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Te odio y te amo por angelita_oscura

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Notas del fanfic:

Marthiis: ¡¡Hola!! ¡¡Waahh!! Es la primera vez que publico algo de esta pareja ú___ù

Tamaki: Ella ya tenía las ganas solo le hacía falta escribirlo.

Marthiis: Lo más importante. Este fic va dedicado a mi nee-san Melody, la cual quiero mil ocho mil y espero que sea de su total agrado. ¡¡Va para tí gran nee-san!!

Notas del capitulo:

Tamaki: Yu-gi-oh! no nos pertenece. Doy gracias al cielo porque si no, Marthiis haría de la serie algo demasiado pervertido.

Te odio y te amo

 

Cuerpos sudados envueltos entre las sábanas, fundiéndose, convirtiéndose en uno. Las estocadas se vuelven cada vez más furiosas y profundas, ambos son presas de la pasión y lujuria que reina en la oscura habitación de la mansión. Besan sus bocas como si la vida se les fuese en ello, ahogando jadeos, haciendo del acto algo desenfrenado.


Pronuncias su nombre cada vez que toca ese punto donde te sientes en el cielo. No lo puedes evitar, lo amas demasiado. Rasguñas su espalda, muerdes su oreja y pronuncias palabras de amor, mismas que jamás serán correspondidas. Tu cuerpo tiene una fina capa de sudor que se mezcla con el de tu amante.


Se te nubla la vista, llegas al punto máximo del placer. Sabes que él también ha llegado pues se deja caer sobre tí. Lo besas con pasión sin permitirle mencionar palabra alguna del encuentro.

¿Por qué todo ha pasado de esa manera? Lo odias. Son rivales, siempre lo han sido pero hay algo más. Siempre hay algo más. Tú fuiste el primero en darte cuenta. Cada vez que ambos se encontraban en algún lugar terminaban peleando. Tú eras el único con el que se dejaba llevar momentáneamente por sus emociones y eso te gustaba.


En el fondo lo admiras. Sí, lo admiras y eso te hace odiarlo más. Sin embargo te sientes furioso cuando él fija su atención en otra persona. Quieres que él sea todo tuyo.


Y más al fondo, muy dentro de tí lo amas. Deseas demostrarle que eres más que un simple perro callejero.


Hubo un día donde lo viste besando a una mujer. Te dolió y te sentiste destrozado. Fue ahí donde tomaste la decisión de no seguirle el juego e ignorarlo se convirtió en la tarea de todos los días. Centraste tu atención en otras responsabilidades y con el tiempo mejoraste en la escuela, también atrajiste la atención de tu amigo Duke Deblin. Tanto que terminaron convirtiéndose en pareja. Claro, aún tenías fe en que el gran Seto Kaiba fijara los ojos en tí.


Seto Kaiba. El dueño de tus penurias y de tus grandes placeres.


Él te interceptó un día en el baño de la escuela. Se mostraba inquieto y hasta preocupado, reíste pues nunca lo habías visto de esa manera. Te reclamó porque tu vista ya no se fijaba de la misma manera en que lo hacía antes, te gritó e insultó. Lo ignoraste y al verse harto te golpeó. Sonreíste y le regresaste el golpe.


Te agarró del cuello de la camisa y te estampó contra la puerta de uno de los cubículos. Sus miradas chocaron y de una extraña manera terminaron besándose. Ambos se derritieron al saborearse. Desabotonó tu camisa y se permitió morderte el cuello, marcando tu cuerpo. De un rápido movimiento bajó tus pantalones y acarició tu miembro semi erecto.


Echaste tu cabeza hacia atrás, golpeándote con la puerta. Pero el dolor no te importaba, lo importante era Seto; el que te acariciaba, el que te deseaba, el que estaba a punto de poseerte.


Lanzaste un jadeo y no te quedaste atrás. Tus manos se movían solas, acariciando su musculoso pecho. Lo besaste con pasión, sus lenguas danzaban un baile erótico compartiendo una melodía prohibida.


Escuchaste el sonido de su cremallera bajando. Dirigió tu mano hacia su pene que se alzaba de manera imponente; te culpó por tenerlo de esa forma, te recriminó que eras el único que lograba encenderlo tanto.


Te penetró de una sola estocada y sin prepararte, gritaste muchos improperios. Seto te tomó de las piernas y las puso sobre sus caderas. Lo abrazaste del cuello, recargándote en la puerta. Y así comenzó el vaivén, primero lento para que te acostumbraras a la intromisión pero deseabas más, ambos lo deseaban. Se movían ritmicamente; nunca imaginaste que el sexo podía ser tan delicioso.


Y por primera vez, llegaste al orgasmo.


Se vistieron sin decir ninguna palabra. No lo viste a la cara pues la vergüenza te dominó. Pensaste que no hablarían de nuevo y que ya no discutirían otra vez por tonterías.


Pero ocurrió todo lo contrario... Los encuentros fugaces se repitieron. Como ahora que se encuentran en la mansión del castaño.


—¿En qué piensas, perro?— pregunta Seto colcándose a tu lado y rodeando tus hombros con el brazo. Su voz siempre logra sacarte de tus ensoñaciones.


—Pienso en que esta noche debo ver a Duke— respondes soltando una sonrisa traviesa cuando Seto gruñe un poco. —No se que te molesta, tu y yo no tenemos algo formal—


—Es la una de la madrugada... No entiendo el porqué debas ver a ese raro a esta hora—


—No entiendo el porqué de tu preocupación— quitas su brazo y te levantas de la cama— Me tengo que ir— caminas hacia la puerta pero antes de que puedas abrirla, sientes como Seto se pone detrás de tí impidiendo que salgas.


—No vayas... Quedate conmigo...—

 

Te giras para encararlo pero con solo ver sus ojos te sientes totalmente cautivado. Sonríes tontamente y lo besas suavemente en los labios. Él sujeta tu barbilla y corresponde.


—Seto Kaiba, eres un idiota...— murmuras contra sus labios.


—Joey Wheeler— susurra. ¿Por qué tu nombre suena tan bien cuando él lo dice? — Yo... Aunque a veces pienses que no siento nada... Ardo en celos cada vez que te veo con el idiota de los dados... Por eso debo decirte que...—


Sonríes y le cubres la boca con el dedo índice. No hace falta que complete la frase. Entiendes todo a a perfección.


—También te amo, Kaiba— Lo besas.


Te sientes dichoso pues la persona más inesperada, completa tu vida y hace que todo tenga color. Porque lo detestas y lo veneras. Lo odias y lo amas. Porque en un mar de contradicciones siempre tendrás a tu lado al castaño de ojos azules, acompañándote y... haciéndote el amor cada vez que quieras...

Notas finales:

Marthiis: ¡Waahh! Estoy feliz *O*

Tamaki: Ya lo creo jeje

Marthiis: Nos leemos después.


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