Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Adiós amor por Rakushu

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

La verdad verdad... me quedó bastante malo, pero de todas formas quise compartirlo a ver si me ayudan a mejorar. He escrito cosas mejores, en todo caso.

Notas del capitulo:

La canción es 'Adiós amor' de Americo ¡a morir! la cual NO me pertenece. Ni tampoco me pertenencen ni Aoi, Uruha, Reita o Ruki (lamentablemente).

 

Cebollera y todo... la canción es linda ~

Quiero que te olvides de mí,

Que te alejes de mí para siempre.

Quiero que te olvides de mí,

Ya no luches contra la corriente.

Quiero que te olvides de mí,

Pues tu amor no lo merezco.

 

Un cobarde. Así es como se sentía precisamente. Después de tantas promesas, no había hecho más que acobardarse a último momento como un cachorro asustado y decir las palabras que juró jamás decir. Eran casi dos años que llevaba con su castaño guitarrista, a escondidas. Eran casi dos años que los ensayos continuos y extenuantes de la banda eran sólo una excusa para encontrarse con Kouyou a solas y esconderse como un par de amantes quinceañeros. Y es que era la única forma; los padres de Yuu eran demasiado críticos con ése tema y el único intento vago de hacerles saber su orientación sexual fue en vano; ni siquiera lo escucharon, su cínica respuesta fue un ‘No nos asustes con ese tipos de bromas, Yuu. Esperamos que algún día encuentres una linda chica.'

 

Se que no podré olvidarte,

Por eso pido que me olvides tú.

Yo nunca dejare de amarte,

Por eso pido que no me ames tú.

Este amor puede dañarte,

Puede arruinar mi hogar.

 

La primera vez que vio a su compañero de cuerdas fue acompañado de Akira. Takashima revoloteaba alrededor del rubio con insistencia llamando su atención sin resultados; le había parecido divertido y hasta adorable. Había ido como segundo guitarrista, de prueba, a ver qué les parecía y si entraba al grupo. Pero nunca imaginó que aparte de conseguir una banda, encontraría enamorarse por primera vez. Kouyou tenía una personalidad volátil, a veces podía ser tímido, en otras extrovertido al punto de ser sensual, y luego soltar algún chiste bobo sacándole una media sonrisa. No te tomó mucho tiempo enamorarse completamente del castaño.

 

Por eso olvídame tú

Por que yo nunca te podré olvidar.

 

Le dolía pensar que por una tontería todo se había ido a la mierda; una mentira mal dicha y todo se redujo a polvo.

- ¿A dónde me dijiste que ibas? - había preguntado su padre por quinta vez, y siempre lo hacía, tratando de sacarle una mentirilla y descubrir qué tramaba. Y aquél día lo había logrado.

- A casa de Kouyou. - dijo cansado de tanta insistencia, pero se arrepintió en el acto; la había cagado horrible.

- ¿No era a la de Takanori? - preguntó ésta vez su madre, dejándolo acorralado. A Yuu jamás se le dio bien mentir y ésta vez no fue la excepción.

- Ah... sí, este... a la de Takanori, me confundí. - pero aquello no había funcionado; ellos lo sabían, se les notaba en el rostro.

- Déjate de mentiras, Yuu. - y aquello fue el infierno mismo. Preguntas, preguntas y más preguntas... y al final, más que una pregunta, una amenaza.

- ¿Es pasajero, verdad, Yuu? A cualquier chico puede pasarle, no significa que te gusten los muchachos, ¿verdad? Acabarás eso que tienes con el niñato de Kouyou ¿verdad? - a pesar de la sonrisa de su madre, las lágrimas no dejaban de cesar, partiendo en dos el alma del pelinegro. "Sí, mamá, lo siento mucho" fue su respuesta. Su cobarde respuesta.

 

Por eso olvídame tú

Por que yo nunca te podré olvidar.

