Wolfram despertó con los tímidos rayos del sol, las cortinas habían sido corridas sin su permiso con un poco de mal humor mañanero se tallo los ojos.
- Hasta Greta se ha levantado ya – se dijo algo avergonzado por dormir de mas
Con calma tomo sus cosas y se metió a bañar, era su día libre y debía aprovecharlo, primero buscaría a su hija y la llevaría a montara, no era tan tarde, el desayuno seria servido como en dos horas, de regreso comerían ligero pues pensaba proponerle un día de campo, y por ultimo pero no menos importante le entregaría un regalito que había estado guardando.
La tarjeta decía: De Tus Padres que te Aman
Era ya tres años que la niña había llegado a su vida, y aun que ese tonto enclenque no lo recordaba, el príncipe se había esmerado por hacerle una mini festividad.
Salió del baño contento y listo para poner en práctica su tan deseado plan, con cuidado coloco su piyama en el cajón junto a la cama.
Una nota escrita con la horrenda caligrafía del Maou lo saludaba. La tomo esperando encontrarse con algún encargo o hasta tal vez si Shinou era grande y bondadoso con una referencia al aniversario de su pequeña.
Sus ojos se descolocaron y las lágrimas rápidamente se amontonaron al ir leyendo cada línea, se seco los ojos y volvió a leer, debía estar seguro que eso estaba escrito para él y no era solo una burda ilusión que el rey se encargaría de destrozar.
Estoy pensando en ti y recordando todas las ocasiones en que has alentado mi espíritu e iluminado mis días, con las cosas que dices y haces. Sobre todo, estoy deseando encontrar la forma de devolverte un poco de esa alegría…
A través de los años, has estado a mi lado siempre en la mejor disposición para escucharme y darme tu apoyo, encontrando la forma de infundirme ánimo y fortaleza, demostrándome que en verdad te preocupas y te interesas por mí…
Y si de alguna forma, este pensamiento te hace sonreír y te ayuda a comenzar tu día en forma positiva, es que parte del amor que tú me has dado ahora ha encontrado el camino de regreso a tu corazón.
Pues hoy lo que estoy deseando es poner una sonrisa en tu corazón Wolfram yo te quiero
Shibuya Yuuri
Corría, corría como si su vida dependiera de ello, al dar la vuelta en uno de los pasillos casi se cae, ayudándose con sus manos logro mantenerse en pie y seguir con su carrera. Al fin lo vio, la gran puerta de madera que lo separaba de Maou le parecía más grande que de costumbre, ni siquiera toco, entro sin más, su respiración era entrecortada y su siempre pulcro cabello estaba todo despeinado, sus ropas mal acomodadas e incluso la chaqueta un sin abrochar.
- Buenos días Wolfram – dijo el rey desde su escritorio y con sonrisa en rostro
- Eto.. Yuuri … - llamo tímidamente mientras las dudas se amontonaba y si solo había sido una broma o como siempre él había visto más de lo debía en esas palabras que solo demostraban gratitud por sus servicios y amistad
- Pasa algo Wolf – se coloco en pie acercándose tranquilamente al rubio – pero mira nada mas, vaya que tenias prisa – sonrió y comenzó a abotonar la chaqueta – siempre estas molestándome con que la presentación de un rey es muy importante entonces porque no haces caso de tus propios consejos
- Eso es que yo no…
- Pero pronto – el rubio abrió los ojos enormes – se que tarde mucho en decirlo pero…
- No lo digas – el ojiverde coloco su mano sobre la boca del rey – si lo dices asi voy a morir de felicidad – y se lanzo a los brazos del pelinegro
- Entonces muere porque ya no puedo callarlo, yo te amo Wolfram
- Yuuri, Wolf – Greta entro a la estancia arrepintiéndose de inmediato el haber interrumpido
- Que sucede Greta – Yuuri no quería hacer sentir mal a su hija
- Bueno yo…
- Yo lo se vengan los dos – dijo con su autoritaria marcada el joven Bielefeld
Padre e hija lo siguieron, apenas entrar a su alcoba el rubio corrió a un cajón y saco el paquetito, con gran orgullo se lo entrego a la castaña. Ella miro el obsequio y leyó la escritura.
- Gracias papas – dijo dando saltitos de gusto para luego abrazar a sus dos padres – puedo abrirlo? – pregunto ella sabiendo que por protocolo debía esperar a que estuviera sola, pero bien podría hacer una excepción
- Claro pero solo porque somos nosotros – el rubio educaba con mano férrea
Un hermoso colgante se extendió en su mano, el emblema era de la casa Bielefeld, la niña sonrió cómplice al saber que ese regalo era de Wolfram intentado tapar el olvido de Yuuri. Negó con la cabeza y se lo coloco.
- Este medallón es la insignia del heredero de Bielefeld – comento el acariciando el escudo – mi tío me lo dio cuando tenía tu edad, ahora ya todos saben que a su renuncia yo me convertiré en el regente de esas tierras, pero hoy yo te lo entrego a ti
- Pero Wolf cuando tengas tus hijos ellos…
- Cuando ellos estén ya me encargare de que sean respetados, pero quiero que tu portes esto, para que sin importar a donde vayas o donde estés siempre recuerdes que eres mi hija y de Yuuri – él la brazo
- Gracias Wolf
- Feliz aniversario hija – dijo Yuuri abrazándola también
- Gracias, le diré a Effel que nos prepare un gran pastel – salió muy entusiasmada y segura de que sus padres necesitaban privacidad
- Me salvaste Wolf
- Siempre lo haré enclenque
- Lo sé, me has salvado hasta de mi mismo…
- Eh!!!
- No nada olvídalo – el rey abrazo al príncipe, nunca se lo diría pero estaba seguro que si el rubio hubiera desistido en esos cuatro años el se estaría solo, triste pero por sobre todo arrepentido
Fin