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El tiempo olvidado por Shune

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Notas del fanfic:

Primer fic que escribo de esta serie... espero que les guste y cualquier cosa dejen comentario

Saludos <3

Notas del capitulo:

Los personajes no son míos son del gran Hitoyo Shinozaki ^^ Ojalá les guste

 

Un hombre herido y mojado se encontraba sentado cerca de un basurero, entre 7 hombres armados lo atacaron por ser un peligro para su posición, pero este hombre de pelo oscuro era fuerte y no moriría con facilidad… No sabía qué hacer, no tenía donde ir, ni a quién recurrir, por eso se quedo sentado ahí pensado.

¿Seré necesario para alguien? No puedo confiar en nadie, ¿qué haré de ahora en adelante? No tengo dinero propio, no puedo volver a ese lugar sin tener algo que me respalde… ah, creo que por ahora solo me quedaré aquí, ya veré como se las haré pagar a esos idiotas…

-          Disculpe… ¿Estás bien?... – Sus pensamientos fueron cortados de golpe al escuchar esa maravillosa y tierna voz – Parece que está herido – Y lo miró… esos enormes ojos, esa cara de ángel – Si usted quiere puede venir a mi casa…

Kanou san no podía creer que alguien así pudiese existir, tanta belleza junta y además amable… estaba tan impresionado que las palabras no salían de su boca.

-          ¿Puedes caminar?

-          Si… - dijo Kanou san sin dejar de mirar esos ojos que lo habían hipnotizado

-          Vamos, está cerca de aquí – le dijo amablemente el chico con una sonrisa en sus labios- Tengo un botiquín en casa, así que curaremos tus heridas primero

-          Está bien… - Se paro lentamente, por primera vez en su vida no sabía cómo actuar, ¿sería un sueño? ¿Esos hombres lo habían pateado tanto y tan fuerte hasta dejarlo inconsciente y esto era solamente una ilusión? De cualquier forma, sea cual sea el motivo, él no quería despertar.

Caminar un par de cuadras en que Kanou san no habló mucho, solo se dedicaba a mirar, sosteniendo su costado, le patearon muchas veces ese lado y estaba adolorido, pero no era de gravedad.

-          Llegamos – dijo el más joven – Hace poco comencé a vivir solo, a veces viene mi tía a visitarme, pero no es muy seguido – decía mientras abría la puerta del pequeño apartamento en el que vivía – Pasa, sería mejor que tomaras una ducha antes de curarte las heridas, si te resfrías sería peor… - el rubio miraba a su invitado, el que no parecía tener muchas ganas de hablar – Bueno, si me das tu ropa puedo ponerla a lavar y luego la colocaremos al lado del calefactor para que se seque más rápido – Termino de hablar siempre sonriéndole.

Kanou san comenzó a desvestirse en frente del muchacho, el que de un momento a otro se sonrojo y salió de la habitación para ir a buscar algo caliente que tomar…

¿Y dónde está el baño?...Ni siquiera su nombre sé como para llamarle y preguntarle – suspiro resignado -  ¿Qué acaso a este niño no le enseñaron a no hablar con extraños y mucho menos invitar a gente desconocida a su casa?... ¿Qué pasa con este chico?

El mayor se encontraba solo con los pantalones puestos cuando el chico rubio volvió

-          Ah, el baño es la última puerta del pasillo – le decía mientras recogía la ropa mojada de su invitado – Puedes terminar de desvestirte en el baño y me pasas lo que falta de tu ropa para lavarla – hablaba sin mirar a los ojos del más alto.

-          Está bien… - se giró para ir a la puerta indicada y terminar de sacarse la ropa empapada

Aunque no vio su cara Ayase se sintió muy feliz y espero un poco a escuchar el agua correr para entrar y sacar las últimas prendas para lavarlas, cerró rápidamente la puerta una vez que las tuvo y las metió a la lavadora, le dejo una toalla para que se secara cuando terminara de bañarse,  por mientras sacó unas cosas para comer y beber, hace poco se había cambiado de casa y no lo había celebrado y ya que tenía compañía ¿por qué no hacerlo ahora? Así que alegremente preparo la mesa y prendió en calefactor para calentar la ropa de su invitado y también sacó el botiquín para curar sus heridas.

