Todo puede pasar.
Capitulo 1.
-“Todo puede pasar”- pensaba una cabeza rubia de cabellos desordenados y rebeldes, un par de ojos azules leían con atención el libro que tenía en manos, tratando de descifrar lo que leía sobre el comportamiento del ser humano, ante el estado de ánimo llamado -“Enamoramiento”-.
-Huh…Sakura-chan me podrías explicar por decima vez ¿Por qué estoy leyendo esto, un domingo en el lugar más aburrido del mundo –la biblioteca-, cuando podría estar haciendo mis jugadas de soccer con Kiba, Shika y el resto del grupo?- le pregunto mientras cerraba el libro y suspiraba para ver a su amiga la cual estaba muy entretenida leyendo –“En búsqueda del amor verdadero”- consejos para saber la persona que buscas para amar.
-Mmm, pues te responderé por decima vez estamos aquí para que veáis tu realidad- le dijo mientras seguía leyendo, Naruto solo la observo con una ceja alzada.
Domingo por la mañana, un día precioso, clima perfecto para pasarla al aire libre y hacer gamberradas, un chico como Naruto Uzumaki estudiante de último año de preparatoria, rubio, alto, piel color canela, ojos azul cielo intenso, hiperactivo, atleta, amigo de todos y con ciertos problemas de conducta por su efusividad de expresar lo que piensa y siente; está sentado en la última mesa del último pasillo de la biblioteca, con su mejor amiga Sakura Haruno, compañera de clase, cabellos rosas, ojos verdes y sumamente inteligente aparte de ser la más madura del grupo y por así decirse la más madura en el circulo social de ambos, seguía leyendo hasta que Naruto la interrumpió.
-Venga, Sakura-chan hablo en serio ¿Por qué estamos aquí?- le pregunto ahora con mirada seria, haciendo que la chica levantara la mirada y abandonara la interesante lectura.
-Espera y ya lo veréis, además juegas todos los días de semana Naruto hay que ver tu aguante de vez en cuando no tiene nada de malo aprovechar un domingo como este para leer, mira que tus notas dan a delatar tu poco gusto para los libros- le dijo con seriedad haciendo que el rubio solo refunfuñara mas.
Antes de que él pudiera replicar ante eso, con un acentuado dramatismo y expresividad se quedo quieto al ver detrás de Sakura algo que llamaba mucho su atención, o mejor dicho alguien.
-Joder…- murmuro mientras sus ojos veían con detenimiento a la persona que se estaba acomodando a en una silla, y dejaba varios libros en la mesa, cabellos azabaches que se podían confundir con un cielo de noche, piel nívea blanca y suave a la vista; ante eso Naruto trago en seco, cuerpo delgado pero en forma, alto y lo mejor aun unos ojos negros, como abismo.
Lo vieron por unos segundos para después ignorarlo por completo, Sakura no tenía necesidad de voltear a ver atrás, ya sabía la razón por la que su amigo estaba babeando de forma casi disimulada y tenía una cara completa de un idiota…enamorado.
-Lo veis, los domingos son de provecho y de mucho- le dijo mientras sonreía y volvía a leer su libro de pasta color olivo y letras negras.
-Sakura-chan, ¡¿Por qué no me dijisteis?!- le reclamo haciendo que los que se encontraban leyendo lo vieran de forma aniquiladora incluyendo la razón de sus delirios el cual solo alzo una ceja y lo miro con mala cara, por no decir la de siempre haciendo que Naruto solo sintiera vergüenza y bajara la voz al igual que el rostro.
-Porque tú nunca me escuchas, y por favor baja la voz estamos en la biblioteca- le susurro haciendo notable la obviedad, la razón por la que Naruto se encontraba así y reaccionara así es simple.
-Amor-
Lo curioso es que a pesar de ser amor, hay algo interesante y es que tanto Naruto como Sasuke no se soportan.
-Joder, es el colmo el teme aquí ya se me arruino el día- dijo en clara molestia y con esto Sakura no se sorprendió, para nada ya estaba acostumbrada, sino que solo suspiro
-Y al parecer el mío también- dijo entre dientes mientras sujetaba el libro con fuerza, pensó que a lo mejor ese libro ayudaría a su tonto amigo a madurar pero por favor, ¿Naruto Uzumaki madurando de un día para otro más por un libro el cual no entendió? , hay que ver los milagros que se piden en domingo.
-¿Acaso no entiendes lo que es estar en una biblioteca…dobe?- dijo ahora una voz seria y fría, mientras Sasuke Uchiha, estudiante y compañero de ambos presentes, apuesto, alto, piel blanca, cabellos azabaches, ojos negros intensos, inteligente y sobre todo popular tanto por su frialdad como por su actitud solitaria seguía leyendo su libro.
Y aquí una muestra de lo que se vive todos los días en la preparatoria.
-Jah, teme sé muy bien lo que es estar en una biblioteca, pero de allí soportar tu presencia no creo que sea de estudios sino de torturas- respondió Naruto mientras se dejaba recargar en la silla apoyándola solo en sus patas traseras.
Sakura solo sabía que en cualquier momento una vena palpitaría en su frente y sien derecha, mientras apretaba los dientes y presionaba con sus yemas la pasta del libro.