 

Y ahí quedaron las promesas, los para siempre, los sueños rotos y sin cumplir. El ensayo era a las 7:30 de la tarde, su último ensayo... porque las órdenes de su progenitor habían sido claras: la última despedida con sus amigos y esa misma tarde se largaban de Kanagawa con destino a su ciudad natal. Sentía que el corazón se le partía en pedacitos pequeños imposibles de volver a componer, porque no sólo se separaría de lo que más había amado, sino que sabía que esto en realidad era puramente su culpa. Sólo suya. ¿O acaso un muchacho de 21 años no era lo suficientemente independiente y maduro para enfrentar a sus padres? Shiroyama Yuu no lo era, él era nada más que un cobarde, un idiota que no hizo más que agachar la cabeza y asentir sabiendo que con eso perdería su tesoro más preciado.

 

Adiós, adiós

Amor adiós

Ya no me mires, a los ojos por favor.

 

Ahí estaba Yuu, luchando por contener las lágrimas tratando de que al menos la despedida fuese lo más corta posible y así no alargar más el dolor. Pero sabía que, poniendo un pie fuera del estudio de bajo presupuesto dolería muchísimo más; estaría dando un adiós definitivo y le daría la espalda a quien juró jamás dejar. Takashima lloraba como un niño, chillaba desesperado por mirar a Yuu pero el pelinegro no cedía; no podía mirarle a los ojos.

 

Adiós, adiós

Amor adiós

Ya no me pidas, más explicación.

 

Fue Akira quien dio la indicación más dolorosa, secándose las lágrimas y dándole la espalda a la causa del dolor de su mejor amigo, murmuró con voz fría y ronca ‘Dejémoslos solos, ven Taka'. Y ahí se encontraba con la situación más difícil que en sus 21 años le había tocado vivir; dar la cara frente al error más grande de su vida.

- ¿Por qué? - había preguntado el castaño luego de unos minutos en silencio, al parecer los sollozos habían parado para que pudiese hablar. Pero Yuu no fue capaz de contestar, ¿qué podía decir? - ¿Por qué, Yuu?

 

Adiós, adiós

Amor adiós

Deja de llorar, no me causes más dolor.

 

- ¡Te estoy preguntando algo maldito idiota! - había gritado a todo pulmón, mientras temblaba y lloraba sacando su alma por los ojos. - ¡YUU DIME ALGO! ¿Tan rápido te olvidas de las promesas, Yuu?

 

Quiero que te olvides de mí

Que te alejes de mí para siempre

Quiero que te olvides de mí

Ya no luches contra la corriente.

 

Y aquello era lo que más le dolía. No haber dicho la verdad y haberse enfrentado a su realidad como correspondía. ¿Qué sacaba con mentirle a sus padres, si no podía mentirse a si mismo? Él sabía mejor que nadie que sacarse al castaño del corazón era una tarea simplemente imposible. Pero también sabía que Kouyou no merecía a tal cobarde a su lado, si él no podía olvidarlo; entonces que fuera su castaño.

- Por favor, olvídate de mí... - había pedido en un susurro. Y ahora aparte de ser un cobarde era un gran egoísta.

 

Se que no podré olvidarte

Por eso pido que me olvides tú

Yo nunca dejare de amarte

Por eso pido que no me ames tú

Este amor puede dañarte

Puede arruinar mi hogar.

 

- ¡NO, NO LO HARÉ! - gritó otra vez, pateando la silla contigua como si de Yuu se tratase. - ¡ARREGLA ESTO, YUU! ¡AÚN HAY UNA SOLUCIÓN, TIENE QUE HABERLA! - pidió desgarrándose la garganta, como si mientras más elevara su voz su petición sería más viable a cumplirse. - ¡Te amo grandísimo idiota, y sé que tú también lo haces! ¡Te conozco Shiroyama Yuu! - pero su fuerza flaqueó y cayó tendido en el sillón donde antes estaba, rendido y desganado. - Te conozco, Yuu... no hagas esto...

 

Por eso olvídame tú

Por que yo nunca te podré olvidar.

 

Si ver a su madre llorar había partido su alma, ver a su Takashima Kouyou en ése estado la había partido mil veces más, si eso era posible. El castaño parecía un muñeco inerte, con los delgados brazos colgando a los costados de sus muslos y el maquillaje corrido daba un aspecto penoso.