Por otro lado, Kanou san se encontraba en un pequeño baño, pero tranquilo, el agua estaba caliente y sus heridas ya no dolían tanto como antes, sus músculos se relajaban lentamente, se lavaba la cara y dejaba correr el agua en su cuerpo, pensaba en cómo la situación puede cambiar tanto en un par de horas, el problema todavía estaba ahí, pero por ahora no era importante, solo quería alejarse aunque sea por ese momento de todo ese mundo, lavó su pelo con calma y su cuerpo… cerró la llave del agua y secó su cuerpo con una toalla que se encontraba donde antes había dejado su ropa mojada, se vio tranquilamente las heridas que tenía para saber cuáles tenía que curar y cuáles eran solo rasguños, ya listo y dispuesto salió del baño con la toalla amarrada a la cadera.

-          ¿Ya está mi ropa o aún no? – decía en voz alta sin poder ubicar al menor

-          Si, ya está lista – salió de una habitación con la ropa - quería ponerlas un poco al calefactor mientras curo tus heridas – le decía mientras dejaba las prendas y tomaba el botiquín – siéntate

Kanou san se sentó a su lado curando las heridas que estaban a su alcance mientras Ayase curaba las que tenía en la espalda.

-          ¿No vas a preguntar qué pasó? – preguntaba el mayor

-          No… no es algo que me incumba saber – mientras el joven seguía con su labor de curar las heridas del mayor.

-          ¿Siempre invitas a personas de la calle a venir a tu apartamento?

-          Nop… esta es la primera vez que lo hago… solo te vi y pensé que necesitabas ayuda

-          Uhm… - se fijo en el apartamento y se dio cuenta de todas las cosas que habían en la mesa - ¿Esperas a alguien?

-          Ah,  eso… no, la verdad es que no acostumbro a tener compañía y como aún no he celebrado que me cambie de casa pensé que era la oportunidad perfecta para hacerlo – le decía con una sonrisa que dejo a Kanou san embobado

-          Creo que me iré a vestir… ya terminaste ¿cierto?

-          Si

El pelinegro se levantó, tomó su ropa y se encerró en el baño, mientras escuchaba el sonido de la televisión dando un programa.

¿Qué me está pasando? ¿Por qué me quedo mirándolo fijamente? Eso no es normal ¿Qué demonios pasa conmigo? Ni siquiera ha preguntado mi nombre…

Se terminó de vestir con sus ropas calentitas y volvió a la habitación donde se encontraba el más joven.

-          ¿Quieres una cerveza? – preguntó el rubio al darse cuenta que su acompañante se encontraba sentado al otro extremo de la mesa.

-          Sí, claro – mientras estiraba su brazo con un vaso para que le sirviera

Y así comenzaron a tomar, comer y conversar del programa de televisión que constaba de hacer pasar unos extranjeros de EEUU por unas pruebas en las que tenían que disfrazarse de ratones y hacer cosas embarazosas, mientras Kanou san decía que el programa era estúpido y la gente que participaba en ellos lo era aún más, Ayase parecía feliz y entretenido con este, las copas seguían y seguían, cosa que sorprendió al mayor, al parece a Ayase le gustaba mucho tomar

-          Ni siquiera sé tu nombre – decía entre risas el más joven con un notorio estado de embriaguez

-          Eso es porque no lo preguntaste – le contestaba sonriendo el mayor – Kanou Somoku, ese es mi nombre ¿y el tuyo?

-          Ayase Yukiya – le dijo con una sonrisa y un sonrojo en las mejillas a causa del alcohol, lo que a ojos de Kanou san pareció demasiado tentador

Se acercó a su lado mientras Ayase seguía tomando cerveza, se sentó a su lado y sintió su olor… era tan agradable, vio su pequeño y delicado cuerpo, de pronto sintió su garganta muy seca, así que se tomó una lata de cerveza de una sola vez, Ayase lo miraba sonriendo aún con la cerveza en la mano, ya perdiendo el control Kanou san tomo el rostro del rubio y lo besó, el menor se sorprendió por uno momento, pero ya sea por efectos del alcohol o lo que fuese comenzó a responderle al poco tiempo.

