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Cielo por Layla Keehl

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Notas del fanfic:

Ya lo dije, esto no es plagio, sigo siendo Layla l0ve, pero con otra cuenta y estoy resubiendo todos mis fics :D

 

Notas del capitulo:

Este es el regalo de cumpleaños para Luz Matsumoto (Alias mi Cielo HermosaBellaPreciosaDeMiCorazonDeMiAmorYDeMiAlma)

 Que cumplio años el 19 de Sep del 2010 (Losee, tarde en darte tu regalo)

 Ojala te guste mi Cielito hermosa, lo hize con mucho amor solo para ti :D

 Disfruta!

Lo miró y supo que no aguantaría mucho más.

¡Estaba ahí! Desnudo y ofreciéndosele, vale que tenía auto-control, pero tampoco era de piedra.

 

¡Uf! Esa visión le estaba causando estragos, tenía consciencia de que era un sueño, era simplemente imposible que Near en sus cinco sentidos (casi seis) se esposara a la cama de Mello, desnudo y excitado, no si sabía lo que pasaría.

 

 ¡Y claro que lo sabía! La mirada sensual y la comprometedora pose en la que se encontraba lo delataban e invitaban a follarselo hasta el cansancio.

Near movió un poco las caderas y a Mello le recorrió un escalofrió.

 

 -¿Te gusta lo que ves?

 

El rubio tragó duro, claro que le encantaba lo que veía. Se pellizcó el brazo para asegurarse de no estar, de nuevo, soñando y el pequeño lo miró divertido. Cerró la puerta detrás de sí y caminó lentamente hacia la cama.

 

-Acércate un poco más- le susurró Near.

 

Mello se inclinó sobre el albino, cuando ya estuvo recargado en la cama, y el peliblanco sacó su lengua para delinear el labio inferior del rubio, que se sobresaltó cuando una conocida corriente eléctrica surcó su cuerpo. Near lo vio travieso y la imagen fue tan lasciva que el rubio no pudo contenerse más.

 

 De un instante a otro ya estaba sobre Near devorando sus labios, abriéndose paso en su boca y recorriendo la cavidad con maestría.

 

El pequeño no se quedaba atrás, él también quería participar. Trató de responder el beso lo mejor que pudo, excitando a Mello aún más con sus fallidos pero tiernos intentos.

Era la primera vez de Near, Mello lo sabía y agradecía el honor de estrenarlo, la verdad era que tenía mucho tiempo deseando al peliblanco, soñando con su cuerpo, sus caricias, la suave textura de su piel, el sabor de sus labios… en las duchas no sabía cómo hacía para no volverse loco de deseo al verlo desnudo frente a todos. Desnudo, hermoso, puro e inalcanzable.

 

El rubio exploró todo el abdomen del menor con sus dedos curiosos, a la par que otro beso más necesitado se iniciaba, bajó por los costados del chico hasta llegar a sus caderas, las masajeó con movimientos circulares y continuó bajando hasta sus piernas. Para ese momento ya estaba harto de su molesta ropa; así que, sin mucha paciencia, se sacó a tirones la playera negra y los pantalones junto con los zapatos y los calcetines, quedándose tan solo en ropa interior.

 

Se acomodó entre las piernas del albino y se dedicó a besar y succionar su níveo cuello por un rato, escuchar los suaves jadeos de Near era un privilegio, uno del que se aseguraría ser el único en disfrutar, quería dejar marca en su cuerpo, para que Near recordara quien fue el dueño de su virginidad, de su cama y de su corazón. También para que muchos otros que le tenían ganas al pequeño se dieran cuenta de que ya no estaba disponible, que el único con derecho a poseerlo era él.

 

Sus manos de entretuvieron jugando en el plano estomago del niño y bajaron más para encontrarse con la creciente excitación del peliblanco y acariciarla un poco. Near dio un salto cuando sintió la fría mano de Mello cerrarse entorno a su erección, gimió alto y trató de cubrirse la boca con las manos hasta que recordó que estaba esposado, hasta ahora se daba cuenta de que fue una pésima idea, él también quería tocar a Mello, además quería sofocar los gritos de placer que pugnaban por salir de su garganta debido al lento, torturante y, sobre todo, placentero ritmo con el que su amante lo tocaba, masturbándolo lenta y cariñosamente. Como queriendo decir con caricias lo que de su boca no salía.

 

 Sintió espasmos mucho más fuertes cuando el rubio subió el ritmo, y buscó sus labios para saciarse, lo recibió con un beso hambriento y furtivo, donde sus lenguas se encontraron peleando por recorrer la cavidad contraria, Mello no había dejado de masturbarlo, se sentía tan duro que le dolía. Trató de abrir las esposas que sujetaban a Near, pero fue en vano, rompió el beso y fulmino con la mirada a las malditas esposas que no lo dejaban disfrutar de su niño como era debido.

