenía la capa.

- Torpe, ¿Cómo te fuiste a atorar?

- No fue culpa de Tobi, a Tobi se le atoró la capa cuando cruzó la rama y la rama ahora no quiere soltar a Tobi. ¡La rama quiere comerse a Tobi!

Gritó asustado por la aseveración que su mente sacó. Deidara no podría estar más molesto en su vida.

- Tobi, eres un verdadero imbécil.

- Pero Sempai.

- Cállate.

Tobi obedeció a la orden. Cuando se vio liberado de la rama “asesina” quiso abrazar a su Sempai y darle las gracias, pero el rubio lo alejó de un empujón e hizo que el pobre chico se estampara contra el duro suelo, logrando con ello que lagrimeara.

- ¿Sempa…?

- Calla Tobi. Estoy molesto contigo. No quiero que me hables, y si lo intentas no esperes a que te perdone, por que no lo are.

Tobi se puso triste, agachó su cabeza y se mantuvo muy callado y quieto. Aún así, al rubio artista no le importó, era algo que se merecía por hacerlo enfadar. Tobi estuvo muy deprimido. Cuando trataba de decir algo o tratar siquiera de acercarse, su Sempai lo miraba de una manera que lo hacía arrepentirse.

Al llegar a su guarida. Deidara seguía molesto con el chico y lo ignoraba. Tobi permaneció tan deprimido que ahora estaba silencioso. Eso sorprendió a todos los miembros, pero le restaron importancia. Conforme pasaban los días y Deidara seguía molesto con Tobi, el chico permanecía triste. Eso comenzó a preocupar a algunos miembros del Akatsuki.

********** End Flash Back **********

Ya no soportaba esa situación. No soportaba el enojo de su Sempai. Deseaba poder remediar su error de alguna manera para que su adorado Sempai lo perdonara. Pensando en eso, se dirigió a la habitación de Deidara para tratar de arreglar las cosas. Al llegar al lugar, Tobi intenta decir algo.

- Deidara Sempai.

- Tobi… no quiero que me hables.

- Pero, Sempai, yo…

- Te he dicho que te calles.

- Semp…

- ¿Qué no entiendes? Me tienes harto, te detesto, lárgate, no quiero volver a verte en mi vida.

Tobi quedó destrozado por aquellos comentarios. No lo soportó. Salió corriendo de la habitación mientras decía.

- Quizás se le cumpla, Deidara Sempai.

Al estar afuera de la habitación y antes de cerrar la puerta por completo le dijo lo siguiente.

- Espero que no se arrepienta, Sempai.

Con eso último, azotó la puerta y salió corriendo, topándose con Kisame. El más alto lo miró. Pero Tobi lo empujó para poder seguir su curso mientras corría. El sujeto se sorprendió por aquella actitud. No lo entendía. Itachi, que también había presenciado aquello, se quedó tan desconcertado como Kisame o incluso más.

Tobi corrió todo lo que pudo. Al final había corrido tanto que estaba lejos de la guarida. Se detuvo en un pequeño lago para ver en su reflejo, quitándose la máscara. Sus ojos estaban llorosos. En verdad que le habían dolido aquellas palabras. Miró el anillo en su mano y pensó en quitársela. Ya estaba a medio camino cuando se arrepintió. Trató de colocársela de nuevo, pero una voz lo sobresalto.

- ¿Qué tenemos aquí?

Tobi se puso tenso y adoptó una pose defensiva. Aquel hombre apareció detrás de el. Había tenido la guardia baja. Lo atrapó y torció su brazo a su espalda.

- Aghh…

- Camina.

El anillo que no había podido colocarse, se deslizó por su dedo hasta caer en el pasto. Aquel hombre lo obligó a caminar. No estaba dispuesto a dejarse. Se defendió como pudo pero el sujeto se anticipó a sus movimientos y trató de golpearlo. Tobi trató de defenderse. El puño golpeó contra la mascara de Tobi y ésta se rompió en varios trozos. El chico miró como la mascara naranja que había ocultado su rostro durante tanto tiempo ahora se rompía frente a sus ojos.

