-Señor llegamos al fin, tengo el número de la habitación de todos.
-Todos?, quieres decir que la hermana de shuichi y los tres bastardos están junto a mis tres regalos.
-…así es señor.
-MALDITOS …. Quiero la cabeza de ya sabes quien en el Monte Apalaches… tengo todavía una carta muy poderosa bajo la manga, sabes en donde esta la bastarda.
-Si, mis contactos acaban de informarme que se encuentran en un centro comercial, podremos hacer nuestro movimiento en ese lugar, nadie sospechara nada, además solo están la loca, la niña y mi padre.
-Bien, continua con el plan y “la loca” como tu la llamas estará dos metros bajo tierra para mañana.
-A la orden señor.
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-Podemos ver una película para perder el tiempo.
-No porque hay gente, y cuando hay gente no me siento cómoda, además tú no entiendes el idioma ingles con trabajos y escucho y entiendo tú japonés.
-AAAAAA como te quejas, mínimo podemos pasar al baño, me estoy orinando.
-Claro te espero aquí en estas bancas, corre corre.
-Maldita, solo porque no pudo ver escenas yaoi esta de malas.
Con pequeños pasitos resonando en el piso la peli plateada se encamino con un ligero puchero a unas grandes puertas de color verde de las cuales colgaban distintos letreros, entre ellos el del baño de hombre y de mujeres, los demás eran de distintas zonas que llevaban a distintas zonas de la extensa bodega de la plaza.
-Bien pues ya que.
-Disculpa niña.
-Siii.
-Podría tomarte una foto.
-Habla japonés, tanto así se me nota lo extranjera.
-Un poco, la verdad eres muy linda y te reconocí por el color de tu cabello.
Un agraciado extranjero de rasgos pronunciados y cabello plateado gentilmente entablaba una plática con la pequeña niña.
-Mi cabello, pero si usted tiene el cabello del mismo color?
-Pero has salido en muchas revistas, eres la hija de Usami Akihiko, no?
-Guau hasta en Canadá soy famosa.
-Claro, entonces si te puedes recargar en la puerta
-Por supuesto.
-Pero recárgate en la puerta de haya.
-En esta – señalando un portón con el letrero de salida de emergencia
-Si.
La niña estaba ya tan acostumbrada a estar rodeada de cámaras y de reporteros que no se le hiso difícil posar para la fotografía. Haciendo una pose cautivadora y tierna recargada la salida de emergencia.
-Sabes no tengo flash, podríamos salir un momento para que salga mejor con tu cara iluminada por el sol.
-Resulto ser un pervertido, correeeeee- la verdad me han dicho que no hablara con desconocidos, lo siento adiós.
Sin poder dar ni un solo paso para escapar Minami ya se encontraba entre los brazos de aquel hombre, este le cubría, debido a sus grandes manos la visibilidad y parte de su boca.
-Mi niña al fin, juntos.
Tiernamente como si se tratase de una joya muy preciada soltó a la peli plateada con cierto arrepentimiento y culpa reflejada en los ojos para sujetarla instantáneamente de sus dos bracitos.
-Y ahora este pervertido a quien se referirá-
-Eres tan pero tan perfecta, hay tanta pureza en tus ojos.
-Mire no se que este pasando o con quien me este confundiendo pero yo soy solo una niña, mis padres están aquí y si desaparezco no tardara en dar con mi paradero, así que si me suelta juro no decir nada, o a usted le ira muy mal.
-Tu papá, TU PAPÁ SOY YO, entiende eso – la sacudió bruscamente tratando de sacar esa idea de su cabecita - y … en cuanto a tu mamá esta aquí con nosotros, en la maleta, tenia tantas ganas de verte.
Con cierto desalineo y poca cordura en su mirar abrió una maleta color rojo que traía a cuestas para encontrar ahí la cabeza cercenada de su ya difunta madre. Sintiendo un miedo seguido de una corriente eléctrica que atravesó su pequeño corazón llegando así hasta sus mas profundos miedos, la niña cayo inconsciente en brazos de aquel hombre quien fue antes amante de su madre.
-Mami….papi……ayúdenme.
La tomo sobre sus hombros y volteo rápida y sigilosamente para ambos lados, primero descartar que lo siguieran y segundo para evitar que alguien hubiera presenciado aquel acontecimiento.
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-Akihiko –san, déjame pasar?
-……por favor no te vayas.
Arrodillado antes su preciada presencias akihiko envolvía la cintura de mizaki hundiendo su cara en su pecho.
-Por favor no te vayas.
-DEJAME ME DAS ASCO.
Liberándose del amarre con un severo golpe en la cara de peli plateado para después echar a correr en dirección a la puerta de la habitación.
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-Crees que deberíamos ver como están todos.
Después de su apasionada entrega Shinobu y Miyagi se encontraba acurrucados entre sabanas y cobijas desaliñadas.
-Tengo un mal presentimiento por lo que paso, no creo que vayan a tener una reconciliación muy amena.
