Llegaron a una parte de la ciudad que parecía estar en ruinas.
Mail, ahora “Matt”, que no había abierto la boca desde que habían salido, habló por fin:
-¿A dónde vamos?
-Ya te dije Matt, vamos a visitar a nuestros amigos para devolverle lo que nos hicieron…-le contestó Mello sonriendo. Parecía feliz, se veía hermoso, sonriendo así, con el aire revolviendo el poco cabello que asomaba bajo el casco.
Matt sonrió y se recargó en su espalda.
-¿Qué pasa?, ¿te mareaste?-le preguntó Mello-Seguro no estás acostumbrado a andar en moto…
-Ehhh…-Matt se sonrojó.-Sí, algo así…
Llegaron por fin ante lo que parecía ser un edificio abandonado.
-Baja.-le ordenó Mello.
Matt bajó y Mello volvió a encender la moto.-Espera aquí.-le ordenó-Ni se te ocurra vagar por ahí.
Matt lo obedeció.-En verdad parezco su perro.-susurró cuando Mello se alejó.
Al poco rato volvió, pero Matt estaba rodeado por unas mujeres y un tipo con mala finta.
-¡Matt!-le gritó Mello y Matt corrió hacia él.
-¿Ehhh?-exclamó una de las chicas-Así que es de Mello, con razón no respondía…-Se acercó hacia donde ellos estaban.-¿Qué pasa Mello?, ¿no nos lo presentas?
-Hoy no tengo ganas de estos juegos Mayleen…-le respondió este.
-Jum… qué grosero…-dijo al tiempo que reía y se alejaba de ellos.
-¿Mello?-trató de hablarle Matt, pero este ya arrancaba.
-Sube o te dejo…-amenazó. A lo cual Matt trepó a la moto enseguida.
Fueron en silencio durante media hora, no iban muy rápido. [¿De qué le hablo?, parece enojado…-pensó Matt-Ya sé…] Ehhh… Es otra moto…
-Sí, no quiero que sufra ningún daño, por eso traje esta… no parece la gran cosa pero es muy rápida, no te preocupes…-le respondió y su rostro comenzó a suavizarse con una sonrisa.
-Te vuelves feliz tan sólo hablando de tu moto…
-¿Qué dices?-Su cara volvió a parecer aterradora.
-N-n-nno… no, nada… yo sólo… este…
-Jajaja… no es como si fuera a matarte, pequeño idiota…-le sonrió Mello.
-Ahhh… claro…-Matt suspiró aliviado-[Supongo que “pequeño idiota” es su manera “cariñosa” de llamarme…]
Al fin pararon frente al lugar del que Mello había huido la primera vez. Matt bajo de la moto y Mello la estacionó aunque más que estacionar la arrumbó junto a la entrada.
-Hey Matt, ¿sabes usar un arma?
-Eh… pues sí…
-Entonces toma… Úsala si es necesario.-le dijo Mello al tiempo que le pasaba una pistola, que Matt escondió entre su ropa.-Ahhh… casi lo olvido.-dijo Mello y le puso un collar.
Matt lo miró confundido.
-Para que sepan que eres mi perro.-le dijo Mello por respuesta.
Matt solo puedo suspirar resignado.
Entraron al edificio, parecía abandonado y nada indicaba rasos de vida ahí, excepto por unas cuantas colillas y latas tiradas.
-Aquí no hay nadie…-dijo Matt y se relajó un poco.
-Calla perro…-le contestó Mello y abrió una puerta que estaba escondida detrás de una máquina expendedora de refrescos.-Sígueme.-ordenó, en él, todo eran ordenes.
Caminaron un por un pasillo iluminado con luces rojas y azules, las paredes que iluminaba parecían tan viejas y desgastadas como el edificio. Pasaron una puerta que no concordaba con todo lo demás, ya que parecía nueva, y llegaron a un antro.