Aquel sujeto, volvió a sujetarlo. Había bajado la guardia de nuevo. Lo arrastró, literalmente, bosque a dentro.

Mientras, Deidara seguía en lo suyo. Simplemente no le importaba los sentimientos del otro. Estaba demasiado molesto como para pensar en eso. Pasaron algunas horas y el chico no regresaba.

Tobi estaba atado a una silla. Aquel hombre, lo miraba burlón. El chico, internamente estaba nervioso, aunque no quería mostrarlo frente a su captor. Aquel hombre, se acercó al indefenso muchacho y lo miró a los ojos. Negros como la noche y esa piel blanca tan exquisita. Aquellos labios tan apetecibles como dos fresas listas para ser devoradas y ese cuerpo delgado y bien formado.

Sacó un kunai y lo acercó al rostro del chico que había observado cada movimiento del hombre. Su nerviosismo aumentaba conforme sentía aquel metal quemar su piel. Deslizó el filoso instrumento de su mejilla por el cuello hasta más abajo, rozando el pecho, el abdomen y su entre pierna. Parecía disfrutar el torturarlo en aquella zona. La electricidad invadía el cuerpo del chico. No lograba quitarse aquel nerviosismo. Luchaba por no gemir.

Pronto, el hombre retiró su kunai del cuerpo sensible de Tobi y liberó al chico de sus ataduras, pero tan pronto se vio liberado, sintió un golpe entre su hombro y el cuello. El cuerpo del pelinegro, cayó al suelo, provocando con ello un ruido sordo.

- ¿Qué me has hecho?

Dijo arrastrando las palabras. Le costaba trabajo hablar y su cuerpo estaba inmóvil. El hombre rió con sorna antes de darle una respuesta.

- No te preocupes, después de algunas horas volverás a moverte, pero no podrás usar tu chacra hasta pasado algunos días. Estarás dócil y serás fácil de domar.

Abrió sus ojos a más no poder. Comenzaba a tener miedo. Aquel hombre lo levantó de forma abrupta del piso colocándolo en el hombro y lo condujo a una cama que estaba cerca y prácticamente lo lanzó sin cuidado alguno. Se subió hasta quedar encima del muchacho que lo miraba nervioso y con deseos de poder hacer algo. El que su cuerpo estuviera entumido, le hacía desesperarse. El hombre lo miró y soltó una risa muda. Sus labios curvados en una sonrisa y la mirada lasciva que le dirigía le hacían temblar de miedo.

Cerró los ojos y sintió como sus prendas eran retiradas de un tirón. Sintió como aquel hombre comenzó a tocarlo y besarlo. Lloraba, si, lloraba de impotencia, de vergüenza y de ira. Pero lo que más le dolía, era que ese hombre estaba a punto de quitarle su virginidad. De su boca salió una simple palabra, cargada de sentimientos.

- Sempai…

Las lágrimas manchaban su piel mientras dejaban el rastro de su recorrido. Sentía como aquel sujeto comenzaba a tomarlo por la fuerza. Un gran dolor agudo le hizo abrir los ojos y soltar más lágrimas.

Ya habían pasado varias horas, era muy tarde. Algunos ya comenzaban a preocuparse. Kisame fue quien expuso su preocupación.

- Ya ha tardado.

- No te preocupes. Seguro se le pasa y ya verás que regresará.

Había sido la respuesta de Itachi, aunque el mismo no estada del todo convencido. Deidara comenzaba a preocuparse. Quizás había exagerado al gritarle así, pero el chico simplemente lo volvía loco. La noche estaba cayendo.

Tobi sintió cuando aquel hombre se retiraba. Sentía su cuerpo adolorido y el frío torturaba su piel expuesta. Seguía derramando lágrimas y de nuevo, solo pudo decir estas simples palabras.

- Sempai… Deidara Sempai…

Comenzó a cerrar nuevamente sus ojos hasta sumergirse en el más profundo de los sueños. La noche ya había caído y el pequeño bobo no regresaba. Ahora si estaban preocupados. Deidara comenzaba a tener remordimientos. Esa noche, fue muy silenciosa y cargada de preocupación y remordimientos.