 -Mello…- gimió Near en su oído- desátame.

 

-¿Las llaves?- preguntó un poco molesto.

 

-Mhn, sobre la cómoda.

 

¡Bingo! Ahí estaban las malditas llaves, las tomó casi con odio y liberó a Near, el albino se sobó las muñecas y le acarició el rostro a Mello, dejando a un lado toda la pasión y la lujuria, besó sus labios tiernamente, como agradeciéndole por estar ahí, por no rechazarlo y por hacerlo sentir.

 

Mello lo tomó por los hombros y lo puso de cara a la almohada, con las caderas al aire, acarició las redondas nalgas con algo de parsimonia y lentamente las separó, la visión de la virgen entrada de Near le provocó un espasmo involuntario de placer, se imaginaba dentro y le dolía la erección de tanto preámbulo y de tanta espera. Se acercó un poco más y comenzó a lubricarlo con su lengua, primero bordeando la entrada del niño, dejándola bien ensalivada, para después introducirse suavemente dentro de él. Near estaba hiperventilando, tener a Mello preparándole para hacerle el amor le ponía ansioso, y aún más sentirlo de aquella manera, penetrándolo con su lengua. Gemía muy alto, tanto que alguien podría llegar a descubrirlos, lo sabía, pero no podía evitarlo, Mello despertaba en él ese impulso irracional de dejarse llevar.

 

 Sintió un poco más de presión y supo que el rubio trataba de meter un dedo, lo sintió abriéndose paso entre sus entrañas, y aunque fue algo molesto al principio, se volvió placentero cuando comenzó a moverse, rápidamente un segundo dedo fue agregado, este trajo un poco de dolor consigo, pero nada que no pudiera superar, además, Mello, intercalaba acciones, le lamia y le penetraba con su lengua para después hacerlo con sus dedos.

 

Al cabo de un rato Near tenía tres dedos entrando y saliendo de el con una rapidez increíble y gimiendo a todo lo que daban sus pulmones, se sentía en el cielo. De un instante a otro dejó de sentir los largos dígitos del rubio en su interior y supo que ya era hora.

 

Mello se puso de rodillas y acarició las caderas de Near mientras entraba en él con mucho cuidado, albino sabía que debía relajarse o le dolería más, el rubio le ayudó acariciando su ya olvidada erección y distrayéndole un poco.

 Cuando ya estuvo completamente dentro del niño, se movió formando un circulo con las caderas, Near sollozó y Mello se sintió culpable.

 

-¿Estas bien?- preguntó algo preocupado.

 

-S-sí, solo espera un poco- logró articular a duras penas.

 Mello esperó unos minutos, habría esperado toda la eternidad, porque ver a Near como esa tarde lo había hecho valía por cualquier cosa o maldición.

 

Near se inclinó hacia adelante y retomó su posición original, un jadeo escapó de sus labios, Mello lo comprendió y comenzó un vaivén lento y sensual, tratando de llegar profundo en él, el peliblanco no paraba de gemir su nombre tan lascivamente que creía que no aguantaría mucho, paulatinamente las embestidas fueron subiendo de intensidad y velocidad, hasta alcanzar velocidades vertiginosas que los hacían gritar y delirar de placer. Mello encontró un punto que  hacia al pequeño delirar y continuó golpeando ahí.

 

Near sintió ver las estrellas y supo de ya no aguantaría más, trató de decírselo a Mello, pero la voz no le salía más que para gemir y gritar de placer.

 

-¡Ya!  Me… vendré… ¡Ahora!- articuló dificultosamente.

 

Apenas dijo eso y una corriente eléctrica le recorrió y  sintió sus sentidos explotar y desarmarse por unos segundos, después sintió que algo viscoso y caliente le llenaba y supo que Mello se había venido dentro de él, no le molestó para nada, le hacía feliz. El rubio salió de él, y se acomodaron para dormir,

 

-¿Tu primera vez?- escuchó la voz de Mello lejana.

 

-Sí, toda tuya- dijo jadeando.

 

-Gracias, me honras. Te habrás dado cuenta ya de que eres mío y siempre lo serás ¿Verdad?

 

-Sí, Mello. Soy tuyo y tú eres mío.

 

-Te amo Near, siempre lo he hecho.

 

 Near le sonrió y depositó un beso suave en sus labios.

Se amaban y eso era lo único que importaba.

Notas finales:

Listo y para Cielo ;)

 TeeAadoro <3


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