-¿Ehhhh? Vaya, y pensar que se veía tan mal…
-Sí… cómo sea, iré a atender unos negocios… Tú mientras… pasea por ahí… sólo no llames mucho la atención. Pide lo que quieras, a mi nombre, no debería haber problema…-le dijo y se alejó de él.
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Matt comenzó a vagar por ahí, encendió uno de sus cigarrillos. Una chica sumamente guapa lo invitó a bailar. Aceptó, después de todo, la orden de su “amo” había sido esa, ¿no?
Siguió bailando un poco, la chica comenzó a tocarlo.
-¿Me crees idiota?-le dijo y la separó de sí. Le quitó la cartera de la mano y sonrió.-Dejémoslo así.
La chica lo miró estupefacta, ¿cómo se había dado cuenta? Lo miró bien.
-Pero si eres…
-Shhhh…-Cállate, no quiero que me descubran…
-Ohh… entiendo. Pero, es que no puedo creerlo. Estoy con JeeMa…
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Mientras tanto Mello terminaba su reunión.
-La última vez, enviasteis a unos tipos… era una emboscada… Eso, -miró fijamente al otro tipo y se acercó a él- no fue muy amable de su parte.-Disparó y el hombre cayó al piso.-Pobre infeliz, queriendo matarme…-quitó el silenciador del arma. Llamó a otras personas que se encargaron de quitar el cadáver.-Ahora ya sabe-dijo dirigiéndose al otro hombre que estaba desde el inicio en la habitación-lo que sucede con los traidores…
-Lo-lo entiendo…-dijo sumisamente.
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Matt y la chica se habían sentado uno de los sillones.
-¿Entiendes? No soy JeeMa ahora…
-Mmm… pero como ladrón eras muy famoso, ¿porqué lo dejaste?
-Uh, quién sabes… A mí también me gustaría saber…
-¡Matt!-escuchó a Mello llamarlo.
-Lo siento,-le sonrió a la chica-me tengo que ir…
-¡Es-espera!- le dijo al tiempo que lo tomaba del brazo. Le pasó un papel.-Aún no terminamos de hablar, llámame…
-Claro.-le dijo Matt y corrió hacía Mello.
-Nos vamos…-le dijo Mello. Ambos salieron de ahí, fuera, un grupo de hombres los esperaba.
-Adelante…-le dijo Mello.
-¿Eh?
-El que te golpeó es aquel-le dijo señalando a un tipo enorme.-te lo prometí, ¿no? Qué podrías vengarte del que te golpeó.
-¿En serio?-Matt miró al tipo.-Pero…
-Oh… entiendo…-Mello sonrió e hizo una seña. El hombre se acercó, de cerca parecía un gorila. Mello lo tomó de los hombros y lo golpeó con la rodilla en el estómago. El hombre cayó de rodillas y a otra señal de Mello, los demás se acercaron a golpearlo. Matt estaba algo espantado.-Vamos…-le dijo Mello y subió a su moto. Matt lo siguió.
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Matt llegó a su casa cansado. Estaba aburrido, ya había comido. Mello lo había llevado a otra reunión, esta, más elegante que la anterior y ahí había comido hasta hartarse.
-Es tan aburrido estar así…-se dijo y entonces recordó a la chica de antes.- Sayu…-dijo recordando su nombre.
Tomó el teléfono y la llamó.
-¿Bueno?
-Bueno.... eh… buenas noches… [¿Un hombre?]
-¿Mail?
-¿Eh?, ¿quién eres?, ¿cómo sabes mi nombre?
-¡Soy Light! ¿Cómo llamas sin saber?
-Ahhhh… lo siento… Es qué, pues, creo que me confundí al marcar, ya sabes es que una chica Sayu…
-¿Sayu?, ¿Qué tiene que ver mi hermana contigo?
-¡¿Qué?! ¿Tú hermana?
Oyó ruidos extraños y alcanzó a escuchar otra voz, una voz femenina.
-¿Hola?
-Ehhh… ¿Sayu?