El sol había salido, lentamente trataba de abrir sus ojos. Notó que ya podía mover un poco su cuerpo, agradecidamente vestido, pero notó que sus manos estaban atadas. Estaba de costado, a espaldas de la salida. Escuchó una voz. Era aquel hombre. Sintió su cuerpo tensarse. Temblaba, si temblaba de miedo. No quería volver a repetir aquella terrible experiencia. Estaba indefenso y a merced de su captor.

- Eres tan hermoso, perfecto. Realmente eres delicioso.

Soltó una risa. Entonces, escuchó un estruendo. Aquel hombre corrió a la salida para averiguar lo que pasaba. Escuchó algunas voces. ¿Quiénes eran? ¿Serían acaso sus compañeros que habían venido en su rescate? Era poco probable, lo más seguro era que fueran enemigos. Escuchó una pelea. No supo quién fue el que gano. Se acercaban.

- Terminemos pronto con esto para regresar lo antes posible a Konoha.

¡No podía ser! Eran posiblemente Ambus y lo peor, de Konoha. Estaba nervioso. En un intento inútil trató de ocultar su rostro. Los Ambus entraron a la habitación donde permanecía cautivo. Al ingresar al lugar, notaron el cuerpo del chico. Uno de ellos se acercó y le dio la vuelta un poco para ver de quien se trataba.

- Ah!

Llamó a sus compañeros e inmediatamente lo levantaron con brusquedad de la cama. Al ver que sus piernas no podían sostenerlo, uno de ellos lo cargó por el hombro y emprendieron la marcha.

- Hokage Sama estará agradecida con el trabajo.

Mientras, con los Akatsukis. Las cosas eran cada vez más preocupantes. Tobi no había regresado aún. Deidara se propuso en ir a buscarlo. Caminó por el bosque mientras lo llamaba.

- ¡Tobi!

No respondía. Caminó por un largo rato hasta que llegó al lago donde antes había estado su compañero. Se dirigió a el y miró el agua. Se sentía en verdad preocupado. Debía aceptarlo, le preocupaba que su compañero estuviera en problemas o lastimado. Entonces fue cuando lo notó. El anillo de Tobi, el que antes le había pertenecido a su antiguo compañero, Sasori.

Lo levantó y lo miró fijamente. A su mente llegaron miles de ideas. Miró alrededor y entonces notó algo no muy lejos. Corrió y entonces vio los trozos de la mascara de Tobi. Ahora si estaba preocupado.

- ¡Tobi!

Corrió bosque adentro hasta llegar a una pequeña guarida. Entró y bajó por unas escaleras. El lugar estaba muy oscuro. Al estar en un piso plano, notó una vela encendida. La tomó y enseguida notó otra en la pared contraria. Encendió la mecha y con la que sostenía en su mano caminó. Notó que algo estaba bajo su pie. Al mirar notó el cuerpo sin vida de un sujeto. Al levantar de nuevo la vista, vio un trozo de la capa de Tobi colgado. Se dirigió a tomarla y la contemplo con preocupación. Entró a la habitación y notó un cuerpo que aún se movía pero débilmente. Se acercó y lo levantó del suelo.

- ¿Dónde está mi compañero? ¿Qué ocurrió aquí?

El hombre simplemente se rió. Deidara lo miró amenazante. Entonces el sujeto al fin habló.

- Ambus… de Konoha, se lo llevaron.

Volvió a reír. Deidara lo miró fijamente entrecerrando los ojos. Sacó uno de sus aves de arcilla y lo colocó en la boca del hombre para luego amordazarlo. Se dio la vuelta y antes de salir, se detuvo.

- ¡Katsu!

La cabeza del pobre infeliz voló en pedazos. El rubio se dirigió de nuevo con sus compañeros. Mientras, Tobi era conducido a Konoha. Iban de árbol en árbol. La cabeza del pelinegro comenzó a dar vueltas.

- Por favor… me estoy mareando.

Parecieron ignorarlo. Volvió a suplicar. En verdad se sentía muy mal.