-          Ayase… - decía excitado Kanou san sobre el cuello del menor

-          Ah… Kanou… san… -respondía con la respiración agitada el más joven

Las manos del mayor no se quedaban quietas, necesitaba tocar más, sentir más del pequeño, lo besaba con pasión, a pesar de estar consciente que no era normal lo que estaba haciendo y que tampoco se encontraba ebrio solo se dejaba llevar por la necesidad de tocarlo.

-          Ah… ah… … mh… Ka… nou… sa… Ah! – gemía suavemente mientras sentía su cuerpo arder por el deseo,  al sentir la lengua, manos y cuerpo del mayor sobre si ahora que se encontraban en el suelo.

El mayor dejaba marcas en la piel expuesta del rubio cada vez que podía, hasta dejarlo desnudo, comenzó a sacarse la ropa para quedar en iguales condiciones, besó salvajemente al menor que apenas podía respirar de todas las emociones que sentía, bajó por su cuello escuchando los tímidos gemidos del menor bajo su cuerpo, llegó a sus pezones, los que lamió, mordió y sopló provocando erguirse aún más, y que tomaran un color cada vez más rojizo… eran suaves y duros, tanto si los tocaba con su lengua o con su mano y quería más…. Necesitaba sentir más, así que siguió su camino bajando hasta llegar al ombligo, pasearse por ahí, jugar, mientras sus manos acariciaban los muslos internos del menor que seguía gimiendo sin poner resistencia, esto le hacía preguntarse si Ayase ya había tenido este tipo de encuentros con alguien más, y solo pensar en eso lo molesto… Tomo el miembro del menor entre sus manos y para aplacar ese pensamiento que había puesto en su cabeza recibió todo el miembro del rubio en su boca haciendo a este arquearse del placer que sintió y sujetar lo que tuviera cerca, que en ese momento era la polera que andaba trayendo Kanou san, apretándola fuertemente y luego cubriéndose la cara con esta de la vergüenza que lo invadía.

-          AH!! KANOU … SAAAN… MH!!! MH!!! – gemía tratando de controlarse, excitando más al mayor

-          Ayase… respira profundamente – le decía mientras lo miraba tiernamente

El chico rubio solo obedeció, y luego sintió algo dentro de sí… Era ¿un dedo? Era extraño e incómodo, pero olvido esto cuando el pelinegro volvió a su tarea de tomarlo con su boca… Ese dedo se movía en su interior, entraba y salía lentamente de su cuerpo, poco a poco comenzó a acostumbrarse y comenzó a gemir nuevamente cuando sintió otro dedo en su interior, volvió a sentirse incómodo y esto lo notó el mayor, por lo que aumentó el ritmo, volviendo a escuchar los gemidos que tanto lo prendían, por último y casi sin paciencia metió el tercer dedo, provocando que Ayase gritara pero de placer… al parecer dio con algún punto sensible dentro del él, así que aprovechó esto y siguió tocando el mismo punto tratando de ensanchar lo más posible su entrada… Sintió a Ayase estremecerse, y luego un líquido espeso en su boca, de impresión escupió en su mano, pero aún quedo algo de la esencia de Ayase en su boca y la probó, no era asqueroso pero tampoco era muy rico, con la esencia del menor paso su mano por su miembro bastante duro y comenzó a masturbarse con el líquido caliente, y se puso aún más duro… miró su rostro sonrojado, con los ojos cerrados y subió a besarlo, mientras que con sus manos buscaba su entrada y colocaba la cabeza de su erguido miembro en ella.

-          Ah… Ayase… ya no puedo más… respira profundamente… lo haré lo más lento que pueda… - le decía preocupado pero ya a más no poder

Ayase solo comenzó a respirar como le dijo Kanou san cuando sintió que algo entraba en él… y dolía…

-          Mh… Ka.. nou… saa… duele – decía apretando los ojos y las manos

-          Espera… un poco… ya casi… - tratando de controlarse para no dañar demasiado al pequeño, cuando estuvo adentro y pudo calmarse tomo el miembro casi inerte de Ayase y comenzó a acariciarlo suavemente y a besar su cuello… esperando que se acostumbrara, él no sabía si eso llegaría a pasar o si era demasiado doloroso para el menor, solo sabía que se sentía increíble estar así con él, sentir su estrechez apretándolo era exquisito.

