El sol traspasaba las cortinas replegables de esa habitación de hospital, en la cual un chico se encontraba durmiendo, hasta que los rayos del sol se posaron en su hermoso rostro, lo cual lo izo sentirse incomodo, ya que mostro una mueca de descontento…después de varios intentos por no despertar, lo izo.
Se levanto de la cama, para luego sobarse sus ojos con cansancio, una vez ya despabilado, se dirigió a una puerta que se encontraba al lado derecho de su cama, que era la del baño.
Comenzó a desnudarse, para ducharse, se metió a la ducha la cual dejaba caer agua fría, que logro que se despabilara por completo.
Una vez ya terminada salió de ahí, siguiendo desnudo, se dirigió a una de las gavetas que estaban al lado de su cama, para sacar de ahí ropa. La cual no parecía del hospital, ya que eran unos pantalones negros ligeramente entallados, una sudadera negra y unas zapatillas deportivas. También tomo unos cuadernos y unos lápices que estaban dentro de esta, se dirigió a la ventana para salir por ella…
En serio que no le gustaba eso de escabullirse, pero ya que, después de todo no lo dejaban salir, y eso de estar encerrado no era para él. El cielo azul, los arboles, los pájaros…el aire, todo era perfecto para una nueva creación…bueno, quizás no todo. Si tan solo no tuviera limites, si tan solo lo dejaran salir de ahí.
Han pasado tres meses desde que despertó y él seguía ahí, encerrado y lo máximo a lo que lo dejaban salir era hasta el patio y eso era solo si iba acompañado, por una de las enfermeras del hospital; por eso el se daba sus escapadas para inspirarse y no aburrirse estando ahí, en esas paredes de encierro y de locura, como el las llama.
-…que delicia…aire fresco, al fin- dijo respirando el aire a su alrededor.
-verdad que si, Haru- dijo una mujer mayor que él.
-Shion-san pensé que no vendría después de lo que paso- dijo con un toque de malicia, a la mujer de refinado aspecto.
-es cierto, no debería de venir, después de cómo me trataste. Pero aun así lo hago-
-por mi hermano- le interrumpió a la refinada mujer- …si es por eso, dígale a mi hermano, que en vez de mandar a terceros, venga el mismo…a enmendar sus culpas - esto último lo dijo en tono de seriedad y reclamo-..Adiós Shion-san- dijo alejándose de esa mujer.
En serio que esa mujer le crispaba los nervios, y mas con esa pose de mujer abnegada, que se preocupaba por la familia de su esposo. Aun no podía creer que su hermano se haya casado con una tipa, como esa… con una hipócrita más, como los que le rodeaba desde que tenía uso de razón... desde que quedo en coma hace más de dos años.
En serio que ya no soportaba esto, no soportaba no saber nada, no saber quien decía la verdad y quien no, no saber que paso en el tiempo en que estuvo dormido en esa cama de hospital.
-Que debo de hacer…-dijo en un susurro mientras miraba las flores que estaban a su alrededor- porque mienten, porque me mienten, porque me hacen daño?- su voz sonaba lastimera y dolida- …ellos son lo único que tengo…entonces porque-
-quizás porque te quieren-interrumpió una suave voz.
Me volteo molesto para ver quién era la persona que se atrevía opinar, sin consentimiento de uno, en serio que le molestaba la gente entrometida, iba a gritarle por entrometido. Pero, sus palabras quedaron en el aire, en cuanto su mirada se topo con una dulce mirada.
-esa mujer se veía preocupada por ti-dijo con una hermosa sonrisa, en su bello rostro.
Sentía que me hablaba, pero yo no reaccionaba. Sentía que estaba en un sueño, en el cual un hermoso ángel me sonreía con sinceridad y me miraba dulcemente, con su hermosa mirada amatista.
Por un momento desde que desperté; sentí que podía confiar en alguien, sentí que encontré un verdadero motivo para vivir…sentí que podía amar…
***********************