- Yuu... - le llamó con una voz de ultratumba. Por primera vez Yuu lo miró directamente, pero ahora era Takashima quien se escondía. - Prometo ser un mejor novio... en serio. Pero no me hagas esto. Por favor... Dime qué errores cometí, Yuu, mejoraré, yo-

- Cállate...

 

Por eso olvídame tú

Por que yo nunca te podré olvidar.

 

- ¡No me hagas ca-!

- ¡Callado! - sentenció, y como alma que se la lleva el diablo salió corriendo dejando a un Takashima completamente descolocado. Pero Yuu estaba más claro que nunca. ‘Prometo ser un mejor novio... en serio.' Las palabras parecían haber hecho un clic en el cerebro del pelinegro y ahora se encontraba de pie frente a la puerta del que había sido su hogar por más de 8 años. ‘No me hagas esto.' Más que decidido estaba furioso, capaz de tirar la puerta abajo de un solo golpe entró sorprendiendo a la que había llamado familia durante toda su vida.

- ¿Yuu, qué te-?

- ¡Eres un maldito egoísta! - gritó con cólera a su padre, el autor de la pregunta. - ¡Y tú también! - volvió a gritar, esta vez señalando a su madre parada en la entrada de la cocina. - ¡¿Quieren volver a Mie?! ¡Pues váyanse! ¡Váyanse donde se les pegue la puta gana, pero yo me quedo! ¡No arruinaré mi felicidad por pasar encima la de ustedes!

 

Adiós, adiós

Amor adiós

Ya no me mires, a los ojos por favor.

 

No se explicaba cómo pero, ya estaba tomando sus pertenencias más importantes dentro de una maleta de viaje como si su vida dependiera de ello. En diez minutos ya había terminado y tomando su guitarra, el objeto material más preciado que tenía, salió hecho un bólido por la puerta sin importarle absolutamente nada. Pero sabía que cuando hubiese terminado esto, estaría llorando en las piernas de Shima por sus padres (si es que Shima aún quería verle la cara, claramente) y preguntándose si algún día podrían aceptarlo y quererlo como era. Estaba a punto de cruzar la puerta de entrada cuando sintió que le tomaban de la muñeca izquierda.

- ¡Ya dije que no me voy con ustedes! - soltó sin notar que era su hermana mayor quien lo detenía.

- Yo aún te quiero Yuu, tienes mi número y si necesitas algo sólo llámame. Espero que seas feliz como gustes y que Shima también lo sea. - murmuró besando la mejilla del pelinegro.

- Hermana...

- ¡Vete! - soltó la muchacha al tiempo que las lágrimas salían de sus ojos surcando sus mejillas, tan parecidas a las de su hermano menor.

- ¡Te quiero, hermana! - exclamó Yuu, dándose media vuelta para irse.

 

Adiós, adiós

Amor adiós

Ya no me pidas, más explicación.

 

- ¡¿Qué mierda te pasa, imbécil?! - le había gritado Akira tan sólo asomarse por la sala de ensayos.

- ¡Pasa que no voy a dejarlos, iguana fea! - murmuró al borde las lágrimas soltando de una vez todo lo que sus manos llevaban, abrazando a sus dos rubios amigos.

- ¡Lo sabía, sabía que volverías, Yuu! - exclamó Takanori moqueando mientras reía.

- Yuu... - escuchó la voz que más deseaba oír en el mundo entero, por la cual dejaría todo. Y ahora sí era cierto.

- Lo siento, Shima, yo-

- ¡Grandísimo idiota, Shiroyama Yuu! - le gritó su castaño al tiempo que se lanzaba sobre él riendo igual que Takanori y mojando su cuello.

- Lo siento... - susurró abrazándolo fuerte, para no dejarlo jamás.

 

Adiós, adiós

Amor adiós

Deja de llorar, no me causes más dolor.

 

Tal como había predicho, horas más tarde era él quien estaba moqueando como un niño en los suaves muslos de su castaño. Pero por más que doliera él sabía que había hecho lo correcto... a su manera.

Notas finales:

UNA MIERDA 8D

Se aceptan críticas, comentarios, sugerencias, tomates, lechugas, atunes y si es tan amable en un bowl que mañana no tengo almuerzo. (:


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).