-          Ah… mh… - poco a poco el miembro del rubio comenzó a despertar haciéndolo gemir

El mayor al observar esto supo que era momento de moverse lenta y suavemente en el menor, tratando de encontrar el punto que antes lo había hecho venirse. Le costó un poco hacerlo hasta que por fin dio con él justo cuando empezaba a desesperarse por apurar el ritmo.

Lo beso dulcemente y se levantó tomando las caderas del menor para hacer la penetración más profunda haciendo arquear la espalda del menor una vez más mientras gemía más fuerte…

-          Kanou… saaa uhm!!! Ah!!!! Ah!!!! Ya… no…. Uhm…. Puedo….. uhmm –

-          Ya… casi… aguanta… un poco… más… ah… mh…. – mientras aumentaba la profundidad

-          AH!!! YAAAHH!! AHHH!!!  - gemía mientras se corría entre su vientre y el de Kanou san apretando en su interior el miembro del mayor

-          Mh… Aya…se…. Mh!!! – corriéndose en el interior del menor…

Luego de ese maravilloso orgasmo, Kanou san se acercó al rubio y lo beso tierna y dulcemente, mientras que  Ayase se quedo profundamente dormido…

Kanou san tomo el cuerpo del menor y lo llevó a su habitación, tapándolo solo con la sábana, volvió a la habitación y vio que estaba todo revuelto, buscó su ropa y se vistió, mucho más relajado que antes, ordeno y limpió todo, de la cocina sacó un bol con agua y fue donde se encontraba el joven con cara de ángel durmiendo pacíficamente, ya sea por el ejercicio recién hecho o por todo el alcohol que bebió no se despertó cuando limpiaron cuidadosamente todo su cuerpo, el mayor se deleitaba con las marcas que dejo en el cuerpo del rubio, lo vistió y lo dejo dormido… volvió a la habitación que ahora estaba limpia, con el televisor apagado y se sentó a pensar…

No entiendo por qué hice eso… ¿Qué se supone que haga ahora con él? ¿Si se despierta y me pide explicaciones qué le digo? Tengo claro que no soy homosexual… odio a los homosexuales… no puedo ser uno de ellos ¿o sí? ¿Lo que hice me hace homosexual? No…. Cualquier hombre que viera su rostro me entendería… no soy homosexual, no me interesan los hombres… pero él… es distinto… ¡rayos!... ahora estoy confundido… maldición – se acercó a la ventana a mirar la lluvia cuando vio a dos hombres iguales vestidos de negro que buscaban algo – Kuba! – iba a salir pero miró atrás, sacó una hoja y con un lápiz que encontró dejo una nota y salió de aquel apartamento.

Al verlo los dos hombres le ofrecieron un paraguas, ya que todavía no dejaba de llover, uno de ellos fue a buscar un auto que tenían estacionado un par de cuadras más allá mientras el otro le preguntaba si se encontraba bien, Kanou san no contestaba nada, solo miraba al apartamento.

Estoy confundido… no es bueno que te lleve al mundo al que pertenezco por ahora, tengo que obtener una mejor posición y hacerme de respetar para protegerte… espero que nos volvamos a encontrar algún día Ayase…

Se subió al auto junto al hombre que le sostenía el paraguas y se fueron.

Al otro día un joven de enormes ojos se despertaba completamente adolorido y con una fuerte resaca.

-          Ah…. Nunca más vuelvo a tomar… mh… - salió de su habitación y recordó - ¿y mi invitado?

El rubio busco al pelinegro por todas partes y no lo encontró, pero lo que vio sobre la mesa lo dejo más tranquilo y con una sonrisa, ya era la hora de partir a clases o llegaría tarde… así que se fue a bañar y vestir… olvidando completamente lo que paso la noche anterior después que tomaron. La nota la dejo en la misma mesa…

 

“Gracias”

 

 

Notas finales:

Ya sé que Ayase era virgen en la serie en el momento que lo compro ==; y que paso por alto varias cosas pero es que sería genial XDDD

 

Espero que les haya gustado ^^ Dejen reviews si quieren XD

Besos <3

 

Shu~


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