La mañana se hizo presente en la esplendorosa ciudad de Tokyo, la mañana que muchos aborrecían, la que otros esperaban impacientes… La mañana del primer día de clases.
Un rubio de estatura baja se encontraba caminando hacía el recinto escolar, un poco asustado pues a parte de ser el primer día de escuela, también seria el primer día en su nueva escuela… Y es que llevaba a penas una semana en Tokyo.
Al llegar se dirigió a la oficina principal, allí estuvo unos 15 minutos si mal no se equivoca, luego le enviaron a su salón de clases… Con un poco de recelo tomo el picaporte de la puerta y entró.
— E-Etto… —
— ¿Sí? — contesto el profesor.
— E-Esta… es m-mí clase… —
— Oh. Ya veo — revisó una lista — ¿Matsumoto? —
— Sí —
— Muy bien… — y antes que el rubio pudiese articular palabra — Jóvenes, le presento a su compañero… Matsumoto Takanori — hubo un silencio incomodo y muchas miradas sobre el rubio.
— Etto… —
— Puedes tomar asiento al lado de veamos… — empezó a leer otra lista — Kouyou Takashima — señalo.
Intento ubicar su lugar, al lograrlo se abrió paso entre todas esas miradas pervertidas e susurros insinuantes que le ponían la piel de gallina. Tomó asiento al lado de ese tal Takashima, y notó que su perfil era fino y terso casi como el de una chica, más podía notar perfectamente su semblante masculino. Ignorando anteriores pensamientos sacó un lápiz y se puso a prestar atención.
— Muy bien, y como es el primer día… Un examen sorpresa les da la bienvenida — dijo sonriente el profesor.
Luego de un abucheo grupal, las hojas blancas con muchas preguntas comenzaron a ser repartidas por todo el salón.
— Tienen Dos horas, que les aproveché — dijo tomando asiento.
Takanori observo atento su examen, notando que todo lo que estaba en el era sumamente fácil, y sin esperar más empezó a responder… ya estando a las últimas preguntas su lápiz se cayo al suelo, y al agacharse a tomarlo notó que la prueba de su compañero estaba en blanco… — ¿Acaso no sabe nada? — pensó. Y cómo buen compañero, le regalo una sonrisa y puso su hoja muy cerca de él, y sin pensarlo comenzó a copiar todas las respuestas.
Luego de susurrarle las dos últimas respuestas a su compañero, Takanori entrego su examen y salió… a vista de todos lo había entregado en blanco, pues había pasado un hora solamente y muchos tenían su simple nombre y la primera respuesta. Takashima hizo señas a dos de sus amigos que se encontraban dos asientos delante de él que ya había contestado el examen, ellos no le creyeron y sólo le ignoraron, ante esto el castaño lo entrego y salió… Al cruzar el umbral de la puerta de encontró con su nuevo amigo recostado a la ventana.
— Hola — le saludó provocando que este se sobre saltara.
— Ahh… H-Hola —
— Lo siento, oye gracias por ayudarme, no tenias que hacerlo —
— No es nada… la verdad estaba bastante fácil —
— Oh. Ya veo eres un pequeño y lindo sabelotodo —
— ¿Q-Qué…? No… — bajo su cabeza ante ese comentario.
— Lo siento… y-yo no quise… —
— No te preocupes… igual, tal vez si soy un sabelotodo… es qué, bueno no tengo muchos amigos por no decir ninguno, soy algo reservado —
— … — El castaño se le aguaron los ojos y se lanzó a abrazar al rubio — ¡LO SIENTOOO! No quise decir nada enserio… es más, desde el momento en que te sentaste a mi lado comenzamos a ser amigos chibi —
— ¿Ch-Chibi…? —
— Sí, eres tan lindo… pareces un chibi, Chibi-taka-chan —
— Eh… Takashima-san, ¿Podrías…? —
— Oh. Cierto jeje — se separo del rubio — Y no me digas ‘’Takashima-san’’ dime Shima o Shimita o El chico más sexy de la escuela —
— E-Etto… esta bien Shima… —
— ¡Ahh! Creí que optarías por la última, bueno… —
— Jaja, oye… —
— ¿Sí? —
— Tus labios… —
— ¿Qué les pasa? — dijo tocándose los labios.
— Parecen de Pato —
— ¿Q-Qué?... —
— ¡Shima-patito-pon! —
— Jajajaja, que tierno eres Chibi —
Ambos adolescentes caminaron hasta el patio trasero de la escuela, y se sentaron bajo la sombra de un árbol a hablar de cosas sin importancia, hasta que se escucharon unos gritos y el rubio se volteo y observo como se acercaban dos chicos, uno pelinegro alto, y el otro… rubio con falta de tinte, y una cosa cubriéndole la cara.