-“Joder, es un idiota”-pensaba la chica la cual miro con suma seriedad y reproche al rubio, el cual no dejaba de ver a Sasuke, el muy malnacido ni siquiera lo veía.
-“Ostia hay que ver a este tío, se cree tanto que ni siquiera puede verme a los ojos, maldito seas Sasuke, idiota, idiota, idiota…”-pensaba el ojiazul mientras sentía como su “tranquilidad” fingida se estaba perdiendo y es que aguantar la actitud de Sasuke Uchiha todos los días para aguantarla un domingo era…el colmo.
Sasuke no se inmuto para nada, no le respondería, como siempre y es que sería más idiota de su parte hacerlo al fin y al cabo si Sasuke no comenzaba la pelea, no tenia porque terminarla considerando su repertorio de respuestas sarcásticas e inteligente por no decir hirientes no estaba para aguantar al dobe, mas dobe que ha tenido la desgracia de conocer.
Lunes había examen de Biología y el siendo el genio que era, no quería perder tiempo en estupideces por lo que decidió aprovechar el domingo tranquilo, en un lugar tranquilo solo que a veces el destino se empecina en hacer todo tan absurdo.
-¿No me vas a responder teme? ¿te comieron la lengua los ratones? ¿o es que te crees demasiado para no decir algo? , jah ya se te seco el cerebro…- hablo finalmente Naruto cansado de ese silencio y aunque ya muchos de los que estaba leyendo le habían callado, mirado de forma aniquiladora y hasta tenían intenciones de llamar a la bibliotecaria fue la acción de Sakura la cual hizo que todo terminara.
-Bien, vámonos ya leí lo que quería y tu dijisteis que tenias juego así que vamos a marchaos ya- dijo levantándose y tomando del cuello de la camisa a Naruto el cual solo veía a Sasuke mientras refunfuñaba en el pasillo con su –teme- -jodido domingo- -lo arruino todo- -oh me creo el gran señor- y Sakura solo tenía deseos de matarlo allí en ese preciso momento.
Un largo suspiro escapo de los labios del azabache, se preguntaran ¿no hay nada que le cueste a Sasuke Uchiha? , esa era la respuesta ignorar a Naruto Uzumaki es casi imposible considerando que ante las preguntas apretó los dientes lo suficiente para deshacer una lamina de hierro entre ellos.
-Dobe idiota, hay que ver lo que es ser un idiota- dijo entre dientes mientras dejaba el libro, imposible ya no se podía concentrar, la voz de Naruto le taladraba la cabeza, y esos ojos, joder esos ojos por eso Sasuke nunca lo veía a los ojos y cuando lo hacía solo era para decirle lo idiota, dobe y troglodita que era, nada más ni nada menos.
-El amor es algo tan complicado y curioso-
-¡Argh!, es increíble, ¡es increíble Naruto Uzumaki!, venga que eres un tonto- decía en el camino la peli rosa mientras caminaba y Naruto a la par suya el cual tenía sus brazos cruzados detrás de su nuca y tenia un puchero.
-Ne, Sakura-chan no es mi culpa es la tuya por no decirme que le teme iba a ir a la biblioteca- le dijo haciendo que Sakura lo viese por el rabillo del ojo y apretara los dientes.
-¿Mi culpa? ¿pero quién es el que jamás me escucha?- pregunto mientras caminaba, era domingo el centro de la ciudad estaba atestado de gente, iban y venían, de compras, de almuerzo, de pasear un magnifico domingo del cual Naruto se sentía agriado.
-Como sea, ¿lo vistes? – le dijo el rubio con el cejo fruncido –como siempre se cree el gran señor de todo- decía mientras cerraba los ojos y seguía caminado –tsk, es el colmo, ese teme ¿por qué tiene que ser tan…tan…joder tan teme?- se decía ya después con un tono de voz no enfadado sino mas como una sicnera pregunta.
Sakura solo suspiro, debía tener paciencia la mentalidad de un chico enamorado es diferente al de una chica; o por lo menos eso leyó el problema aquí es que Naruto Uzumaki era el chico o se puede decir mejor que es el chico mas despistado de todo el mundo.
-Naruto ¿acaso no entendisteis el libro que te di?- le pregunto al final la ojiverde mientras se detenían frente a una tienda de ropa, el reflejo de ambos se hacía notar, mientras el resto de las personas caminaban.
Naruto la miro por unos instantes, pensando al parecer, seguía con los brazos cruzados por detrás de la nuca, entre abrió sus labios y solo dijo.
-Para nada, eso era una ostia de enredos- dijo con toda sinceridad, Sakura solo se llevo la mano a la frente, mientras murmuraba algo como –dios ayúdame- - no puede ser que no lo note- -es un tonto- pero venga se dice que cuando se está enamorado la última persona en notarlo es la que está enamorada.
-Venga, qué más da, ¡vámonos!- le dijo después con una sonrisa mientras la tomaba de la mano y salían corriendo, si era un domingo algo malo –según Naruto- pero ¿Por qué estaba feliz?, tal vez era porque en el fondo su corazón se alegro de ver a esa persona que lo confunde sin saber, que lo hace decirle cosas tontas, por no decirle cosas dulces, que lo hace perder el control y que lo haría al final darse cuenta que todo puede pasar.
-Ambos se darían cuenta-
Continuara…