- Por favor… por favor…

Se detuvieron y entonces bajaron. Uno de ellos se acercó y lo miró. Tobi también miró a aquel Ambu. Su rostro no mostraba amenaza ni nada parecido, más bien era suplicante. Quería descansar, se sentía muy mal, sus ojos estaban vidriosos y la cabeza le dolía y le daba vueltas. El Ambu tocó su frente y la notó ardiente.

- Está enfermo.

Otro de ellos, sacó algo y se acercó al débil pelinegro.

- Abre la boca.

Obedeció. Estaba muy débil y no se tenía fuerzas si quiera para oponerse. Metió a su boca una especie de píldora que lo hizo dormir. Sus ojos comenzaron a cerrarse.

- Dormirá durante el resto del camino.

Y así, siguieron su camino. Mientras, Deidara había regresado. Todos esperaban a que regresará con Tobi, pero al verlo llegar solo se preocuparon. La mirada del rubio aumentaba más su preocupación.

- Hay un problema, Tobi fue capturado por Ambus de Konoha.

Kisame e Itachi se miraron.

- ¿Qué deberíamos hacer? ¿deberíamos ir a buscarlo o dejarlo a su suerte?

- No lo se… si es capturado sería riesgoso si nos llegase a delatar.

Pain no dudó en aquella posibilidad e inmediatamente se puso a dar ordenes.

- Vayan por el. Deidara, Kisame y tú, Itachi, serán los encargados de buscarlo.

- Bien.

Así, los tres se dirigieron al rescate de Tobi. Al despertar, notó que estaba en un lugar oscuro. Afortunadamente no estaba atado, pero no podía moverse. Su vientre dolía. Trató de pararse logrando únicamente quedar sentado, pero sintió un dolor en su parte baja. El dolor estaba pasando, pero no así la humillación que sentía.

La puerta que lo mantenía prisionero se abrió y entraron dos Ambus que lo levantaron con brusquedad.

- Camina.

Al ver que no podía dar un paso sin flaquear, lo sostuvieron entre los dos. Así, llegó ante los sabios ancianos. Uno de ellos habló.

- Vaya, ¿Quién diría que te encontraríamos en semejante situación,?

Deseaba tener su mascara, agachaba la cabeza y sus cabellos cubrían su rostro. Escuchó esa voz de nuevo.

- Luces tan deplorable. Aunque envidio tu juventud… Madara Uchiha.

Entrecerró sus ojos. Odiaba a aquel hombre. Si tuviera fuerzas lo mataría, pero su chacra había sido sellado y todo por bajar la guardia. Se sentía tan estúpido. Levantó un poco la cabeza para mirar a aquel a quien deseaba matar. Volvió a su celda. No podía moverse. Estaba adolorido y ese punzante dolor en su vientre era molesto. El dolor era tan insoportable que lo hacía retorcerse. ¿Qué demonios le había hecho aquel mal nacido?

No muy lejos, Deidara, Kisame e Itachi, se iban acercando a Konoha. Al estar cerca bajan a tierra ya que se habían transportado en una de las aves de arcilla de el artista. Se dirigieron sigilosamente hasta adentrarse. Itachi era el que los guiaba a las prisiones donde seguro se encontraría Tobi

Su cuerpo ya no le respondía, el dolor se intensificaba. Trataba de mantener su mente en blanco, entonces escuchó una explosión. Estaba seguro de quién era. Los tres Akatsukis recorrían las celdas hasta que Deidara dio con la celda de Tobi. El cuerpo yacía en el piso.

- ¡Tobi!

Ocultó su rostro, deseaba poder desaparecer del lugar. La puerta se abrió y sus compañeros entraron. Cuando el rubio lo levantó y la poca luz que había le iluminó el rostro, tanto Deidara como Kisame y aún más Itachi, se sorprendieron. Trató de levantarlo pero un dolor aún más intenso que los anteriores, provocó que se retorciera y gritara por la intensidad de aquella sensación.

- ¡Tobi!

Trataron de sacarlo pero entonces Deidara notó que el chico sangraba. El rubio se asustó ante aquello.