— Ahh… dios, me sacaré un rojo — decía jalándose los cabellos literalmente el rubio mal teñido.
— Yo igual… nada más a ese jodido profesor se le ocurre hacer examen el primer día de clases, ¿Qué ahí de ti? — dijo mirando al castaño.
— Pues yo lo resolví todo… gracias a mi nuevo amigo — señalo al rubio.
— Hola, soy Yuu… Pero mis amigos me dicen Aoi — saludó.
— Soy Takanori —
— Mh. ¿Y como te llaman tus amigos…? —
— Pues… la verdad y-yo… — allí lo interrumpió el castaño.
— Jeje, sus amigos no tenían ningún sobre nombre en particular… ¿Qué tal si nosotros le ponemos uno? —
— Bien, Reita… — le llamó — Reita… ¿Hola? — seguía mirando a quien sabe donde — ¡Iguana mal teñida! —
— ¡Travestí! — reacciono.
— Hasta que al fin… ¿Qué mirabas tanto? —
— Nada… nada, ¿Qué pasa? —
— El es Takanori, el nuevo del salón… ¿Te acuerdas? El que te quedaste mirando como baboso… — Aoi notó dos cosas en común con esta vez y la del salón, el pequeño rubio estaba ahí, ¡Eureka! El pelinegro descubrió que es lo que miraba tanto su amigo mal teñido — Jaja… Reita a ti te… — la mano del rubio mal teñido fue a parar a la boca de su amigo.
— A mi nada, y yo no miraba a ese enano como ningún baboso… —
— ¡A quien llamas enano! —
— ¿Vez a algún otro enano por aquí? ¡Por supuesto que a ti! —
— Prefiero ser eso, a una I-G-U-A-N-A Mal teñida — golpe bajo…
— ¡Mira Enano de circo tú no eres…! — allí el castaño le dio un golpe en el abdomen al rubio.
— Ya dejen de pelear ¿Sí? No comencemos con el pie izquierdo… A ver, Aoi… ¿Qué dices tú? —
— Ya… ya quítate, quítate — decía Aoi quitándose la mano de Reita de su boca — Ejem… no lo sé, ¿Tu que opinas Reita? —
— … — Reita volteo su mirada y cruzado de brazos susurró — Ruki… —
— ¿Qué? —
— Ruki… — volvió a decir por lo bajo.
— No te escuchó… —
— ¡RUKI! Maldita sea… Ruki —
— ¡Me gusta! Pero que creativo nos saliste iguana — se burló Shima.
— Cállate tú… tú… —
— ¿Yo…? Jaja… —
— Pato… — susurro Ruki, cosa que Reita escuchó.
— ¡Cállate, tú… Pato! — los ojos de Shima se abrieron de sobre manera — ¡Pato Feo! —
— ¡Agghrg! — gruñó — Iguana deforme —
— Pato, pato, pato, pato feo — canturreaba.
— Ja, es cierto… no lo había notado, Shima… eres un lindo patito — dijo Aoi acariciando la mejilla de Shima.
— E-etto… y-yo, Aoi… —
Un silencio incomodo se hizo presente, pero de un minuto a otro un castaño se encontraba meciéndose en el cuello del rubio mal teñido.
— Ya basta… Kohara… basta — decía mientras se quitaba al castaño del cuello.
— Pero que aburrido eres Reita… Oye… — se le acerco encontrándose ambos muy juntos, mientras el castaño hacia círculos con su dedo índice en el pecho del mayor — Que tal si después de clases… tú y yo, ya sabes… vamos a divertirnos por ahí —
— Lo siento pero yo… —
— ¡Ejem! No aceptare un no, por respuesta —
— No —
— Ésta bien, nos vemos en la entrada —
— Te dije que no —
— Jeje, sí, lo que digas cariño, ¿A que hora salimos hoy? Creo que más temprano… ¿No? Más diversión —
— Kohara yo no… — fue interrumpido.
— ¿Kohara, no? — dijo un sonriente rubio apareciendo al lado de ambos.
— Sí ¿Y tú eres? —
— Takanori, un placer — extendió su mano.