-Shinobu, ese no es tu problema – con una mirada asesina el seme intimidaba a su uke.
-Perdón, pero desde que conocía a mizaki y a shuichi, no puedo evitar estar preocupado… hasta cierto punto creo que son tan frágiles como una pieza de porcelana, la cual si no cuidas se rompe, pero al mismo tiempo si la llegas a apretar con demasiada fuerza se quebrara sobre tus dedos, es tan complejo este sentimiento de blandura que me duele.
-Tranquilo, piensa que todo el universo se reduce a este cuarto, se reduce a nosotros dos, cuando salgamos te ayudare para que ese sentimiento tan abrumador no termine por hacerte vulnerable a ti también.
-Gracias, por eso te amo, por ser sencillamente tú.
-Lo se.
En ese mismo hotel, en la parte del bar shuichi sumido en sus pensamientos acompañado de una piña colada y jugando con las servilletas se hallaba analizando todo lo acontecido en su vida.
-Tomando solo, por que no me avisaste.
-MIZAKI.
A punto de tirar todo a su paso, en un movimiento rápido se lanzo a los brazos de su amigo y compañero el su banda.
-Me da tanto gusto verte Mizaki.
-A mi igual, creí que jamás terminaría ese martirio.
-Ya no hay que pensar en eso, solo enfocarnos en nuestras carreras, en nuestras vidas y en nuestras canciones.
-Tienes razón shuichi.
-Porque no tomamos algo ya que estamos aquí.
-Claro.
Una pequeña mesa de 1 x1, varias piñas coladas acompañadas de tequilas y vodka eran los acompañantes de la plática y risas de los amigos. Tan metidos en su charla que no observaron que varios metros distanciados de ellos en una mesa idéntica a la suya los observaba cierta persona de volumen exageradamente grande.
-Si creo que la canción que lanzamos en el concierto antes de lo acontecido podremos incluirla en el álbum y como promoción de la nueva imagen.
-Sip, pero de todas formas falta que tengamos una canción más para terminar el disco.
-Bueno pero tenemos a Shinobu así que no creo que tengamos problemas para terminarla antes de la fecha programada.
-Disculpe que lo interrumpa señor
Interrumpiendo en la plática, un rubio de casi dos metros y buena apariencia portando impecablemente un traje de mesero les estiro la mano para luego posarles una carta en el centro de esta.
-El señor de la mesa de esa esquina les manda esto.
-Que es?
-No se, hay que abrirlo.
Rompieron un lado del sobre y de este sacaron un papel doblado y una fotografía de Minami acostada en una cama. El mesero se retira.
LAS NOCHES QUE PASAMOS LOS JUNTOS FUERON INCREIBLES
AHORA TENGO A LA BASTARDA, DIGANME QUE DESEAN MAS SU
FELICIDAD O LA DE UN PEQUEÑA NIÑA.
-No …puede ser.
Rápidamente y con varias lagrimas aglomeradas en los ojos de los dos niños voltearon la vista hasta el rincón del Bar, para su desgracia no había nadie en aquel lugar a excepción del mesero, tan metidos estaban en la platica que no se percataron de ese detalle.
Sakamoko estiro el brazo para luego hacer un movimiento con la mano de que se aproximaran.
-No mizaki… la niña.
-Ella no tiene la culpa.
Ambos cabizbajos.
-Las estupideces que hicimos nosotros cuatro no tienen nada que ver con esa niña.
-Tienes razón.
-Siempre juntos.
Mizaki se separa de la mesa para luego pararse y estirando la mano para ayudar a shuichi a pararse.
-Claro, somos casi como hermanos.
Caminaron poco a poco, cada paso era cada vez mas pesado, más rígido, más doloroso.
-MIZAKI, SHUICHI NOOOOO.
Cuando escucharon la voz que los llamaba en la entrada del bar se agacharon porque una mesa volaba directamente hacia Sakamoko, pero esta tenia que pasar primero por sus cuerpos. Solo pudieron escuchar el destrozar de la mesa sobre la pared antes de dar paso a la balacera. Esta se llevaba entre Mizuki y Sakamoko.
-Mizaki, shuichi arrástrense para acá.
-Señor Sakamoko, yo lo cubro escape por la puerta de emergencia.
-Encárgate.
Aun con su gran masa podía moverse con gran agilidad, sorprendente para un hombre de su edad, en dos minutos ya había escapado y la balacera había cesado.
-Están bien?
-Si pero tiene a minami.
-Lo se, el bastardo aprovecho para robarla en el centro comercial, cuando vi que se tardo mucho fui con el policía y vimos las cámaras de seguridad para poder confirmarlo, uno de sus chalanes la secuestro.
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-Después de todo, ustedes son los únicos que me fueron fieles.
-Señor yo solo quiero serle de utilidad y seguir con el sueño de mi madre.
-Y yo solo quería a mi hija … y matar a la perra de Sakura, le estoy en deuda señor.
-Tendré que utilizar a tu hija solo una vez más.
-Por supuesto.