-¡Está sangrando!

Lo miraron preocupados. El mismo pelinegro se preocupó. Con voz apenas audible, habló.

- ¿Sangrando?

Inmediatamente salieron del lugar. Comenzaron a ser perseguidos.

- Nos están atacando.

Señaló Kisame. Deidara sacó su ave y lo montaron. Cuanto estuvieron a cierta distancia Deidara invocó.

- ¡Katsu!

Hubo muchas explosiones y gritos. Lograron escapar, pero aún no debían cantar victoria. Su compañero estaba grave. Al llegar a la guarida y vieron a Tobi trataron de preguntar pero Deidara no les dio tiempo.

- ¿Está herido!

Fue todo lo que dijo e inmediatamente fueron a curarlo. Pasaron varias horas de angustiante espera. Entonces su líder apareció, serio pero calmado.

- Está bien, solo sufrió un desgarre interno pero ya está arreglado.

- ¿Desgarre?

- Si.

- Eso significa que…

- Así es.

- Lo violaron…

Fue un susurro, audible solo para sí mismo. Entró a donde su compañero reposaba. Itachi aún permanecía pensativo. Kisame lo miró pero no dijo nada. estaba igual de confundido como su compañero.

- Presiento que su verdadero nombre no sea Tobi.

Dijo para sí mismo el Uchiha.

Deidara se acercó al pelinegro y lo miró. El chico giró su cabeza a un lado. Pensó que tal vez, estaba resentido. En su cabeza resonaban sus últimas palabras antes de desaparecer. “Quizás se te cumpla, Deidara Sempai”, “Espero que no se arrepienta, Sempai”. no pudo evitar sentirse mal.

- Tobi…

- Mi nombre no es Tobi.

Deidara lo miró desconcertado. Extrañaba al Tobi de antes. Se acercó a ese que ahora estaba frente a el. Tan diferente al que conocía. Sin esa actitud boba e infantil. Éste era todo lo contrario. Se acercó más pero las palabras que soltó éste lo hicieron detenerse.

- Creí que había dicho que no quería volver a verme, Sempai.

Era cierto, le había dicho aquello, pero ahora era todo lo contrario.

- Lo se, pero en verdad me preocupe por ti. No sabes lo mucho que me preocupaste. Tuve miedo de no volver a verte.

Le soltó de repente. La expresión que tenía en ese momento era de total sorpresa. No lo podía creer. Entonces sintió como el rubio lo tomaba y empujaba a la pared aunque de una manera poco brusca. Tenía sus muñecas sujetas y se acercó más al pelinegro.

- Quiero que vuelvas a ser el Tobi que conocí, bobo e infantil, que siempre fastidia, pregunta y grita. El que es escandaloso y tierno a la vez. Quiero que vuelvas a ser ese Tobi.

Lo miró a los ojos. El Uchiha lo miró también, serio, entonces se soltó y al segundo se abrazó al rubio. Recargando su cabeza en el hueco del cuello. Entonces, su voz antes seria habló en aquel tono tan familiar.

- Si a Sempai le gusto así, Tobi está feliz.

- “ Igual, me he acostumbrado tanto a ser así… “

Se abrazó aún más.

- ¿Sempai ya no está molesto con Tobi?

- No, ya no.

- Tobi está feliz. ¿Sempai ama a Tobi?

- Si mucho.

El abrazo se intensificó. Ambos querían permanecer así para siempre. El pequeño Tobi se abrazó más, quería sentir los brazos de su amado Sempai apretando el suyo y siempre protegiéndolo. Siempre. Sonreía, si, sonreía. Sus ojos brillaban por la dicha que sentía en ese momento. Estaba feliz. Estaba enamorado.

 

 

Notas finales:

espero que les haya gustado, dejen reviews, si lo hacen Tobi será un chico feliz. jejejeje, por cierto, ¿alguien puede recomendarme fics de Tobi, o mandarme los links de los fics? la verdad me ha costado trabajo encontrar fics de este adorable personaje, les dejo mi correo alhenlawliet@hotmail.es grax, si me hacen ese favor seré una chica feliz =3


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