-Ohhhh…. ¡Sí llamaste! No creí que lo hicieras… ¿Pero qué tal estás? Ese con quién te fuiste era Mello, ¿no es cierto?, ¿ahora trabajas para él?
-¿Qué dices?
-Por cierto, ¿cómo conoces a mi hermano?
-Ah… voy en el mismo grupo que él…
-Wow… y yo sin saber… ¡qué envidia! Mi hermano tiene tanta suerte… Estar con Jee…
-Shhhh… ¡no lo digas!
-Oh… cierto, hay que proteger tu identidad, eh… Bueno, y entonces, ¿cómo debo llamarte? Mmm… ¿“Matt” quizá?
-Soy Mail…
-Pero él te llamó así…
-Sí, bueno… pero mi nombre real es Mail y así es como Light me conoce, por favor no vayas a decir nada…
-¡Ok! ¡Pero es que tantas preguntas que hacerte!
-Pues por eso te llamaba, pero…
-Entonces no te preocupes, ¿porqué no vienes a mi casa?, ¿o prefieres que vaya a la tuya? Sólo tengo que esperar a que todos se duerman…
-N-no, no, mejor yo voy… [Light seguro me mata si hago que ella venga…]
-Cierto, ya que eres amigo de Light será más fácil. Bueno, te doy la dirección.
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Mihael llegó a su casa. Un sequito de sirvientes lo saludó, no había gran cosa que hacer con ello, ya que su familia era muy poderosa. Y él iba a heredar todo eso, costase lo que costase. Su tutor, Roger, creía que era mejor si dividían el poder entre él y su hermano, pero eso era algo que nunca iba a permitir. Él sería quien tendría todo. Ya lo había decidido. Entró a su cuarto y se recostó en la enorme cama. El cuarto era enorme también, y tenía cientos de adornos por todos lados. Había un espejo en la pared.
Tocaron a la puerta.
-Pase…
-Señorito Mello… Llegó el doctor.
-Ahá… qué pase entonces…
El doctor entró.-Por favor, desvístase.
Mello se cambió el atuendo de cuero por una bata de baño. El doctor se acercó y comenzó a quitar las vendas de su pierna, mientras una enfermera le quitaba el vendaje del rostro.
Mello miraba toda la operación por el gigantesco espejo. Tenía una cicatriz surcando su rostro por la parte izquierda.
-No puede hacerse nada por eso.-dijo al doctor al darse cuenta de la mirada de Mihael.
-Lo sé…-sonrió.-Supongo que me va bien, eh…
El doctor ignoró el sarcasmo de su paciente y prosiguió con su trabajo.
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Mail llegó a casa de Light.
-Hola
Fue Sayu quien salió a recibirlo.-¡Mail! Hola…
-Hola Mail.-Light estaba detrás de ella. -¿Qué te trae tan tarde por aquí?-dijo haciendo énfasis en el “tarde”. -¿Cómo conoces a Sayu?
-Light, qué grosero… Mail vamos a platicar adentro…-le sonrió Sayu.
-Hola Light…-dijo Mail por fin.-Pues si son hermanos, ¿cómo no conocerlos? Jeje…
Light lo miró con cara de asesino serial.
-Jeje… este… con permiso…-Mail entró. -¿No están tus padres?
-Nop…-contestó Sayu.
En eso, Elle bajó por las escaleras.
-¿Elle?
-Hola Mail… ¿qué haces aquí?
-Es mi amigo y vino a verme…-los interrumpió Sayu. –Bueno, ¿ustedes no van a regresar al cuarto? Mail y yo platicaremos aquí en la sala, no te preocupes hermanito…
Así, Sayu consiguió quedarse a solas con Mail. Aunque antes de irse Light le lanzó una mirada bastante aterradora a Mail.
-Vaya… no parecías tan chica allá…-dijo Mail iniciando la plática.
-Es por el maquillaje.-dijo Sayu- Pero dime, ¿qué pasó?
-¿Te refieres a mi carrera de ladrón? Je… ni yo lo sé. Solo decidí dejarlo…