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A la manera de... por Neko_Chan_XD

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Notas del fanfic:

Primero que nada ¿Saben que es algo que odio? Que los fics que sigo se queden estancados por milenios (nótese que me gusta exagerar) y que yo me quede esperando y esperando por una actualización que no llega. He escuchado que “no debes hacer lo que no quieras que te hagan” Pues…creo que mis fics favoritos tardaran en actualizar xD.


 


Es decir, no debería comenzar un fic nuevo cuando tengo uno sin finalizar y a demás me tardo milenios con la actualización, pero el fin…esta idea surgió y aquí esta.


 


Entre otras cosas, mas referentes al fic, hace ya unos cuantos meses ley “la mitad siniestra” de Stephen King. La historia trata de un escritor, Thad Beaumont, que ha publicado dos libros bajo ese nombre y (si la memoria no me falla) otras cuatro bajo el seudónimo de Georg Stark, entre ellas “A la manera de Machine” y “Cabalgando a babilonia” El caso es que en estas dos ultimas se habla de Alexis Machine, un criminal de lo peor.


 


Por alguna razón hoy recordé el libro (que por cierto es muy bueno), mas concretamente las citas que aparecen de “A la manera de Machine” y “Cabalgando a babilonia”, y rápidamente me llego esto a la cabeza, y esto salio de mi retorcidamente xD.


 


Por otro lado, las advertencias: Yaoi (como suponían xD), violencia explicita, lenguaje grosero y muerte de un personaje (esto no estoy segura de si será entre los principales o solo algún tipo que se vaya entre las balas xD) y temas adultos, supongo


 

Notas del capitulo:

Bueno, este cap es mas de introducción, y de hecho me da la impresión de que mis caps de introducción son a la mar de aburridos, así que a ver que les parece.

 

Los personajes no me pertenecen, son de Kishimoto.

 

“Métele cuchillo –dijo Machine— Métele cuchillo mientras yo observo desde aquí. Quiero ver como fluye la sangre. No necesitas que te lo diga dos veces.

 

 

 

George Stark. A la manera de Machine”

 

 

 

Stephen King. La mitad siniestra

 

 

 

 

 

Respiró sonoramente por la nariz, haciendo que sus orificios nasales se ensancharan, para luego volver a su tamaño original.

 

De manera parsimoniosa tomo el cuchillo que el otro le ofrecía, con una paciencia nada propia, desde hacia un par de minutos.

 

Por un momento creyó que su acompañante iba a encajarle el cuchillo en la palma abierta de su mano. Pero no lo hizo. Casi se oyó suspirar con alivio, pero se contuvo: No era un buen momento para mostrarse asustado.

 

Tomo el cuchillo y lo miro con atención por unos segundos. Trago en seco.

 

Con la misma lentitud con que había agarrado el objeto se dio media vuelta. Volvió a tragar, nervioso, ante la mirada aun esperanzadora de la tercera persona en esa habitación.

 

Sus pasos, lentos pero seguros, hicieron en eco en medio de la vacía estancia.

 

Frente a él, se hallaba una persona que había visto mucho últimamente, una persona que les había causado muchos problemas. Era un hombre de mediana edad, completamente calvo, alto y muy delgado. Estaba amarrado a una silla, con las manos en el respaldo y los pies cada uno en una pata del mueble. Una sucia tela roja se colaba entre sus labios, impidiéndole el habla.

 

En el techo colgaba solitaria una bombilla, que permanecía imposiblemente estática, alumbrando la habitación con un suave manto amarillento.

 

El aspecto del lugar lo obligo a recordar una de tantas películas que había visto. Todas con habitaciones espeluznantemente parecidas a esa, todas así de vacías, todas así de mortíferas. De haber si el quien miraba con inexpresividad la escena, hubiera sonreído ante tal ocurrencia. Pero no era el caso.

 

Sus pasos se detuvieron junto al hombre atado a la silla, quien lo miro de manera suplicante. Y casi se dio el lujo de sentir lastima…pero no lo hizo.

 

Hacia mucho que la lastima, la misericordia, la compasión o la culpa, habían pasado a ser sentimientos cuyo sentir solo conocía porque una vez, antaño, los había experimentado. Ahora, lo máximo que podía sentir, era un innegable nerviosismo ante sus próximas acciones, y una incomodidad frente a los húmedos ojos de borrego a medio morir con el que ese hombre se atrevía a mirarlo. Y casi sonríe de nuevo ante su ocurrencia…

 

-- Hazlo ya, Naruto.

 

La voz, aunque calmada, que le llego del hombre a sus espaldas, ese que le había entregado el cuchillo, le sirvió como advertencia de que la paciencia se estaba extinguiendo, así como la vida del hombre en la silla.

 

Levanto la mano derecha, donde la hoja del cuchillo brillo bajo la amarillenta luz de la bombilla.

 

En la superficie de la hoja se permitió ver su propia imagen y noto, con cierto horror, que no sudaba ni una gota, y que en sus ojos no había rastro de la más minima duda, culpa…solo nerviosismo.

