Sus labios estaban llenos de sangre y sus ojos llorosos, de haber podido hubiera deseado no llorar pero no podía evitarlo, estaba demasiado dolido por las palabras del rubio.
-Eso fue un juego bastante estúpido Izaya- el rubio lo empujo contra la pared –MALDITO BASTARDO!!!-
-Shizu-chan- murmuro el pelinegro –no es lo que pien- el rubio le dio una cachetada.
-CALLATE!!! NADA DE LO QUE ME DIGAS VA A CONVENSERME- el pelinegro tenía muchos deseos de contarle la verdad a Shizuo pero por cada palabra que decía recibía un golpe, estaba tan cansado, tan deseoso de decirle lo mucho que lo amaba.
-Shizu-chan- el pelinegro se levanto como pudo del suelo –no es lo que piensas, yo de verdad- titubeo porque estaba asustado de confesarse –yo de verdad, por Shizu-chan- sollozo –yo te amo- dijo finalmente.
-MENTIRA!!!- el rubio lo empujo sobre la cama –todas son mentiras- le susurro el rubio al oído –ya no voy a creerte nunca- el pelinegro lo abrazo con toda la fuerza que le quedaba.
-porque…- dijo muy bajo pero lo bastante claro para darse a entender –porque crees mas en las demás personas- hizo una pausa –yo… dije muchas veces que te quería, yo te abrasé muchas veces porque así lo sentía, yo te bese porque te amo- las manos del pelinegro resbalaron por el cuello del rubio –yo fingí lo de la perdida de mi memoria porque quería estar contigo, yo no sabia como decirte mis sentimientos, así que quise empezar de cero, dejando todo lo de mi pasado atrás- el pelinegro lo beso –esa fue la única solución que se me ocurrió- fue lo ultimo que dijo antes de desmayarse.
-no voy a creerte nunca- dijo el rubio –no después de escucharlo de tus propios labios- Heiwajima se levanto de la cama, se sentó en el sofá y empezó a recordar.
Shizuo estaba confundido, odiaba al Izaya del pasado y amaba al Izaya del presente, con tantas emociones encontradas fue a buscar a Shinra en busca de respuestas, pero al llegar a la casa de su amigo se encontró nada mas y nada menos que a la causa de sus problemas.
-Estas seguro de lo que estas haciendo Izaya- le pregunto el chico de cabellos castaños.
-si- sonrió el pelinegro lo que hizo que Shinra se sorprendiera.
-si, Shizuo sabe que le mentiste acerca de la perdida de tu memoria va a enojarse mucho- al escuchar estas palabras el rubio se lleno de furia y quiso matar a Izaya en ese mismo instante, se contuvo con todas sus fuerzas y regreso a su departamento para esperarlo.
-Shizu-chan- fue lo primero que dijo el rubio al despertar.
-se fue- escribió Celty en su PDA –será mejor que descanses, yo se que lo quieres, pero no debiste dejar que te golpeara a este extremo-
-si- el pelinegro sollozo nuevamente, Celty pensó que el Izaya de ese momento era como un pequeño niño asustado, por primera vez desde que lo conoció sintió pena por el y lo abrazo con ternura como una madre a un hijo –gracias- dijo débilmente el pelinegro mientras se arrullaba en su pecho y se quedaba dormido.
-jum…- se quejo el rubio detrás de la puerta –debió ignorarlo- dijo molesto.
-estas celoso?- le pregunto Shinra.
-celoso?, claro que no, tiene lo que se merece-
-si escuchaste esa conversación porque no escuchaste el final- le pregunto el castaño mientras guardaba sus cosas en su maletín.
-eh?-
-veras…- el castaño empezó ha hablar –después de que yo le dije eso el contesto-
-lo se, pero antes de que eso pase voy a decirle mis razones-
-que estas enamorado de el- escribió Celty en su PDA.
-si- sonrió Izaya. Shinra termino de contarle y guardar sus cosas –pero…- suspiro -después de esto pensara que lo odias y volverá a ser el mismo de antes, lastima porque Celty dijo que aquella sonrisa la hizo estremecerse, jamás pensó que alguien como el tuviera esa clase de sentimientos- el chico de cabellos castaños le dio una palmada en la espalda tratando de animarlo –Celty!!!- grito –vámonos- la chica salió de la habitación y antes de despedirse escribió en su PDA –por favor ya no lo golpees, al menos hasta que se recupere-
Aquello sin duda era un sueño, el Heiwajima Shizuo que le sonreía, que lo sostenía entre sus brazos y lo besaba, no era el verdadero, pero Izaya pensó que si solo así podía tenerlo se conformaría con eso.
-Gracias por dejarme estar aquí- le susurro el pelinegro al rubio que dormía sobre el sofá –Shizu-chan- hizo una pausa –te quiero- sonrió melancólicamente y recogió las pocas cosas que había de el allí, había dormido por dos días enteros, quería decirle muchas cosas al rubio pero pensó que seria en balde, se dijo así mismo que nunca mas se volvería a enamorar y salió de ese departamento con su cuerpo aun adolorido.