— Ahm si… — la tomó — Bueno, como vez Takanori estamos ocupados y… —
— Jeje… lo siento, pero Reita no podrá salir contigo hoy —
— ¿Qué? ¿Y por qué no? ¿Quién te crees tú. Eh? —
— Pues por qué hoy me enseñará Matemáticas, espero y no te moleste… —
— ¿Qué? ¡No! Hoy saldré con mi Reita, que te enseñe otro día —
— Oh. Es que sólo puedo hoy y ya vez como es todo… ojala no te moleste — tomó la mano del rubio mal teñido — Nos vemos —
El castaño estaba que echaba humo por las orejas, — ¿Quién mierda se cree ese enano? — pensaba mientras veía alejarse a su mal teñido con su ahora desgracia, pero eso no se iba a quedar a así… como que su nombre es Kohara Kazamasa qué no. Una vez lejos, el más bajo soltó la mano de un atónito rubio mal teñido.
— ¿Qué fue todo eso? —
— Pues… Tú no querías ir a ningún lugar con ese cara de marmota ¿Oh. Sí? —
— ¿C-Cara de marmota? JAJAJAJAJAJA… — estalló en carcajadas, y luego recupero el aliento — Ah… igual, ¿Por qué me ayudaste? —
— Eso hacen los amigos ¿No? —
— ¿Amigos? ¿Tú y yo somos amigos? —
— ¿Podemos serlo? — dijo estirando su mano.
— … Supongo — estrecharon sus manos.
El rubio más bajo se encontraba recostado a una pared y el mayor frente a él, no hacían otra cosa más que mirarse, por sus mentes pasaban muchas cosas qué seguro en ese mismo instante no podrían entender. Más de pronto Ruki comenzó a caminar y al estar a una distancia prudente gritó…
— ¡Iguana Mal teñida! — dijo gracioso y se echo a correr.
— Oh. — aun no procesaba la información — ¡Regresa aquí enano de circo! — gritó y también se echo a correr detrás del rubio.
En poco tiempo habían llegado de nuevo al patio de la escuela, dejándose caer uno sobre el otro en la grama… agitados por la corrida, recuperaban el aliento.
— ¿Qué se traen Uds. Dos? —
— Por dios, Suzuki Akira… apenas lo conoces y ya lo acosas —
— ¡Cállate! — grito Reita — No estoy acosando a nadie —
— ¿A no? —
— Mh… — allí se dio cuenta que estaba sentado sobre las caderas de Ruki y ambos estaban agitados — E-Etto… no es lo que parece —
— Ya veo ¿Qué es entonces? —
Entonces el menor empujo al rubio mal teñido y se levanto.
— Nada. — dijo sin darle mucha importancia — ¿Qué podría ser. Ah? —
— P-Pues… —
— Bueno, yo creo que ya debemos regresar a clases — dijo sonriente y empezando a caminar — Ah. Reita levántate de allí te picaran las hormigas —
El resto del día paso con normalidad, al menos eso querían aparentar… La cabeza del pequeño Rubio era todo un revoltillo, tenía tantas cosas en la cabeza que parecía que fuese a explotar. Y quien no se quedaba atrás era cierto personaje sentado dos puestos delante del pequeño rubio, en su cabeza sólo había una imagen… — ¿Qué me pasa? — era lo que pasaba por las mentes de ambos.
Luego de la última campana del día, Takanori quiso alejarse de allí rápido y sintió como sus amigos le llamaban más, decidió ignorarles… Al fin llego a su hogar, encontrándose este vacío, se aventuro a la cocina por algo para calmar la migraña y encontró una nota en el refrigerador.
''Taka, salí a comprar algunas cosas que falta, y lleve al pequeño Sabu-chan a la peluquería canina… Come algo, no tires tus verduras… Cierra la puerta, no le abras a extraños, los números de emergencia están justo al lado de esta nota, te quiere mamá''
— Por dios mamá… ¿Crees que me van a secuestrar o algo así? Ya no tengo 10 años… — dijo al aire.
Tomó un vaso de agua y una pastilla, luego fue hasta su habitación y cambio su ropa, más tarde termino de hacer sus deberes escolares y fue a ver algo de contaminación para su cerebro, más bien… Fue a la sala a ver Mtv.
Escucho levemente el sonido de una puerta abrirse y abrió lentamente los ojos para pasar a asomar su cabeza por el borde del sofá.
— Taka, ven aquí ¿Dónde estas? ¡Tengo una sorpresa para ti! —
— ¿Qué pasa mamá? — dijo levantándose — estoy aquí —
— Cariño… mira — dijo corriéndose a un lado.
— Hola… Taka-chan —
— ¡¿Tú?! — fue lo único que alcanzo a decir — ¿Qué haces aquí? —
Sus ojos estaban abiertos de sobre manera… — ¿Qué diablos hace el aquí? — se preguntaba, aun no lo procesaba bien… pero de lo que estaba más que seguro es que, nada bueno saldría de eso, nada.
To be continue…