 

Suspiró de forma casi lastimera, y escucho el bufido, talvez de impaciencia o talvez de burla, que le profirió el hombre a sus espaldas. Y, aun con cierto horror ante sus acciones, estuvo a punto de voltear el rostro y decirle al otro que se callara y lo dejara hacer su trabajo. Pero tampoco lo hizo, esta vez porque la puerta que daba a las escaleras se abrió.

 

Un hombre, cuya presencia pareció tensar mas el ambiente, descendió con elegancia de la escalera, para después cerrar la puerta y colocarse a un lado de aquel que permanecía estático mirando la escena que Naruto parecía retrasar como no queriendo la cosa.

 

-- Sa…

 

Naruto visualizo al recién llegado abriendo la boca, tomando el aire necesario para decir lo que había ido a decir. Y también visualizo a aquel que le había entregado el cuchillo levantando una mano como indicación de que se callara.

 

Sintió la mirada de ambos hombres sobre su espalda, y volvió a suspirar.

 

No volvió a mirar a los ojos al hombre atado en la silla, y tampoco se permitió susurrar una disculpa como antaño hacia. Únicamente admiro la exquisita forma en que la hoja platina corto la piel del otro.

 

Sin miramientos resbalo en cuchillo por la mejilla del calvo, provocando que gruesos hilos de sangre resbalaran por la piel del desdichado hombre, a la par que este gemía por el dolor provocado.

 

Suspiro de nuevo, y entonces dirigió el cuchillo al cuello de su victima. Y esta vez fue su turno para levantar la otra mano, en un ademán para que los otros guardaran silencio.

 

Escucho con una claridad que solo se concibe en sueños, como los labios de aquel que le había entregado el cuchillo se despegaban, inhalaban aire, dispuesto a soltar unas palabras que resonaron en su cabeza aun sin ser pronunciadas.

 

Y ya sin tanta sorpresa u horror ante sus acciones, se permitió sonreír.

 

Llevo el cuchillo de nueva cuenta al rostro del hombre, y acerco la punta de la hoja peligrosamente hacia el ojo derecho de este.

 

Se hizo a un lado para permitirles a los otros mirar la escena. Y no sintió lastima, culpa o misericordia cuando el hombre comenzó a llorar, y tampoco la sintió cuando el cuchillo se deslizo con deliciosa lentitud por entre la carne el hombre calvo, quien grito de forma agonizante.

 

Y Naruto pensó que era una suerte que tuviera puesta una mordaza, pues no se le antojaba oír sus gritos.

 

Volteo hacia los otros dos hombres. El recién llegado había desviado la vista, y no lo culpaba por ellos. El otro, el que le había entregado el cuchillo, miraba todo con muda fascinación.

 

 

 

 

 

Media hora después, un par de personas se encargaban de limpiar el suelo y llevarse el cuerpo del pobre cuya buenaventura no le había sonreído aquel día.

 

Naruto le entregaba el cuchillo a su dueño oficial, el cual aun estaba lleno de sangre.

 

-- ¿Te ha gustado, Sasuke? –Pregunto con insolencia.

 

El aludido se mantuvo en silencio mientras limpiaba con un trapo la hoja del cuchillo.

 

-- Lo has hecho bien –Dijo después de un rato, cuando el arma blanca ya relucía con magnificencia bajo la sucia luz de la bombilla-- ¿Qué querías, Itachi? –Cuestión volteándose a su derecha.

 

Todo el rato, Itachi se había mantenido en estoico silencio, sin moverse de la posición que había adoptado desde que llego.

 

-- Sabaku quiere hablar contigo –Soltó, mirando sin mirar la pared de la derecha—Te esta esperando arriba.

 

Y Sasuke estuvo apunto de soltarle la perorata acerca de porque demonios lo habían dejado entrar. Pero no lo hizo.

 

Itachi, su hermano mayor, no parecía tener ganas de aguantarle nada a nadie, esa indiferencia con que lo trataba se lo decía.

 

-- Bien. –Dijo y se guardo el cuchillo en el cinturón—Bien…

 

Le hizo una seña a Naruto para que lo siguiera, quien siguió su orden calladamente.

 

Cuando su hermano y Naruto desaparecieron escaleras arriba, Itachi se acerco a uno de los hombres que limpiaban la escena:

 

-- ¿Qué hizo? –Pregunto refiriéndose al hombre que acaba de morir.

 

-- No lo se…pero parece que era un topo*.

 

-- Parece… --Murmuro Itachi cuando también se dirigía a las escaleras— Si eso le pasa a alguien que “parece” ser un topo…

 

Sus pensamientos, reflexivos, se perdieron cuando entro a la estancia de arriba, donde la luz lo cegó de manera momentánea. 

 

 

 

 

 

*Topo: Es alguien que filtra informacion, un doble agente.

 

 

 

 

Notas finales:

 

Bien, espero les haya gustado esta..."perturbadora" idea xD, asi que agradeceria sus reviews para saber si esto esta tan mal como se escucha xD

Gracias por leer!

Nota: Lamentablemete, no existe el libro "a la manera de Machine", pero han de saber que King tomo prestado el nombre del protagonista del libro "Dead Cuy" (cuidad muerta) de Shane Stevens, no lo he leido pero me gustaria hacerlo, notese que King lo recomienda...pero solo si se tiene estomago y nervios fuertes.


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